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JUSTICIA. 1. INTRODUCCIÓN. “Sobre la justicia no se habla; la justicia se practica ”. “Virtud moral que consiste en dar a Dios y al prójimo lo que les es debido .” (Cat. Igl. Cat. Artic 1807). 2. RESPONSABILIDAD.
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1. INTRODUCCIÓN. • “Sobre la justicia no se habla; la justicia se practica”. • “Virtud moral que consiste en dar a Dios y al prójimo lo que les es debido.” (Cat. Igl. Cat. Artic 1807).
2. RESPONSABILIDAD. • Es de todos porque “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo”[1]. [1] GS 1.
Hoy más que nunca se hace patente la pregunta de Dios a Caín: “¿Dónde está tu hermano?”.
3. EL POBRE Y LA JUSTICIA. • En el Antiguo Testamento <pobres> son todas aquellas personas privadas injustamente del ejercicio de sus derechos humanos. • En tiempos de Jesús <pobres> son todas aquellas personas marginadas por la sociedad y las clases dirigentes. • En todos ellos se da un denominador común: carecen de poder e influencia. Como no aportan a la sociedad ni honor ni prestigio no se les escucha.
Todos somos pobres. Pero cuando a esta pobreza se añade la originada por la injusticia, la violencia o la humillación, entonces alcanza su forma más aguda. Dios ama con predilección a quienes la sufren. • El necesitado, no alguien inoportuno o como si fuera una carga, sino la ocasión de un bien en sí, la posibilidad de una riqueza mayor. • Ese <otro> nos va a acompañar siempre.
“Hemos de poner rostro a las situaciones que aparecen, concretas y cercanas”.[1] [1] Plan de Formación Comisión Diocesana de Justicia y Paz Madrid.
4. Dios y la justicia. • Dios interviene siempre a favor de sus predilectos, los pobres,haciéndolos intervenir a ellos. • El pathos divino siempre está relacionado con una justicia tocada de misericordia (jesed). Dios es justo (tzedaká) y por eso su justicia es siempre parcial a favor del necesitado. La justicia divina mira más la misericordia que la legalidad.
4.1. Rey en A.T. • Toca al rey restablecer el equilibrio. Por su función, es el defensor de los que no pueden defenderse por sí mismos. • La <justicia> que debe a sus súbditos consistirá en garantizar al débil sus derechos frente al poderoso. • “Si Dios había dado la tierra a los hombres, esto significaba que la había dado a todos. Las riquezas de la creación se debían considerar como un bien común a toda la humanidad. Quien poseía estos bienes como propiedad suya era en realidad sólo un administrador. El año jubilar debía serviral restablecimiento de esa justicia social”.[1] [1] Tertio Millennio Adveniente.
5. JESUS Y LA JUSTICIA. • “El espíritu del Señor está sobre mí, • porque me ha ungido para anunciar la buena noticia a los pobres; • me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y dar la vista a los ciegos, a libertar a los oprimidos • y a proclamar un año de gracia del Señor”. • Esa misión del siervo, es implantar la justicia en la tierra,sin grandes alharacas ni gritos, aprovechando lo poco que ya hay y a través de una fidelidad decidida.
6. IGLESIA Y JUSTICIA • “Las religiones están llamadas a promover conjuntamente la paz y la justicia en el mundo. ”[1][1] Cuadernos de Cristianisme y Justicia. “Los ciegos y el elefante. El diálogo interreligioso”, Javier Melloni, antropólogo y doctor en Teología. nº 97, pg 25.
Recomendamos vivamentela cooperación con los hermanos cristianos separados, para promover la justiciaen el mundo, para fomentar el desarrollo de los pueblos; también con aquellos que no reconocen al Autor del mundo, pero que, estimando los valores humanos, buscan la justicia sincera y honestamente. • La promoción humana, la opción por la justicia y los pobres, la lucha contra toda opresión y pobreza y contra toda miseria social que impide el desarrollo integral de los pueblos y de las personas, tanto en la vertiente individual como estructural, forma parte esencial de la fe y misión de la Iglesia (EN 31; SRS 42: CA 1) • La Iglesia tiene el derecho, más aún, el deber, de proclamar la justicia en el campo social, nacional e internacional, así como de denunciar las situaciones de injusticia, cuando lo pidan los derechos fundamentales del hombre y su misma salvación.
