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OBSERVANDO BEBÉS: El sujeto en construcción. OBSERVANDO BEBÉS: UN SUJETO EN CONSTRUCCIÓN Voy a hacer una breve introducción a una corta película que se correrá una vez que finalice.
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OBSERVANDO BEBÉS: UN SUJETO EN CONSTRUCCIÓN Voy a hacer una breve introducción a una corta película que se correrá una vez que finalice. Observación de bebés nace de una línea de investigación que existe en la Escuela de Psicología de la Universidad Central de Venezuela, fundamentada en la materia de Psiquismo Arcaico. Un grupo de alumnos interesados por ¿cómo se gesta la psique?, por ¿Cuáles son los procesos implicados en el establecimiento del vínculo materno-infantil? dio vida a este estudio. Muchos de los trozos filmados son parte de las investigaciones realizadas por ellos, basadas en la conducta de apego en la díada madre-bebé sano, en consulta pediátrica, y en consulta de infante desnutrido. Como verán, esos valiosos trozos de filmación nos permitirán observar diferencialmente esa relación tan íntima entre la madre y su bebé. El contenido de la filmación nos planteará la pregunta sobre la importancia de la madre en la estructuración del sujeto humano, como también enfrentar prejuicios que tenemos de si el psiquismo fetal existe. Ahora la ciencia médica con el avance tecnológico, está en condiciones de mostrarnos la vida intrauterina y la realidad psíquica.
He aprovechado un programa que recientemente la NationalGeographic puso en TV cable, donde nos muestra los juegos intrauterinos que llevan a cabo unos mellizos o morochos a los 4 meses de gestación. Cómo se acercan entre sí, cómo juegan a través del saco que los separa, igualmente como se manifiestan los comportamientos agresivos entre ellos. Los investigadores plantean que esos juegos amorosos y agresivos persistieron una vez que los bebés nacieron y crecieron. Pareciera que no hay duda que el feto tiene vida psíquica y que en el vientre accionan esquemas pre-conceptuales que se expresan en acciones intencionales.
La dotación natural, esquemas operativos si quieren llamarlo así, no sólo es un repertorio de conductas en si, sino que éstas van ligadas a una vida psíquica que va más allá de su operatividad para la sobrevivencia. Es posible que alguien plantee que lo que se ve de interacción amorosa y agresiva entre los fetos gemelos es sólo comportamiento reflejo, más los científicos reseñan que son comportamientos que continúan posterior al nacimiento, lo que nos indica que la acción o juego in útero, posiblemente tiene intencionalidad, memoria, afecto. Y nos preguntaríamos: ¿Podría considerarse que los fetos se vinculan in útero? Diríamos que los fetos no tienen esquemas pre-objetales?. Estas investigaciones señalan que el feto intenta llevarse la mano a la boca en un intento de succionar el pulgar, entonces el objeto adecuado está predeterminado, pre-existe en nuestra psique rudimentaria, y se activa con la experiencia del pecho una vez nacido, donde el engrama pre-existe.
Ese devenir in útero participa en la instauración de las bases estructurales del funcionamiento psíquico Autores como Bowlby y Ainsworth han estudiado en recién nacidos e infantes el patrón natural de apego que traemos en nuestra dotación genética. Es un sistema arraigado en nuestra programación genética que tiene por función regular la seguridad y la supervivencia del bebé. Este patrón se manifiesta en la búsqueda de la proximidad, y mantenimiento de la proximidad hacia una figura específica, se manifiesta por la búsqueda comunicacional a través de la mirada, la voz (el llanto esperanzador, y de desesperación), el tacto; como también por el monitoreo de la figura de apego. Tiene una función adaptativa protectora, (Bowlby, 69) y de aprendizaje de la cultura (Main, 99). ?
