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Ciclo C Domingo de Pascua. «Él había de resucitar de entre los muertos». El mundo brilla de alegría. Se renueva la faz de la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Esta es la hora en que rompe el Espíritu el techo de la tierra, y una lengua de fuego innumerable
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Ciclo C Domingo de Pascua «Él había de resucitar de entre los muertos»
El mundo brilla de alegría. Se renueva la faz de la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Esta es la hora en que rompe el Espíritu el techo de la tierra, y una lengua de fuego innumerable purifica, renueva, enciende, alegra las entrañas del mundo. Esta es la fuerza que pone en pie a la Iglesia en medio de las plazas y levanta testigos en el pueblo, para hablar con palabras como espadas delante de los jueces. Llama profunda, que escrutas e iluminas el corazón del hombre: restablece la fe con tu noticia, y el amor ponga en vela la esperanza, hasta que el Señor vuelva.
Santos del Día •Fiesta de la Visitación de la Virgen María •San Agilolfo. Alemania ( †752 ) Obispo •Beato Amadeo de Saboya. Italia ( †1472 ) •San Amós profeta. Profeta •Anesio. Mártir •Santa Balbina. Italia Mártir •Benjamín. Diácono, Mártir •San Benjamín de Argol. Irán ( †420 ) Diácono, Mártir •Beato Buenaventura Tornielli. Italia (1411 †1491 ) Religioso, Sacerdote •Cornelia. Mártir •San Guido. Italia ( †1046 ) Abad •Beata Juana. Francia Monja •Beata Natalia Tulasiewicz. Alemania Mártir •San Renato de Mérida. España ( †633 ) Obispo
Fiesta de la Visitación de la Virgen María Luego que María Santísima oyó del ángel Gabriel que su prima Isabel también esperaba un hijo, sintióse iluminada por el Espíritu Santo y comprendió que debería ir a visitar a aquella familia y ayudarles y llevarles las gracias y bendiciones del Hijo de Dios que se había encarnado en Ella. San Bernardo señala aquí que desde entonces María quedó constituida como un "Canal inmenso" por medio del cual la bondad de Dios envía hacia nosotros las cantidades más admirables de gracias, favores y bendiciones. Además, nuestra Madre María recibió el mensaje más importante que Dios ha enviado a la tierra: el de la Encarnación del Redentor en el mundo, y en seguida se fue a prestar servicios humildes a su prima Isabel. No fue como reina y señora sino como sierva humilde y fraterna, siempre dispuesta a atender a todos que la necesitan. Este fue el primero de los numerosos viajes de María a ayudar a los demás. Hasta el final de la vida en el mundo, Ella estará siempre viajando para prestar auxilios a quienes lo estén necesitando. También fue la primera marcha misionera de María, ya que ella fue a llevar a Jesús a que bendijera a otros, obra de amor que sigue realizando a cada día y cada hora.
† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén Ven Espíritu Santo, revísteme de humildad para recibir dignamente la Palabra de Dios, y hazme dócil a sus divinas enseñanzas. Ven y concédeme los dones necesarios para que se cumpla en mí Su voluntad.
Primera Lectura -Hechos 10,34-43 34 Entonces Pedro, tomando la palabra, dijo: «Verdaderamente, comprendo que Dios no hace acepción de personas, 35 y que en cualquier nación, todo el que lo teme y practica la justicia es agradable a él. 36El envió su Palabra al pueblo de Israel, anunciándoles la Buena Noticia de la paz por medio de Jesucristo, que es el Señor de todos. 37 Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: 38cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.
39 Nosotros somos testigos de todo lo que hizo en el país de los judíos y en Jerusalén. Y ellos mataron, suspendiéndolo de un patíbulo. 40 Pero Dios lo resucitó al tercer día y le concedió que se manifestara, 41 no a todo el pueblo, sino a testigos elegidos de antemano por Dios: a nosotros, que comimos y bebimos con él, después de su resurrección. 42Y nos envió a predicar al pueblo, y atestiguar que él fue constituido por Dios Juez de vivos y muertos. 43 Todos los profetas dan testimonio de él, declarando que los que creen en él reciben el perdón de los pecados, en virtud de su Nombre». Palabra de Dios Te alabamos Señor
«Nosotros hemos comido y bebido con él después de la Resurrección» La predicación de Pedro es el anuncio de la Buena Noticia: acoger a Jesús que muriendo destruyó la muerte y resucitando nos devolvió a la vida. La esperanza de la victoria de la resurrección que ya late en nuestra condición mortal cuando renunciamos a las cadenas de nuestros pecados y egoísmos, del mal que nos obsesiona y agobia, y que nos proyecta hacia la participación plena de la vida eternamente feliz.
