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Discernimiento. Fundamentos. Distinciones. Empecemos aclarando qué es “discernimiento” Cernir = separar Di o Dis = que se opone Luego, dis -cernir es: Separar en opuestos Distinguir una cosa de su contraria En lo que sigue trataremos del “discernimiento espiritual”
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Discernimiento Fundamentos
Distinciones • Empecemos aclarando qué es “discernimiento” • Cernir = separar • Di o Dis = que se opone • Luego, dis-cernir es: • Separar en opuestos • Distinguir una cosa de su contraria • En lo que sigue trataremos del “discernimiento espiritual” • El discernimiento espiritual tiene que ver con ‘las cosas de Dios’ • Y consiste en separar lo que es de Dios de lo que no es de Dios • Separar lo que Dios quiere de lo que no quiere • Separar la alternativa en la que está la voluntad de Dios de aquella en la que no está … • El discernimiento es un “ejercicio espiritual” – es un modo de orar
¿Y por qué “separar”? • Para ver con más claridad … a fin de poder elegir correctamente • Pues de lo que se trata es de “elegir/decidir correctamente” • El objetivo de discernir es: separar, para poder elegir bien • Supuesto principal: • Sólo en Dios está la felicidad verdadera • Porque Dios es Felicidad; él es felicidad plena • Dios es también verdad, justicia, vida, bien, … • Si quiero ser feliz debo elegir la alternativa, camino u opción en donde esté Dios (donde esté la verdad, la justicia, la vida, …) • Debo escoger siempre aquella alternativa (medio, camino) en donde esté la voluntad de Dios (la que a él le gusta, la que él quiere) • Pues sólo Dios y lo de Dios es lo que nos hace verdaderamente felices • Lo que busca el discernimiento es que, después de separar, podamos ver cuál de la opciones que tenemos por delante es la que Dios quiere • De manera que decidamos elegirla y podamos ser felices
Las decisiones • Discernimos para “poder elegir” lo que nos hará felices • Luego, nuestras DECISIONES son claves • Como veremos más adelante, todo discernimiento cuenta con (supone, da por descontada) “nuestra libertad” • Todos tenemos libre albedrío y podemos DECIDIR lo que creemos es lo mejor • Aunque siempre, dentro de los límites de mi libertad • Es decir, de lo que tengo, de lo que soy, de mis circunstancias y de la libertad de los demás • Debido a que podemos elegir libremente, podemos -con nuestras decisiones- construir la historia; construir nuestro futuro • Y si podemos construir el futuro, éste NO está (ni puede estar) definido
Creer en que el futuro está definido supone creer que somos autómatas (títeres); que sólo podemos repetir una historia ya escrita • Y todo aquello que pretenda conocer el futuro (horóscopos, lecturas de cartas, etc.), ignora la capacidad que tenemos de moldear el futuro • Las ‘posturas deterministas’ son completamente contrarias al espíritu del cristianismo • El discernimiento supone, por tanto, que el futuro (mi historia) lo construyo yo, … en las decisiones que tomo • El futuro no es otra cosa que la “suma de las decisiones” que tomamos • Y yo soy el “resultado” de las decisiones de mi vida • Soy el fruto de mis decisiones - (mis decisiones me configuran) • Lo que he decidido refleja lo que hoy soy • Y lo que “hoy” decida, define lo que seré
La vida es un continuo “tomar decisiones” • Mis decisiones “forman” mi vida; me hacen ser lo que soy • Y estamos decidiendo a cada momento; a cada instante … • En esas decisiones vamos construyendo nuestras vidas; vamos construyendo nuestros futuros … lo que seremos • Lo cierto es que yo soy quien libremente elijo y decido mi futuro (dentro de los parámetros que me toca vivir) • No le puedo echar la culpa a Dios de cómo me encuentro hoy • No le puedo echar la culpa a otros de lo que soy (aunque influyen) • Soy yo quien decido volver a Dios o apartarme de él; hacer lo que quiere o hacer lo que no quiere … • Y en estas elecciones están mis dichas y mis des-dichas • Y si mi futuro lo construyo en las decisiones que tomo … • Es URGENTE aprender a “decidir” bien; a “tomar decisiones” correctas • A tomar en cuenta a Dios al momento de decidir
