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La propuesta consiste en desarrollar una situación habitual de lectura de cuentos. Se trata de espacios sistemáticos a través de los cuales el docente se muestra como lector de diferentes obras, garantiza momentos de silencio si la historia resulta especial para sus alumnos o - en ocasiones - plantea un intercambio de reflexiones en el salón de clase. • Para desarrollar esta situación se requiere: el análisis del tipo de complejidad que plantean los textos, la lectura propiamente dicha y la apertura de un espacio de intercambio.
TEXTOS RECOMENDADOS • 1ºaño“Blancanieves” • 2ºaño “Ricitos de oro” • 3ºaño “El traje nuevo del emperador” • 4ºaño “El loro pelado” • 5ºaño “El negro de París” ó “Crimen en el arca” • 6º año “El almohadón de plumas”
CLAVES Con esta secuencia nos proponemos • CONTINUIDAD • ALTERNANCIA DE OPORTUNIDADES • PROGRESIÓN
Continuidad áulica, es decir, acciones sostenidas a lo largo del año escolar, donde los alumnos tengan oportunidades para leer y producir diversos tipos de textos durante varias semanas, un cuatrimestre o a lo largo del año escolar; acciones donde se promueva una constante vuelta a los textos buscando la mayor adecuación posible al propósito que guía la tarea. • Continuidad institucional, es decir, continuidad a través de los años de escolaridad, donde docentes por ciclo y entre ciclos, decidan y planifiquen conjuntamente para que aquella diversidad se torne factible una y otra vez en el tiempo posibilitando así a los niños sucesivas reorganizaciones de los contenidos en distintos contextos de enseñanza. • Alternancia es un criterio presente en la elección de los textos a trabajar, los propósitos, los destinatarios, las distintas acciones frente a los textos y las modalidades organizativas de las situaciones didácticas • Por la progresiónencuentran las mejores condiciones para aprender los contenidos de la lengua, acercándose a ellos por “aproximaciones sucesivas” en situaciones de uso y reflexión…
1. Presentación como lector El docente hace una presentación del libro, incluyendo un involucramiento personal. El docente se presenta como “lector”. Evita interrupciones, crea un clima de atenta escucha. Proponemos leer del libro, evitar fotocopias de cuentos.
El propósito es brindar oportunidades para que los alumnos participen en distintas situaciones de lectura en las que experimenten diversas maneras de leer. No se lee de la misma manera un cuento policial de enigma que una parodia del mismo género, un cuento fantástico, una sátira del mismo o una novela que presenta un mundo poblado de personajes y episodios. También la lectura es diferente si se lee un texto por primera vez, si se lo relee para recuperar o renovar la emoción que produjo la primera lectura, para identificar un recurso particular, para señalar su importancia al escribir una reseña, para identificar las referencias a un mismo personaje a fin de comprender su rol en una historia. En todos los casos, el lector ingresa a la obra de maneras diferentes.
2. Lectura del maestro El docente hace la lectura “modelo”. Los chicos escuchan. Puede leerse en una, dos o más clases. Debe preverse de antemano dónde se hará el corte del texto.
La lectura en voz alta requiere del docente una actitud protagónica. La lectura en voz alta por el docente es una situación didáctica a través de la cual se “muestra” como lector. Esta práctica de lectura, tiene el propósito de ayudar a los alumnos a transitar el mundo de la ficción. Como señala Graciela Montes[1]... “El acto de contar enseña a entrar y salir de la ficción. Ambos –el cuento y el contar- son solidarios, se necesitan. Por un lado está el cuento –supongamos que un cuento de autor, el mundo imaginario que construyó, palabra a palabra, cierta persona en un cierto día-, y por otro está el contar, el pasaje de ida y vuelta a ese mundo que otra persona, en otro cierto día, construye con dos ingredientes fundamentales: su tiempo y su voz. Y eso es básicamente así siempre, aún cuando se haya pasado de la audición de cuentos a la lectura: el lector le sigue prestando su tiempo y su voz interior al cuento, y sólo en ese tiempo el cuento vive...”. [1] Montes, Graciela (ob. Cit. 47, 48).
Daniel Pennac al referirse a su propia experiencia como alumno comenta "El hombre que lee en voz alta nos eleva a la altura del libro. ¡Verdaderamente da de leer!" [1] La lectura en voz alta del docente aporta a los lectores la posibilidad de una experiencia que complementa la que garantiza la obra en sí misma. Se trata de que los alumnos se sientan en medio de los hechos, se sorprendan, se entusiasmen, se inquieten, se diviertan, sientan rabia y desconcierto; tomen contacto con diferentes maneras de leer. [1] Pennac, Daniel (Primera edición en francés: 1992 – Edición citada en castellano: 1993) Como una novela. Norma. Santafé de Bogotá. Pág. 91)
3. Comentarios Este momento no es para re-narrar, ni para ver si entendieron. Pensar de antemano una pregunta que desate un comentario, para abrir el diálogo. Recuperar opiniones, gustos, comentarios, impacto... “Leer y esperar. No se fuerza una curiosidad, se la despierta. Leer, leer y darle confianza a los ojos que se abren, a las caras que se juntan, a la pregunta que va a nacer y que llevará a otra pregunta...”[1]. [1] Pennac, Daniel (ob. cit.). Pág.123.
