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“ NACIMIENTO ” DE JUAN DE TEJERINA (Obra expuesta en las Edades del Hombre de Arévalo). FICHA DE LA OBRA. TÍTULO: NACIMIENTO AUTOR: JUAN TEJERINA LOCALIZACIÓN: Museo parroquial de Santa Eulalia. Paredes de Nava. TÉCNICA: Pintura al óleo sobre tabla DIMENSIONES: 110 X 88 cm
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“NACIMIENTO” DE JUAN DE TEJERINA (Obra expuesta en las Edades del Hombre de Arévalo)
FICHA DE LA OBRA TÍTULO: NACIMIENTO AUTOR: JUAN TEJERINA LOCALIZACIÓN: Museo parroquial de Santa Eulalia. Paredes de Nava. TÉCNICA: Pintura al óleo sobre tabla DIMENSIONES: 110 X 88 cm ESTILO: RENACENTISTA SIGLO: XVI
JUAN TEJERINA Pintor español, vecino de Paredes de Nava y representante del primer renacimiento en Castilla. Discípulo de Juan de Flandes y, junto con el Maestre Benito, vecino de Palencia, se declaran fiadores de la viuda del maestro flamenco ante el cabildo de Palencia. En lo que concierne a Juan Tejerina, se consideran que son de este autor, las dos tablas de la Visitación de la Virgen a santa Isabel y de la Adoración de los Magos, que se incorporan al retablo de la catedral de Palencia, tras la muerte de Juan de Flandes en 1519, y que se toman como punto de partida para reconstruir la personalidad de este artífice. Se le atribuye también la Visitación de la Virgen a santa Isabel (Prado), aunque no coincide con el estilo de las dos tablas del retablo mayor de la catedral de Palencia, sino que incluso existen diferencias de calidad dentro de la misma tabla.
La escena está distribuida en cuatro planos: En primer término y como eje central, el niño sobre los sillares, y sus padres, María y José. En segundo lugar los ángeles (cielo). El buey y la mula (símbolos del pueblo judío y gentil) que contemplan atentamente la escena con asombro. Por último un edificio ruinoso que sirve de telón da profundidad a la escena. Todo está inundado de luz, con mucha claridad en el fondo porque aquella noche fue clara como el día, y abriéndose la tierra por muchas lugares penetró la luz hasta el limbo y además se arruinó y cayó el templo de la paz.
La escena es en el interior de un palacio renacentista en ruinas. El recién nacido es adorado por 3 ángeles bajados del cielo, con las grandes alas abiertas hacia arriba, dos de blanco y otro rojo fucsia, colores que representan la pureza y la entrega. El numero tres hace referencia a la Santísima Trinidad.
El niño está sobre piedras sillares unidas como si fuese un altar. Él es la piedra angular del nuevo edificio que es la Iglesia, y a la vez el sacerdote, víctima y altar de la Nueva Ley. De su desnudo y débil cuerpecillo salen rayos, indicando que también es el Sol de justicia.
San José y la Virgen le están adorando. Ella arrodillada y mostrándonos a su Hijo con las manos juntas. Su rostro joven está inundado de luz. Viste túnica y manto real de color azul. San José está solo, en actitud genuflexa; sus manos adoran al Dios humano mientras su rostro medita en el misterio con el cayado apoyado sobre el hombro, con rostro de persona mayor, cabeza cubierta con capucha, al estilo de los frailes mendicantes; y la túnica negra, la capa roja y las botas camperas nos hablan de actitud peregrina.