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Estudio 14. D ios espera respuesta de Su P ueblo. Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Siete realidades de la experiencia con Dios. Dios siempre está obrando a nuestro alrededor.
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Estudio 14 Dios espera respuesta deSu Pueblo Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King
Siete realidades de la experiencia con Dios • Dios siempre está obrando a nuestro alrededor. • Dios busca una relación de amor continua, real y personal con nosotros. • Dios nos invita a unirnos a Él en su obra. • Dios habla por su Espíritu a través de: • La Biblia, • La oración, • La iglesia y • Las circunstancias, para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos. Después que habla: • Dios espera respuesta de su pueblo. • Dios revela su persona, sus propósitos y sus caminos.
La invitación que Dios nos hace para trabajar con Él, siempre nos llevará a una crisis de convicciones que demandará de nosotros fe y acción. • Necesitamos realizar ajustes importantes en nuestra vida para poder unirnos a Dios en lo que Él está haciendo. • Llegaremos a conocer a Dios por experiencias en nuestro trato con Él, a medida que le obedecemos cuando Él lleve a cabo su obra a través nuestro.
TEXTO CLAVE: “Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros, Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación”. 1 Samuel 15:22-23
INTRODUCCIÓN: • Ya hemos dejado claro que Dios ha hablado y continúa hablando a su pueblo. • Hoy entraremos a estudiar la manera en que debemos estar preparados con una actitud sumisa y obediente, esperando la respuesta de Dios para iniciar el trabajo que Él nos haya encomendado. • Cuando en el Antiguo Testamento Dios le habló a Moisés y a otros, esos acontecimientos eran verdaderos encuentros con Dios. Además de que cuando esto ocurría estos hombres estaban en la disposición de obedecerle incondicionalmente a sus deseos. • Asimismo ocurrió con los discípulos y asimismo debe ocurrir hoy con nosotros cuando el Espíritu Santo nos habla.
I) DIOS DESEA VER ACTITUDES SABIAS DE NOSOTROS • EL QUIERE QUE LE RESPONDAMOS INMEDIATAMENTE • Es importante saber que cuando experimentamos un encuentro con Dios y estamos frente a su Palabra y Dios nos dice algo a nuestro Espíritu, debemos entender que Él espera que actuemos inmediatamente. Esto es oír la voz de Dios. Leamos Lucas 8:18 cuando dice: “Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le quitará”.
Desobedecer a Dios equivale a no oír su Palabra. Tengamos mucho cuidado, pues la desobediencia puede llevarnos a tener “hambre de oír las palabras de Jehová”. Amós 8:11-12 declara: “He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán”.
Cuando Dios habló a Moisés, lo que éste hacía inmediatamente después era determinante. • Asimismo cuando Jesús hablaba a los discípulos, lo que ellos hacían después era determinante. • Lo que nosotros entonces, debemos hacer después que el Espíritu de Dios nos habla, también debe ser determinante. El gran problema de nosotros hoy es que discutimos y argumentamos mucho al ser redargüidos por la voz del Espíritu Santo.
ENTENDAMOS QUE DIOS HABLA CON UN PROPÓSITO • Por lo general queremos que Dios nos hable, dándonos un pensamiento devocional que nos haga sentirnos bien todo el día. Si nosotros queremos que el Dios del Universo nos hable, debemos estar dispuestos a que Él nos revele lo que está haciendo en el lugar donde nosotros estamos, para responder conforme al propósito que Él tiene ahí.
En la Biblia, por lo general, no alcanzamos a ver a Dios presentándose a ningún ser humano para charlar un rato con Él, sin tener propósito alguno. Tenemos que saber que cuando Dios habla a sus hijos, a través de la Biblia, la oración, la iglesia o las circunstancias, lo hace teniendo en su mente un propósito particular en relación a la obra que Él está desarrollando o que desea llevar a cabo a través de sus siervos.
Cuando Dios le habló a Abraham según Génesis 12, podemos ver lo que tenía en mente, Él estaba por comenzar a formar una nación. Observemos la manera en que Dios manejó los tiempos. Podemos observar también la manera en que Dios le habló a este patriarca. Y como de inmediato adecuó su vida haciendo caso a Dios de forma fiel, con el deseo de que Dios cumpliera su propósito en él.
ENTENDAMOS QUE ÉL HABLA EN EL MOMENTO APROPIADO • El momento en que Dios nos habla, es el momento preciso en que Él quiere que nosotros respondamos. Algunos pensamos que somos los que debemos decidir cuando vamos a responder a Dios, tal vez imaginamos que cuando Dios nos habla nos está dando días, meses o quizás años para realizar su mandato, pero debemos saber que Él nos habla en el momento en que Él desea que respondamos.