Dios • Como el “discernimiento espiritual” es tomar en cuenta a Dios al momento de decidir … • Su centro, su punto de partida y su fin … • Es y tiene que serDios, y sólo Dios • Él es el “fin último”, el “único”; y TODO debe ordenarse en función de él • “Dios y sus cosas” tienen que ser lo único que nos importe; lo único que nos interese; lo único que busquemos en esta vida … • Tener a Dios como ÚNICO FIN es la condición “sine qua non” de todo discernimiento • Condición ‘sin la cual NO’ es posible hacer discernimiento espiritual • Esto supone que nuestra relación con Dios tiene que ser muy cuidada • Por tanto, quienes empiezan un discernimiento deberán ser: • Personas que desean a Dios y quieren por todos los medios estar con él • Personas que tienen a Dios al centro de sus vidas, y que lo único que desean en la vida es … volver a él, y llevar a todos hacia él • Personas de oración, que quieren saber cuál es su voluntad
Tres puntos a tener en cuenta antes de iniciar un discernimiento • 1) Para poder discernir bien, lo primero que tengo que hacer es “conocer más a Dios” • Debo saber cuál es su deseo para nosotros; cuál es su voluntad • Debo saber qué le gusta y qué no le gusta • Debo saber cuál es su estilo, su modo de proceder, su camino, … • Debo saber hacia dónde quiere llevar la historia … • Pues sólo conociéndolo podré saber elegir lo suyo, lo que le gusta • Y a Dios NO se le conoce a través del “saber”: • “No el mucho saber harta y satisface el alma sino el gustar y sentir de las cosas internamente” (EE 4) • Jesús nos enseña que Dios no revela sus cosas a sabios e inteligentes sino a los humildes y sencillos (cf. Mt 11,25)
A Dios sólo se le conoce con el corazón: • (a) A través de la oración constante, de la escucha atenta de su palabra, de la práctica religiosa frecuente, de la reflexión-meditación, … • (b) Y de la búsqueda asidua de ‘las cosas de Dios’: • La justicia, la verdad, la bondad y la belleza • Conocer a Dios es descubrir que lo que él quiere es que TODOS VIVAN(aquí, dignamente … y después, para siempre) • Elegir correctamente es descubrir y optar por aquella alternativa que ayude a que todos ‘vivan’ (y en este esfuerzo, viviré yo también) • Es elegir la alternativa que permite que ‘volvamos todos a él’ • Porque en él está la felicidad y la vida verdadera (la que no tiene fin) • Si descubro que él es vida plena y felicidad total … y si descubro que me quiere como nadie más me puede querer entonces lo buscaré y ELEGIRÉ
2) Para poder discernir bien, lo segundo es “quererlo”: • No basta saber lo que a Dios le gusta • Es necesario hacer mío lo que él quiere; querer lo que le gusta … • Tengo que estar enamorado de él • Si no estamos enamorados de Dios y no estamos en “sintonía” con lo de él, nos será IMPOSIBLE discernir su voluntad, pues … • No nos interesará qué hay que hacer ni qué hay que buscar, … • No nos interesarás sus deseos ni sus gustos … • Y por tanto, no sabremos qué escoger (elegir) … • Si no lo queremos y no estamos en armonía con él, … simplemente no nos interesará lo de él
3) Y un último punto a tener en cuenta para iniciar un discerni-miento es la “recta intención” • Recta intención es aquella “intención” ordenada al fin • Por ejemplo, si pienso en casarme … • Tengo recta intención si lo quiero hacer porque estoy enamorado • Si lo hago por interés, conveniencia, seguridad, … no hay recta intención • La recta intención se centra sólo en Dios y en sus cosas • “En toda buena elección, el ojo de nuestra intención debe ser simple, solamente mirando para qué he sido creado” EE169 • Conscientes de que hemos sido creado para Dios • Y que el objetivo de esta vida es “hacer su voluntad”: • Ayudar, servir, dar la vida, … • No es posible hacer un buen discernimiento si me busco a mí mismo (gustos, intereses, conveniencias)
