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LA CIVILIZACION DEL AMOR. TEMA 10. ESQUEMA DE LA UNIDAD. 1. LA VIDA FUTURA. - Un destino eterno. - La resurrección de la carne. - Unos cielos nuevos y una tierra nueva. 2. LA VIDA PRESENTE. - Las exigencias morales de la vocación cristiana. - La acción de los cristianos.
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LA CIVILIZACION DEL AMOR TEMA 10
ESQUEMA DE LA UNIDAD 1. LA VIDA FUTURA. - Un destino eterno. - La resurrección de la carne. - Unos cielos nuevos y una tierra nueva. 2. LA VIDA PRESENTE. - Las exigencias morales de la vocación cristiana. - La acción de los cristianos. 3. LA VISION CRISTIANA DE LA SOCIEDAD. - La doctrina social de la Iglesia. - Principios fundamentales.
1. LA VIDA FUTURA. Dios se fue revelando en el Antiguo Testamento hasta alcanzar la plenitud de esa Revelación con la venida de Jesucristo, en el Nuevo Testamento. Se hizo hombre para salvar a toda la humanidad. Con su entrega nos redimió de nuestras culpas y nos mostró el camino del bien. El Hijo de Dios: Por medio de la Iglesia, nos da la gracia necesaria para seguir ese camino y alcanzar la unión con Dios.
Nos preguntamos por el final de esa historia: ¿Cómo termina el plan de Salvación iniciado en la misma Creación? • Al recitar el Credo: «en la Resurrección de la carne y la vida eterna». Los cristianos creemos en el mas allá, en la vida después de la muerte. ¿En que consisten esas verdades de fe?. Fotograma de la película Jesús de Nazaret, dirigida por Franco Zeffirelli (1977).
Un destino eterno. • Sabemos por la Revelación, por la enseñanza de Cristo transmitida por los apóstoles, que, tras la muerte, mientras el cuerpo experimenta la corrupción propia de todo lo material, el alma, que es inmortal, se encuentra en presencia de Dios (en el Juicio Particular) para recibir su destino, según la fe y el amor con que la persona ha vivido. • Puede consistir en la entrada inmediata en la felicidad de Dios (el Cielo), en una purificación previa al Cielo (purgatorio) o en una separación definitiva de Dios (infierno). La resurrección de la carne.
Cuando se habla de la Resurrección de la carne, se hace referencia al hecho de que nuestro cuerpo mortal, finalmente volverá a la vida. Dios se ha hecho carne para salvar al hombre entero, su cuerpo y su alma. Es lógico que Dios no abandone la carne ni la creación material como un trasto viejo. Cuando los apóstoles veían a Jesús resucitado, contemplaban un cuerpo de carne, pero su cuerpo era glorioso ya no estaba sometido a la corrupción. Cuando Jesucristo vuelva al final del tiempo, nuestros cuerpos resucitaran transformados a semejanza del de Jesucristo.
Unos cielos nuevos y una tierra nueva. • La Sagrada Escritura habla de unos cielos nuevos y una Tierra nueva (2 Pe 3, 13) y de hacer nuevas todas las cosas (Ap. 21, 5). Estas expresiones se refieren a una transformación o renovación de la Creación entera para que en ella vivan nuestros cuerpos resucitados. • Dios vivirá con los justos, glorificados en cuerpo y alma. El dolor y la muerte ya no existirán. La visión directa de Dios será fuente de felicidad, de paz y de comunión entre la comunidad humana. • Ese volver de Cristo para juzgar a vivos y muertos es la victoria definitiva de la justicia de Dios sobre todas las injusticias de los hombres: el triunfo definitivo del bien sobre todas las maldades de la historia.
¿Cómo y cuando? Comprender como tendrá lugar la Resurrección de los muertos y la renovación de la Creación al final de los tiempos sobrepasa por completo la capacidad de nuestra imaginación y de nuestra inteligencia. En cuanto al tiempo, tampoco podemos saber cuando sucederá. Sobre esta cuestión, Jesús dijo: «En cuanto al día y a la hora, nadie lo conoce, ni los ángeles de los Cielos, ni el Hijo, sino solo el Padre (Mt 24, 36) La Resurrección del Señor, de Bartolomé Murillo. Siglo XVII
2. LA VIDA PRESENTE Las exigencias morales de la vocación cristiana. • «Se equivocan los cristianos que , bajo pretexto de que no tenemos aquí ciudad permanente, pues buscamos la futura, consideran que pueden descuidar las tareas temporales, sin darse cuenta de que la propia fe es un motivo que los obliga al más perfecto cumplimiento de todas ellas según la vocación personal de cada uno». (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes). • La vocación cristiana y sus exigencias morales abarcan todos los esfuerzos por mejorar las condiciones de la vida presente: «El divorcio entre la fe y la vida diaria de muchos debe ser considerado como uno de los más graves errores de nuestra época». (Concilio Vaticano II, Gaudium et Spes).
La fe exige el compromiso del cristiano en la construcción de una sociedad más justa, más humana y más de Dios. La primera aportación de los cristianos en la mejora de la sociedad debe ser cooperación en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Todos y cada uno según su condición, debemos trabajar para hacer llegar hasta el último rincón de la sociedad el amor de Dios manifestado en Jesucristo.
