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VISIONES DE ESPERANZA (ZACARÍAS). Lección 11 para el 15 de junio de 2013. PRIMERAS VISIONES DE ZACARÍAS.
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VISIONES DE ESPERANZA (ZACARÍAS) Lección 11 para el 15 de junio de 2013
PRIMERAS VISIONES DE ZACARÍAS Zacarías (“Yahweh recuerda”), de familia sacerdotal (Neh. 12:16), fue llamado al ministerio profético pocos meses después que Hageoy con la misma misión que éste: animar al pueblo de Judá para que reconstruyese el Templo (Esdras 6:14) Las promesas de bendiciones contenidas en el libro eran claramente condicionales: “Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios” (Zac. 6:15). Aquellas que, por la infidelidad de Judá, no se pudieron cumplir, se cumplen parcialmente a través de la iglesia cristiana. • La historia pasada: Castigados justamente por sus pecados (Zac. 1:1-6) • El momento propicio para edificar el Templo: • El jinete entre los mirtos: Las naciones tranquilas (Zac. 1:7-17) • Los cuernos y los carpinteros: Estorbos quitados (Zac. 1:18-21) • El joven con el cordel de medir: Promesas de prosperidad (Zac. 2) • Los ungidos para la obra: • El sumo sacerdote Josué: Purificado para ministrar (Zac. 3) • El gobernador Zorobabel: Fortalecido por el Espíritu (Zac. 4) • Recordar la historia pasada para no repetir sus errores (Zac. 7)
“VOLVEOS A MÍ” (ZAC. 1:1-6) “Diles, pues: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 1:3) Esta visión tenía la finalidad de inspirar confianza en el bondadoso propósito de Dios de restaurar a su pueblo. A través de los profetas, Dios había advertido repetidamente a Israel de las consecuencias de su desobediencia. La palabra de los profetas se había cumplido, e Israel había estado en cautividad 70 años. Si el pueblo que había regresado del cautiverio quería ser prosperado, debía volverse a Dios. La palabra de Dios hablada por los profetas no ha cambiado desde entonces. Si queremos vivir un futuro glorioso, debemos volvernos a Dios y darle la espalda al pecado.
EL JINETE ENTRE LOS MIRTOS (ZAC. 1:7-17) “Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén, y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras, palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo” (Zacarías 1:12-13) Varios jinetes son enviados a recorrer la tierra. A su regreso, informan que ésta está reposada y quieta. Las naciones están en paz, no hay guerras. Esto indicaba que era un buen momento para reconstruir el Templo. Al recibir este informe, el ángel expresa el clamor del pueblo: ¿Hasta cuándo seguiría Dios enojado consu pueblo? La respuesta de Dios, registrada en Zacarías 1:14-17, es dada con palabras buenas, consoladoras.
LOS CUERNOS Y LOS CARPINTEROS (ZAC. 1:18-21) Zacarías ve cuatro cuernos, que representan a los poderes opresores que habían dispersado a Israel por los cuatro ángulos de la Tierra. Los carpinteros (artesanos) enviados contra los cuernos, “representaban los instrumentos usados por el Señor para restaurar a su pueblo y su casa de culto” (E.G.W., Profetas y reyes, cp. 46, pg. 426)
EL JOVEN CON EL CORDEL DE MEDIR (ZAC. 2) “Canta y alégrate, hija de Sion; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová” (Zacarías 2:10) El joven enviado para medir a Jerusalén no podría completar su misión porque la ciudad rebosaría de habitantes. No necesitaría muralla porque Dios sería un escudo de fuego alrededor de ella. La invitación a habitar en Jerusalén se extiende a todas las naciones. Dios protege a su pueblo (“la niña de su ojo”) y extiende la salvación a todos los confines de la Tierra. Si Israel se hubiese unido a la invitación de alabanza y hubiese aceptado a Jesús, cuando vivió en medio de ellos, esta profecía se habría cumplido literalmente. A través de la Iglesia, y gracias especialmente al ministerio de Pablo, todo el mundo está recibiendo la invitación a unirse al pueblo gozoso de Dios (Romanos 15:9-18; Efesios 3:1-8)
PURIFICADO PARA MINISTRAR (ZAC. 3) “Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa,también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar” (Zacarías 3:7) El nuevo Templo iba a necesitar un sumo sacerdote que ministrase en él. Pero Satanás acusaba a Josué (y a cada uno de nosotros) como pecador indigno de tal cargo. No había excusa para los pecados de Josué (ni para los nuestros), sino la reprensión del Ángel: “¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?”(Zac. 3:2) En esta visión se nos muestra la provisión divina para el pecado del hombre: “yo traigo a mi siervo el Renuevo [Jesús]… y quitaré el pecado de la tierra en un día” (Zac. 3:8-9)
FORTALECIDO POR EL ESPÍRITU (ZAC. 4) “Entonces respondió y me habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6) El candelabro de oro con sus siete lámparas, y el aceite derramado a través de las hojas de dos olivos representan la forma como se iba a reconstruir el Templo. El aceite es símbolo del Espíritu Santo y los olivos (o ungidos) representan a los dos líderes: Zorobabel (poder civil) y Josué (poder religioso) Mientras que la visión anterior había sido dada para animar a Josué, esta visión fue dada para animar a Zorobabel. Su éxito en la obra (como el nuestro) dependía de su dependencia de Dios.
RECORDAR LA HISTORIA PASADA (ZAC. 7) “Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí?” (Zacarías 7:5) Durante los 70 años de cautiverio, el pueblo de Israel había celebrado cuatro ayunos anuales (Zac. 8:19):
RECORDAR LA HISTORIA PASADA (ZAC. 7) De esta visión se desprenden dos lecciones principales. Dios no se deleite en el hambre (ayuno exterior) de las personas, sino en que sus hijos se vuelvan a Él, mueran al “yo” y sean misericordiosos con sus prójimos. Debemos recordar nuestra historia pasada para no volver a repetir los errores cometidos (compárese con el mensaje de Zacarías 1:1-6) “Al recapacitar en nuestra historia pasada, habiendo recorrido cada paso de su progreso hasta nuestra situación actual, puedo decir: ¡Alabemos a Dios! Mientras contemplo lo que el Señor ha hecho, me siento llena de asombro y confianza en Cristo como nuestro caudillo. No tenemos nada que temer del futuro, excepto que olvidemos la manera en que el Señor nos ha conducido y sus enseñanzas en nuestra historia pasada” E.G.W. (Consejos para la Iglesia, cp. 66, pg. 654)