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Género Dramático. MAGDALENA: ¡Ya escuchaste lo que dijo!… DOÑA RAMÍREZ: Claro está que lo escuché. ¡Casarte tú con el Duque siendo amante del Marqués!… MAGDALENA: ¡Calla! DOÑA RAMÍREZ: ¡Pero ante Dios solo puedes casarte con el Marqués! . Bodas de sangre Acto Primero
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Género Dramático MAGDALENA: ¡Ya escuchaste lo que dijo!… DOÑA RAMÍREZ: Claro está que lo escuché. ¡Casarte tú con el Duque siendo amante del Marqués!… MAGDALENA: ¡Calla! DOÑA RAMÍREZ: ¡Pero ante Dios solo puedes casarte con el Marqués!
Bodas de sangre Acto Primero Habitación pintada de amarillo NOVIO (Entrando): Madre. MADRE: ¿Qué? NOVIO: Me voy. MADRE: ¿A dónde? NOVIO: A la viña. (Va a salir) TÍTULO ACTO ACOTACIONES DIÀLOGO
Se basa en la representación de conflictos humanos que tienden a su resolución
ESTRUCTURA DE LA OBRA TEATRAL Actos: Cada una de las partes en las que se divide la obra teatral, señaladas durante la representación por la subida y bajada del telón. Su número oscila entre tres y cinco
Escenas: Cada una de las partes en que se divide el acto de una obra dramática, definidas por la actuación de ciertos personajes: la entrada de uno nuevo o la salida.
LOS PERSONAJES. TIPOS • Principales: soportan el peso de la acción y la llevan adelante. • Protagonista: es el héroe. Encarna determinados valores que triunfan o fracasan con él. • Antagonista: se opone al protagonista. Es él quien desata el conflicto de la obra.
Secundarios: arropan a los principales. • Aliados: colaboran con el protagonista. • Oponentes: colaboran con el antagonista.
Planos: son personajes que responden a un modelo establecido, por lo tanto, con escasa originalidad: la dama, el caballero, el bobo, el valentón, el embustero, el cobarde… Son figuras prefijadas, convencionales, cuya actuación es previsible.
Redondos: son casos originales, que se distinguen por poseer un carácter propio, que manifiestan en su figura, su forma de ser, sus rasgos morales o su actuación. Son los más interesantes. Su singularidad los convierte en seres únicos que perviven en la memoria del público.
LA REPRESENTACIÓN TEATRAL El dramaturgo: Es el autor de la obra, responsable del texto que se interpreta y creador de los personajes y del ambiente en el que se mueven. Para ello, además de los diálogos, redacta acotaciones: notas que se aparecen en la obra teatral, explicando las acciones, los gestos, los movimientos de los personajes y la disposición de la escena.
El director de escena: Es quien selecciona la obra, la estudia y la adapta para que pueda representarse, incorporando los elementos visuales y acústicos que el autor ha incluido en las acotaciones. Más tarde es el encargado de seguir los ensayos, supervisar el montaje y velar por la calidad del espectáculo teatral.
Los actores: Son los encargados de interpretar a los diferentes personajes. Suelen agruparse en compañías. El cuerpo que forman una compañía teatral se conoce como elenco. Los técnicos: Se encargan del atrezo: los bastidores, los decorados, los objetos que han de aparecen en escena. En función de su especialidad, hay tramoyistas (se ocupan de los cambios de escenario), iluminadores, encargados del vestuario, del maquillaje…
Los espectadores: El público que acude al teatro y para el cual se ha preparado la representación.
