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La metáfora. Empleo de la metáfora en creaciones literarias personales El español, una lengua en continuo proceso de cambio El estudio diacrónico y sincrónico de las lenguas. - Empleo de la metáfora en creaciones literarias personas.
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Empleo de la metáfora en creaciones literarias personales El español, una lengua en continuo proceso de cambio El estudio diacrónico y sincrónico de las lenguas
- Empleo de la metáfora en creaciones literarias personas. Una vez que has conocido las características peculiares de la metáfora, puedes emplearla en composiciones literarias propias que te permitirán expresar tus sentimientos y emociones ante la naturaleza, el amor, la belleza…
Esta expresión debe partir de una apertura de los sentidos, es decir, de redescubrir las imágenes, los olores, las texturas, los sonidos, los sabores.
Recuerda que una metáfora debe ser sugerente. Quizá al principio te resulte un poco difícil elaborar frases metafóricas, pero podrías auxiliarte con estos ejercicios: - Pensar en una palabra y derivar de ella otras, de acuerdo con lo que la asocies: Árbol: fortaleza, seguridad, protección, sombra. Vida: amor, belleza, sufrimiento, alegría. Amor: felicidad, llanto, abrazos, compañía.
- Atribuir a seres inanimados verbos que expresen acción: El mar ruge furiosamente… La luna sonríe en las noches de octubre… La tierra se alegra cuando el sol la acaricia… Como tema de tu composición literaria, ya sea en prosa o en verso, puedes seguir el ejemplo de Carlos Pellicer y celebrar la belleza del lugar donde vives o su entorno natural. Supongamos que en la noche aprecias una brillante estrella cuyo fondo es un cielo muy oscuro. Esto podría conducirte a decir: Las lámparas del cielo llenan la oscuridad…
O también, si miras un racimo de uvas en el campo, podrías pensar: Dulces hermanas que habitan juntas la rama oculta… Recuerda que la imaginación y la sensibilidad son los elementos principales para escribir composiciones literarias, sin olvidar, claro está, leer constantemente a los buenos escritores.
Elabora una composición literaria (en prosa o en verso) donde emplees metáforas. Presenta tu trabajo al grupo. Los mejores textos pueden ser incluidos en la antología literaria. El español, una lengua en continuo proceso de cambio El estudio diacrónico y sincrónico de las lenguas.
¿Recuerdas cómo era el español del siglo XI, según los fragmentos leídos del Poema de Mio Cid? ¿Qué cambios observaste entre este momento de la lengua española y el que se refleja en El Quijote? Coméntalo con tus compañeros. Lee con atención este texto: Los grandes cambios de la lengua española.
La lengua española –como las demás lenguas romances- no es otra cosa sino el latín vulgar transformado a través de los siglos. En vista de que se conoce bien la lengua latina y se conservan documentos importantes que reflejan la evolución de la lengua, es posible reconstruir paso a paso los estados del español en su evolución.
Observa algunos ejemplos de esa evolución con estos textos breves de diferentes épocas: 1. Revuelto en estas malas costumbres y distracciones, gasté cinco años en el colegio, y al fin de ellos volví a la casa de mis padres. Un mes poco más estuve en ella, mal contento con la sujeción, atemorizado del respeto y escasamente corregido. (Diego de Torres Villarroel, Vida, 1752.)
2. Tocase el arma en ambas partes, y los Turcos, viéndose descubiertos, y que su traca auia salido vana, se resolvieron de baxar luego a lo llano, y acometer a los nuestros, que venían algo fatigados del camino, antes que pudiesen descansar, ni hazer mayores preuenciones. (Francisco de Moncada, Expedición de los catalanes y aragoneses contra turcos y griegos, 1623.)
3. Púseme á pensar qué haría y paresciome esperar á mi amo hasta que el día demediasse y si viniesse y por ventura traxese algo que comiésemos; mas en vano fue mi experiencia. (Lazarillo de Tormes, 1554.)
4. Siempre están fablando, librando cosas agenas: aquélla cómo bive, que tiene, cómo anda, cómo casó e cómo la quiere su marido mal, cómo ella se lo merece; cómo en la iglesia oyó decir tal cosa; e así pasan su tiempo dependiéndolo en locuras e cosas vanas, que aquí especificarlas seríe imposible. (Arcipreste de Talavera, Corbacho, 1438.)
5. Et luego que llegó a él, recibiólo muy bien, et díxol que non quería quel dixiesse ninguna cosa de lo por que venía fasta que oviese comido… (Don Juan Manuel, Conde Lucanor, 1330.) 6. E desque ouo esto fecho, de las diez naues que el troxiera, dexara la una de comienco en Caliz, e leuara las nueve consigo a Galizia; e desi mando que fincasen las ocho allí e aquel aduxiessen la nouena… (Alfonso el Sabio, Primera crónica general de España, segunda mitad del siglo XIII.)
7. Sobre esto pendraron e moujeron pleito, e fueron ante don Diago; e iugo don Diago que eitassen sortes los canonges, e a equi cadisse la suerte, che iurasse sobre la quattour auangelia que non aujen derechura sobre a chel molino de moleo ayer ninguno. (Documento notarial, 1199.) 8. Conoajutorio de nuestro dueno, dueno Christo, dueno Salbatore, qual dueno get ena honore, equeal dueno tiene tela mandatjone cono Patre, cono Spiritu Sancto… Amem. (Glosas Emilianenses, mediados del siglo X.)