Ainsworth señala que no sólo es un patrón conductual sino que pone en evidencia la naturaleza del amor y sus orígenes en el apego del bebé hacia su madre. Para Ainsworth el apego es interno, es una suerte de ”sentimientos, memorias, deseos, expectativas, intenciones, todo lo cual sirve de filtro para la recepción e interpretación de la experiencia interpersonal”. Es un tipo de “molde que configura la naturaleza de una respuesta externamente observable”. (1967, p.429). ¿Quiere decir esto, que el bebé desde un comienzo interacciona con “la madre”, “el pecho”, en fin busca el objeto adecuado, o es un ser biológico de acción y reacción refleja, sumergido metafóricamente en una cápsula
Desde otra perspectiva podemos metaforizar que el bebé es gestado mentalmente por la madre mucho antes de su gestación biológica. Se construye con los deseos actuales e históricos de la futura madre. En el estado de embarazo requiere acompañamiento de su pareja, para sentirse contenida en sus angustias durante la gestación, el parto y la crianza. Estos estados demandan madurez de la pareja parental porque implican una renuncia temporal de las gratificaciones narcisistas, o acomodaciones, para cubrir las demandas psíquicas, de sobrevivencia del hijo por nacer y luego de su crianza. El nacimiento es un encuentro con el bebé real, madre e hijo se influyen recíprocamente. La madre requiere que el bebé reciba su alimento concreto y afectivo, pues ello se traduce en ella en un sentirse madre buena, adecuada; A su vez el bebé requiere ser contenido y comprendido por la madre. Estas interacciones de la díada madre-bebé requieren ajustes en el espacio y tiempo, lo cual va moldeando un modo particular de encuentro, es la secuencia, el ritmo, el modo de tocarlo, de amamantarlo, de hablarle que hacen que esa díada sea singular. Es conocerse mutuamente los estados afectivos: Madre e Hijo se construyen mutuamente.
El proceso de comunicación pre-verbal, demanda de la madre conectarse con su ser bebé y desde allí responder a las angustias, y necesidades del hijo. El reciprocar ajustado inscribe en el psique-soma del bebé una sensación placentera, de comprensión y reconocimiento de sus necesidades, construyéndose en el bebé una noción de ser, que próximamente será el núcleo del yo. Este proceso es complejo pues la díada interactúa a diferentes niveles, en lo concreto se establece el vínculo por la forma como la madre manipula corporalmente al bebé, cómo le habla y lo mira; simultáneamente entran en juego las fantasías inconscientes involucradas al sensorio afectado, además de las fantasías transgeneracionales. Como veremos en la película, cuando mamá y bebé se encuentran, éste llora y tensa el cuerpo buscando aquel objeto adecuado que le proporciona lo que quiere, la madre dilata el encuentro con el pecho sustituyéndolo por un tetero de agua, el bebé succiona con fuerza más no lo alivia y continúa llorando, podríamos metaforizar, que llora esperanzadoramente a que aparezca el objeto apropiado, ausente. Una vez que aparece el pecho y la madre lo prende a éste, la tensión corporal del bebé desaparece, éste mira por un tiempo al objeto, lo agarra con sus manitos, y luego comienza a succionar; ambos madre y bebé están ajustados, la madre hace unos movimientos rítmicos, le habla, lo mira y lo acaricia y el bebé continúa aferrado al pecho, objeto bueno que nutre, alivia, mas plus.
Mas tarde observamos madres que actúan diferencialmente con sus hijos en la consulta pediátrica. Uno de ellos juega con la madre, se vincula por medio del jolgorio, las risas, la mirada, la agitación motora, y la madre responde a su comunicación. El niño juega intencionalmente buscando la proximidad de la madre, ha aprendido cómo atraer a la madre hacia si, complejizando sus acciones y creando un modo específico de comunicación. Cualquier sensorio que sea favorecido será registrado en la psique, organizando el eje sobre el cual se buscará en el futuro al objeto estructurador y de deseo: así algunos de nosotros hemos sido marcado por el objeto voz, otros por el objeto mirada y otros por el objeto piel, lo que quiere decir que cada vez que la angustia sea elevada la persona se organizará por la vía de este objeto estructurante, igualmente ocurre para encontrar el objeto de deseo. Contrario a esta primera díada, la segunda madre está como ausente, su bebé ha aprendido a acomodarse a los estados de la madre, se queda quieta mientras la madre lo manipula. Ha aprendido que esa es la relación con su madre, se mantiene pasiva, explora el entorno, hasta que la madre interactúa con ella brevemente, entonces la bebé se sonríe y se distiende.