Los temas de liberación evangélica, fundamentada en el Reino de Dios, deben llegar a ser particularmente familiares para los religiosos. • En los Institutos religiosos no resultaría adecuado ni completo un programa de formación y renovación sin una precisa toma de conciencia del pensamiento de la Iglesia en esta materia (cf. Juan Pablo II, Puebla).
7. JUSTICIA, SOLIDARIDAD. • Con el fin de que la ética de la solidaridad no sea sólo una ética de la <sensibilidad> solidaria, conviene que la planteemos como una ética de la justicia y una ética de la responsabilidad. • “Los excluidos viven en una sociedad democrática donde hay igualdad de oportunidades y, por ello, si se han quedado fuera, es por su incapacidad natural, su apatía o su desinterés”.
“La exclusión en el marco de una sociedad justa procede de una concepción estrecha de los individuos, como si fuera su nivel de renta, su educación, sus habilidades o cualquier otro bien (o su ausencia) el que determine el criterio de inclusión. Quizá nos olvidamos con excesiva facilidad de que no hay nadie incapaz, inútil o incompetente en todo.”[1] [1] pg. 275-276, “Etica y voluntariado. Una solidaridad sin fronteras”, Agustín Domingo Moratalla.
8. JUSTICIA Y CARIDAD • “¿Cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover, mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico crecimiento del hombre?”.[1][1] EN 31. • La caridad no puede sustituir a la justicia, sino que la virtud de la caridad empieza donde acaba la acción de la justicia.
“Que se satisfaga ante todo las exigencias de la justicia, y no se brinde como ofrenda de caridad lo que ya se debe como título de justicia. • Y que se ordene el auxilio de forma que quienes lo reciben se vayan liberando poco a poco de la dependencia externa y se vayan bastando por sí mismos”.[1] • “Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos liberalidades personales, sino que les devolvemos lo que es suyo. Más que realizar un acto de caridad, lo que hacemos es cumplir un deber de justicia”.[2][1] Concilio Vaticano II, decr. Apostolicam actuositatem, sobre el apostolado de los seglares, n.8; 1965. [2] S. Gregorio Magno, past. 3, 21.
9.DCHOS,DIGNIDAD,BIENES • El ser humano, cada persona, y su dignidad y el derecho a una vida digna, es un bien de la humanidad. Un bien a proteger y a defender. Un bien no canjeable ni negociable. • Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. • Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo. La simple justicia exige esto.
Los bienes de la tierra están destinados a todos los hombres y mujeres de la comunidad humana; los bienes no son para el uso exclusivo, sino también, para el uso común. • A cada miembro de la familia humana ha de alcanzar, por tanto, lo necesario para vivir y desarrollarse como persona a imagen y semejanza de Dios. Los empobrecidos y olvidados de siempre tienen derecho y prioridad en este reparto.
10.1. SISTEMA SOCIAL • “Si doy de comer a un pobre me llaman santo; si preguntó por qué hay pobres me llaman comunista”.H. Cámara. • La pobreza hoy no es atribuible a razones personales de quien la padece: desinterés, incultura, enfermedad. La pobreza del mundo de hoy, además de nutrirse de decisiones concretas en las que la intervención de los hombres desde el poder económico, social y político resulta decisiva, es fundamentalmente estructural, motivada por un reparto inadecuado de la riqueza y por la desigualdad de oportunidades.
