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Laudate omnes gentes, laudate Dominum Laudate omnes gentes, laudate Dominum. (Alabad al Señor todas las gentes). Hay en todos nosotros la sed de un infinito. Dios nos ha creado con ese deseo de un absoluto. ¡Dejemos vivir en nosotros esta aspiración!
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Laudate omnes gentes, laudate Dominum Laudate omnes gentes, laudate Dominum (Alabad al Señor todas las gentes)
Hay en todos nosotros la sed de un infinito. Dios nos ha creado con ese deseo de un absoluto. ¡Dejemos vivir en nosotros esta aspiración! Entre los cantos de Taizé, uno de ellos expresa dicha espera. La letra es de un poeta español, Luis Rosales, inspirado por San Juan de la Cruz: “De noche iremos de noche que para encontrar la fuente sólo la sed nos alumbra.” Hay en cada uno una espera más profunda que las esperas superficiales, una sed más esencial, y esta sed puede iluminar nuestra ruta. Si a veces caminamos de noche, o como a través de un desierto, no es porque sigamos un ideal, es porque seguimos a una persona: Cristo. No estamos solos, Él nos precede. Seguirlo supone un combate interior, decisiones que tomar, fidelidades para toda la vida. En este combate no nos apoyamos en nuestras propias fuerzas, sino que nos abandonamos en su presencia. La senda no está previamente trazada, implica acoger sorpresas y crear con lo inesperado. Y Dios nunca se cansa de retomar con nosotros el camino.
De noche iremos de noche Que para encontrar la fuente Sólo la sed nos alumbra, Sólo la sed nos alumbra
Alleluia! Alleluia! Alleluia! (¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! )
Evangelio «Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó: “¿Qué buscáis?” Ellos le respondieron: “Maestro, ¿dónde vives?” Les respondió: “Venid y lo veréis” Fueron, pues, vieron dónde vivía, y se quedaron con Él aquel día. Era más o menos la hora décima.» Juan 1, 38-39
Adoración de la Cruz: Jesus, remember me When you come in to your kingdom. Jesus, remember me When you come in to your kingdom
Adoración de la Cruz: Cristo Jesús, Oh fuego que abrasa, Que las tinieblas en mi no tengan voz. Cristo Jesús, disipa mis sombras, Y que en mi sólo hable tu amor. (Jesus, acuérdate de mi cuando vengas con tu Reino)
Cristo Signore, fonte di vita. (Cristo Señor, fuente de vida) Adoración de la Cruz: Cristo Signore, fonte di vita. (Cristo Señor, fuente de vida)
Señor Cristo, revela la presencia de tu Reino en medio de nosotros. • Señor Jesús, inclina hacia tu luz los corazones que no encuentran el camino hacia ti. • Cristo, por la entrega de tu vida a Dios, muéstranos el camino de la Vida. • Cristo, permanece junto a todos los que conocen una noche atormentada, los enfermos, las personas sin hogar. • Cristo, protégenos de las trampas del desánimo y de la inquietud. • (Quien quiera puede pedir algo) Kyrie eleison, eleison (Señor escúchanos)
Oración final: ¿Lo ignorabas? Tú eres visitado. En el soplo del silencio de Dios, en un susurro, Dios te habla humildemente. Mantenerte en silencio en su presencia para acoger su Espíritu, es ya rezar. Él te indicará los caminos. Y quizá el silencio es a veces el todo de la oración.
En ti Señor reposa todo mi ser. He sido amado por ti. Sí, sólo en Ti se alumbra la esperanza. En Ti Sólo Señor.
In manus tuas Pater commendo spiritum meum. (A tus manos Padre encomiendo mi Espíritu)
El alma que anda en amor, Ni cansa ni se cansa