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TANTO AMÓ DIOS. Pastora Susie Fernández Iglesia Casa de Oración y Adoración 12 de febrero del 2012. 1 Juan 4:10-12. 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
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TANTO AMÓ DIOS Pastora Susie Fernández Iglesia Casa de Oración y Adoración 12 de febrero del 2012
1 Juan 4:10-12 10 En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. 11 Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. 12 Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros.
1 Juan 4:13-15 13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu. 14 Y nosotros hemos visto y testificamos que el Padre ha enviado al Hijo, el Salvador del mundo. 15 Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.
1 Juan 4:16-19 16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él. 17 En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es, así somos nosotros en este mundo. 18 En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. 19 Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero.
¿Por qué murió por nuestros pecados? • Y la respuesta que iluminó de golpe la fe de la Iglesia, como con resplandor de sol, fue: "¡Porque nos amaba!" "Cristo nos amó y se entregó por nosotros”. Efesios 5:2 "Me amó hasta entregarse por mí“. Gálatas 2:20; "Cristo amó a su Iglesia y por eso se entregó a sí mismo por ella“. Efesios 5:25. • Como puede verse, ésta es una verdad pacífica, primordial, que lo penetra todo y que se aplica tanto a la Iglesia en su conjunto como personalmente a cada hombre.
El evangelista San Juan, • que escribe después que los demás, hace remontar esta revelación hasta el mismo Jesús: "Nadie —dice Jesús en el evangelio de Juan— nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos“. Juan 15:13
Juan 15:1-4 Jesús, la vid verdadera 1 Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 2 Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. 3 Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. 4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Juan 15:5-8 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y Yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 6 El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho. 8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan 15:9-13 9Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. 11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. 12 Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.
Juan 14-19 14 Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. 15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os las he dado a conocer. 16 No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé. 17 Esto os mando: Que os améis unos a otros.
Jesús, pues, sufrió y murió libremente, por amor. • No por casualidad, ni por necesidad, ni por oscuras fuerzas o razones de la historia que lo hayan arrollado sin que él se diera cuenta o a pesar suyo. Quien afirme eso, vacía el Evangelio; le quita el alma. Porque el Evangelio es únicamente esto: el alegre mensaje del amor de Dios en Cristo Jesús.
Y no sólo el Evangelio, • sino toda la Biblia es únicamente esto: la noticia del amor incomparable, puro, maravilloso, grandioso, majestuoso, incomprensible, de Dios al hombre, de Nuestro Padre Celestial a nosotros Sus hijos, Su creación. • Si toda la Escritura se pusiese a hablar a la vez, si, por un milagro, de palabra escrita se convirtiese toda ella en palabra pronunciada de viva voz, esta voz, más potente que las olas del mar, gritaría: "¡Te amo mi hijo!".
Habló después por los profetas, • pues los profetas de la Biblia no son, en realidad, otra cosa que los mensajeros del amor de Dios, los "amigos del Esposo". Incluso cuando reprenden o amenazan, lo hacen para defender ese amor de Dios a su pueblo. • En los profetas, Dios habla de su amor al de una madre Isaías 49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.
al de un padre Oseas 11:4 Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida. • al de un esposo Isaías 62:5 Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del Esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.
Dios mismo resume en una frase • su forma de proceder con Israel, diciendo: "Con amor eterno te ame”. Jeremías 31:3 • Una frase tan profunda, tan grande, tan poderosa, nunca escucharas, solamente de El, nuestro Padre Eterno.
Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Pero a Dios no le bastó con hablarnos de su amor por los profetas. • "Ahora, en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo“. Hebreos 1:2 en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo; • Hay una enorme diferencia respecto a lo de antes: Jesús no se limita a hablarnos del amor de Dios, como hacían los profetas: El "es" el amor de Dios. ¡Porque "Dios es amor" y Jesús es Dios!
Con Jesús, Dios ya no nos habla desde lejos, • sirviéndose de intermediarios: nos habla desde cerca y nos habla en persona. Nos habla desde dentro de nuestra condición humana, después de haber saboreado hasta el fondo sus sufrimientos. ¡El amor de Dios se hizo carne y vino a vivir en medio de nosotros! • Ya en la antigüedad había quienes leían así al libro de Juan. Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
Jesús nos ha amado con un corazón divino • y humano a la vez; de manera perfectamente humana, y poderosamente celestial, amor eterno. Un amor lleno de fuerza y de delicadeza, tiernísimo e incesante. Como ama a Sus discípulos, a Sus hijos, como ama a los niños, como ama a los pobres y a los enfermos, como ama a los pecadores... Amando, hace crecer, devuelve la dignidad y la esperanza; todos los que se acercan a Jesús con sencillo corazón salen transformados por su amor.
Y finalmente, la prueba suprema de ese amor: Juan 13:1-2 Jesús lava los pies de sus discípulos 1 Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin. 2 Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,
Juan 13:3-5 3 sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, 4 se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. 5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.