Lo primero que advertimos en estos trozos, tan pronto nos remontamos unos pocos siglos, es que buena parte de la ortografía resulta extraña. Ya en el segundo pasaje, de Francisco de Moncada, encontramos traca, baxar y hazer, que hoy escribimos traza, bajar y hacer. Esto podría hacernos suponer que lo único que ha cambiado es la ortografía, pero cuando examinamos otros fragmentos más antiguos esta suposición se debilita. Aunque muchas palabras resulten familiares, la ortografía es tan distinta que muy difícilmente podría representar la pronunciación actual.
Así mismo, es posible advertir cambios en el vocabulario y en las construcciones: ya en el primer trozo encontramos mal contento donde nosotros diríamos descontento de; atemorizado de en lugar de atemorizado por.
En dos encontramos se resolvieron de baxar, que hoy se diría se resolvieron a bajar, y en tres aparece demediase, “llegase a la mitad”, que después ha caído en desuso. Las diferencias aumentan en los pasajes siguientes, en forma tal que el último se reconoce apenas como español. Vemos, pues, que un milenio de cambio lingüístico ha bastado para alterar la fisonomía del español de manera tan radical que si un español del siglo X y un americano o español del siglo XX se encontrasen cara a cara no podrían entenderse. José G. Moreno de Alba, Historia de la lengua española, ANUIES, México, 1973. (Los ejemplos no aparecen numerados en el texto original; se adaptó su presentación.)
Los ejemplos incluidos en el texto anterior permiten observar que la lengua tiene un carácter dinámico; se encuentra en continuo proceso de cambio. Si se compara un texto escrito en el siglo XVIII con otro del siglo XIX, se advierten dos estados muy diversos de una misma lengua. De igual forma, si pudiéramos traer a un hispanohablante del siglo XIX a nuestro tiempo, comprobaríamos su asombro ante palabras que, en este siglo, han surgido como consecuencia de los avances de la tecnología: antibiótico, teléfono, radar, televisión, computadora, cibernética, son algunos ejemplos.
Estas alteraciones indican que el español, evoluciona, porque es una lengua viva. Lo es porque no permanece inmóvil en el transcurso del tiempo, sino que se somete a una evolución que afecta los sonidos (pronunciación), la construcción gramatical y, sobre todo, el vocabulario. Las lenguas muertas, por su parte, son las que no se usan ya como medio de comunicación: dejaron de hablarse por las comunidades en que surgieron, o debido a diferentes causas como invasiones o conquistas de otros pueblos, asimilación de otras culturas, segregación de los grupos, imposiciones políticas o religiosas. Las lenguas muertas, sin embargo, son objeto de estudio: el latín, el griego clásico, el indoeuropeo, el sánscrito.
Para conocer el origen y la evolución de una lengua, se realiza un estudio diacrónico (diacrónico-ca: se dice de los fenómenos que ocurren a lo largo del tiempo, y de los estudios referentes a ellos). Aplicando a la lengua española, este estudio permite conocer cómo se transformó el latín, a través de los siglos y gracias a la influencia de otras lenguas y los factores acumulativos de la civilización, en lo que es actualmente.
Si lo que se desea es conocer las relaciones internas y el funcionamiento de una lengua en un momento dado de su evolución por ejemplo, la comparación entre dos o más obras escritas en la misma comunidad y en la misma época, por autores distintos y en diversos géneros, se hace entonces un estudio sincrónico (sincrónico-ca: que ocurre, sucede o se realiza al mismo tiempo que otra cosa).
La asignatura de Español tiene entre sus propósitos encauzarte en el estudio diacrónico y sincrónico de nuestra lengua. Se presta mayor atención a este último porque es el que más requieres conocer y dominar para participar activamente en el mundo de la comunicación. Después de leer los textos anteriores, contesta en el cuaderno: ¿A qué siglos corresponden los ejemplos de documentos escritos? ¿Qué dificultades de lectura e interpretación encontraste en ellos?
¿Cómo se demuestra el carácter dinámico de la lengua? ¿Qué características tiene una lengua viva? ¿Qué tipo de alteraciones se producen en la evolución de una lengua? ¿Por qué el latín y el griego clásico, entre otras, reciben el nombre de lenguas muertas? ¿Qué es el estudio diacrónico de una lengua? ¿Con qué finalidad se realiza el estudio sincrónico de una lengua?
Elige un fragmento breve de la versión antigua del Poema de Mio Cid y la versión moderna del mismo trozo. Compáralas: Explica las semejanzas y diferencias que notas entre ambos textos. Indica las palabras que desconozcas en el texto antiguo e intenta deducir su significado. Explica en qué forma se construyen las oraciones en ambos textos. Consigue un ejemplar del Lazarillo de Tormes. Selecciona un fragmento breve. Luego, actualiza el texto en una versión moderna.
Probablemente tu profesor te sugerirá que conozcas y selecciones algunos fragmentos de obras clásicas en lengua española. Si éste es el caso, él te indicará la bibliografía.
- Atribuir a seres inanimados verbos que expresen acción: El mar ruge furiosamente… La luna sonríe en las noches de octubre… L a t i e r r a se alegra cuando el sol la acaricia… Como tema