El necesario vital y el personal para vivir se basa en la satisfacción de los bienes primordiales, y por tanto es el único dominio absoluto del derecho de propiedad. Un mundo en el que algunos están privados de ello es un mundo fundado en una injusticia radical. • Un modelo de justicia global que no esté pensado para ajustarse a los espacios electorales, donde el otro no sea considerado como un obstáculo, una carga o un enemigo. • El orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas... y no al contrario. • Que supere las fronteras y llegue a toda la familia humana.
10.2. LEYES. • El mundo está organizado a partir del egoísmo, y las leyes son usadas para mantener esta situación injusta. • Leyes de la selva que no sirven a la justicia social, sino que benefician a quienes las establecen, pues es bien sabido que una cosa es la justicia y otra muy distinta la igualdad, y que los Estados de derecho son Estados de injusticia donde las leyes las hacen los poderosos para uso propio.
10.3. MERCADO • Nunca se han dado en la historia tantas condiciones objetivas para una posible universalización de la riqueza y a la vez tantas realidades de pobreza e injusticia como ahora. • La prosperidad económica de un pueblo consiste, más que en el número total de los bienes disponibles, en la justa distribución de los mismos.
La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado. • No se ha de retardar el tiempo en que el pobre Lázaro pueda sentarse junto al rico para compartir el mismo banquete sin verse obligado a alimentarse de lo que cae de la mesa. • Es una obligación de justicia si el bienestar de las naciones ricas procede de recursos que no han sido pagados con justicia.
10.4. RIQUEZAS. • Jesús dice que toda riqueza es injusta, aunque haya sido adquirida justamente. • El hombre al acaparar las cosas, al retener para sí lo que no necesita, se erige en poseedor absoluto, en administrador infiel (Lc 16,1-8). Jesús trabaja con la idea de que el único propietario de las cosas es Dios y de que el hombre no es más que administrador de ellas.
“¿No es verdad que eres un ladrón tú que, en vez de gestionar los bienes, te los apropias? Pertenece al hambriento el pan que tú guardas, al desnudo la capa que tienes en el baúl, al descalzo los zapatos que están pudriéndose en tu casa, al necesitado el dinero que tienes oculto. Por tanto, cometes tantas injusticias como personas a las que podrías dar lo que guardas”. Basilio. • De hecho “no regalas al pobre una parte de lo tuyo, sino que le devuelves algo de lo que es suyo”. Ambrosio.
“¿Por qué mientras los pobres perecen todos los días de opresión, hambre, frío, injurias, tú eres amigo del oro, guardas la plata, tienes por sacrosantos, como si fueran ídolos, los vestidos preciosos y los ornamentos lujosos superfluos? ¡Oh, cuántas almas asesinadas cuelgan de los collares de las matronas enjoyadas! Si vendieras una sola de tus joyas, distribuido su precio entre los pobres, conocerías por las necesidades remediadas cuántos sufrimientos vale tu ornato”.S. Zenón de Verona. • “Lo que no se ha quitado a nadie, debe –sin embargo- calificarse de objeto robado, si uno conserva su posesión sin necesidad. Los ricos van acumulando cosas superfluas y, por consiguiente, tiene que malgastar esos bienes, inútiles para ellos, mientras que millones de hombres mueren de hambre por falta de alimento”. Gandhi.
11.1. ¿ESPERANZA? • La mirada optimista se cierra a ver los problemas y se lanza a construir futuro sobre arena o con pies de barro. Es la mirada, normalmente, de los poderosos. La mirada pesimista no ve más que problemas, se cierra a la fe y a la confianza. Se ha cerrado a la esperanza. La mirada nostálgica es la mirada de quien añora un pasado que no puede volver. Una mirada así no lleva a ningún lugar. • La mirada de la fe y esperanza en la persona humana viene provocada por un acto de fe...”. • El cardenal Martín afirma: “ ... es posible construircomunidades misioneras que sepan obrar por atracción, por proclamación, por conversación, por irradiación, por fermentación, por contagio”.
