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Estudio 8. D ios nos invita a unirnos A É l en su obra. Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Siete realidades de la experiencia con Dios. Dios siempre está obrando a nuestro alrededor.
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Estudio 8 Dios nos invita a unirnosA Él en su obra Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King
Siete realidades de la experiencia con Dios • Dios siempre está obrando a nuestro alrededor. • Dios busca una relación de amor continua, real y personal con nosotros. • Dios nos invita a unirnos a Él en su obra. • Dios habla por su Espíritu a través de: • La Biblia, • La oración, • La iglesia y • Las circunstancias, para revelar su persona, sus propósitos y sus caminos. Después que habla: • Dios espera respuesta de su pueblo. • Dios revela su persona, sus propósitos y sus caminos.
La invitación que Dios nos hace para trabajar con Él, siempre nos llevará a una crisis de convicciones que demandará de nosotros fe y acción. • Necesitamos realizar ajustes importantes en nuestra vida para poder unirnos a Dios en lo que Él está haciendo. • Llegaremos a conocer a Dios por experiencias en nuestro trato con Él, a medida que le obedecemos cuando Él lleve a cabo su obra a través nuestro.
TEXTO CLAVE: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. 2 Corintios 5:19-20
INTRODUCCIÓN: • Dios no solamente toma la iniciativa al buscar una relación de amor con nosotros, sino que también nos extiende una invitación para que nos involucremos con Él en su obra. • Dios no ha de consultar con sus siervos lo que Él ha de hacer, sino que nos llama a mantener una vida centrada en Él de tal forma que podamos estar correctamente orientados frente a Él y a su obra. • Lo que Dios revela al hombre es su plan perfecto y como Él lo lleva a cabo. • En las Escrituras no podemos ver que Dios está registrando biográficamente la historia de los personajes que han intervenido en su obra, sino el plan que Él les trazó para esta y cómo los ha utilizado en ella.
I) UNA VIDA CENTRADA EN ÉL • LA VIDA CENTRADA EN DIOS DEMANDA ACCIONES • Como podemos ver, la vida centrada en Dios se caracteriza por tener: • Confianza en Dios. • Dependencia de Dios, de su capacidad y provisión. • Una vida enfocada en Dios y en su accionar. • Humildad delante de Dios. • Negación de nuestro YO. • Búsqueda del reino de Dios y su justicia. • Búsqueda de la perspectiva de Dios en cada circunstancia. • Una vida santa y piadosa.
En la Palabra de Dios, encontramos hombres que se caracterizan porque sus vidas estaban centradas en Dios, algunos de estos son: • José, quien todos los días era tentado por la esposa de Potifar para que se acostara con ella, pero él respondía que no podía hacer tal maldad y pecar contra Dios. Prefirió huir y ser encarcelado antes que perder su atención en Dios.
Josué y Caleb, cuando Moisés los envió a espiar la tierra prometida y declararon que Dios estaba listo para darles la tierra y que no debían temer si estaban dispuestos a confiar en Él. • El rey Asa, centró su vida en Dios en los primeros años de su vida, cuando se enfrentaba al ejército de Zera el etíope, Asa dijo: “Oh Jehová, no hay otro como tú para ayudar tanto al poderoso como al que no tiene fuerzas. Ayúdanos oh Jehová, Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos y en tu nombre vamos contra esta multitud. Oh Jehová, tu eres nuestro Dios; no prevalezca contra ti el hombre”. (2 Crónicas 14:11).
Como podemos ver, una vida centrada en Dios es una vida que está atenta a lo que Dios está haciendo, es una vida que se mantiene en continua comunión con Dios y percibe donde Dios está trabajando para disponerse de inmediato a trabajar con Él, donde Él lo ha dispuesto. Es una vida dispuesta a toda acción que glorifique su nombre.
LA VIDA CENTRADA EN EL YO LLEVA AL HOMBRE A PERDER SU RELACIÓN DE AMOR CON DIOS • La vida centrada en el yo, por el contrario de la vida que se centra en Dios, es una vida que se caracteriza por: • Estar enfocada en uno mismo. • El orgullo de uno mismo y de sus propios logros. • La confianza en uno mismo. • La dependencia de uno mismo, y de nuestras propias capacidades. • La afirmación del YO.
