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La Terapia Marital

La Terapia Marital. Por Jaime Ernesto Vargas-Mendoza Mendoza. Por Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. 2009 .

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  1. La Terapia Marital Por Jaime Ernesto Vargas-Mendoza Mendoza Por Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. 2009

  2. A partir de los años 80’s se ha dado una explosión en el campo de la terapia marital. Al mismo tiempo, los psicólogos sociales han intensificado su estudio sobre las relaciones íntimas, resaltando variables como la confianza y el amor (Sternberg & Barnes, 1988; Holmes & Boon, 1990) y los psicólogos clínicos han empezado a visualizar síntomas como la depresión más y más como un reflejo del contexto interpersonal y de la realidad intrapsíquica (Hops et al, 1987). En esta situación, quienes proponen la terapia marital han empezado a acumular una considerable cantidad de trabajo teórico, investigación y de técnicas clínicas que se enfocan a la tarea del cambio en la naturaleza y la calidad de las relaciones íntimas. Adicionalmente, la demanda por terapia marital es un fenómeno creciente, de hecho, el fracaso para desarrollar relaciones íntimas satisfactorias con la pareja es actualmente el problema que más se presenta como motivo de terapia (Horowitz, 1979).

  3. La terapia marital ha surgido a partir de las obras de la terapia individual y familiar y se ha convertido en un campo de estudio y de trabajo importante en sí mismo. La relación entre los esposos son los cimientos del edificio familiar y el escenario donde se confrontan la mayoría de los problemas de identidad entre los adultos. Una relación íntima positiva proporciona bases seguras (Bowlby, 1988) para enfrentar el mundo y se presenta como un determinante fundamental de la salud física y mental. Si es posible intervenir terapéuticamente con el individuo, la pareja y la familia, el nivel de la pareja posee el mayor potencial de influencia de los tres niveles (Lewis et al, 1976).

  4. Estatus de la Investigación Empírica La investigación empírica en este campo esencialmente sigue los mismos pasos que la investigación de la psicoterapia individual general. El primer paso en este trayecto esta en describir las intervenciones y encontrar evidencia de la eficacia general de la terapia. Actualmente contamos con un cúmulo de evidencias que afirman que la terapia marital conjunta es en general efectiva para aliviar las preocupaciones de las parejas y promover su relación satisfactoria (Gurman & Kniskern, 1978). También, algunos revisores han concluido que, con algunas excepciones (Johnson & Greenberg, 1985), no hay una clara evidencia de que diferentes tratamientos maritales produzcan diferentes efectos (Baucom & Hoffman, 1986).

  5. El segundo paso en el trayecto aún se preocupa por la eficacia e intenta evaluar los efectos de tratamientos específicos con poblaciones específicas que muestran patrones de síntomas específicos. Este tipo de investigación se ha iniciado con trabajos de tratamientos maritales para problemas tales como la depresión (Jacobson et al, 1989). El tercer paso se aleja de la predicción general de éxito para identificar aquellos factores que resulten predictores de éxito en los diversos enfoques de la terapia marital. Por ejemplo se ha encontrado que la terapia marital no es efectiva con parejas formadas por una mujer altamente dependiente y un hombre muy independiente, mientras que parejas que exhiban síntomas depresivos, sí pueden mejorar (Jacobson et al, 1986).

  6. El cuarto paso en la investigación se refiere a aclarar el proceso de cambio en la terapia. Un enfoque aquí es el de considerar intervenciones terapéuticas específicas y el efecto que tienen en el resultado total de la terapia. De esta manera, se ha investigado la eficiencia relativa de diversas intervenciones conductuales como los contratos conductuales, el entrenamiento en comunicación y el entrenamiento en solución de problemas (Jacobson,1984). Una segunda opción prometedora en la investigación de la psicoterapia individual es el examen del proceso de cambio en el cliente (Rice & Greenberg, 1984). Esta investigación, que es importante para la práctica clínica y para las teorías del cambio, solo recientemente se ha iniciado en la terapia marital. Un estudio publicado sobre el tema es el de Johnson & Greenberg (1988). En este estudio se encontró que cuando había niveles altos de experiencia en la psicoterapia y los clientes recurrían a ofender a su pareja por no prestarles atención, había buenos resultados aplicando la Terapia Enfocada a las Emociones.