11.2. CONVERSION • “No basta recordar los principios generales,manifestar propósitos, condenar las injusticias graves, proferir denuncias con cierta audacia profética; todo ello no tendrá peso real si no va acompañado en cada hombre por una toma de conciencia más viva de su propia responsabilidad y de una acción efectiva.Resulta demasiado fácil echar sobre los demás la responsabilidad de las presentes injusticias, si al mismo tiempo no nos damos cuenta de que todos somos también responsables, y que, por tanto, la conversión personal es la primera exigencia”.[1] [1] Octogésima Adveniens 48. Pablo VI.1971.
No hay estructura justa sin seres humanos que quieran ser justos. • La conversión se realiza en la vida cotidiana. • En la vida privada y relaciones cercanas, en el ámbito laboral y social, en la vida pública.
11.3. CONCIENCIACIÓN • La participación política en aras de la justicia comprende los ámbitos sociales e institucionales, asociaciones de vecinos, economía y empresas, organizaciones obreras... No puedo llevar una vida religiosa si no me identifico con toda la humanidad, y no puedo hacerlo si no participo de la vida política. Toda la gama de las actividades de la humanidad constituye un todo indivisible. No podemos dividir el trabajo social, económico, político y puramente religioso en compartimentos estancos.
Que la comunidad sea sensible a las situaciones inhumanas concretas del barrio o de la zona en que esté ubicada, y ha de apoyar todas aquellas acciones de carácter más general, de ámbito más amplio, en las que se reivindiquen los derechos de los humildes.La tentación de que la comunidad sea un refugio fraterno es grande. La comunidad cristiana debe mantener siempre viva su vocación hacia fuera, su dinamismo a favor de todos los pobres y oprimidos.
11.4. ACCIONES. • Muchas veces comete injusticia el que nada hace, no sólo el que mal hace. • No podemos seguir encerrándonos en nuestras preocupaciones domésticas por importantes que éstas sean; es necesario abordar el conocimiento de nuestra realidad social con la mayor hondura y precisión posibles, en orden a una acción social eficaz.
Sindicatos y partidos políticos, asociaciones de vecinos y asociaciones no gubernamentales de diversos movimientos en pro de los derechos humanos, la paz, la ecología, la defensa de los consumidores, etc; desfilar en manifestaciones y firmar en manifiestos; asistir a mítines y encuentros, círculos de estudio y conferencias. • “Hacer política” es participar en el bien común. • La lucha contra los aparatos del Estado como una continuación de la lucha contra la injusticia sociolaboral. • El compromiso por la justicia conlleva tres exigencias: • Actuaren justicia. • Denunciar las sombras y anunciar las luces. • Luchar por la justicia.
Cuando un voluntario ayuda no está cancelando una deuda que tiene con la humanidad por haberle tratado bien, como si la justicia que practica el voluntariado fuera una justicia retributiva donde la acción voluntaria consistiera en retribuir la misma cantidad de cuidado que uno ha recibido. Este sería un planteamiento estrictamente individualista en el que la acción voluntaria sería una acción sometida al cálculo, como si la acción voluntaria tuviera que estar sometida a una particular medida.La medición y el cálculo serían lógicos si el voluntariado se moviera en el nivel de una justicia natural, regida por la regla de la igualdad y por el principio de simetría. La responsabilidad para con el otro es una relación asimétrica. • A diferencia de la justicia natural, que tan sólo me obliga a no perjudicar a los demás, a cumplir mis promesas y a reparar los daños que he causado yo mismo, me exige reparar incluso los daños que no he causado, honrar incluso las promesas que no he hecho y apartar del camino de los demás incluso el mal cuya causa no soy yo. La justicia consiste en devolver al otro lo que le debo; la misericordia, lo que no le debo.
