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Estudio 9. D ios habla por Su E spíritu. Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Siete realidades de la experiencia con Dios. Dios siempre está obrando a nuestro alrededor.
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Estudio 9 Dios habla por Su Espíritu Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King
Siete realidades de la experiencia con Dios • Dios siempre está obrando a nuestro alrededor. • Dios busca una relación de amor continua, real y personal con nosotros. • Dios nos invita a unirnos a Él en su obra. • Dios habla por su Espíritu a través de: • La Biblia, • La oración, • La iglesia y • Las circunstancias, para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos. Después que habla: • Dios espera respuesta de su pueblo. • Dios revela su persona, sus propósitos y sus caminos.
La invitación que Dios nos hace para trabajar con Él, siempre nos llevará a una crisis de convicciones que demandará de nosotros fe y acción. • Necesitamos realizar ajustes importantes en nuestra vida para poder unirnos a Dios en lo que Él está haciendo. • Llegaremos a conocer a Dios por experiencias en nuestro trato con Él, a medida que le obedecemos cuando Él lleve a cabo su obra a través nuestro.
TEXTO CLAVE: “El que es de Dios, las palabras de Dios oye; por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios”. Juan 8:47
INTRODUCCIÓN: • Hermanos, ahora entraremos a conocer la cuarta realidad a que nos enfrentamos cuando estamos pasando por una experiencia con Dios. • Esta realidad es básica y fundamental, ya que después de todos los pasos anteriores, ahora Dios nos quiere dejar claro como vamos a seguir sus instrucciones. • Dios nos hablará por su Espíritu, a través de la Biblia, la oración, la iglesia (otros creyentes), y las diferentes circunstancias que se nos presentarán en el camino estrecho en que andamos, de tal forma que podamos saber y aún confirmar lo que debemos hacer en su obra.
I) DIOS HABLÓ EN EL ANTIGUO TESTAMENTO • DIOS HABLÓ MUCHAS VECES Y DE DIFERENTES MANERAS • El escritor de los Hebreos nos declara en el inicio de su epístola lo siguiente: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el hijo…”Hebreos 1:1. Esta porción de la Escritura nos indica que en el Antiguo Testamento, Dios habló muchas veces y de diferentes maneras a todos aquellos con los cuales había de realizar sus propósitos.
Como podemos enumerar, Dios habló por medio de: • Ángeles (Gn. 16). • Visiones (Gn. 15). • Sueños (Gn. 28:10-19). • El uso del Urim y el Tumin (Éx. 28:30). • Acciones simbólicas (1 R. 19:12). • Señales milagrosas (Éx. 8:20-25). • Y otros muchos medios. • Es bueno dejar claro, que el hecho de que Dios hablaba a las personas es mucho más importante que la manera o la forma en que le hablaba.
Toda persona a quien Dios hablaba en el Antiguo Testamento, sabía que Él le estaba hablando y sabía lo que decía. Dios se preocupaba tremendamente de que aquellos a quienes hablaba le entendieran claramente, de forma tal que pudiesen ejecutar sus demandas fielmente.
DIOS HABLÓ CLARAMENTE A AQUELLOS A QUIENES INVITÓ A TRABAJAR CON ÉL • Dios habló, generalmente de manera exclusiva con la persona a quien le iba a revelar sus planes. Moisés, por ejemplo, no tenía antecedentes de experiencias particulares con una zarza ardiente. Él no podía decir: “Esta es mi experiencia con la zarza ardiente y ha sido igual que la de mis ancestros”. Por el contrario Moisés sabía que su experiencia era particular.
Podemos decir que en el A.T. no existieron otras experiencias similares a esta, Dios habló con Moisés de forma única, como lo hizo también con los demás patriarcas. Dios quiere que nuestra experiencia con Él y su forma de hablarnos sea personal, sólo para nosotros. Él desea que entendamos que lo importante no es como nos habla, sino el hecho de que nos habla y lo que nos habla.
Todo hijo de Dios podrá tener esta experiencia de manera personal, en la medida en que mantenga su relación de amor genuino con Él y sepa discernir cuando Dios le esté hablando, sea por medio de su Palabra, de su Iglesia, de las circunstancias que Él va a poner en su camino para guiarle a hacer su voluntad.
DIOS SE ASEGURÓ DE QUE A LOS QUE LE HABLABA TUVIERAN SEGURIDAD DE QUE ERA ÉL QUIEN LE HABLABA • Debido a la manera singular en que Dios le habló a Moisés, no había dudas en Moisés acerca de que se trataba de Dios. Las Escrituras dan testimonio de que Moisés no tuvo dificultad en entender que su encuentro era con Dios, el “YO SOY EL QUE SOY” (Éx. 3:14). Moisés confió en Dios, le obedeció y experimentó que Él respondía tal como dijo que lo haría.
