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La persona. Quien ama la vida aspira a la plenitud y a la trascendencia. Como seres humanos buscamos trascender y dejar huella. Las personas que aman, respetan y hacen crecer su vida en todas direcciones están creando una nueva cultura en la humanidad: la cultura de la vida.
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Quien ama la vida aspira a la plenitud y a la trascendencia. Como seres humanos buscamos trascender y dejar huella. Las personas que aman, respetan y hacen crecer su vida en todas direcciones están creando una nueva cultura en la humanidad: la cultura de la vida.
Lo que hagamos con nuestra vida es decisión de cada uno de nosotros y, sin embargo, la vida seguirá siendo el mejor de los regalos. • La vida es nuestro bien más preciado pues nos ha sido dada en libertad. Para evitar un desarrollo desequilibrado de nuestra vida, necesitamos reconocer sus características fundamentales: la vida es plural, diversa, multidimensional, amplia, variada, abierta e ilimitada.
Lo que hagamos con nuestra vida es decisión de cada uno de nosotros y, sin embargo, la vida seguirá siendo el mejor de los regalos. • La vida es nuestro bien más preciado pues nos ha sido dada en libertad. Para evitar un desarrollo desequilibrado de nuestra vida, necesitamos reconocer sus características fundamentales: la vida es plural, diversa, multidimensional, amplia, variada, abierta e ilimitada.
Física Emocional Intelectual Social Espiritual Dimensiones de la persona
Dimensión física • La dimensión física es la base corporal de la existencia; incluye los cuidados necesarios para mantener nuestro cuerpo en buenas condiciones y disfrutar de salud y bienestar físicos. • Para atender a esta dimensión se requiere tomar en cuenta la alimentación correcta, el descanso adecuado, la higiene personal, el manejo del estrés y el ejercicio físico sistemático, que proporciona resistencia, fuerza y flexibilidad. Invertir tiempo y energía en mejorar esta dimensión es muy conveniente, pues repercute en la capacidad para trabajar, adaptarnos y disfrutar de la vida. • Al renovar nuestra dimensión física adquirimos la energía y el vigor suficientes para emprender lo que nos proponemos. Además, las personas que cuidan su dimensión corporal, modifican positivamente el concepto que tienen de sí mismas y aumentan, así, su autoestima y su autoconfianza.
Dimensión intelectual • La dimensión mental incluye el ejercicio constante de nuestras facultades mentales y su aplicación a las distintas circunstancias de la vida. Esta dimensión nos pone en contacto con las ideas de grandes pensadores y nos permite disfrutar de ellas, así como desarrollar nuestras propias formas intelectuales de expresión. • En esta dimensión reside nuestra riqueza intelectual y la calidad de nuestro pensamiento, que debe tender a la excelencia. Desarrollar nuestra dimensión mental significa ejercitar, adiestrar, pulir y ampliar nuestra mente para afrontar los retos de la vida.
Dimensión espiritual • La dimensión espiritual es el núcleo de nuestra vida porque en ella se ubican nuestros principios y valores más profundos. Esta dimensión es, además, el centro de nuestro liderazgo personal pues en ella se define el rumbo y la dirección de nuestra vida entera. • En esta dimensión se originan los significados que impregnan de sentido, de valor y de propósito nuestra existencia. • Algunos de los medios que nos permiten perfeccionar nuestra dimensión espiritual son la meditación, la oración profunda, la literatura, la música y la comunión con la naturaleza. • Cuando emprendemos una renovación espiritual penetramos al centro del liderazgo de nuestra propia vida, nos identificamos más con nuestras creencias y valores y reavivamos nuestros compromisos.
Dimensión socio-emocional • El ser humano es, por naturaleza, un ente social. Podemos decir que es un deber y una necesidad entrar en contacto con otros para lograr una mayor riqueza emocional. • Todo, desde la forma de hablar, de vestir y de actuar, hasta la forma de interactuar es importante en nuestro contacto con los demás; mediante este contacto los demás influyen en nosotros y nosotros en los demás. • Como personas tenemos un don especial, que es el don de “sentir”. El sentimiento es lo que da sabor a la vida, es lo que nos recuerda la dicha de ser humanos, especiales y privilegiados. Gracias a los sentimientos mantenemos lazos de unión con los demás.
Dimensión socio-emocional • La dimensión social-emocional se desarrolla solamente cuando se usa, se ejecuta y se renueva a través de las relaciones interpersonales que se inician en los círculos más cercanos (la familia, los amigos, la sociedad) y que pueden llegar hasta círculos más lejanos (el país, el continente, el mundo). • Todos somos parte de un sistema, ya que todos, como personas, influimos en otras personas. Por ello, debemos buscar actuar con integridad y trabajar en equipo buscando un mismo objetivo y ayudando, aportando, sirviendo, apoyando y creciendo junto y con los demás.
“al sentirnos útiles, interdependientes y solidarios se facilita el equilibrio socio-emocional”. Kubli, 1995
Integración entre las dimensiones • Las dimensiones de nuestra naturaleza humana constituyen una sola unidad. No son elementos aislados sino constituyen una sinergia. • Las acciones que llevemos a cabo en cada una de las dimensiones repercutirán en las otras. Si el trabajo es positivo, nuestras vidas serán fructíferas. Si, por el contrario, descuidamos cualquier dimensión y los roles que desempeñamos, nuestras vidas se verán afectadas negativamente, y no podremos alcanzar el éxito al que estamos llamados. La realidad es que existe una real y profunda interdependencia de las dimensiones.
Integración entre las dimensiones • El equilibro en nuestras cinco dimensiones garantiza un desarrollo humano integral, secreto de la excelencia personal y el éxito duradero.