90 likes | 230 Views
Jesús, me robas el alma. Muy bajito, canta María y José calienta sus manos, ya se duerme el Niño Dios ya no se oyen los rebaños. Parece un rayo de sol que desde el Cielo ha bajado, quién meciera suavemente a ese Niño entre sus brazos, quién meciera suavemente
E N D
Muy bajito, canta María y José calienta sus manos, ya se duerme el Niño Dios ya no se oyen los rebaños.
Parece un rayo de sol que desde el Cielo ha bajado, quién meciera suavemente a ese Niño entre sus brazos, quién meciera suavemente a ese Niño entre sus brazos.
Jesús me robas el alma, María oye mi cantar; José lo haré muy bajito y no se podrá despertar. José lo haré muy bajito y no se podrá despertar.
El ángel les dijo: “No tengan miedo, pues yo vengo a comunicarles una buena noticia, que será motivo de mucha alegría para todo el pueblo: hoy, en la ciudad de David, ha nacido para ustedes un Salvador, que es el Mesías y el Señor. Miren cómo lo reconocerán: hallarán a un niño recién nacido, envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (Lc. 2, 10-12)
San José apaga el fuego, se han secado los pañales, llama corriendo a María para venir a cambiarle.
San José está arreglando las maderas del portal, para que el frío no entre y el Niño se duerma ya, para que el frío no entre y el Niño se duerma ya.
Jesús me robas el alma, María oye mi cantar; José lo haré muy bajito y no se podrá despertar. José lo haré muy bajito y no se podrá despertar.