Es importante que el docente intercambie comentarios con los chicos, inicialmente a la manera en que lo hacen los lectores fuera de la escuela. Estos comentarios pueden tener que ver con la historia contada -por ejemplo, con su final inesperado-; con la forma en que está escrita; con ciertas relaciones que pueden establecerse con otros cuentos conocidos, con películas o con hechos de la realidad; con el efecto que el cuento produjo, mostrando identificación o rechazo con hechos o personajes. • Se trata de multiplicar las ocasiones para que los alumnos puedan construir el sentido del texto confrontando con otros sus interpretaciones. • En cada caso el docente interviene con el propósito de guiar, ampliar y profundizar los conocimientos y reflexiones de sus alumnos, al mismo tiempo que recrea una situación de intercambio entre lectores, similar a la que sucede fuera del ámbito escolar. • El intercambio procura ser un espacio en el que los escuchas compartan sus impresiones acerca de lo leído y aprendan acerca del funcionamiento de lo literario.
Se trata de una situación periódica de lectura en la que el docente elige los textos, lee a sus alumnos y –en ocasiones- genera momentos de intercambio en el salón de clase. Esta es una propuesta que puede desarrollar cualquier docente de cualquier escuela teniendo en cuenta ciertas condiciones. Es una propuesta simple y al mismo tiempo exigente porque pone al docente al desnudo en su condición de lector y de coordinador del intercambio entre los lectores.
4. Presentar al autor Leer la biografía del autor. Situar en tiempo y espacio. Aquí sí podemos apelar a fotocopias, diccionarios, enciclopedias, Internet. Se trata de no retacear información del autor. Aunque sea de autor anónimo explicar por qué hay cuentos anónimos.A los más grandes podemos darles dos biografías distintas para comparar. Se trata de ampliar el horizonte cultural.
Con el propósito de fortalecer la formación de los alumnos como lectores, el docente aporta información acerca de las razones por las cuales ha escogido ese texto y a qué portador pertenece - antología del autor o del género, revista especializada, etc. - Mostrando el soporte, comparte con los niños datos de la obra - título, autor, editorial -, ofrece información complementaria acerca de lo que se va a leer, lee parte del prólogo o proporciona datos biográficos del autor y de sus aportes al mundo de la cultura, establece vínculos con otras obras del mismo escritor.
5. Trabajar con el texto Se distribuyen los libros a los alumnos. Ahora escuchan leer a la maestra y siguen la lectura con sus libros. Es recomendable tener por lo menos un libro, de la misma edición, cada dos niños. Es el momento de releer el texto total o parcial. Leen por sí mismos. Trabajan con el texto: localizan personajes, fragmentos, buscan información específica, etc. Cada vez que se vuelve a leer se hace con un propósito diferente.
Trabajar con el texto Son diversos los propósitos que motivan la relectura de pasajes del texto, por ejemplo: • cuando existen varias interpretaciones sobre algún hecho o sobre las intenciones de los personajes; • cuando el docente o algún compañero cuestiona la comprensión de un pasaje en función de los comentarios de los demás; • para ejemplificar la posición de un alumno; • para rescatar algún pasaje que llame la atención por la forma en que el autor utilizó los recursos lingüísticos...
6. Encargar a los chicos que preparen la lectura de un párrafo del texto de su preferencia Los alumnos eligen el fragmento que más les gusta y preparan la lectura oral para el día siguiente o la fecha acordada. Se trata de “ensayar” y leer luego frente a sus compañeros
Cuando un docente se compromete a compartir una obra que lo conmueve, prepara con cuidado el momento de la lectura, lee frente a sus alumnos con la misma emoción que lo llevó a seleccionarla, interrumpe la lectura en un punto crucial de la historia si el tiempo disponible así lo exige y preserva la expectativa hasta la próxima vez... Cuando tiene la audacia de no pedir nada a cambio después de la lectura, sino que crea un clima de expectante silencio al culminarla y facilita que aparezcan esos “indecibles” que atraviesan el territorio de la ficción... los detecta en silencio... los valora... y aún así, decide no vulnerar esa intimidad, no enterarse nunca de esas emociones que experimentan sus alumnos; quizá entonces pueda, en otro momento, entablar una conversación y un intercambio acerca de lo ideológico y lo estético de la obra, conociendo de cerca lo que les pasa a sus alumnos cuando habitan esos textos. • Cuando un docente “pone en acto” esta manera de acercar la literatura a los niños les está mostrando el comportamiento de un lector experimentado y está creando las condiciones para que ellos encuentren diferentes maneras de conectarse con los cuentos, los poemas, el teatro, las novelas.
“Enseñar a leer” • No se trata de tomar lectura a los alumnos. Es “aflojar la lengua” del lector. • No se forman lectores escuchando leer de vez en cuando. • No se trata responder cuestionarios, ni de buscar sustantivos, etc. Estas actividades se hacen en otras situaciones, no para enseñar a leer. • Ésta no es la tarea del bibliotecario. Es el maestro el que enseña a leer.
Es importante disponer de un tiempo didáctico durante el año que garantice el contacto de los alumnos con diferentes manera de leer que el docente comunica a través de la lectura en voz alta. Este contacto facilita que los alumnos se animen progresivamente a leer por sí mismos textos más complejos y extensos.
Propósitos • Sostener la situación de lectura como una actividad habitual durante el año • Generar y sostener un clima especial en el transcurso de la situación • Brindar contexto histórico y cultural acerca del texto leído y su autor
BIBLIOGRAFIA • “La función alfabetizadora de la escuela, hoy” Documento 1, DGC y E, 1996 • “Lectura y escritura. Diversidad y continuidad en las situaciones didácticas” Documento 1, DGC y E, 1997 • “La lectura literaria a través de la voz del docente” Documento de DGCyE, 2001