LA PERSONA EN CONSTRUCCIÓN

1. LA PERSONA EN CONSTRUCCIÓN

2. Somos seres en construcción La persona humana, si bien es hijo de Dios, tiene que vivir de acuerdo a esa dignidad. Pero no logra esa meta de un día para otro, sino que va madurando lentamente, creciendo poco a poco en una mayor conciencia de ese regalo. El ser humano nace con unas cualidades y capacidades asombrosas, pero a lo largo de su vida debe desarrollarlas, de lo contrario, se quedaría solo en un proyecto inacabado. Por eso se puede decir que la persona no nace, se hace.

3. A medida que va creciendo en edad va desarrollando sus cualidades y capacidades, y luego, con madurez, las jerarquiza, es decir, las ordena según la importancia que da cada una, así va configurando su personalidad. Existen muchos modelos de personas según la orientación que se da a la vida y la ordenación que se hace de las cualidades y capacidades. También puedes encontrarte con personas que no han logrado realizarse plenamente porque nadie las ha ayudado, ellas mismas no han sabido o no han querido construirse, o las circunstancias de la vida las han destrozado. Dios ha dado al hombre su máxima dignidad, pero ésta debe ser cuidada y desarrollada. Te presentamos un gráfico sencillo, en forma de triángulo de varios pisos o niveles en el que constan, debidamente jerarquizadas, las diferentes dimensiones de la persona llamadas a crecer según el modelo cristiano:

4. DIOS Capacidad de trascenderse, de relacionarse con Dios, Espiritual Capacidad de comunicarse con y de darse a los demás. Social Capacidad de decidir, usar la libertad, la responsabilidad. Volitiva FE Racional Capacidad de pensar, comprender lo que nos envuelve, Afectiva Capacidad de amar, sentir, emocionarse, admirarse, Estructura y funcionamiento de los órganos del cuerpo humano. Biológica PERSONA

6. Jerarquizar para ser mejores La flecha del gráfico de la página anterior representa la fe, que orienta a la persona hacia Dios y ordena todos los demás niveles o dimensiones humanas. Imagínate que alguien decidiera que lo único importante para él es su cuerpo: lo mima, lo cuida, vive pendiente de él, etc. Esta persona ha invertido la pirámide, será un hombre o una mujer egoísta, encerrado en sí mismo, lo cual es contrario al proyecto cristiano que concibe a la persona como ser volcado hacia los demás , hacia la comunidad y hacia el prójimo. Personaje Antonella en la teleserie Patito Feo Todos los niveles o dimensiones del ser humano son necesarios, pero su jerarquía debe ser respetada. El biológico es importante, contiene y sustenta todas las demás dimensiones pero, a medida que asciendes por la pirámide, te darás cuenta de que los niveles superiores son imprescindibles, ennoblecen a la persona y la diferencian de los otros seres vivos.

7. Si el primer nivel falla en parte, las otras dimensiones pueden desarrollarse igualmente. Un ejemplo de ello es el científico Stephen Hawking. Padece de esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad que ha limitado su dimensión biológica, está postrado en una silla de ruedas, pero ha desarrollado las demás dimensiones y se le considera un gran científico. En la pirámide, todos los niveles son importantes. Cada uno debe desarrollarse armónicamente respecto de los demás. Alguien puede ser muy sociable y destacarse por su habilidad para hacer amigos y amigas; sin embargo, sino crece a la vez en su dimensión racional, entonces se orientará más por impulsos externos ( “caer bien”, “ser chistoso”,etc.) que por ideas propias o principios valóricos. Asimismo, si alguien desarrolla su vida interior y espiritual al margen de sus capacidades sociales, se puede aislar de los demás creyendo que no los necesita. Como vemos, necesitamos crecer armónicamente y proporcionadamente en todas las dimensiones de nuestro ser.

8. ¿Quién soy? Resulta significativo que los primeros astronautas, mientras se preparaban para emprender su histórico vuelo hacia la luna, debieron responder veinte veces la pregunta “¿Quién es usted?”. Es una pregunta que, consciente o inconscientemente, se hacen los jóvenes, quienes, sin una guía y orientación segura de valores, pierden la capacidad de jerarquizar las distintas dimensiones de su ser, llegando al punto de estar imposibilitados de responderla.

9. El joven cristiano puede meditar en ella para fortalecer su personalidad. En lugar de construirse un “yo” con miles de piezas ajenas ( ídolos del cine, la televisión, la música, etc.), puede formular la pregunta ¿”quién soy yo?”, a sí mismo y a Dios. Tal vez llegue a esta la pregunta ¿”quién soy yo?”, así mismo y a Dios. Tal vez llegue a esta respuesta: “Tú eres tres personas: aquella que crees ser, aquella que otros piensas que eres, y aquella que Dios sabe que eres y que podrás ser por medio de cristo”