280 likes | 562 Views
Discernimiento. Distinciones ULTERIORES. Lo visto … (breve resumen). Hemos visto que discernir consiste en “separar” Y en este esfuerzo por separar, hemos hecho ya algunas “distinciones” 1) En un primer nivel - externo (por observación externa , percepción )
E N D
Discernimiento Distinciones ULTERIORES
Lo visto … (breve resumen) • Hemos visto que discernir consiste en “separar” • Y en este esfuerzo por separar, hemos hecho ya algunas “distinciones” • 1) En un primer nivel - externo (por observación externa, percepción) • Vimos necesario distinguir entre lo que es de Dios y lo que no es de Dios • Lo de Dios es claro, limpio, transparente, natural, franco, abierto, … y produce satisfacción • Lo que no es de Dios es turbio, sinuoso, artificial, oscuro, enredado, secreto, … y produce insatisfacción • Y al distinguir, la decisión la tomamos según el criterio siguiente: • Si hay satisfacción (buen ánimo), a Dios le gusta elegir • Si hay insatisfacción (mal ánimo), a Dios no le gusta rechazar
Pero si nos limitamos a ver los que nos produce satisfacción, nos podemos equivocar al elegir • Pues hay satisfacciones que no son de Dios e insatisfacciones que son de Dios • Es necesario profundizar el discernimiento • 2) En un segundo nivel - interno (por observación interna, por examen) • Vimos necesario distinguir si estamos en consolación o en desolación • Consolación es sintonía con lo de Dios, paz, alegría interna, … • Desolaciónes tristeza, turbación, inquietud, tentaciones, miedo, … • Y al distinguir, la decisión la tomamos según el criterio siguiente: • Si estamos en consolación, es de Dios elegir • Si estamos en desolación, no es de Dios rechazar • Sin embargo … estas distinciones NO son suficientes para poder decidir “correctamente” en todos los casos • Hay situaciones en que esta regla NO funciona - veamos …
Los espíritus • Si “somos movidos” en consolación, o “somos movidos” en desolación, significa que: “hay alguien/algo” que nos mueve • Por tanto, en el camino del discernimiento, hay un tercer elemento que es necesario reconocer y distinguir, para poder decidir • Aquelloque “nos mueve” en consolación o en desolación • Y aquello que nos mueve son los “Espíritus” • Para poder discernir, es necesario reconocer que hay DOS “fuerzas espirituales” que actúan en mí: • El Buen Espíritu y el Mal Espíritu • Se trata de dos fuerzas reales y activas (y por tanto, sensibles) • Que actúan en nosotros a manera de dos “imanes espirituales”, que nos atraen hacia sus propios fines
El Buen Espíritu es aquella fuerza espiritual positiva y externa, que nos atrae hacia Dios y sus cosas • Busca atraernos hacia los caminos de Dios, a fin de que elijamos lo bueno y regresemos a él (que es el fin) • Ignacio se refiere a esta fuerza como “de Dios y de sus ángeles” • El Mal Espíritu es aquella fuerza espiritual negativa y externa, que nos separa de Dios y de sus cosas • Busca atraernos hacia aquellos caminos que nos alejan de Dios, a fin de que elijamos mal y NO volvamos a Dios • Ignacio se refiere a esta fuerza como “el enemigo de nuestra naturaleza humana” o, simplemente, “el enemigo” Recordemos que siempre hay una “fuerza interna”, que sale de mi propia libertad (libre albedrío), y que me hace capaz (al momento de elegir) de hacer o no hacer caso a las sugerencias opuestas de estas dos fuerzas
fuerzas contrarias • Estas dos fuerzas espirituales son opuestas, contrarias entre sí • Tienen objetivos distintos y su modo de “atraernos” es diverso • No sólo están en fuerte oposición, sino en lucha permanente • Es la “guerra espiritual cósmica”; la lucha entre el bien y el mal • Y el “botín” somos cada uno de nosotros • Pues tanto el ME como el BE nos quieren de su parte • En esta guerra espiritual, cada fuerza tratará de ganarnos “para su causa” • El BE para procurar que volvamos a Dios y vivamos para siempre • El ME para procurar que nos separemos de Dios y muramos para siempre • Pero lo único que estas dos fuerzas pueden hacer es atraernos • No pueden forzarnos ni obligarnos; sólo nos atraen, … sugiriéndonos • A la sugerencia del Mal Espíritu se le llama “tentación”