La búsqueda de aceptación desde una perspectiva humana. • Considerar las circunstancias desde una perspectiva humana. • Vivir de una manera egoísta buscando competir con los demás.
En la Biblia tenemos también ejemplos de hombres y mujeres que vivieron esta clase de vida, vidas que se concentraron en sus propios intereses y no en los intereses de Dios. • Adán y Eva - Dios los colocó en un jardín hermoso y de frutos abundantes. Pero les dijo que no comieran del árbol de la sabiduría del bien y del mal, sin embargo, ellos prefirieron satisfacer sus propios deseos y no valoraron su comunión con Dios.
Los Diez espías que acompañaron a Josué y a Caleb y vieron lo que estos vieron, sin embargo no confiaron en Dios y su poder, sino en sus propias fuerzas y tuvieron miedo a los gigantes que habían visto y decidieron no poseer lo que Dios tenía para ellos. • Cuarenta años más tarde Rahab la Ramera describió todo lo que Dios había sido capaz de hacer por su pueblo. (Josué 2:9-11)
El rey Asa, tuvo momentos de su vida en que no centró su vida como lo hizo al principio de su reinado. • En (2 Crónicas 16:1-3) se nos cuenta de su conflicto con el Rey Basa de Israel y de cómo envió oro y plata a Ben-hadad, rey de Siria, al cual le pidió ayuda para ir en contra de Basa. • Dios le reprendió por no centrar su confianza en Él, sino en sus bienes, diciéndole: “Locamente has actuado en esto, y de ahora en adelante habrá guerra contra ti”.
La vida centrada en el YO es una trampa sutil, que lleva al hombre a padecer por sus tristes desaciertos. La vida centrada en Dios, por el contrario podrá parecer no tener sentido desde una perspectiva humana, pero cuando la experimentamos así vemos como Dios le da sentido a todo lo que nos ocurre y bendice todas nuestras acciones. La vida centrada en el YO lleva al hombre a perder su comunión con Dios y a romper esa relación de amor que Él ha diseñado para nosotros.
UNA VIDA CENTRADA EN DIOS VE LOS PROPÓSITOS DE DIOS Y NO SUS PROPIOS PLANES • Dios no podrá hacer una invitación a nadie a trabajar en su obra si esta persona no tiene su vida centrada en Él y por tanto no está dispuesta a trabajar en pos de los propósitos suyos. Por esto, si queremos tener una vida centrada en Dios, tenemos que enfocar nuestra vida en sus propósitos.
Cuando Dios comienza a hacer algo en el mundo toma la iniciativa de venir a hablar con una persona. Por alguna razón divina, Él ha elegido integrar a los suyos en concretar sus propósitos. Ejemplos de esto tenemos en la Palabra como son: • Dios estaba a punto de destruir el mundo con un diluvio, cuando vino a Noé. • Dios luego había decidido destruir a Sodoma y a Gomorra y decidió venir a compartirlo con Abraham. • Más luego Dios había decidido liberar a los Israelitas de Madián y vino a Gedeón. • Asimismo, decidió llevar el evangelio a los gentiles y vino a Saulo de Tarso, a quien más tarde llamaría Pablo.
Esto nos indica que los creyentes no debemos sentarnos a soñar lo que queremos hacer para Dios, para luego llamarlo a Él para que nos ayude a hacer nuestros sueños realidad. Sepamos que el modelo de las Escrituras es que nos sujetemos a Dios y esperemos hasta que Él nos muestre lo que está por hacer, de forma que nos involucremos con Él en hacer lo que son sus planes, llevando a cabo sus propósitos. Cuando tenemos una vida centrada en Dios nos será fácil entender cuando Dios nos invita a integrarnos a su obra y propósitos.
