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Semillas de Sabiduría II. 8. ¿Qué tres rasgos debemos fomentar en los corazones de nuestros hijos?. 1 Juan 2: 16. porque nada de lo que hay en el mundo --los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida-- proviene del Padre, sino del mundo.
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8. ¿Qué tres rasgos debemos fomentar en los corazones de nuestros hijos? 1 Juan 2: 16 porque nada de lo que hay en el mundo --los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la vanagloria de la vida-- proviene del Padre, sino del mundo.
8. ¿Qué tres rasgos debemos fomentar en los corazones de nuestros hijos? Los deseos de la carne Los deseos de los ojos La vanagloria de la vida
Los niños exentos de afectación y que actúan con naturalidad son los más atractivos. No es prudente darles atención especial, y repetir delante de ellos sus agudezas. No se debe estimular la vanidad alabando su apariencia, sus palabras o sus acciones. Ni deben vestirse de manera costosa y llamativa. Esto aumenta el orgullo en ellos y despierta la envidia en el corazón de sus compañeros.
9. ¿Qué promesa bíblica pueden los maestros y los padres reclamar al moldear el carácter de los niños que están bajo su cuidado Proverbios 22:6 instruye al niño en su camino, y ni aun de viejo se apartará de él.
Debe cultivarse en los pequeños la sencillez de la niñez. Debe enseñárseles a estar contentos con los pequeños deberes útiles, y el placer y los incidentes propios de sus años. La niñez corresponde a la hierba de la parábola, y la hierba tiene una belleza peculiarmente suya. No se debe forzar a los niños a una madurez precoz, sino que debe retenerse tanto tiempo como sea posible la frescura y la gracia de sus primeros años.
10. ¿Qué Ley de la naturaleza también se puede aplicar al desarrollo espiritual? Gálatas 6:7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado, pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará,
En las leyes por las cuales Dios rige la naturaleza, el efecto sigue a la causa con certeza infalible. La siega testificará de lo que fue la siembra. El obrero perezoso será condenado por su obra. La cosecha testifica contra él. Así también en las cosas espirituales: se mide la fidelidad de cada obrero por los resultados de su obra. El carácter de su obra, sea él diligente o perezoso, se revela por la cosecha. Así se decide su destino para la eternidad.
Cada semilla sembrada produce una cosecha de su especie. Así también es en la vida humana. Todos debemos sembrar las semillas de compasión, simpatía y amor, porque hemos de recoger lo que sembramos. Toda característica de egoísmo, amor propio, estima propia, todo acto de complacencia propia, producirá una cosecha semejante. El que vive para sí está sembrando para la carne, y de la carne cosechará corrupción.
11. ¿Cuál es el primer paso hacia la destrucción espiritual? Hechos 7:51 »¡Duros de cerviz! ¡Incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros.
11. ¿Cuál es el primer paso hacia la destrucción espiritual? 1 Tesalonicenses 5:19 No apaguéis al Espíritu.
Dios no destruye a ningún hombre. Todo hombre que sea destruido se habrá destruido a sí mismo. …Al rechazar la primera amonestación de Dios, el faraón de la antigüedad sembró las semillas de la obstinación, y cosechó obstinación. Dios no lo forzó a la incredulidad. La semilla de la incredulidad que él sembró, produjo una cosecha según su especie.
13. ¿Qué lección importante nos enseñan las parábolas de las semillas? 2 Corintios 9:6 Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará.
"Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas aguas".* "Esto empero digo: El que siembra escasamente también segará escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también segará".* El sembrar sobre todas las aguas significa impartir continuamente los dones de Dios. Significa dar dondequiera que la causa de Dios o las necesidades de la humanidad demanden nuestra ayuda. Esto no ocasionará la pobreza.
Y abarca más que esto la siembra y la cosecha. Cuando distribuimos las bendiciones temporales de Dios, la evidencia de nuestro amor y simpatía despierta en el que las recibe la gratitud y el agradecimiento a Dios. Se prepara el terreno del corazón para recibir las semillas de verdad espiritual. Y el que proporciona la semilla al sembrador hará que éstas germinen y lleven fruto para vida eterna.