Al igual que Moisés vemos cómo diferentes hombres de la Biblia se aseguraban de que la orden de quien les hablaba era de Dios. Un ejemplo contundente de esto es el de Gedeón, quien fue uno de los jueces de Israel y a quien Dios encomendó ir en contra de los Madianitas, vemos en Jueces 6:21-22 y 36-40 como este siervo de Dios se aseguró que la orden que recibía era del cielo y que realmente esto era lo que Dios deseaba.
Dios se aseguró de que estos siervos supieran lo que Él decía y se asegurarán de que habían tenido un encuentro con Él. Moisés, Gedeón y los demás, sabían lo que Dios le había encomendado y de que manera Él quería obrar a través de ellos, asimismo conocían que habían tenido un encuentro con Dios y que su experiencia era real. Estemos claros que Dios habló a los suyos en formas únicas y singulares. Estos sabían que se trataba de Dios. Y entendían claramente lo que Él decía.
II) DIOS HABLÓ EN EL NUEVO TESTAMENTO • DIOS HABLÓ EN LOS EVANGELIOS • Como nos dice el escritor de los Hebreos en 1:2: “…en estos postreros días nos ha hablado por el hijo…”. Es a los evangelios a que se refiere el escritor de la epístola a los Hebreos, pues es aquí donde se recogen las enseñanzas dadas por el mismo Señor Jesucristo, las cuales han llegado hasta nosotros.
Es aquí donde la Escritura nos declaran: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn. 1:1,14). Asimismo en Juan 14:8-10 Jesús mismo declaró a Felipe, ante su respuesta de conocer al Padre, que el que lo conocía a Él, también conocería al Padre.
Esto nos demuestra que de la misma manera en que Moisés estuvo cara a cara con Dios en la zarza ardiente, los discípulos estuvieron cara a cara con Dios en su relación personal con Jesús. Su encuentro con Jesús, era un encuentro con Dios mismo. En los relatos de los evangelios Dios estaba en Cristo. Dios hablaba a través de Jesús. Por tanto, cuando los discípulos escuchaban a Jesús, estaban escuchando a Dios mismo. Cuando Jesús hablaba, esto significaba tener un encuentro con Dios.
DIOS HABLÓ EN EL LIBRO DE LOS HECHOS Y LAS DEMAS EPÍSTOLAS • Asimismo como Jesús habló directamente a los discípulos durante su tiempo con ellos en la tierra. Inspiró por el Espíritu Santo, no solamente lo que se ha plasmado en los cuatro evangelios, sino lo que tenemos plasmado en los hechos de los apóstoles y en las epístolas neotestamentarias. En estos escritos tenemos la palabra profética más segura, a la cual es necesario estar atentos como dice 2 Pedro 1:19.
Es triste ver que muchos consideran que porque Dios ahora nos habla por su Espíritu, a través de su Palabra, piensan que Dios ha dejado de hablar en forma personal a los suyos. No nos damos cuenta de que un encuentro con el Espíritu Santo, es un encuentro con Dios mismo. Dios habló claramente en el libro de los Hechos y en las Epístolas y es así como nos habla claramente a nosotros en la actualidad.
Los creyentes tenemos que darle el lugar que tiene en nuestras vidas la Palabra de Dios y principalmente todo lo que se ha escrito por la inspiración del Espíritu Santo. Sabemos que el canon neotestamentario ha sido inspirado y preservado por Dios para guiarnos a la verdad de su Palabra y por el camino correcto, por tanto, tratemos de seguir fielmente sus enseñanzas.
DIOS NOS HABLA AHORA POR SU ESPÍRITU • Es bueno recordar ahora, las palabras de Jesús en Juan 16:13 cuando dijo: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”. Amados hermanos, sepamos que desde el tiempo apostólico hasta nuestros días, Dios nos está hablando por su Espíritu.
No podemos vivir como si Dios hubiera dejado de hablarnos en forma personal, por el hecho de que no oímos que Dios habla de forma audible. Recordemos que lo importante no es la forma en que nos habla, sino el hecho de que nos habla. Tenemos que entender que cuando el Espíritu Santo nos habla, sea por la Biblia, la iglesia, las circunstancias, etc. estamos teniendo un encuentro con Dios. Tomemos conciencia que el Espíritu Santo es Dios y mora en los creyentes y nos guía y nos habla y nos da testimonio (Jn. 14:17; 16:13; Ro. 8:16).
Sepamos que el Espíritu Santo también nos habla claramente en la actualidad, pues desde el tiempo de los Hechos de los Apóstoles, Dios ha estado hablando con los suyos a través de su Espíritu. Recordemos que el Espíritu Santo mora en la vida del creyente. 1 Corintios 3:16 nos declara: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” Es por esto que debemos entender que Dios está ahí, por tanto, seamos sensibles a su voz.
