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Fachada de la Passión. Sagrada Familia. BCN. El dibujo original de Gaudí “Quiero que dé miedo!” “Quiero que se vea como fue de cruento (sangriento) el sacrificio de Cristo”. Gaudí dibuja esta fachada saliendo de una enfermedad que le llevó casi a la muerte.
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El dibujo original de Gaudí “Quiero que dé miedo!” “Quiero que se vea como fue de cruento (sangriento) el sacrificio de Cristo”. Gaudí dibuja esta fachada saliendo de una enfermedad que le llevó casi a la muerte. Arriba de todo, una cruz. Debajo, el sepulcro vacío de Cristo y el descenso a los infiernos.
Gaudí ponía la cruz abajo y en el medio de todo. A un lado ponía a los partidarios de Cristo, y al otro, los adversarios. Las columnas inclinadas son huesos humanos, tibias que enmarcan la pasión. Una fachada muy diferente para la pasión que para el nacimiento. Una cosa es el nacimiento de un niño, otra cosa es la muerte de un hombre sobre una cruz. “He comenzado – dijo Gaudí- por la fachada del nacimiento porque si hubiese empezado por ésta, no hubiera podido continuar la obra”.
Subirachs, propone reordenar las escenas de la fachada de la pasión, haciendo un Via Crucis. El marco, pero, es el de Gaudí.
Abajo en el centro, la escena de la flagelación de Jesús. Jesús está atado a la columna, pero al mismo tiempo abraza la columna: “Yo doy la vida, nadie me la quita, tengo poder de darla y tengo poder para recobrarla”. La columna tiene tres bloques, con un cuarto bloque desplazado: la piedra del sepulcro fuera de sitio, la resurrección. Pero, además, Subirachs dice que con esto quiere representar el hecho que Jesucristo “rompe el mundo antiguo”. Efectivamente, con la muerte y resurrección de Jesús, este mundo nuestro, dominado por el pecado, la violencia y la muerte, ha sido vencido!! Ha comenzado ya el cielo nuevo y la tierra nueva donde reinará la justicia.
Jesucristo es el Alfa y la Omega, el principio y el fin de todas las cosas.
(Dios) enjugará todas las lágrimas de sus ojos, y no existirá más la muerte, ni luto, ni llanto, ni dolor. Porque las cosas de antes han pasado.Y el que está sentado en el trono afirmó: "Yo hago que todo sea nuevo."Y añadió:"Escribe estas palabras, porque son verdad y dignas de toda confianza."Después me dijo:¡"Ya se han cumplido! Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin..."Apocalipsis 21, 4-6a
En la pared, Subirachs pone unos números misteriosos.En el cuadrado hay más de 500 combinaciones que suman 33 (todas las columnas, filas, etc). La edad de Jesús cuando murió.Sin embargo, una vez colocado se descubrió algo más.Hay dos números que se repiten (cosa muy rara en este tipo de "cuadrados mágicos"): el 10 y el 14.20 más 28 = 48.Y 48 resulta ser el valor numérico de la palabra INRI en latín (Jesús Nazareno Rey de los Judíos, el título en la cruz). Al hacer el cálculo, hay que recordar que el alfabeto latino no tiene la j (i=9, n=13, r=17).
A la derecha, Jesús con la cruz a cuestas, consuela a las mujeres de Jerusalén, "No lloréis por mí, llorad más bien por...". En el centro, la Verónica que muestra el rostro ensangrentado de Cristo. Ella no tiene rostro porque es un personaje legendario (no sale a los evangelios). A la izquierda, un personaje de perfil tomando nota. Es Antoni Gaudí, el evangelista que después pondrá el evangelio en piedra.
Antoni Gaudí, el evangelista que pondrá el evangelio en piedra en el corazón de la ciudad. Con una intención bien clara, que él mismo expresará: "Que el visitante se vaya impresionado por la obra salvadora de Dios".
Jesucristo, clavado en cruz, inclinado sobre el mundo porque da vida por el mundo. Al pie de la cruz, Maria, su madre, Maria Magdalena y el apóstol Joan.Al pie de la cruz, la calavera de Adán, símbolo de la humanidad mortal que Cristo rescata de la muerte. Siendo Dios, muriendo destruye la muerte que no puede en absoluto retener cautivo al autor de la vida.Desnudo: ¡la realidad cruda de la cruz!
Jesús puesto en el sepulcro. José de Arimatea a la cabeza de Jesús. En los pies un personaje que se parece mucho a Subirachs, el escultor (con la mano magnificada).Sobre la cabeza de Maria, un huevo (la vida latente):¡La Resurrección!