Nuestra libertad • Cada fuerza nos presenta su sugerencia como la “mejor opción”, y lo hace de la forma más atractiva posible • Nos sugieren tan sutilmente, que usualmente creemos que sus sugerencias (que se expresan en pensamientos) “son nuestras ideas” • Podemos seguir sus sugerencias o rechazarlas • Y lo podemos hacer porque siempre, y por sobre todo, mantenemos nuestra libertad • Nunca estas fuerzas espirituales nos pueden obligar a decir/hacer algo • Siempre mantenemos la capacidad para seguir o no una sugerencia • Somos nosotros, en el ejercicio de nuestra libertad, quienes decidimos seguir una sugerencia o rechazarla • Y gracias a nuestra libertad, podremos, finalmente, tomar una decisión
Pero la atracción de estas dos fuerzas es “muy fuerte” • Y con frecuencia nos dejamos llevar por una de ellas • Lo ideal es dejarse llevar por el Buen Espíritu (por Dios o sus ángeles) • Pero a menudo, y sin darnos cuenta … • Nos dejamos llevar por las sugerencias del Mal Espíritu • ¿Y cómo influyen estos dos Espíritus en nosotros? • A través de nuestras consolaciones y desolaciones • “Porque así como en la consolación nos guía y aconseja más el buen Espíritu, así en la desolación el malo, con cuyos consejos no podemos tomar camino para acertar” (EE318 – R5b) • Consolaciones y desolaciones son los VEHÍCULOS que usan los Espíritus para sugerirnos sus alternativas • Estos movimientos los podemos percibir a través de pensamientos/sentimientos • El BE y el ME nos SIEMBRAN pensamientos y sentimientos
Los pensamientos son claves: por eso dice Ignacio (EE32) que: • Hay tres pensamientos en mí • Uno proprio (mío) • Que sale de mi propia libertad y querer (yo lo genero) • Y otros dos que vienen de fuera (NO SON propiamente míos; son sembrados): • Uno que viene del BE (cuando estoy en consolación) • Y el otro del ME (cuando estoy en desolación) • Ejemplos de pensamientos que pueden ser del ME: • Es inútil • Ya estoy viejo para cambiar • ¿Qué tiene de malo? • Nadie se va a enterar • Lo haré sólo una vez • Es poco … • Si otros lo hacen … ¿por qué yo no? • Tengo derecho • Lo vi claro en la oración; ya no volveré a tener otra consolación igual • No me entienden, no es justo, …
Nuestra libertad se juega en “nuestros pensamientos” (reflexión) • Que siempre son previos a la toma de una decisión • ¿Y los sentimientos? • Nosotros NO decidimos sobre nuestros sentimientos; simplemente “sentimos” • Pero detrás de nuestros sentimientos también están: el BE o el ME • Los sentimientos que nos generan el BE/ME nos predisponen, en favor o en contra, de las alternativas que estamos considerando • Luego, tenemos que descubrir quién está detrás de cada sentimiento • No debemos actuar instintiva o visceralmente • Antes de decidir, hay que EXAMINARNOS • Finalmente notemos que el modo de atraernos es diverso • El BE nos invita a elegir la mejor alternativa, sin importar los efectos que conlleva • El ME nos invita a elegir en función de los efectos, para no elegir la mejor
Una persona muy querida está cometiendo una infidelidad: ¿qué hago? ¿? BE Medios Alternativa A (hacerle ver) Alternativa B (apoyarlo) La mejor Dios provee Pros Contras Pros Contras - su amistad - las comodi-dades anexas - mantenerme en el grupo - … - inconsecuencia - descrédito ante la familia - incomodidad moral - … - ayudarlo - ayudar a su familia - mi conse-cuencia - mi tranquili-dad … - perder su amistad y gollerías - ser excluido - que hable mal de mí - malestares - ... ME Asegúrate Felices los que elijen sin importar perder
En sus Ejercicios Espirituales, Ignacio nos propone un ejercicio para que descubramos y aprendamos cómo actúan los Espíritus • Este ejercicio se llama “las dos banderas” • La primera bandera representa el objetivo y las estrategias del ME • Su objetivo: desviarnos (engañarnos) para que NO lleguemos a Dios • Y su estrategia: apelar a nuestros deseos de seguridad, comodidad, bienestar, aplausos, control, … • Por tanto, siempre tratará de hacernos elegirla alternativa que nos dé: • Más riquezas (comodidad, seguridad, bienestar, …) • Más honores (fama, reconocimiento, aplausos, …) • Más poder (autoridad, dominio, control, …) • El ME nos sugerirá elegir estas alternativa, convenciéndonos de que eso es lo mejor para nosotros • NOTA: lo que elijo son alternativas que me producen efectos • Yo NO elijo efectos (como por ejemplo: riquezas, honores, poder)