II) LA INVITACIÓN QUE VIENE DE ÉL • LA INVITACIÓN ES AL TIEMPO DE DIOS • Ya hemos visto que Dios siempre ha estado participando activamente en el mundo, para reconciliarlo consigo mismo. Nunca Dios ha estado ausente de Él, ni de lo que está aconteciendo. Cuando leemos la Biblia estamos leyendo sobre la actividad redentora de Dios en nuestro mundo. De esta manera Dios elige tomar la iniciativa para integrar a su pueblo para que trabaje junto a Él.
Ahora bien, Dios elegirá el momento preciso en que nos hará cada invitación para integrarnos con Él a una obra o misión determinada. Recordemos que necesitamos mantener nuestra relación de amor con Dios de forma activa para poder percibir cuando Él nos habla y nos extienda la invitación para integrarnos a una misión determinada.
Recordemos que todo el Antiguo y Nuevo Testamento nos confirman que Dios siempre ha hecho las cosas en el cumplimiento del tiempo o sea en la plenitud del tiempo, por tanto, es en su tiempo cuando Dios hará cada obra y en el cual nos dará cada misión a cumplir.
LA INVITACIÓN ES PARA HACER LO QUE DIOS DESEA QUE HAGAMOS • Cuando recibimos la invitación que Dios ha de hacernos en el tiempo que Él ha determinado, tenemos que entender que esa invitación que Dios nos extiende para trabajar con Él, es para realizar el trabajo que Él ha determinado y desea hacer a través nuestro. Por tanto como siervos obedientes debemos realizar todos los detalles necesarios de la encomienda de Dios.
Debemos recordar también que durante Dios nos hace la invitación de trabajar con Él, habrán cosas que solo Dios podrá hacer, principalmente cuando estamos en la obra de evangelización. Recordemos que: • Es Dios el que atrae a las personas hacia Él. • Él es el que hace que las personas lo busquen. • Es Su Espíritu, quien revela las verdades espirituales. • Es Él, el que convence al hombre de pecado, justicia y juicio.
Tratemos de que nuestra relación de amor hacia Dios sea estrecha, busquemos mantenernos sensibles a su voz y preparémonos para cuando Él desee usarnos, estemos listos orando y en disposición de servir para llevar a cabo su misión cuando Él nos la asigne.
LA INVITACIÓN NOS LLEVARÁ A IDENTIFICAR EL OBRAR DE DIOS • Cuando veamos que están ocurriendo a nuestro alrededor situaciones en las cuales entendemos que Dios está obrando, pongámonos en actitud de alerta y esperemos las instrucciones que Él nos dará para realizar la obra encomendada. Hermanos, recordemos que cuando una persona viene a Cristo, quiere decir que Dios está obrando.
Cuando Dios coloca a uno de sus hijos en un lugar particular, sepamos que Dios está allí trabajando. En este momento Dios está haciéndonos una invitación, estemos atentos para identificar el obrar de Dios. En este punto: • Debemos ponernos en oración para que Dios nos muestre lo que Él se ha propuesto hacer a través nuestro y para conocer la manera en que debemos llevar a cabo esa misión. • Luego debemos relacionarnos con aquellos en quienes vemos que Dios está obrando y acercarnos a ellos para darles el plan de salvación de Dios.
Cuando entendamos que Dios nos está haciendo la invitación para involucrarnos en su obra, estemos atentos para involucrarnos en su trabajo. Muchos cristianos andan buscando que Dios les bendiga o que bendiga a sus iglesias con almas que vengan al arrepentimiento, pero estos creyentes no piden para que Dios se revele a ellos para llevar a cabo sus propósitos y podamos ser usados por Él para llevar a cabo esta misión.
III) LAS INDICACIONES QUE PROVIENEN DE ÉL • DIOS NOS HA HABLADO Y NOS HABLA CLARAMENTE • Veamos el texto planteado al iniciar este estudio, el cual declara: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. (2 Corintios 5:19-20)
Primordialmente sabemos que Dios nos ha hablado, enseñándonos a través de los Escritos Sagrados y aquí a través del apóstol Pablo, declarándonos cuál es la misión principal que Él está haciendo con el hombre en este mundo y lo que Él desea que hagamos junto con Él o más bien lo que Él desea hacer a través de nosotros.
