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SPERBER Y WILSON Y LA TEORÍA DE LA RELEVANCIA.
E N D
Teoría que vuelva a poner el énfasis en que no existe una correspondencia biunívoca y constante entre las representaciones semánticas abstractas de las oraciones y las interpretaciones concretas de los enunciados (es decir, lo que decimos y lo que queremos decir no siempre coinciden)
La comunicación humana pone en funcionamiento dos mecanismos diferentes: • Uno basado en la codificación y descodificación (ejemplo: tengo calor) • Otro basado en la ostensión (DRAE: ostensión: manifestación de algo) y en la inferencia (DRAE: inferir: Sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa): La comunicación se realiza por medio de índices que el comunicador proporciona con el fin de que el destinatario pueda inferir sus intenciones.
Ejemplo: una persona se desabrocha el cuello de la camisa y empieza a abanicarse con la mano. Conclusión: tiene calor. Pero este gesto no está convencionalmente asociado a un mensaje concreto. Puede ser que se esté mareando.
Los humanos, por tanto, nos comunicamos por dos medios diferentes: el primero es de tipo convencional y consiste en utilizar correspondencias constantes y previamente establecidas entre señales y mensajes; el otro es de naturaleza no convencional y se basa en atraer la atención del interlocutor sobre algún hecho concreto para hacerle ver e inferir el contenido que se quiere comunicar.
Para que la comunicación se lleve a cabo con éxito, la persona a la que va dirigido el estímulo debe darse cuenta de varias cosas: • De que se trata de un estímulo intencional • De que dicho estímulo va dirigido a ella • De que es una modificación del entorno consciente para atraer su atención sobre algún conjunto de hechos • A partir de ese primer reconocimiento de que existe una intención comunicativa, debe inferir: • Qué información está siendo señalada • Con qué intención está siendo señalada
Si uno reconoce que tras un determinado gesto no hay intención comunicativa, no le otorgará ningún significado: • Madrid, verano de 1900, estación del Norte. Sube al tren un apuesto caballero. Cuando se ha instalado en el compartimento que le corresponde, descubre con interés que una hermosísima dama va a ocupar el asiento que se halla enfrente del suyo. Prendado de la belleza de la dama, nuestro donjuán le guiña un ojo con aires de seductor. En el mismo momento en el que lo hace, se da cuenta de que la dama viene acompañada por su marido, y de que éste ha reparado en su gesto. El caballero tuvo que ir guiñando el ojo hasta San Sebastián. (Escandell Vidal, 1996:113)
Por lo tanto, para explicar el proceso de comunicación, reducen las máximas de Grice a la de relevancia: en la conversación se parte del supuesto de que sí hay intención de comunicar, es decir, cualquier acto de comunicación posee una presunción de relevancia óptima. • Dicho de otra forma: prestamos atención a nuestro interlocutor porque presuponemos que es relevante
relevante. • (Del lat. relĕvans, -antis, part. act. de relevāre, levantar, alzar). • 1. adj. Sobresaliente, destacado. • 2. adj. Importante, significativo.
Se trata de un reduccionismo de la teoría de Grice: • Grice: toma como punto de partida que la conversación está gobernada por el principio de cooperación, de manera que, en una conversación, el oyente se siente obligado a prestar atención • Sperber y Wilson: el principio base de la comunicación es que el oyente cree que lo que le dice el hablante es relevante. Esta interpretación del oyente está basada en la adaptación o no adaptación al contexto. Se presupone que lo que dice está adaptado al contexto, que es coherente. • Es una teoría que se centra en la interpretación, no en la producción del mensaje. Lo importante es la inferencia como significado deducido por el receptor
La presunción de relevancia no solo ayuda a explicar la interpretación, sino también la organización de la producción de los enunciados. El emisor tendrá que seleccionar, de entre todos los enunciados posibles, aquel que para su interlocutor pueda dar lugar a mejores efectos con un coste de procesamiento razonablemente bajo.
Lo que esperamos de nuestro interlocutor es que tenga la intención de ser relevante, o sea, de decirnos algo que contribuya de algún modo a enriquecer nuestro conocimiento del mundo, sin exigirnos un esfuerzo desmedido de interpretación, porque tendemos a equilibrar ganancia y esfuerzo. Cuanto más efectos cognoscitivos produzca un enunciado y menos esfuerzo de interpretación exija, más relevante será.
En definitiva, el principio de relevancia queda enunciado de la siguiente manera: Todo acto de comunicación ostensiva comunica la presunción de su propia relevancia óptima. El principio de relevancia debe entenderse no como una máxima que puede seguirse o violarse, sino más bien como una generalización sobre el funcionamiento de la comunicación ostensivo-inferencial: se aplica sin excepción, se sigue aunque no se conozca y no podría violarse aun queriendo. Por supuesto, el hablante puede fracasar en su intento de ser comunicativo y no ser relevante. Lo que basta es que transmita, con su enunciado, la presunción de que este es óptimamente relevante, porque esa relevancia determina la interpretación de dicho enunciado.
Un enunciado es, desde el punto de vista físico, una modificación perceptible del entorno hecha de manera intencional por un emisor. Desde el momento que lo reconoce como un estímulo ostensivo de carácter lingüístico, la mente del destinatario pone en marcha de manera automática diferentes tipos de procesos, comenzando por el más mecánico de descodificación y siguiendo por otros de naturaleza inferencial, desde la desambiguación y la asignación de referente hasta la identificación de la intención del emisor.
Fotocopias. Página 56: explicación de: • A: ¿Vas a comprar el diccionario? • B: Gasté todo el dinero que tenía (Quique se acerca a la autora, que está sentada frente a la computadora, trabajando): Quique: ¿estás ocupada? GR: No. Estoy jugando a un video game (Quique se ríe y se va)
Página 56 de Gutiérrez Ordóñez: • Pedro: ¿conducirías una Mercedes? • María: Yo jamás conduciré un coche de lujo
Interpretación de las figuras poéticas: • Las perlas de tus dientes: • Interpretación a: posesivo • Interpretación b: metáfora Inclinación por la interpretación b. Causa: su mayor relevancia. Las ostensiones generan inferencias, interpretaciones racionales y relevantes que van más allá de la pura literalidad.