La otra bandera representa el objetivo y las estrategias del BE (Cristo, nuestro Señor) • Su objetivo es que lleguemos a Dios (que vivamos) • Y su estrategia: llevarnos a elegir el modo de proceder de Jesús (sencillo, natural, transparente, …); lo que él hubiese elegido, y es: • Estar dispuestos a perderlo todo; a no tener • Estar dispuestos a vivir humillaciones y menosprecios • Estar dispuestos a vivir la humildad; a pasar desapercibidos … • Y debemos estar dispuestos a todo esto con tal de elegir siempreel mejor medio, para mantenernos del lado de la verdad, de la justicia, del bien • Pues más importante deberá ser para nosotros Dios (verdad, justicia, bien) • Que cualquiera de los pros (satisfacción material, reconocimiento o poder) que podamos obtener • El ejercicio nos invita a descubrir cómo el ME siempre procurará hacernos elegir “su” alternativa, sugiriéndonos que es mejor “asegurarnos” (estar cómodos) que “confiar en Dios” • Debemos aprender a “no dejarnos engañar”, al momento de elegir
el Me y BE me “mueven” interiormente • Los dos Espíritus (BE y ME) me pueden mover en “consolación” • Pero el BE me mueve a “verdadera” consolación • Aquella de Dios y de sus ángeles, en donde no hay engaño alguno • Mientras que el ME me mueve a una “FALSA consolación” • Aparente, efímera, artificial, fugaz, … • Los pensamientos y sentimientos del ME no son realmente consolación • Como veremos, sólo “me hace creer” que son consolación, porque hace que nos fijemos en los efectos (a los pros) • Dificultad (que veremos más adelante) • El problema es que nosotros podemos tomar las falsas consolaciones del ME como “verdaderas” consolaciones” • Esto exige profundizar el discernimiento
El BE y el ME también me pueden moverme en “desolación” • El ME me mueve a “verdadera desolación” • El ME me mueve en desolación para que no avance en dirección a Dios • Me quita la paz, me inquieta, me perturba, … • Para que no cambie y me quede en el mal que estoy haciendo • El BE me puede mover a una especie de “desolación” • Pero la “desolación” del BE no es propiamente desolación • Se llama remordimiento de conciencia • Y lo hace para que me sienta mal y deje de seguir en el pecado • El “remordimiento de conciencia” está orientado a que dejemos de hacer el mal que estamos haciendo
Las Etapas espirituales • Los Espíritus actuarán de manera distinta en razón del grado de avance espiritual del individuo • Y se puede decir que en el camino espiritual hay 3 etapas: • 1. Una primera etapa que es la de “pecador” (no hay conciencia o no me importa el daño que hago) • En esta etapa se va de mal en peor (de pecado en pecado) • 2. Una segunda etapa que es de “conversión” • La persona “se da cuenta” y decide orientar su vida hacia Dios • En este etapa se pasa de mal a bien • 3. Y una tercera etapa que es de “seguimiento” (de trabajar por el Señor) • En esta etapa se va de bien en mejor • Etapa es más delicada, pues el ME nos engaña con más agudeza • Hay que estar más prevenido
Comportamiento de los espíritus • En la primera etapa, de “pecador” (cuando se va de mal en peor): • El BE produce desolaciones (remordimiento de conciencia), para que salgamos de la vida de pecado • Mientras que el ME produce falsas consolaciones, para que nos quedemos en el pecado y no nos orientemos hacia Dios • «A las personas que van de pecado mortal en pecado mortal, comúnmente el Enemigo acostumbra proponerles placeres aparentes, haciéndolas imaginar deleites y placeres sensuales, a fin de mantenerlas y aumentarlas en sus vicios y pecados • En estas personas, el Buen Espíritu actúa de modo contrario, hincándoles y remordiéndoles las conciencias con el sensato juicio de la razón» (EE 314 - R1)
