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El templo de la Sagrada Familia es uno de los símbolos de la ciudad de Barcelona y es sin duda el edificio catalán más conocido en todo el mundo. La idea de la construcción de la Sagrada Familia surge de Josep M. Bocabella un librero devoto y muy culto que en el año 1866 fundó
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El templo de la Sagrada Familia es uno de los símbolos de la ciudad de Barcelona y es sin duda el edificio catalán más conocido en todo el mundo.
La idea de la construcción de la Sagrada Familia surge de Josep M. Bocabella un librero devoto y muy culto que en el año 1866 fundó "La Asociación Espiritual de Devotos de San José" una entidad que pretendía colaborar en la difusión del Catolicismo en una época en que la religiosidad se veía enfrentada a las ideas que los revolucionarios propugnaban.
El proyecto inicial lo hizo el arquitecto diocesano Francisco de P. del Villar, en estilo neogótico, y la primera piedra fue colocada en la fiesta de San José del año 1882, porque se trataba de construir un templo dedicado a San José, patrono de la Iglesia, para que la defienda de los ataques que recibía en la sociedad moderna.
En 1883 por discrepancias con la junta promotora del templo, Villar renunció a continuar la obra. La Asociación Josefina, rogó a San José que le enviara a quien habría de sacar adelante el proyecto. Fue Antoni Gaudí, quien se convirtió en el arquitecto del templo en 1893.
Este opta por ir modificando el proyecto primitivo. Un importante donativo permitió hacia el 1893 de plantear el templo con una grandiosidad no prevista hasta ese momento. Gaudí decidió terminar una fachada para dejar libertad a las generaciones futuras en la forma de terminarlo.
A la muerte de Gaudí (1926), atropellado por un tranvía, el arquitecto Domènec Sugrañes i Gras, colaborador de Gaudí, terminó las tres torres que faltaba completar. La obra quedó muy paralizada entre el 1935 y en 1952, con la excepción de los trabajos de restauración, por los destrozos producidos durante la Guerra Civil.
A partir de 1952 los arquitectos Francesc Quintana, Lluís Bonet Garí e Isidre Puig Boada levantaron la fachada de la Pasión y los campanarios de la que se terminaron en 1977. El templo se ha construido sólo con donativos particulares y ha pasado por fuertes crisis económicas, sin embargo, ha ido adelante por la voluntad de los discípulos de Gaudí y la voluntad de los donantes.
El Papa Benedicto XVI ofició una misa en la Sagrada Familia, en la que dedicó el templo al culto de Dios, un hecho que sólo se realiza una vez en la historia de cada edificio católico y será elevada a la dignidad de basílica menor.
El conjunto del edificio es una alegoría de la religión cristiana. El interior puede acoger a más de a 13.000 personas, y las tribunas, sobre los lados, un coro de 1.500 personas.
Las 18 torres aluden a los doce apóstoles, los cuatro evangelistas, la Virgen María y el Jesús Cristo.