«Sed conscientes de que vosotros (los jóvenes) sois un ejemplo y estimulo para los adultos, y lo seréis cuanto más os esforcéis por superar las injusticias y la corrupción, cuanto más deseéis un futuro y os comprometáis a construirlo. Sed conscientes de vuestras capacidades y nunca os encerréis en vosotros mismos, sino sabed trabajar por un futuro más luminoso para todos. Nunca estáis solos. La Iglesia confía en vosotros, os sigue, os anima y desea ofreceros lo que tiene mas valor: la posibilidad de levantar los ojos hacia Dios, de encontrar a Jesucristo, Aquel que es la justicia y la paz» (Mensaje de Benedicto XVI en la Jornada Mundial de la Paz, 1 de enero de 2012)
La acción de los cristianos. El Bautismo también exige a todos los cristianos el serio compromiso de la construcción del mundo presente. Forman parte de la sociedad de su país y, les interesa que en el mundo haya mas justicia, que desaparezca el hambre y la violencia, etc. Los cristianos: Somos portadores del amor de Dios, no podemos desentendernos de ningún sufrimiento humano.
¿De que sirve el esfuerzo por mejorar el presente si después todo pasará? El interés por transformar el mundo en un lugar más justo y fraterno estará presente en esa nueva Creación, en ese Cielo nuevo y esa Tierra nueva que nos espera. El Juicio Universal, las injusticias cometidas en la historia tampoco quedarán impunes ante la justicia de Dios y a la vista de los hombres.
3. LA VISION CRISTIANA DE LA SOCIEDAD La doctrina social de la Iglesia. • Los cristianos, como ciudadanos libres y responsables deben participar en la construcción de la sociedad en la que viven, adecuándola a las necesidades de todos los conciudadanos. Misión especifica de los laicos: aportar la luz del Evangelio a la organización de la sociedad.
La doctrina social de la Iglesia: Trata de unos principios generales de tipo moral. Los católicos han de conocer esas orientaciones, pero cada uno las pondrá en práctica de la manera que considere más oportuna. El principio fundamental, es la defensa de la dignidad de la persona humana y, de todas las personas, porque todos son imagen de Dios y han sido redimidos por Cristo. Todo lo que se deriva de esa dignidad, como: la libertad, la igualdad, el derecho a la vida, condiciones de vida dignas, la distribución justa de la riqueza, los derechos de la familia…, lo defiende la Iglesia en los documentos de doctrina social.
Los derechos humanos Juan Pablo II escribió: «El fundamento sobre el que se basan todos los derechos humanos es la dignidad de la persona. En efecto, la mayor obra divina, el hombre, es imagen y semejanza de Dios. Jesús asumió nuestra naturaleza, menos el pecado, y murió por la libertad de todos.(…) Por esta razón, todo atropello a la dignidad del hombre es atropello al mismo Dios, de quien es imagen. Esta dignidad es común a todos los hombres sin excepción, ya que todos han sido creados a imagen de Dios». (La Iglesia en América, nº 57) Juan Pablo II en la Organización de las Naciones Unidas.
Principios fundamentales. Principios fundamentales de la doctrina social de la Iglesia: • Bien común: Componen el bien común las condiciones de la vida social que permiten que las personas puedan lograr su pleno desarrollo. Es tarea de los individuos y del estado contribuir a su desarrollo; esto significa el deseo de la mayoría, pues se debe respetar también el bien de las minorías. • Destino universal de los bienes: Dios ha destinado la Tierra y sus bienes al beneficio de todos. Debemos tener acceso al nivel de bienestar necesario para nuestro pleno desarrollo. La propiedad privada es un derecho, y la acumulación indebida es inmoral. Este principio implica también una particular solicitud por los pobres.
Subsidiariedad: El Estado tiene que apoyar la iniciativa y respetar la libertad de esos grupos y ha de evitar, una excesiva intervención en el funcionamiento de la sociedad. • Participación: Es un deber que todos hemos de cumplir para cooperar al bien común en la vida social, cultural, política, etc. Se trata de uno de los pilares básicos del sistema democrático. • Solidaridad: Cada persona se debe comprometer en la realización del bien común y en el servicio a los demás. La solidaridad significa la voluntad de darse por el bien del prójimo. Es un principio de la vida social y una virtud moral que cada persona tiene que desarrollar.
«Caritas in veritate es el principio sobre el que gira la doctrina social de la Iglesia, un principio que adquiere forma operativa en criterios orientadores de la acción moral. Deseo volver a recordar particularmente dos de ellos, requeridos de manera especial por el compromiso para el desarrollo en una sociedad en vías de globalización: la justicia y el bien común». (Benedicto XVI, encíclica Caritas in veritate, nº 6) Imagen de la madre Teresa acompañada de niños.
SINTESIS LA CIVILIZACION DEL AMOR Cristo vino al mundo para salvar a todos los hombres El camino de la Salvación La vida presente La fe no puede vivirse de modo individualista. La vida futura -Culminación de la Salvación. -Centro de la esperanza del cristiano. -Construir un mundo mas justo. -Anunciar el Evangelio. -Juicio Particular. -Resurrección de la carne. -Cielos nuevos y Tierra nueva. Doctrina social de la Iglesia Principios: dignidad del ser humano, bien común, destino universal de los bienes, subsidiariedad, participación y solidaridad.