La escuela mata la creatividad Conferencia TED, 2006

1. La escuela mata la creatividadConferencia TED, 2006 Ken Robinson

2. ¿Quién es Ken Robinson? • Nació en Liverpool en 1950. • Se doctoró y ejerció de profesor de Educación Artística en la universidad de Warwick. • Fue una de las figuras centrales en el diseño de la estrategia para el desarrollo creativo y económico en el Proceso de Paz de Irlanda del Norte. • Obtuvo el premio Athena de la Escuela de Diseño de Rhode Island por su servicio a las artes y la educación, la Medalla Peabody por su contribución a las artes y la cultura de Estados Unidos y la Medalla Benjamin Franklin de la Real Academia de las Artes por sus contribuciones a las relaciones culturales entre Estados Unidos y Reino Unido. • La Reina Isabel II le otorgó el Título de Sir en 2003. • Su último libro titulado TheElement: HowFindingYourPassionChangesEverything(2009) fue traducido en 16 lenguas. • Actualmente es un líder internacionalmente reconocido en el desarrollo de la creatividad, la innovación y los recursos humanos.

3. Ideas principales • Los niños tienen una extraordinaria capacidad de innovación y creatividad que se pierde a medida que se hacen adultos. La Escuela es responsable de este cambio ya que tiene como objetivo la producción de individuos capacitados para el trabajo (y eso se supone que se consigue con el desarrollo de la capacidad académica). • Este modelo educativo ha quedado obsoleto puesto que actualmente estar titulado no es sinónimo de estar empleado. Así nuestra visión de la inteligencia debe ser reconstruida teniendo en cuenta tres factores: su diversidad (visual, abstracta, quinestésica, etc.), su dinamismo (la creatividad surge de la interacción de perspectivas de distintas disciplinas) y su carácter único. • En la actualidad, la creatividad es tan importante para la educación como la alfabetización y debería ser tratada con el mismo status. • Nuestra tarea es educar a nuestros hij@s y alumn@s íntegramente para que puedan enfrentarse a la incertidumbre del futuro y a la sociedad que lo albergará.

4. Ideas colaterales • Cualquier sistema educativo está basado en la misma jerarquía de materias. En primer lugar están las matemáticas y los idiomas, luego las humanidades y por último el arte. Incluso el arte tiene su propia jerarquía: se valora más el arte y la música que el teatro y la danza. • La Educación, como institución, castiga severamente al que se equivoca. Desde muy pequeños los niños pierden su capacidad de riesgo (y por tanto de creatividad) porque la Escuela les enseña el error como algo negativo. Esto se ve en la forma de evaluar no sólo el progreso del alumno sino el de propio sistema educativo (pensemos en el informe Pisa, por ejemplo). • Todo el sistema de educación pública se ha convertido en un proceso prolongado de admisión universitaria y todo aquel que consigue un título es considerado como un ser superior, objeto de imitación. Esto afortunadamente está cambiando, aunque el precio que está pagando la sociedad es el alto porcentaje de fracaso escolar (fracaso entendido en el contexto de las capacidades académicas).

5. El mundo al revés • ¿Qué tipo de Escuela, sociedad e individuos encontraríamos si se fomentara la creatividad en las aulas? • Aunque para muchos eso supondría una utopía, encontraríamos una sociedad más evolucionada, capaz de sobreponerse a las adversidades (de manera contraria a lo que sucede en la actualidad y que se ha puesto en evidencia con la crisis mundial). Sus ciudadanos habrían recibido una educación íntegra en la que capacidades académicas irían de la mano con otro tipo de capacidades haciendo que cada persona se dedicara a lo que verdaderamente le gustara con un alto grado de excelencia. Así las escuelas formarían verdaderamente personas, no obreros recién salidos de «una larga cadena de montaje» listos para desempeñar la misma función aunque alguno saliera «de la fábrica» con un chip defectuoso.

6. ¿Cómo es Ken Robinson? • Confieso que antes de que el autor comenzara a hablar me había formado una idea totalmente equivocada de él. Al principio pensé en algún tipo de eminencia que contaría su doctrina desde el púlpito. Sin embargo, cuando comenzó la conferencia esa imagen preconcebida se dispersó inmediatamente para dar paso a la que creo es la imagen que define a Ken Robinson. • Y repentinamente me vino a la mente la imagen de Steve Jobs (propietario de Apple), vestido de manera sobria pero informal (sin corbata), de pie frente a su público (no sentado tras una mesa de conferenciante) e interactuando con él haciendo la conferencia muy amena con continuas referencias humorísticas (más que amena yo diría hilarante). • Como consecuencia, la imagen que proyecta se asemeja más a la de showman que a la de doctor universitario de obligada referencia en el tema de la creatividad en la escuela. Si no hubiera una sección biográfica en esta presentación, ¿habrías adivinado que tiene el título de Sir británico?

7. Comentario personal • Con frecuencia, las aseveraciones más duras suelen estar cargadas de verdad ( me viene a la memoria aquella de «Dios no existe» que profirió algún filósofo loco seguido de un no más cuerdo científico hace relativamente poco). Que «la escuela mata la creatividad» no es menos dura ni menos cierta que la anterior, aunque francamente he necesitado que un Sir venga a convencerme de ello. • Tomando como referencia mi corta experiencia profesional puedo decir que estoy de acuerdo con todo lo que se ha declarado en la conferencia, pero me pregunto si realmente es viable la escuela tal y como la plantea Ken Robinson y si lo fuera ¿cuánto tiempo necesitaríamos para ver el cambio? Es más, aun cuando los profesionales de la enseñanza aunáramos fuerzas para provocar la revolución que sugiere el autor, ¿no toparíamos con los gobiernos de los respectivos países?¿Y con las familias? Porque, admitámoslo, nuestras madres nos ven como empresari@s, médic@s, etc. pero no como artistas, y ni siquiera sabrían valorar el fomento de la creatividad en la escuela dado el caso. • Con todo ello quiero decir que la idea del autor es muy atractiva, sin embargo haría falta concretar un poco más «nuestro plan maquiavélico» (y digo nuestro porque me incluyo ya en el grupo de los que comparten su idea)para llevarla a cabo.