No es posible hacer discernimiento con agendas escondidas, intereses velados, motivaciones secundarias, otros fines … • No puedo ser movido por intereses en donde busque estar mejor, tener más beneficio, estar más asegurado, más satisfecho, más cómodo, … • Si hago esto, he viciado el discernimiento, y nunca elegiré lo correcto; sólo elegiré lo que “pienso” que más me conviene … • Y esto … probablemente no me hará feliz • Lo único que me hará feliz es elegir lo que Dios quiere para mí • Por eso Ignacio siempre nos invita, al inicio de cada ejercicio, de cada oración (y de todo discernimiento), a “disponernos”, purificando nuestra intención: • “Pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, decisiones y acciones (operaciones) sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de su divina majestad”EE45
EL fin • Estar en “sintonía con Dios”, exige que tengamos muy claro el FIN (nuestro último y único fin) • Y este fin es Dios y su voluntad (lo que él desea) • Jesús, que estuvo totalmente lleno del Padre, lo tuvo muy claro: • “Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo su obra” Jn 4,34 • “No busco mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” Jn 5,30 • “He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado” Jn 6,38 • Y por tal motivo, solamente aquel “que cumpla la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” Mt 12,50 • Sólo quien busca la voluntad del Padre, “participa” de Jesús
Jesús elegirá hacer siempre voluntad del Padre, a cualquier costo • Aún a costa de su propia vida: • “Si esta copa no puede pasar sin que yo la beba, hágase tu voluntad” Mt 26,42 • Y nos enseña que pidamos hacer su voluntad: • “Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo” Mt 6,10 • Pues entrará en el Reino, sólo “el que haga la voluntad de mi Padre celestial” Mt 7,21 • Y hacer su voluntad es ELEGIR lo que Dios quiere • Es escoger lo que Dios desea • Aunque sea difícil y aunque “aparentemente” signifique una pérdida para nosotros • En suma … uno entra en discernimiento: • Para elegir hacer la voluntad de Dios
Así como hizo Jesús, es necesario que nosotros tengamos muy claroel único fin • Tenemos que estar convencidos de que se trata de volver a Dios • Y convencidos de que volveremos a él si hacemos su voluntad • Que es: “dar vida” a los demás, llevar a todos hacia Dios, ayudar a todos en todo, servir, … • Por tanto, para poder iniciar un discernimiento espiritual • 1) Tengo que tener claro (buscar, querer) el “fin último y único” • Tengo que querer a Dios (verdad, justicia, vida) sobre todas las cosas • Y tengo que querer volver a él a como dé lugar, porque en él está la felicidad verdadera y la vida • 2) Y para ello, tengo que buscar hacer en todo su voluntad • Y su voluntad es que todos vivan “dignamente” y vuelvan a él • Su voluntad es que prevalezca la verdad, la justicia y la vida … para que todos sean felices • Para ello debo ayudar, amar, servir, desgastarme, perder, … morir
Los medios • Hasta ahora hemos visto que Dios y su voluntad deben ser el único fin de mi vida • Y también hemos visto que, para hacer su voluntad, cuento con mi libertad • Entonces, si mi FIN (mi único fin) es hacer sólo su voluntad (que es de justicia y de verdad) … • Esto significa que TODO lo demás (absolutamente todo lo demás) es “medio” • Por “todo lo demás” se entiende todo lo creado (es decir, todo lo que no es Dios) • Vida, salud, bienes, familia, amigos, trabajo, actividades, logros, matrimonio, vida religiosa, éxitos, buen nombre, estructuras, estados, costumbres, …