Los apóstoles continuaron compartiendo con el Maestro la Cena y los hizo testimonios de la resurrección, mensajeros de la Buena Noticia. Es el Resucitado quien nos continúa reuniendo cada domingo para compartir la resurrección, para ser testigos de ella ante todo el mundo.
Tenemos necesidad de encontrarnos, reunirnos, somos la comunidad de Cristo Resucitado. Y tenemos necesidad de escuchar su Palabra, su "Buena Noticia gozosa". Esa Palabra que se hace Pan, "carne para la vida del mundo". Y esa Palabra es luz y alimento para que a lo largo de la semana intentemos hacer las obras que el Padre quiere, en favor de nuestros hermanos los hombres. Obras concretas, como Jesús hizo.
Salmo 117 1-2.16-17.22-23 1 ¡Aleluya! ¡Den gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor! 2 Que lo diga el pueblo de Israel: ¡es eterno su amor! 16 La mano del Señor es sublime, la mano del Señor hace proezas». 17 No, no moriré: viviré para publicar lo que hizo el Señor. 22La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. 23 Esto ha sido hecho por el Señor y es admirable a nuestros ojos.
«Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo» Este salmo fue utilizado por primera vez el año 444 antes de Jesucristo, en la fiesta de los Tabernáculos (Nehemías 8,13-18). Hace parte del ritual actual de esta fiesta. Procesionalmente se iba a buscar el "agua viva" a la piscina de Siloé. Y durante siete días consecutivos, se vivía en chozas de ramaje en recuerdo de los años de la larga peregrinación liberadora en el desierto.
En el Templo la alegría se expresaba mediante una "danza" alrededor del altar: en una mano se agitaba un ramo verde; la otra se apoyaba en el hombro del vecino, en una especie de ronda... se giraba alrededor del altar balanceándose rítmicamente y cantando "¡Hosanna! ¡Bendito sea el que viene en nombre del Señor!"
Según testimonio de los tres evangelistas sinópticos, Jesús se aplicó explícitamente este salmo (Mateo 21,42; Marcos 12,10; Lucas 20,17), para concluir la parábola de los "viñadores homicidas": "la piedra que desecharon los constructores, se convirtió en la ¡piedra angular!". Jesús, se consideraba como esta "piedra" rechazada por los jefes de su pueblo (anuncio de su muerte), y que llegaría a ser la base misma del edificio espiritual del pueblo de Dios. El día de los ramos, los mismos evangelistas señalan que la muchedumbre aclamó a Jesús con las palabras del salmo: "¡Hosanna, bendito el que viene en nombre del Señor!".
Segunda Lectura - Colosenses 3,1-4 1 Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 2Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. 3 Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. 4 Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. Palabra de Dios Te alabamos Señor
«Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo» La comunidad de Colosas, tras un momento inicial de desarrollo, está en crisis. La causa hay que buscarla en el fuerte influjo ambiental de la filosofía. A la concepción dualista del mundo no contrapone una metafísica cristiana sino una realidad histórica: Cristo crucificado, resucitado y glorificado.
Pablo nos define primeramente al cristiano como aquel que, al bajar a las aguas bautismales "murió", y salió de ellas "resucitado con Cristo" a una nueva vida. Si ésta es la realidad fundamental del creyente, todo su modo de pensar y de actuar debe acomodarse a ello: "buscad los bienes de allá arriba". El bautismo, la unión con Cristo resucitado, marca para el cristiano la orientación fundamental de su vida. Y se trata de una vida que camina hacia una plenitud y que está llamada a crecer continuamente.
Creer implica, pues, descubrir esta nueva manera de vivir, llamada vida cristiana que, se encuentra continuamente acechada por fuerzas hostiles que la obstaculizan y que anidan en el propio hombre. Por eso Pablo nos anima a buscar y desear lo que es de arriba, no lo que es de la tierra. Buscar las cosas de arriba no significa despreciar los bienes de la tierra para poder amar los del cielo sino dar a cada cosa el lugar que se merece, prevaleciendo así, los bienes eternos.