  7. A MANERA DE RESUMEN. Todas estas investigaciones sugieren que los elementos esenciales del malestar de las parejas son el afecto negativo, que en este contexto parece ser más aversivo para los hombres que para las mujeres. El centrarse solo en ver al otro en lo que tiene de negativo impide la construcción de la confianza en la pareja. El persistir en formas negativas de comunicación como la crítica y la ofensa es una cuestión insidiosa que puede convertirse en un patrón rígido de interacción auto-refozante.

  8. Directrices de la Investigación Empírica En términos de la investigación empírica ¿Qué es lo que hace falta y requiere de atención? Primero, aún hay muy poca investigación que examine la eficacia de muchos enfoques psicodinámicos y sistémicos de la terapia marital y todavía hay menos estudios que comparen los efectos de estos con otros enfoques. También persiste la necesidad de hacer estudios que involucren el diseño de tratamientos e intervenciones a través de manuales que permitan la adecuada implementación del enfoque de que se trate y faciliten su evaluación metodológica.

  9. Posiblemente una de las directrices más intrigantes consiste en la estipulación de experiencias de cambio que conduzcan a un resultado favorable en la terapia. Esta investigaciónse ha iniciado ya en la Terapia Enfocada en las Emociones (EFT, por sus siglas en inglés). Ahí se ha observado la experiencia que se ha denominado como “ablandamiento”, que se refiere a un giro en la interacción entre ambos cónyuges, para involucrarse ahora en volver a procesar su experiencia, abandonando el estilo de la ofensa activa (Johnson & Greenberg, 1987). Cuando ocurre el “ablandamiento” un cónyuge previamente hostil se muestra dispuesto a solicitar a su pareja, ahora accesible, un contacto cariñoso (para él o para ella), de tal manera que facilita una respuesta positiva a su requerimiento.

  10. Por otro lado, investigaciones como la de Gottman & Krokoff (1989) sugieren que cuando la terapia se involucra directamente con los conflictos, aún cuando estos se caractericen por la ira, esto lleva, a largo plazo, a una relación marital más satisfactoria, mientras que cuando no se aceptan las responsabilidades y los pacientes no asisten a sus sesiones, estos datos se consideran predictores de mayores dificultades maritales. El esclarecimiento de la ocurrencia de estos fenómenos, permite ahora incluirlos en los diseños experimentales para evaluar los efectos de la terapia marital, sus diferentes enfoques, modalidades y técnicas. Lo mismo puede decirse respecto a variables en la relación de pareja que resultan cruciales, como lo es la confianza y la intimidad entre los cónyuges (Holmes & Rempel, 1989), que cuando se definen de manera clara, se pueden hacer esfuerzos por construirlas (Donadeneau & Johnson, 1990).

  11. La Teoría en la Terapia Marital Las escuelas de la terapia marital reflejan las teorías de la patología y la salud que constituyen los principios generales de los enfoques conductual, sistémico, analítico y experencial humanista, mismos que pretenden explicar el funcionamiento y el cambio en las personas. Sin embargo, con la excepción del enfoque sistémico, que es inherentemente interpersonal (Steinglass, 1987), los demás enfoques hacen formulaciones sobre el individuo y no sobre lo que sucede entre los individuos.

  12. Adicionalmente, hay también algúnos ingredientes esenciales ausentes en las construcciones teóricas que sostienen a la terapia marital. Primero, no hay una taoería clara e inclusiva sobre las relaciones íntimas de los adultos (Gottman & Levinson, 1986; Johnson, 1986). Esta situación es análoga a lo que sería la construcción de diversos tratamientos, en la terapia individual, sin contar con las teorías de la personalidad. Solo contamos con dos teorías articuladas de las relaciones íntimas de los adultos, la teoría del intercambio (Thibaut & Kelly, 1959) y la teoría del apego (Bowlby, 1969; 1988). Esta última se ve como más prometedora y ha recibido recientemente mayor atención por los investigadores.