Pero si bien todas las alternativas “son medios” … • El problema es que algunos de “estos medios” … o parecen fines o los volvemos fines • A menudo se trata de fines “intermedios” que se han de buscar en el camino hacia el último y único fin • Y nosotros, confundidos, los consideramos fines “últimos” o únicos • Con frecuencia buscamos los fines intermedios (que son medios) como si fuesen “el fin único” de nuestras vidas • Hay que poner “la mira” más allá; en el FIN • “El ojo de nuestra intención debe ser simple, solamente mirando para qué he sido creado” EE169 – i.e. VOLVER A DIOS • Y evitar confundir los medios con el fin; las alternativas con Dios, “no ordenando ni trayendo el fin al medio, sino el medio al fin” EE 169 • Teniendo claro el fin, el discernimiento nos ayuda a elegir “entre medios” • El fin no se discierne (es el punto de partida); lo que se discierne son las alternativas o caminos que me llevan a este fin
Según Ignacio, si tengo claro lo que quiero (Dios y su voluntad), entonces … • “Cualquier cosa que yo eligiere debe ser para que me ayude a alcanzar el fin para el que he sido creado, no ordenando ni trayendo el fin al medio, sino el medio al fin …” EE169 • Cualquier medio, cualquier camino, cualquier oportunidad u ocasión me debe ayudar a volver a Dios • Ejemplo: “Primero hemos de tener por objetivo querer servir a Dios, que es el fin, y después hacer dinero o casarme, si más me conviene (para alcanzar el fin) …” EE169 • Si mi fin está claro, entonces (y sólo entonces) podré elegir correctamente • Sin esta claridad inicial el discernimiento espiritual es “imposible” • Esto es machaconamente (repetidas veces) subrayado por Ignacio
La elección ideal del mejor “medio” • Ejemplo: Estoy en un supermercado, deseo pagar la compra que he hecho y me acerco a una cajera: • FIN: Pagar la compra y salir (y mientras más rápido, mejor) • Es lo único que busco, lo único que quiero (y lo tengo muy claro) • MEDIOS: Las diversas cajeras (filas) – son las alternativas o caminos para el fin • Decisión: ¿Cuál escojo? ¿Qué cajera elijo para pagar y salir? • Si me da lo mismo cualquiera y elegiré la que esté más vacía - ¿por qué? • Porque lo único que busco es el FIN: pagar y salir • Si me da lo mismo cualquier cajera, entonces soy LIBRE • Soy LIBRE ante los medios cuando no tengo preferencia por ninguno de ellos (no prefiero a ninguna cajera: soy no-preferente, soy indiferente)
Pero … si prefiero una cajera en particular; es decir, si soy preferente … • Porque es mi amiga, porque me atiende muy bien, porque me da una “yapa”, porque su conversación es agradable, porque estoy enamorado de ella… • Soy preferente si tengo algún interés (un afecto desordenado) • Si es así, NO voy a elegir el mejor medio (la cajera que esté más libre) • Preferiré hacer una cola más larga, sin importarme el fin • Pues me interesa más que me atienda esa cajera, que pagar y salir • En este caso, voy a elegir mal (no voy a salir rápido) porque el medio es más importante que el fin • Mi intención no está rectamente ordenada al fin, sino a un querer desordenado • Si soy LIBRE y si las alternativas que considero son “buenas en sí” … • Me debería dar lo mismo que las alternativas me den bienestar o me den incomodidades o pérdidas • Lo que interesa es el fin, no los efectos de los medios
La libertad y Los medios • Toda alternativa tiene anexa pros-contras (que me dejan mejor o peor) • No debemos dejarnos determinar por los resultados anexos a un medio • La elección del medio debe ser independiente de sus efectos(buenos/malos) • No importa si el medio conlleva pérdidas/ganancias; importa el Fin • Si “todo” es medio, entonces yo debo estar dispuesto … • A quedarme con un medio (elegirlo con sus + y -) o a prescindir de él … • En función de si éste me ayuda o no me ayuda a alcanzar el fin • Ignacio dirá que yo debo estar dispuesto a “tomar los medios o a dejarlos” • Y que yo debo tomar o dejar un medio (con independencia de sus efectos: ganancias o pérdidas), si más y mejor me ayuda a hacer la voluntad de Dios • Pero, para poder ser capaz de TOMAR y DEJAR algún medio a fin de poder elegir la voluntad de Dios • Es imprescindible ser LIBRE (indiferente, desprendido) ante los efectos • Si estoy atado a un medio, no seré capaz de dejarlo para elegir lo de Dios