Dios habla a sus siervos cuando Él está listo para avanzar. De no ser así no nos hablaría en el tiempo en que nos habla. Cuando Dios entra en la corriente de nuestra vida, el tiempo de nuestra respuesta es fundamental y determinante. Es aquí cuando necesitamos creer y confiar en Él para hacer lo que nos está demandando.
Podemos preguntarnos ¿Por qué Dios esperó 25 años para darle un hijo a Abraham, desde el día en que le llamó? La respuesta es sencilla, porque le tomaría 25 años en transformar a Abraham en el padre que debía tener Isaac. Por esta causa le llamó 25 años antes. Es bueno recordar que el interés de Dios no estaba centrado en Abraham, sino en formar una nación para su gloria.
II) DIOS AJUSTA NUESTRO CARÁCTER A LA MISIÓN QUE NOS ASIGNA • CONFIEMOS EN SU PODER TRANSFORMADOR • Cuando Dios habla con el propósito de asignarnos una misión, nosotros necesitamos en este momento, confiar en lo que Dios está haciendo y en su capacidad para transformarnos para que podamos llevar a cabo esta misión. • No estemos anteponiendo nuestras debilidades como excusas para no llevar a cabo lo que Dios está pidiéndonos, como lo hizo Moisés, sino confiemos que Él es capaz de transformarnos.
No podemos descartar las posibilidades de llevar a cabo lo que Dios nos está pidiendo, por el simple hecho de que esto no concuerda con lo que deseamos oír con respecto a nuestros propios planes o capacidades. Cuando Dios le dijo a Abraham en Génesis 12:2 - “Te bendeciré y engrandeceré tu nombre”. Lo que Dios estaba diciendo era que iba a desarrollar y a cambiar su carácter de acuerdo a la misión que le había de encomendar.
Tenemos que entender que Dios no puede asignar una misión grande a una persona que tenga un carácter débil o un carácter sin moldear. Muchos de nosotros queremos misiones grandes y no queremos que Dios trabaje en nuestro carácter. Esto es imposible, Dios no puede obrar a través de caracteres que no permitan ser transformados.
PERMITAMOS LOS AJUSTES NECESARIOS • Si queremos experimentar a Dios obrando poderosamente en nuestra vida, entonces permitamos que Dios primeramente adecue nuestro carácter a la misión que va a hacer a través nuestro. • A Dios no lo podemos condicionar, si deseamos que Él haga una obra grande a través de nosotros, debemos permitir que Él comience a hacer en nosotros los cambios que Él tiene que hacer.
Es triste ver que muchos desechan trabajar en una misión que entienden pequeña o menospreciable, pero anhelan recibir una gran misión. Sin embargo, son incapaces de someterse a Dios para que este le transforme su carácter y lo moldee conforme a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Estos creyentes tienen su vida centrada en si mismos, por esto nunca pueden reconocer los momentos en que Dios viene a ellos. Sepamos que si estamos centrados en nosotros mismos, nunca podremos centrar nuestra vida en Dios, ni mucho menos podremos ajustar nuestras circunstancias a lo que Dios quiere hacer. Recordemos que Dios tiene el derecho de interferir con nuestra vida e interrumpir nuestros planes, “Él es el Señor”.
ACEPTEMOS LA AUTORIDAD DE DIOS EN NOSOTROS • Cuando nos entregamos a Dios y aceptamos a Cristo como Señor y Salvador de nuestras vidas, le dimos la autoridad para que hiciera de nosotros lo que Él quisiera hacer, sin embargo, cuando el Señor inicia ciertos cambios en nosotros, entonces comenzamos a quejarnos de lo que Dios está haciendo. Recordemos que Dios va a disciplinar a los siervos que no obedecen. Por tanto no menospreciemos la obra de transformación que Dios ha iniciado.
Tenemos que entender que cuando Dios nos habla y nos da las directrices a seguir y las entendemos claramente y las aceptamos, entonces debemos estar preparados para que Dios inicie, en su tiempo, los cambios que tendrá que hacer hasta que seamos la clase de siervos que Él entiende que pueden llevar a cabo la misión encomendada. Juan 15:2 dice: “Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”.
No creamos que cuando Él nos llama, ya estamos listos para llevar a cabo la misión que hará a través de nosotros, sepamos que es ahí cuando su trabajo comienza. Él iniciará su obra en nosotros para que cuando estemos pulidos y preparados, entonces podamos hacer lo que Él tiene en planes.
III) DIOS DA DIRECTRICES CONCRETAS • DIOS DA A SUS SIERVOS ÓRDENES ESPECÍFICAS • Algunos hombres enseñan que Dios no da órdenes específicas a sus siervos, sino que por el contrario los impulsa a actuar, y que luego con la mente que nos dio razonemos hacia donde Él quiere que vayamos. Esta forma de enseñanza supone entonces que cada cristiano anda siempre en el centro de la voluntad de Dios y olvida que los creyentes tenemos una lucha constante con nuestra vieja naturaleza como dice Romanos 7.