D. Winnicott plantea que el rostro de la madre es el precursor del espejo. La mirada de la madre refleja al bebé, es una mirada que combina el deseo y amor de la madre hacia su hijo y la comprensión que tiene de la necesidad del hijo, todo ello es registrado por el bebé como sentimiento de si, reconocimiento de su existencia, es decir, el bebé se ve a sí mismo como él es mirado. (1967), distinto a aquellas madres deprimidas, infelices, que no pueden reflejar al hijo, y lo que ve el bebé en la mirada de la madre es su infelicidad, su estado de ánimo depresivo. No encuentra un reflejo del amor mutuo, simbiótico, y el bebé internalizará esta falla en el ser, inscribe un vacío. Esto marcará estructuraciones diferenciales del si mismo del futuro sujeto. Es verdad, que estos bebés que no son mirados pueden tener la alternativa de buscar otras miradas que le devuelvan algo de sí, sin embargo las más de las veces decae su búsqueda y también su capacidad creadora de accionar en el mundo va disminuyendo. También podemos observar en la película vínculos entre madres e hijos desnutridos, que evidencia una perturbación en el afecto hacia el alimento que da el objeto-pecho. Es de suponer que el síntoma “desnutrición” condensa una secuencia perturbada de relaciones con la madre que se registra en el yo corporal, (psique-soma). Es un síntoma que fija un modo de relación donde lo destructivo predomina sobre lo amoroso en el recibir (incorporar) alimento. En el mejor de los casos la madre sufre al sentirse una madre inadecuada acusada por el hijo que
escenifica de forma silente, pero evidente, lo mala madre que es, perseguida metafóricamente por una ley moral. Por el otro lado el hijo rechaza lo que le da la madre, como si no hubiera habido encuentro mutual, armonioso sino rechazo mutuo. En el peor de los casos la persistencia de este trastorno alimenticio lleva a la madre a la indiferencia y agresión pasiva hacia el hijo que no come, y el hijo en reacción se comporta a veces de la misma manera, devolviendo la comida, enfermándose cada vez más, lo que profundiza más la amenaza de muerte en el vínculo. En degradé, tenemos una condición más grave aún como lo veremos en la película, cuando el bebé ni siquiera fue deseado por la madre (ni en – ni en +), y una vez nacido es botado cual deshecho, por tanto ese bebé biológico nunca fue humanizado, y cuando grande, si es que logra sobrevivir, no tendrá las consideraciones hacia sí mismo ni hacia los demás, se regirá por coordenadas distintas a las de la cultura y el mundo subjetivo estará fracturado, pues no reconoce lo que es existir, ni ser, puede tal vez discriminar que tiene una falta en ser: la esencia de si. Me gustaría seguir especificando, porque el material permite mucho más, pero en orden al tiempo, creo que he podido reflejar lo que quiero transmitir.
En pocas palabras y ayudándome de las metáforas podría decir que las personas inscriben su nacimiento como: “Parido” cuando ha sido marcado por la libido parental “Cagado” cuando sobrevive a lo destructivo parental y sienten que ha sido expulsado cual materia fecal. Sin embargo no podemos olvidar que lo predominante pulsional del bebé también incide en este entramado vincular y su objeto estructurante se internalizará en el mundo subjetivo como una suerte de combinación de lo real y sus fantasías. [Este estudio tiene la finalidad de poder detectar factores de riesgo vincular, que permitan prevenir posibles trastornos mediante la intervención temprana que favorezca la evolución del bebé y la sanidad de la madre] Gracias