Ante las diversas alternativas en consideración, ANTES DE DECIDIR, yo debo mantenerme como el ‘fiel’ de la balanza • No inclinado ni para un lado ni para el otro; debo ser indiferente • Pero mirando el fin; no mirando los efectos (+ o -) de los medios • Para -después de evaluar- poder elegir sólo aquello que Dios desea • Esto es, para elegir el medio que más y mejor me lleve al fin • La condición de éxito de todo discernimiento es mi libertad • Debo ser una persona LIBRE, indiferente (no-preferente) • Antes de elegir no debo preferir ni inclinarme a una alternativa • No puedo estar atado a quereres, gustos, deseos, intereses, … previos que afecten mi decisión • No puedo estar atado a los efectos (+ o -) de los medios • Debo ser libre de manera de no preferir -de antemano- ningún medio, ninguna alternativa, ningún camino, ninguna solución, …
Si deseo escoger la mejor alternativa , NO debo preferir ninguna • Debo ser libre ante todas ellas, a fin de poder escogeré SÓLO la que más y mejor me lleve a Dios (la que coincida con su voluntad) • Por tanto, si soy LIBRE, me debería “dar lo mismo” si la alternativa conlleva: • Riqueza o pobreza (por ejemplo: mantener el puesto o perderlo) • Salud o enfermedad • Honor o deshonor • Vida larga o corta, etc. • Si estoy atado (apegado) a los beneficios de una alternativa (opción, camino), entonces ya NO puedo escoger … • Ya he escogido (de antemano) la que satisface mis quereres • Y el discernimiento que haga será inútil
¿Entonces cuál debo elegir? • Aquella alternativa (medio) que más me lleve a Dios • Y sin considerar las pérdidas que signifiquen para mí … • Deberé escoger (sin importar el costo personal) aquella alternativa que mejor me permita hacer lo que Dios quiere • Pero si NO soy libre y de antemano prefiero más: riqueza, salud, honores, vida larga … no podré elegir lo que mejor me lleve a Dios • Tomaré una decisión equivocada (que no necesariamente me hará feliz) • Es muy difícil ser libre (verdaderamente libre) • Pues supone que nada debe anteponerse a Dios • Y supone que debo preferir a Dios, por encima de todo: • Familia, amigos, bienes, fama, poder, gustos, intereses, … • Sólo si soy “verdaderamente libre” y sólo si amo a Dios sobre todas las cosas • Podré preferirlo por encima de cualquier medio, hasta de mi propia vida
Si amo a Dios (verdad, justicia, vida, bien) por sobre todas las cosas: • Estaré dispuesto a elegir, tomar, asumir, comprometerme, aceptar cualquier medio que me acerque a Dios • Aunque me cueste … • Y estaré dispuesto a rechazar, deshacerme, desprenderme, dejar … cualquier medio que me impida acercarme a Dios • Aunque me cueste … • Pero esto sólo lo haré si estoy perdidamente enamorado de Dios
El discernimiento espiritual me hará ver en qué alternativa esta la voluntad de Dios • Pero será mi libertad (mi indiferencia) la que me permitirá elegirla • Si soy LIBRE, y no tengo preferencias por alternativa alguna, podré elegir aquella que más me lleve a Dios … • Y si sólo cuando soy libre puedo elegir correctamente y alcanzar la plena felicidad • Entonces es necesario “hacerme libre” • Este es el objetivo de los Ejercicios espirituales
Entonces, suponiendo que soy libre, ¿cómo puedo decidir? • ¿Cómo sé cuál es la mejor decisión? • ¿Cómo sé cuáles son aquellas elecciones que me permiten construir un futuro de verdadera felicidad para mí y para los demás? • Hasta ahora sólo sé que la decisión correcta es sólo aquella decisión que coincide con lo que Dios quiere y desea • Sé que debo decidir solamente aquello que haga la voluntad de Dios • Porque su voluntad es lo “mejor” para mí; es lo que me hará feliz • Y sé que mi intención debe ser recta • Pero … ¿cómo sé en qué alternativa está su voluntad? • ¿Cómo sé qué es lo que él desea? • ¿Cómo sé qué es lo que él quiere que decida/elija para ser feliz? • El “discernimiento espiritual” nos ayuda a responder a estas preguntas
a.m.d.g. Compañía de Jesús - Provincia del Perú CEI – Centro de Espiritualidad Ignaciana Av. Fulgencio Valdez 780, Breña – Lima 5 CEI@jesuitas.pe T: 433-7337