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Hace muchos años Aquí mismo en Lorca En aquellos tiempos llamada Heliocroca. Sucedió una historia Que si os lo cuento Os quedáis de piedra, Como un monumento:. Pasaban tres magos Venidos de oriente, ¡no creáis, muchachos, Que es cosa corriente!. Echaron por Lorca Para no ser vistos
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Hace muchos años Aquí mismo en Lorca En aquellos tiempos llamada Heliocroca
Sucedió una historia Que si os lo cuento Os quedáis de piedra, Como un monumento:
Pasaban tres magos Venidos de oriente, ¡no creáis, muchachos, Que es cosa corriente!
Echaron por Lorca Para no ser vistos Por el rey Herodes. ¡Mira que eran listos!
Al pasar por Lorca Pararon un rato Porque a una camella Le dio mucho flato.
Y aquí es donde empieza Esta extraña historia Que voy a contaros Casi de memoria:
Estaban sentados, Los Magos de Oriente, En las Alamedas Cuando de repente CLEMENTE Pasó por allí La bella Durmiente, Que pidió a los magos un chico valiente; Mejor si era príncipe, Guapo, inteligente Y que se llamara, ¡cómo no!, Clemente.
Pidió dos zapatos. Para ser muy justa, Uno quiere azul Porque azul le gusta Luego descansaban En la Vía Augusta; Vino Cenicienta. Casi les asusta. Y otro blanco quiere Que no le disgusta. Paso Blanquiazul, Para ser muy justa.
Ha subido un mago A la fortaleza, Pues no mejoraba De aquella flaqueza La pobre camella, Que iba con tristeza.
Y por el camino, La joven belleza Que era Blancanieves Le pidió a su alteza Tener más color Como una cereza.
El reloj de piedra Marcaba las ocho Sobre la muralla, Y vino Pinocho: ¡quiero arroz con trigo, No quiero bizcocho Ni dulce carbón! Les dijo Pinocho Harto de la rima Pinocho-bizcocho. Todo esto pasó Cuando eran las ocho.
Mella en la camella El flato cansino, Los magos le daban Vapor de comino. Tomando el vapor…
Aladino vino y pidió a los magos brócoli y pepino para que trabaje todo campesino, ah! y respeto mutuo, vecino a vecino.
Pero el desconcierto y hasta el sofocón lo provocó un lobo dulce y bonachón que vino del valle hasta el Alporchón pidiendo a los magos con educación que, por Dios, cambiaran su reputación pues la paz ardía en su corazón.
Y así aparecieron de todos los cuentos pidiendo a los magos regalos a cientos: la niña rosada, cerditos hambrientos, cabritillos, patos, ogros harapientos, brujas, hadas, duendes… ¡Cientos, cientos, cientos! Y niños de Lorca, como tú, contentos.
Al día siguiente, que era seis de enero, curó la camella y habló el camellero: 6 - ENERO
Escribidnos cartas y si habéis amado tendréis el obsequio ya garantizado. ¡El año que viene vendremos también, que este año llegamos ya tarde a Belén
y colorín colorado este poecuento se ha acabado