III) CONOCIENDO CUANDO DIOS HABLA • LA SENSIBILIDAD ESPIRITUAL DE SUS HIJOS • El pecado nos ha afectado a todos, de tal modo que ninguno de los hombres, aún los creyentes, no podemos entender la verdad de la Palabra de Dios, a menos que el Espíritu Santo nos la revele. Él es nuestro maestro como dice Juan 16:13: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.
Por esta causa es necesario que todos los creyentes, cuando escuchemos la Palabra de Dios, lo hagamos con atención y con la disposición plena de obedecer. Asimismo al orar observemos, para determinar la manera en que el Espíritu Santo utiliza la Palabra de Dios a fin de confirmar en su corazón el mensaje de Dios. Prestemos atención a lo que Él está haciendo alrededor nuestro y en nuestras circunstancias.
Debemos saber que el Dios que nos habla cuando estamos orando y el Dios que nos habla cuando estamos oyendo o leyendo las Escrituras, es el mismo Dios que está obrando alrededor de nosotros. Sepamos que Él hablará a sus hijos por el Espíritu Santo, a través de la Biblia, la oración, las circunstancias y la iglesia, o sea los hermanos en Cristo que también tienen el Espíritu Santo, con el propósito de revelarnos sus planes, propósitos y caminos.
LA CLAVE PARA CONOCER LA VOZ DE DIOS • Debemos dejar claro, que la clave para conocer la voz de Dios, no es una fórmula matemática que debemos tener grabada en la memoria, no es tampoco un método a seguir por el cual tendremos la conexión con Dios. Conocer la voz de Dios es algo que surge de una íntima relación de amor con Él. Por esto aquellos que no tienen esa relación NO pueden oír la voz de Dios, porque evidentemente no son de Dios y así se declara en Juan 8:47.
Los creyentes que mantenemos esa relación de amor genuino con Dios, llegamos a conocer su voz, a medida que lo experimentamos a través de esa relación estrecha. A medida que Dios habla y nosotros respondemos, llegaremos a reconocer cada vez con mayor claridad, cuando es Él que nos habla.
Son muchos los que buscan una señal milagrosa o intentan descansar en una fórmula o en una serie de pasos para descubrir la voluntad de Dios. Sin embargo, no existe sustituto que pueda reemplazar, esa íntima relación con Dios a través de la cual Él habla a sus hijos.
LOS ERRORES COMUNES ENTRE LOS CREYENTES • Tengamos cuidado de no estar ante Dios con un espíritu de incredulidad demandando señales cuando Él ha hablado por su Palabra claramente. Lo que Él desea es que busquemos su rostro en oración y comunión estrecha para revelarnos sus planes y propósitos, Mateo 12:38-39; Lucas 19:41-44.
Otros piensan que hablar con Dios se logra a través de una fórmula mágica o por medio de palabras pre-establecidas. Sepamos que cada uno tendrá una experiencia particular, pero esta nunca podrá ir en contra de lo que ya Él ha dicho en las Sagradas Escrituras.
Otro grave error de muchos creyentes es pensar que uno recibirá lo que afirma en sus peticiones. Algunas personas tienen la costumbre de abrir la Biblia para tomar un versículo que desean utilizar para afirmar que tienen “Palabra de Dios para ese momento”. Dios no opera a través de estas técnicas. Él puede hablarnos por su Palabra, pero volvemos a insistir, Él lo hará cuando estemos en plena comunión con Él. Además debemos tener cuidado cuando uno sale con estos mensajes supuestos de Dios porque Deuteronomio 18:20-22 nos advierte de estos falsos profetas.
CONCLUSIÓN: • Amados hermanos, hoy hemos podido ver que Dios ha hablado a su pueblo, hemos visto cómo lo ha hecho en el Antiguo Testamento, en el Nuevo Testamento y cómo nos habla al día de hoy. • Hemos podido corroborar que esto no es asunto de fórmulas o recetas, sino que todo esto consiste en mantener una estrecha relación de amor con nuestro Padre, el cual nos hablará por el Espíritu Santo que nos ha dado. • Seamos sensibles a su voz y obedezcamos a sus demandas, que Dios nos bendiga al ser parte de sus planes y propósitos. AMÉN
CRÉDITOSAl Dios de los cielos y a Nuestro Señor Jesucristo, que por medio de su gracia y misericordia, puso en nuestro corazón diseñar esta presentación, para ser presentada originalmente en la Iglesia de Convertidos a Cristo, en Santo Domingo, República Dominicana.Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Puedes utilizar esta presentación todas las veces que quieras, siempre que respetes el derecho de autory conserves esta nota al final de la misma.El pastor José Mallén Malla, quien suscribe,agradece tanto sus oraciones como sus comentarios. Si desea recibir esta presentación puede contactarme en la siguiente dirección E.mail iglesia@convertidosacristo.org2003 http://www.convertidosacristo.org