Lectura del Santo Evangelio - Juan 20,1-9 1 El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido sacada. 2 Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al que Jesús amaba, y les dijo: «Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto». 3 Pedro y el otro discípulo salieron y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Pedro y llegó antes. 5 Asomándose al sepulcro, vio las vendas en el suelo, aunque no entró. 6 Después llegó Simón Pedro, que lo seguía, y entró en el sepulcro; vio las vendas en el suelo, 7 y también el sudario que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en un lugar aparte. 8 Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó. 9Todavía no habían comprendido que, según la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.
Palabra de Dios Gloria a Ti, Señor Jesús
«Él había de resucitar de entre los muertos» "El primer día de la semana" fue María Magdalena al sepulcro con ungüentos y aromas para embalsamar el cuerpo de Jesús. Según la costumbre judía el nuevo día empezaba no a medianoche, tampoco al amanecer, sino al atardecer o anochecer de lo que para nosotros es aún el día anterior, en el momento en que ya se hacía necesario encender luces. Al decir que “ya estaba encima el sábado” quiere decir que ya era la tarde del viernes. No había tiempo suficiente para embalsamar el cuerpo del Señor porque una vez encendidas las lámparas se debía guardar absoluto reposo (Lc 23,54-56).
Los cuatro evangelistas sitúan el hallazgo de la tumba vacía en las primeras horas de lo que para los judíos era “el primer día de la semana”, día que desde los tiempos apostólicos vino a llamarse en latín “Dies Domini” y que traducido significa “Día del Señor” porque es el Día de su triunfo, el Día grandioso en que el Señor Jesús resucitó rompiendo las ataduras de la muerte, por tanto consagrado al Señor.
María va al sepulcro poseída por la falsa concepción de la muerte; cree que la muerte ha triunfado; busca a Jesús como un cadáver. Su reacción, al llegar, es de alarma y va a avisar a Simón Pedro (símbolo de la autoridad) y a Juan, el discípulo a quien quería Jesús (símbolo de la comunidad).
Ninguno de los discípulos se esperaba la resurrección de Jesús. Puede notarse el simbolismo de la escena del sepulcro vacío: Jesús se ha "desatado" de los lazos del reino de la muerte; en cambio, Lázaro tiene que ser "desatado" para poder caminar (para seguir a Jesús). Esto es lo que "ve", desde la fe, el discípulo amado, y con él, la comunidad. El discípulo amado llega antes y cree; Pedro, en cambio, llega más tarde y de él no dice que creyera. Correr más de prisa es imagen plástica para significar tener experiencia del amor de Jesús.
De esta manera, corriendo tras la comunidad es como podrá la autoridad alcanzar su meta. Ambas, autoridad (Pedro) y la comunidad (discípulo amado) habían partido de la misma no-inteligencia, de la misma obscuridad, del mismo sepulcro pero Pedro no concibe aún la muerte como muestra de amor y fuente de vida. Pedro todavía no posee el espíritu que Jesús transmite. No lo poseerá hasta más adelante (cap. 21) y entonces sólo gracias a este discípulo amado que le ayudará en la ardua y difícil tarea de creer (Juan 21, 7).
Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella. Señor, Tú que has vencido la muerte, destruye en nosotros el poder del mal, para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal.
Nuestra Pascua inmolada, aleluya, es Cristo el Señor, aleluya, aleluya. Pascua sagrada, ¡oh fiesta de la luz!, despierta, tú que duermes, y el Señor te alumbrará. Pascua sagrada, ¡oh fiesta universal!, el mundo renovado canta un himno a su Señor. Pascua sagrada, ¡victoria de la cruz! La muerte, derrotada, ha perdido su aguijón. Pascua sagrada, ¡oh noche bautismal! Del seno de las aguas renacemos al Señor. Pascua sagrada, ¡eterna novedad! Dejad al hombre viejo, revestíos del Señor. Pascua sagrada. La sala del festín se llena de invitados que celebran al Señor. Pascua sagrada, ¡Cantemos al Señor! Vivamos la alegría dada a luz en el dolor.
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