Ejemplo de tragedia: Yerma Federico García Lorca estrenó Yerma en 1934. A instancias de su padre, Yerma se casa con Juan, un rico labrador de su pueblo. La mujer ansía convertirse en madre. Ya ha pasado un año desde la boda, pero el hijo que desea no llega y Yerma no comprende por qué. Tal vez sea Juan quien conozca la respuesta… JUAN. Piensa que tenía que pasar así. Óyeme. (La abraza para incorporarla.) Muchas mujeres serían felices de llevar tu vida. Sin hijos es la vida más dulce. Yo soy feliz no teniéndolos. YERMA. ¿Y qué buscabas en mí? JUAN. A ti misma. YERMA. (Excitada.) ¡Eso! Buscabas la casa, la tranquilidad y una mujer. Pero nada más. ¿Es verdad lo que digo? JUAN. Es verdad. Como todos. YERMA. ¿Y lo demás? ¿Y tu hijo? JUAN. (Fuerte.) ¿No oyes que no me importa? ¡No me preguntes más! ¡Que te lo tengo que gritar al oído para que lo sepas, a ver si de una vez vives ya tranquila! YERMA. ¿Y nunca has pensado en él cuando me has visto desearlo? JUAN. Nunca. (Están los dos en el suelo.) YERMA. ¿Y no podré esperarlo? JUAN. No. YERMA. ¿Ni tú? JUAN. Ni yo tampoco. ¡Resígnate! YERMA. Eso nunca. Nunca. (YERMA da un grito y aprieta la garganta de su esposo. Éste cae hacia atrás. Le aprieta la garganta hasta matarle.) Marchita. Marchita, pero segura. Ahora sí que lo sé cierto. Y sola. (Se levanta. Empieza a llegar gente.) Voy a descansar sin despertarme sobresaltada, para ver si la sangre me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre. ¿Q
Ejemplo de comedia: Melocotón en almíbar Miguel Mihura escribió Melocotón en almíbar en 1958. Una banda de atracadores alquila un piso en Madrid tras haber robado una joyería en Burgos. Lo primero que hacen es esconder en una maceta las joyas que han robado. Uno de ellos se pone malo, por lo que recurren a una enfermera. La enfermera resulta ser una monja, que empieza a revolver media casa, parece saber todo lo que ellos esconden y pone especialmente nerviosos a los ladrones… SOR MARÍA. Se me había olvidado una cosa. SUÁREZ. ¿Qué cosa? SOR MARÍA. Meter la mano por las rendijas de mi butaca. Le va a parecer una tontería, pero yo siempre lo hago y siempre encuentro algo para nuestros pobres. Nada de valor, naturalmente… Pero cinco céntimos en una butaca y una pesetilla en la otra, pues mire… ya es una cinco, ¿no? ¡Si usted supiera la miseria que hay por esos mundos!… ¿Ve usted? Mire. Unos guantes. Con estos guantes cualquier pobre puede pasar un invierno calentito…. SUÁREZ. Desde luego…
SOR MARÍA. Mire, mire… ¡Si hay aquí otra cosa! Una pistola. SUÁREZ. ¿Cómo una pistola? SOR MARÍA. ¿Será de sus amigos? SUÁREZ. ¿Por qué iba a ser de mis amigos? SOR MARÍA. ¡Ah, no sé…! Claro que, a lo mejor, también puede ser de otros señores que hayan tenido este piso alquilado antes. A lo mejor unos cazadores… Y ¿qué cree usted que debo hacer con esta pistola? SUÁREZ. Guárdesela y después la vende. SOR MARÍA. Y ¿qué valor puede tener esto? SUÁREZ. Pues no sé. Unas mil pesetas… Y si no quiere usted cargar con ella, yo mismo se la compro. Mil pesetas. SOR MARÍA. No. Por menos de dos mil no se la vendo. ¡Vaya usted a saber! A lo mejor algún día la necesita usted para cualquier cosa…
ADAPTACIÓN PARA TEATRO SIMÓN EL BOBITO ACTO 1 (Simón es un niño apodado «bobito». Va por la calle y encuentra a un señor que vende pasteles) Pastelero: (voceando) pasteles, pasteles, a la orden los pasteles. Simón el Bobito: (corriendo hacia el pastelero) ¡pateleeero! « ¡A ver los pasteles! ¡los quiero probar!» Pastelero: Sí, (respondió), pero antes yo quiero «Ver ese cuartillo con que has de pagar». Simón el Bobito: (Buscó en los bolsillos) «¡De veras! no tengo ni unito». SIMÓN EL BOBITO Simón el Bobito llamó al pastelero: « ¡A ver los pasteles! ¡los quiero probar!» «-Sí, repuso el otro, pero antes yo quiero «Ver ese cuartillo con que has de pagar». Buscó en los bolsillos el buen Simoncito Y dijo: «¡De veras! no tengo ni unito».
SIMÓN EL BOBITO A Simón Bobito le gusta el pescado Y quiere volverse también pescador, Y pasa las horas sentado, sentado, Pescando en el balde de mamá Leonor. SIMÓN EL BOBITO A Simón Bobito le gusta el pescado Y quiere volverse también pescador, Y pasa las horas sentado, sentado, Pescando en el balde de mamá Leonor.
SIMÓN EL BOBITO Hizo Simoncito un pastel de nieve Y a asar en las brasas hambriento lo echó, Pero el pastelito se deshizo en breve, Y apagó las brasas y nada comió. SIMÓN EL BOBITO Hizo Simoncito un pastel de nieve Y a asar en las brasas hambriento lo echó, Pero el pastelito se deshizo en breve, Y apagó las brasas y nada comió.
SIMÓN EL BOBITO Simón vio unos cardos cargando ciruelas Y dijo: «-¡Qué bueno Las voy a coger». Pero peor que agujas y puntas de espuelas Le hicieron brincar y silbar y morder. SIMÓN EL BOBITO Simón vio unos cardos cargando ciruelas Y dijo: «-¡Qué bueno Las voy a coger». Pero peor que agujas y puntas de espuelas Le hicieron brincar y silbar y morder.
SIMÓN EL BOBITO Se lavó con negro de embolar zapatos, Porque su mamita no le dio jabón, Y cuando cazaban ratones los gatos Espantaba al gato gritando: ¡ ratón !