En la segunda etapa, de conversión (cuando se deja el mal): • El BE produce consolaciones, para que sigamos adelante en el camino de conversión • Y el ME produce desolaciones, para que abandonemos el camino de conversión y regresemos al pecado • «A las personas que van limpiándose de sus pecados, y que van mejorando cada vez más en servicio de Dios nuestro Señor, el modo que usan los espíritus es inverso al de la primera regla • En este caso, es propio del Mal Espíritu molestar, entristecer y poner impedimentos, inquietando a la persona con falsas razones para que no siga adelante • Y es propio del Buen Espíritu dar ánimo y fuerzas, consolaciones, lágrimas, inspiraciones y tranquilidad, facilitando y quitando todo impedimento para que continúe en su buen obrar» (EE 315 – R2)
Discernimiento en la segunda etapa es de mociones • Cuando estamos “volviéndonos a Dios” (segunda etapa), el discernimiento es bastante sencillo, y es sólo de “mociones” • Bastará saber si estamos en consolación o en desolación • Pues en esta etapa: • Las consolaciones SIEMPRE son del BE • Y las desolaciones SIEMPRE son del ME • Luego, hay que decidir (tomar una decisión) siempre que estamos en consolación • Pues estamos siendo guiados y aconsejados por el BE • Y sabemos que nunca hay que tomar decisiones cuando estamos en desolación • Pues estamos siendo aconsejados por el ME, y nunca hay que hacerle caso
Discernimiento en la tercera etapa es de espíritus • En la tercera etapa, de “seguimiento” (se va de bien en mejor): • Las cosas se complican … • No bastará discernir si estamos en consolación o desolación … • Porque el ME va a usar ahora de FALSAS consolaciones para engañarnos • ¿Cómo saber si la consolación que siento es verdadero o falsa? • Necesito saber quién la genera; saber qué espíritu está detrás … • En esta tercera etapa de crecimiento espiritual (seguimiento) … • Cuando la persona quiere ser cada vez mejor y avanzar por los caminos de Dios • Cuando quiere asumir un mayor compromiso; cuando quiere trabajar con él; cuando quiere seguirlo mejor … • Es necesario discernir qué espíritu me genera la tal consolación; hay que hacer un discernimiento de Espíritus
La razón es que quien está caminando (de bien en mejor) por el camino del seguimiento de Jesús • Ya sabe que NO debe decidir en desolación • Pues ya sabe que en la desolación aconseja siempre el ME • Y el ME ya sabe que no lo puede hacer cambiar de idea con desolaciones, ya que no les hará caso • Por tanto, al no poder usar de la desolación para distraer al discípulo y separarlo del seguimiento de Jesús • El ME “cambiará de táctica” • Esta nueva táctica la veremos en la siguiente sección
NOTA acerca del ‘Discernimiento en común’ • En nuestros ‘primeros pasos’ en el mundo del discernimiento • Es posible percibir que también un grupo (pareja, familia, amigos, colegas, equipo, …) puede estar o no movido por Dios • Todo grupo puede tener: • Una actitud: constructiva o destructiva • Puede buscar: la claridad o la oscuridad • Y en el ambiente o clima del grupo (y en las decisiones que toma), es posible notar si éste está o no movido por Dios • En todo grupo, el aporte individual es esencial • Una intervención personal que desune (pesimista, negativa, …), sale de una desolación personal • En cambio, una intervención personal que une y construye (optimista, esperanzadora, …) sale de una consolación personal
Debemos examinar nuestra intervenciones en un grupo • Pues de nuestras consolaciones / desolaciones salen nuestros pensamientos y sentimientos • Que expresamos con palabras y/o gestos (en lo que decimos y hacemos) • Y analizar si colaboramos o no en la búsqueda del bien • Y si el grupo no discierne, podemos contagiarlo de consolación o desolación • Lo ideal es percibir lo que Dios quiere o no quiere, “antes” de hablar o de hacer • Es decir, a nivel de pensamientos y sentimientos • Y si queremos colaborar o no a que un grupo encuentre la voluntad de Dios … • Debemos preguntarnos ¿qué estado espiritual (consolación o desolación) nos mueve a hablar o hacer de esa manera? • Y quién (BE o ME) está detrás de este estado espiritual …
a.m.d.g. Compañía de Jesús - Provincia del Perú CEI – Centro de Espiritualidad Ignaciana Av. Fulgencio Valdez 780, Breña – Lima 5 CEI@jesuitas.pe T: 433-7337