  13. La teoría del apego considera el lazo íntimo como un vínculo afectivo y un conjunto de comportamientos en busca de proximidad, a partir de una necesidad innata para obtener seguridad y contacto interpersonal. El afecto es visto como un conjunto organizado de conductas de apego, que se intensifica o se distorsiona, de cara a una separación o una pérdida. Ciertas formas internas (verbales) de auto-percepción (Self), que de acuerdo a esta teoría, surgen en el apego primario ante los padres, posteriormente influyen en el ajuste emocional y la adaptación social.

  14. La única modalidad de tratamiento en la terapia marital que se basa explícitamente en la teoría del apego es la Terapia Enfocada en las Emociones (Greenberg & Johnson, 1988). Para mencionar solo dos implicaciones de la teoría del apego en este tratamiento, digamos que la seguridad, la privación y el aislamiento son los principales aspectos que necesitan explorarse en las relaciones de las parejas en conflicto y que la necesidad de que el otro sea accesible y responsivo resulta esencial (ser dependiente no es un signo de mala adaptación, sino que es parte de nuestra condición como seres humanos). Conforme variables tales como el amor, la confianza, la intimidad, el apego, así como el papel de las emociones en las relaciones cercanas puedan ser clarificadas, operacionalizadas e investigadas, las bases teóricas de las intervenciones en la terapia marital serán más fuertes y conducirán hacia intervenciones más poderosas y exactas.

  15. Intervenciones Clínicas La tecnología de las intervenciones clínicas en la terapia marital aún se encuentra en desarrollo y se enfoca se está enfocando cada vez más en las respuestas emocionales y en los patrones de interacción. La mayor dificultad al momento parece consistir en la delineación específica de las formas de intervención, mediante manuales. Es, de hecho, muy difícil capturar los procesos dinámicos del tratamiento en un manual. Se ha sugerido, por ello, el empleo de un medio más dinámico que la palabra escrita, posiblemente los videotapes sean necesarios para capturar la naturaleza de la intervención clínica con precisión realista. Solo hay dos tratamientos que se han especificado mediante manuales: Snyder & Wills (1989) y Johnson & Greenberg (1985)

  16. En el pasado, había una tendencia a ver las emociones en términos globales, considerándolas como disrruptivas, negativas o irrelevantes para el proceso de la terapia marital (Jacobson & Margolin, 1979). Sin embargo, conforme el fenómeno de las emociones se fue diferenciando (Leventhal, 1979; Greenberg & Safran, 1987) y se fueron haciendo más claras sus diversas funciones (como una respuesta de orientación que ayuda a la construcción de la percepción y el significado y como una respuesta motivacional que impulsa al organismo a una acción determinada), también se ha hecho más intrincado el papel de las emociones en el contexto del cambio en las relaciones interpersonales.

  17. Para terminar, podemos afirmar que una verdadera disciplina científica es capaz de vincular la descripción de un fenómeno con la predicción de los acontecimientos, así como con las explicaciones de los procesos funcionales y disfuncionales. En la terapia marital, el reto está en vincular los conceptos de la patología con estrategias de cambio e intervenciones específicas. Adicionalmente, se necesita relacionar el tipo de intervención con el proceso de cambio en los clientes y estos procesos con resultados terapéuticos específicos. En otras palabras, empezar a integrar las áreas de la teoría, la investigación y la intervención de una manera sistemática.

  18. REFERENCIA : Susan M. Johnson Marital Therapy: Issues and Challenges J Psychiatr Neurosci, Vol. 16, No. 3, 1991

  19. En caso de citar este documento por favor utiliza la siguiente referencia:   • Vargas-Mendoza, J. E. (2009) La terapia marital. México: Asociación Oaxaqueña de Psicología A.C. Enhttp://www.conductitlan.net/terapia_pareja.ppt

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