Está claro que Dios ya nos ha hablado de manera general, ahora nos hablará de manera particular para que nos involucremos en llevar a cabo esta obra. Por tanto, cuando Dios nos revele lo que Él está haciendo en algún lugar con alguna persona, sepamos que este es el momento de convertir esta misión general en una acción particular de nuestra parte. Es este el momento en que necesitamos responder a la invitación que nos hace para obrar a través de nosotros.
DIOS NOS HABLA CUANDO ESTÁ A PUNTO DE REALIZAR SUS PROPÓSITOS • Esto lo podemos afirmar a través de la totalidad de las Escrituras. Pero tengamos presente que aún Dios nos hable en un momento determinado, su obra a ejecutar puede proyectarse a un tiempo muy distante. Recordemos lo que encomendó a Abraham cuando le prometió su hijo, sin embargo su hijo nació 20 años después de que Dios le hiciera la promesa.
Lo que estamos diciendo es que en el preciso momento en que Dios nos hable debemos responder para prepararnos y comenzar a reajustar nuestra vida a Él, manteniéndola centrada en Él y tomando la dirección que Él nos va a indicar para llevar a cabo la obra encomendada. Lo importante es estar preparados para cuando Dios considere que la acción tiene que comenzar.
Esto podemos ilustrarlo con las acciones de los militares, los cuales cuando se le encomienda una misión, lo primero que hacen es: • Someterse a un acuartelamiento. • Se preparan y someten al grupo las estrategias a seguir. • Se preparan para todas las eventualidades. • Luego, esperan pacientes la voz de mando de sus superiores que les llevará a ejecutar la misión. • Todo esto necesitará preparación, paciencia y disposición de obedecer a sus mandos superiores en autoridad.
LO QUE DIOS COMIENZA, DIOS LO COMPLETA • Aquí podemos recordar las palabras del apóstol Pablo en (Filipenses 1:6) cuando dice: “...estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Hermanos, Dios nunca dejará a medias nada que Él comience a través de sus hijos.
Cuando Dios en Isaías 46:11b: “Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo haré”. Dios estaba confirmando que lo que Él comienza, también lo completa. Es con esta autoridad que también declara en (Isaías 14:24 y 27) “Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado … Porque Jehová de los ejércitos lo ha determnado, ¿y quién lo impedirá? Y su mano extendida, ¿quién la hará retroceder?”
Dios por tanto, declara que si en alguna oportunidad, Él anticipa a su pueblo lo que está por hacer, su pueblo debe entender que esto debe ser considerado como un hecho real y ejecutado, pues Él mismo nos asegura que lo llevará a cabo, sea como sea, y sea a través de quien sea. Recordemos que a tono con la proclamación del evangelio ya Él ha declarado que hasta las piedras testificarán.
CONCLUSIÓN: • Amados hermanos, concluyendo, dejemos claro que cuando tomamos conciencia de que Dios está obrando alrededor nuestro y procedemos a mantener una relación de amor estrecha con Él, entonces tendremos la oportunidad de recibir la invitación de trabajar donde Él está trabajando. • Estemos atentos, seamos sensibles y obedientes a su voz y veremos Su grandeza y lo que Él es capaz de hacer a través nuestro. • Esta es la tercera realidad de experimentar con Dios. AMÉN
CRÉDITOSAl Dios de los cielos y a Nuestro Señor Jesucristo, que por medio de su gracia y misericordia, puso en nuestro corazón diseñar esta presentación, para ser presentada originalmente en la Iglesia de Convertidos a Cristo, en Santo Domingo, República Dominicana.Basado en el libro Mi experiencia con Dios de Enrique T. Blackaby y Claudio V. King. Puedes utilizar esta presentación todas las veces que quieras, siempre que respetes el derecho de autory conserves esta nota al final de la misma.El pastor José Mallén Malla, quien suscribe,agradece tanto sus oraciones como sus comentarios. Si desea recibir esta presentación puede contactarme en la siguiente dirección E.mail iglesia@convertidosacristo.org2003 http://www.convertidosacristo.org