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automático. Mi esposo. Cantares 2,9. “Semejante a una gacela es mi amado, como un joven cervatillo” . El Cantar de los Cantares.
E N D
automático Mi esposo
Cantares 2,9. “Semejante a una gacela es mi amado, como un joven cervatillo”
El Cantar de los Cantares. Es un poema distribuido en estrofas, en las que, alternativamente, dos enamorados -el esposo y la esposa- manifiestan sus recíprocos sentimientos en un lenguaje apasionado, de alto nivel literario y brillante colorido. Todo en esta obra, cuajada de símiles y espléndidas metáforas, manifiesta la exaltación del amor entre el hombre y la mujer con esa irresistible y mutua atracción que inspiran las palabras y determina las actitudes de los amantes. A lo largo de la historia el judaísmo lo interpretó como una alegoría del pacto de Jehová con Israel, mientras en el cristianismo se considera que Dios es el perfecto esposo del pueblo creyente.
-¡Ved mi amado -dijo la sunamita- es mi esposo! Viene triscando por los collados, como un suave cervatillo.
Ahora, cuando todas las estrellas brillan en mí y la vida irrumpe en mi corazón, me estremezco de alegría.
Desde hoy amaré al sol, al cielo, a la tierra y todas sus criaturas.
Amaré al hijo no nacido y al tierno y fecundo encanto de mi amado.
Amaré al soberbio que me desprecia y al necio que me humilla.
No discutiré con los vacuos redentores, ni con los alquimistas del terror y la iniquidad.
Partiré mi túnica con el peregrino y consolaré al menesteroso.
Cuando soplen los derrochadores vientos de la injusticia, defenderé a los oprimidos y me postraré ante la estrella refulgente de la sabiduría y la verdad.
Y, cuando llegue mi esposo y ondee de gozo mi corazón, le rendiré mi homenaje a su figura y le brindaré mi plegaria con el hondo sentido de mi amor.
Mi esposo. “Semejante a una gacela es mi amado, como un joven cervatillo” -¡Ved mi amado -dijo la sunamita- es mi esposo! Viene triscando por los collados, como un suave cervatillo. Ahora, cuando todas las estrellas brillan en mi y la vida irrumpe en mi corazón, me estremezco de alegría. Desde hoy amaré al sol, al cielo, a la tierra y todas sus criaturas. Amaré al hijo no nacido y al tierno y fecundo encanto de mi amado. Amaré al soberbio que me desprecia y al necio que me humilla. Perdonaré al político nefasto y al aberrante tirano. No discutiré con los vacuos redentores, ni con los alquimistas del terror y la iniquidad. Partiré mi túnica con el peregrino y consolaré al menesteroso.
Cuando soplen los derrochadores vientos de la injusticia, defenderé a los oprimidos y me postraré ante la estrella refulgente de la sabiduría y la verdad. Y, cuando llegue mi esposo y ondee de gozo mi corazón, le rendiré mi homenaje a su figura y le brindaré mi plegaria con el hondo sentido de mi amor.
Mi esposo. Texto : Pedro Martínez Borrego. Imágenes: Internet. Tema musical: Sentimientos - Fausto Papetti.