Este no es el ejemplo bíblico que tenemos, ya que en cada misión, Dios planteó a sus siervos órdenes claras y específicas para que pudiesen llevar a cabo su misión. • A Noé le dio hasta las medidas del arca, los materiales que debía utilizar y la manera en que debía construirla. • A Moisés le dio todos los detalles de la construcción del tabernáculo de reunión. • A los discípulos el Señor les dio todo lo que debían hacer, a donde ir y como responder en su misión evangelizadora.
Aún cuando Dios no nos dé instrucciones específicas en el momento en que nos encomienda algo, si nos dice que en el transcurso de la misión ha de mostrarnos lo que deberemos de hacer. En Génesis 12:1 vemos que Dios no dio muchas instrucciones a Abraham, pues Él quería que Abraham ejerciera fe, sin embargo, le dijo que iría a la tierra que Él le habría de mostrar. “…a la tierra que yo te mostraré”. Abraham podía irse confiando en que Dios le daría instrucciones claras en el camino.
EL ESPÍRITU SANTO NOS AYUDARÁ A SABER LO QUE DIOS TIENE PARA NOSOTROS • Los creyentes tenemos que saber que hoy el Espíritu Santo nos da las directrices claras y necesarias para que nosotros podamos vivir confiadamente y en santidad por la Palabra de Dios. El mismo Jesús dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” Juan 16:13.
Sepamos que el Espíritu de Dios está en nosotros. Esto quiere decir que “Dios mismo mora en nosotros”. Él quiere involucrarse de manera íntima en nuestra vida, y de esta manera darnos las indicaciones precisas por su Espíritu para que nosotros podamos hacer cada misión que nos encomienda y para que de igual manera, podamos ser transformados diariamente de forma tal, que lleguemos a ser los siervos que Él desea que hagan su obra.
Cuando entendemos que Dios nos está hablando, debemos hacer coincidir nuestra experiencia con la Palabra de Dios, de tal forma que no vayamos a torcer los caminos de Dios, es más, si usted no está seguro de que Dios le ha hablado, entonces siga esperando, leyendo su Palabra y orando hasta que Dios le confirme lo que desea de usted.
DIOS RETENDRÁ ALGUNAS INSTRUCCIONES BUSCANDO UNA RELACIÓN MÁS ÍNTIMA CON SUS SIERVOS • Cuando Dios retiene alguna instrucción, es con el propósito de que nosotros le busquemos más intensamente, de tal forma que nuestra relación de amor se fortalezca y podamos recibir sus instrucciones claramente, además de estar dispuestos a ser transformados como Él desea transformarnos.
Muchas veces nos preguntamos si lo que entendemos que estamos recibiendo como órdenes, viene de Dios, o es producto de mis propios sentimientos egoístas o de Satanás. La solución es muy clara, oremos y leamos la Palabra, para discernir los espíritus. Dios quiere que nos concentremos en conocer su verdad, de esta manera tendremos fácil discernimiento para detectar lo que no es verdadero.
Hagamos como hizo el Señor Jesucristo cuando fue tentado por Satanás (Mateo 4), busquemos la Palabra de Dios en la cual nos hemos centrado y la que dominamos y combatamos el error con la verdad. Recordemos que Jesús si sabía cual era su misión y de qué manera el Padre quería que la llevara a cabo. Por esto, cuando Pedro le quiso impedir que fuera a la cruz, le dijo: “¡Quítate de delante de mí Satanás! Me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres”.
CONCLUSIÓN: • Amados hermanos, sepamos que cuando Dios habla a su pueblo, Él espera de nosotros, actitudes sabias, que permitan que Él nos transforme en los siervos que Él desea que seamos, para que podamos recibir las directrices que Él nos dará para realizar cada misión, para llevar a cabo la obra que Él desea hacer a través de nosotros sus siervos consagrados. • Recordemos que Dios está hablando permanentemente a su pueblo, si no aprendemos a oír su voz a través de nuestra íntima relación de amor con Él no podremos servirle conforme a su planes. AMÉN
CRÉDITOSAl Dios de los cielos y a Nuestro Señor Jesucristo, que por medio de su gracia y misericordia, puso en nuestro corazón diseñar esta presentación, para ser presentada originalmente en la Iglesia de Convertidos a Cristo, en Santo Domingo, República Dominicana.Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Puedes utilizar esta presentación todas las veces que quieras, siempre que respetes el derecho de autory conserves esta nota al final de la misma.El pastor José Mallén Malla, quien suscribe,agradece tanto sus oraciones como sus comentarios. Si desea recibir esta presentación puede contactarme en la siguiente dirección E.mail iglesia@convertidosacristo.org2003-2008 http://www.convertidosacristo.org