SIMÓN EL BOBITO Ordeñando un día la vaca pintada Le apretó la cola en vez del pezón; ¡Y aquí de la vaca! Le dio tal patada Que como un trompito bailó don Simón. Y cayó montado sobre la ternera; Y doña ternera se enojó también, Y ahí va otro brinco y otra pateadera Y dos revolcadas en un santiamén.
SIMÓN EL BOBITO Se montó en un burro que halló en el mercado Y a cazar venados alegre partió, Voló por las calles sin ver un venado, Rodó por las piedras y el asno se huyó.
SIMÓN EL BOBITO A comprar un lomo lo envió taita Lucio, Y él lo trajo a casa con gran precaución Colgado del rabo de un caballo rucio Para que llegase limpio y sabrosón. Empezando apenas a cuajarse el hielo Simón el Bobito se fue a patinar, Cuando de repente se le rompe el suelo Y grita: «¡me ahogo! ¡Vénganme a sacar!»
SIMÓN EL BOBITO Trepándose a un árbol a robarse un nido, La pobre casita de un mirlo cantor... Desgájase el árbol, Simón da un chillido, Y cayó en un pozo de pésimo olor. Ve un pato, le apunta, descarga el trabuco, y volviendo a casa le grita a papá «Taita, yo no puedo matar pajaruco Porque cuando tiro se espanta y se va».
SIMÓN EL BOBITO Viendo una salsera llena de mostaza, Se tomó un buen trago creyéndola miel, Y estuvo rabiando y echando babaza Con tamaña lengua y ojos de clavel. Vio un montón de tierra que estorbaba el paso, Y unos preguntaban: «¿Qué haremos aquí?» «-¡Bobos! dijo el niño, resolviendo el caso; Que abran un gran hoyo y la echen allí».
SIMÓN EL BOBITO Lo enviaron por agua, y él fue volandito Llevando el cedazo para echarla en él: Así que la traiga el buen Simoncito Seguirá su historia pintoresca y fiel.
MIRRINGA MIRRONGA Mirringa Mirronga, la gata candonga va a dar un convite jugando escondite, y quiere que todos los gatos y gatas no almuercen ratones ni cenen con ratas."A ver mis anteojos, y pluma y tintero, y vamos poniendo las cartas primero.Que vengan las Fuñas y las Fanfarriñas, y Ñoño y Marroño y Tompo y sus niñas. "Ahora veamos qué tal la alacena.Hay pollo y pescado, ¡la cosa está buena! Y hay tortas y pollos y carnes sin grasa.¡Qué amable señora la dueña de casa! "Venid mis michitosMirrín y Mirrón.
Id volando al cuarto de mamá Fogón por ocho escudillas y cuatro bandejas que no estén rajadas, ni rotas ni viejas.Venid mis michitosMirrón y Mirrín, traed la canasta y el dindirindín, ¡y zape, al mercado! que faltan lechugas y nabos y coles y arroz y tortuga."Decid a mi amita que tengo visita, que no venga a verme, no sea que se enferme que mañana mismo devuelvo sus platos, que agradezco mucho y están muy baratos. "¡Cuidado, patitas, si el suelo me embarran ¡Qué quiten el polvo, que frieguen, que barran¡Las flores, la mesa, la sopa!... ¡Tilín! Ya llega la gente. ¡Jesús, qué trajín!".
Llegaron en coche ya entrada la noche señores y damas, con muchas zalemas, en grande uniforme, de cola y de guante, con cuellos muy tiesos y frac elegante.Al cerrar la puerta Mirriña la tuerta en una cabriola se mordió la cola, mas olió el tocino y dijo "¡Miaao!"¡Este es un banquete de pipiripao!"Con muy buenos modos sentáronse todos, tomaron la sopa y alzaron la copa; el pescado frito estaba exquisito y el pavo sin hueso era un embeleso.De todo les brinda Mirringa Mirronga: – "¿Le sirvo pechuga?" – "Como usted disponga, y yo a usted pescado, que está delicado".– "Pues tanto le peta, no gaste etiqueta: "Repita sin miedo". Y él dice: – "Concedo".
Más ¡ay! que una espina se le atasca indina, y Ñoña la hermosa que es habilidosa metiéndole el fuelle le dice: "¡Resuelle!" Mirriña a Cuca le golpeó en la nuca y pasó al instante la espina del diantre, sirvieron los postres y luego el café, y empezó la danza bailando un minué.Hubo vals, lanceros y polka y mazurca, y Tompo que estaba con máxima turca, enreda en las uñas el traje de Ñoña y ambos van al suelo y ella se desmoña.Maullaron de risa todos los danzantes y siguió el jaleo más alegre que antes, y gritó Mirringa: "¡Ya cerré la puerta! ¡Mientras no amanezca, ninguno deserta!"Pero ¡qué desgracia! entró doña Engracia y armó un gatuperio un poquito serio dándoles chorizo de tío Pegadizo para que hagan cenas con tortas ajenas. Rafael Pombo