El bien común de la sociedad no puede conseguirse por medio de la violencia. • La justicia restaura, no destruye; reconcilia en vez de incitar a la venganza. Separada del amor misericordioso, la justicia se hace fría e hiriente. • La acción caritativa de las comunidades parroquiales no debe quedarse meramente en lo asistencial, sino que deben procurar ser promotoras de personas e instituciones que defiendan la justicia y vivan la fraternidad. No es suficiente el compromiso asistencias, ni siquiera el compromiso ético a favor de los pobres. Estamos llamados no tanto a hacer cosas a favor de los pobres cuanto a trabajar para que los pobres desarrollen las posibilidades que llevan dentro. Entrar más enla dinámica del compartir, pues no sólo nosotros podemos dar.
Vivir con los pobres, de tal forma que podamos ver la historia y la realidad desde su propio punto de vista; rehusar adquirir o poseer bienes innecesarios para dar un testimonio profético contra el consumismo creciente; aprender de los pobres el espíritu de solidaridad y auténtica fraternidad; concienciarnos acerca del injusto sistema de dominación socioeconómica, política y cultural que padecen millones de personas en el Tercer Mundo por millones de empresas multinacionales y transnacionales, promoviendo un nuevo orden económico y político que traiga mayor justicia a nuestro mundo; adoptar una postura profética frente a todos los regímenes totalitarios y opresivos; llevar el Evangelio a los pobres dondequiera que ellos se estén organizando en busca de una liberación integral a través de organizaciones populares, sindicatos u otros programas de concienciación social destinados a elevar al pueblo a una situación en la que sus derechos sean reconocidos y comprendidos. • El encuentro es el requisito y la manifestación de un primer acto de justicia: reconocer al otro en su dignidad mantenida en toda la transversalidad y en toda la temporalidad del proceso.
12. ESCUELA PIA • Al entregarnos con nuestro trabajo educativo a la reforma de la sociedad, colaboramos de corazón con la Iglesia que proclama los derechos de las personas y de la comunidad humana, y denuncia las situaciones injustas que viven los pobres. Participamos eficazmente en las iniciativas que promueven la justicia y la paz. Damos un trato humano y en conformidad con las exigencias de la justicia, a quienes trabajan con nosotros. La educación que impartimos se orienta a capacitar al educando para que pueda satisfacer sus necesidades y legítimas aspiraciones en todos los niveles y ponga todo su empeño en la creación de una sociedad más justa. De ahí que intente hacerlo apto para comprometerse en las realidades políticas mediante una participación libre, activa y responsable.
El proyecto educativo de Calasanz no sólo pretende el bien del individuo, sino también el de la sociedad (reformatio reipublicae). Esto implica: • Formar personas críticas, comprometidas con el progreso social, la justicia y la paz. • Programar en nuestras escuelas un análisis sistemático de la sociedad, acorde con la edad de los educandos. • Contacto y colaboración con quienes luchan por un mundo mejor: ONGs, voluntariado, movimientos de solidaridad. • Acciones-signo de ayuda y servicio que vayan induciendo al estudiante a compromisos más amplios y orgánicos. • Reorientar - y reivindicar si fuese necesario- nuestras escuelas u obras hacia sectores de población y lugares más necesitados.
13. MARIA Y LA JUSTICIA • <Dispersó a los de corazón soberbio. Derribó de sus tronos a los poderosos y ensalzó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y a los ricos despidió sin nada>. • Tenemos, que rechazar una interpretación exclusivamente espiritualista, que edulcora Lc. 1, 51-53, y también una interpretación exclusivamente secularizada, que transforma el Magníficat en un canto revolucionario. El cántico se orienta hacia Dios, pero un Dios que, a su vez, se orienta hacia los hombres, un Dios que prefiere a los pobres y a los oprimidos de la tierra.
14. CONCLUSIÓN. • “Yo albergo un sueño de que un día, en las rojas montañas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos podrán sentarse juntos a la mesa de la hermandad. Yo albergo el sueño, de que un día, incluso en el estado de Mississippi, un estado abrasado de injusticias, abrasado por el calor de la opresión, se transformará en un oasis de libertad y de justicia” (Martín Luther King).
GRACIAS GRACIAS