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Filosofía Contemporánea. Esquema resumen de “ Historia de la Filosofía Contemporánea, Alfredo Cruz Prados, Ed. Eunsa ”. Realizado por: Isaac Vidal Martínez. ÍNDICE. Feuerbach . ÍNDICE. Escisión de la escuela hegeliana. Feuerbach. La inversión de Hegel y la crítica de la religión.
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Filosofía Contemporánea Esquema resumen de “Historia de la Filosofía Contemporánea, Alfredo Cruz Prados, Ed. Eunsa”. Realizado por: Isaac Vidal Martínez.
Feuerbach. ÍNDICE • Escisión de la escuela hegeliana. • Feuerbach. • La inversión de Hegel y la crítica de la religión. • La religión como humanismo.
Escisión de la escuela hegeliana. La doctrina y método hegelianos han servido como punto de partida para diversas corrientes de pensamiento. La filosofía hegeliana no actuó como un cuerpo unitario. Dos Causas: • A su muerte surge contra Hegel el espíritu positivista y cientificista. La filosofía camina ahora hacia lo particular, lo inmediato y lo material. Tienen lugar también las filosofías vitalistas y voluntaristas contra el absolutismo de la razón abstracta. • Surge la polémica dentro de sus seguidores, pues la filosofía encerraba características muy diversas. Desacuerdo en cuestiones religiosas. Aparecen distintos grupos: • Derecha hegeliana: se esfuerzan por manifestar la armonía del sistema. • Izquierda hegeliana: fidelidad a los principios esenciales, llevando las consecuencias al extremo. Las tesis de la izquierda fueron las que más perduraron y más fecundas fueron.
Feuerbach, Baviera 1804 Máximo representante de la izquierda hegeliana, fue alumno de Hegel. Su primera obra “Pensamientos sobre la muerte e inmortalidad” provocó una discusión entre los discípulos hegelianos, situándose éste en la posición más radical. Otras obras posteriores: “Filosofía y Cristianismo”, “La Esencia del cristianismo”. La inversión de Hegel y la crítica de la religión Presentaba su pensamiento con fidelidad a Hegel. Hegel pretendió deducir lo real de lo abstracto, considerando la idea como lo Absoluto. Pero según Feuerbach, la verdadera realidad no está en lo ideal sino en lo existente, el punto de partida del conocimiento es la Naturaleza, y el espíritu y el pensamiento son derivados de ésta, y no al revés. Según Feuerbach es un sentimiento de dependencia, el ser humano respecto a la naturaleza, el principio de toda religión.
La Naturaleza impone un límite en la satisfacción de las necesidades. Éste desequilibrio entre poder y querer produce en el hombre el ansia de una satisfacción plena: Dios. La primera fase de la conciencia religiosa es divinizar la Naturaleza. El hombre, luego, se separa de ella, y se conoce a sí mismo. La esencia del hombre es razón, voluntad y amor. Estas facultades son infinitas, pues sus objetos son infinitos. El hombre no es capaz de descubrir la infinitud de sus facultades, y proyecta su esencia en un ser externo a él, Dios. Por tanto, todo lo que se afirma de Dios pertenece únicamente al hombre. La conciencia religiosa no es más que una falsa conciencia de sí, pues en ella se conoce como objeto externo lo que en realidad es interno. Feuerbach invierte los términos Dios-Hombre por Hombre-Dios. También considera que el cristianismo es una fase necesaria para la formación de la conciencia humana, pero que necesariamente hay que superar.
La religión como humanismo Para feuerbach el verdadero fin de la religión es la satisfacción del mismo hombre. Para él, tanto la filosofía como la teología tienen el mismo objeto: el hombre. Rechazaba para sí el calificativo de ateo, y pensaba que no había eliminado a Dios de la realidad, sino que había encontrado el único Dios. Negó también que su doctrina fuera un puro materialismo. Para él, la meta suprema y sentido último del actuar humano es la realización total de su esencia, y es en el estado donde se puede realizar el hombre completamente. Por ello, la política es la nueva religión de la humanidad.
Marx. ÍNDICE • La teoría de las alineaciones. • El materialismo histórico y dialéctico. • El sistema económico. • La revolución y la sociedad comunista. Nace en Tréveris (Alemania) 1818. Comenzó los estudios de derecho, y tuvo influjo de las ideas de la izquierda hegeliana. La religión y las aspiraciones revolucionarias en consonancia con los socialismos utópicos son los temas principales de Marx. Entre las principales influencias en Marx encontramos: la dialéctica hegeliana, el materialismo antiguo y moderno, los socialismos de principios del XIX, y la nueva ciencia económica.
La teoría de las alienaciones La alienación es una situación en la que se encuentra el hombre, que cree que la religión tiene un sentido objetivo en sí misma, y no advierte su significado real, que es ser instrumento de dominio de una clase sobre otra. La religión y el derecho, para Marx, no es más que una explotación económica ejercida a través de estas configuraciones teóricas. Hay que destruir la religión para que salga a la luz su verdadero trasfondo. La lucha contra la religión es la lucha contra una sociedad que ha creado la religión como instrumento de dominio. La religión adormece la capacidad de rebeldía, y es expresión de la miseria real. Sostiene que “los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo”. La filosofía puede alcanzar la realidad teóricamente desvinculada de la praxis humana, de las relaciones sociales. Por ello, la filosofía ha de ser superada por la praxis. La alienación social se pone de manifiesto en las distintas clase sociales del capitalismo. El antagonismo de clases no es algo accidental sino constitutivo. Cualquier empeño de encontrar algo común entre ellas es una ilusión o estrategia de la clase dominante para aplacar la capacidad revolucionaria de los sometidos. Por ello, es necesario la lucha de clases.
El materialismo histórico y dialéctico El materialismo dialéctico de Marx establece prioridad de la realidad socio-material sobre los contenidos de conciencia. El plano real y absoluto de la vida humana es el plano económico, el de las necesidades materiales y modos de producción. El hombre es esencialmente una realidad material, un cuerpo, y la conciencia es un fenómeno material. Es un ser de necesidades materiales y una unidad de fuerzas productoras, de dominio y transformación de la Naturaleza. El materialismo histórico de Marx es un supuesto: la producción es la fuerza determinante de la historia. La formula tomando de partida la distinción entre base económica y superestructura. No son las ideas las que mueven el mundo, como creía la izquierda hegeliana, porque todos los elementos ideológicos dependen de hechos registrados en el ámbito económico. Cada época encierra en sí misma el motor de su propia negación, dando así paso a la siguiente, que sustituye y anula la anterior. Marx postura de este modo un historicismo radical, que recibe cierta inspiración del evolucionismo darwinista.
El sistema económico La economía política constituye la verdadera anatomía de la sociedad. El pensamiento económico de Marx suele realizarse desde una doble perspectiva: estática, y dinámica. • Estática. La economía capitalista se presenta como un sistema intrínsecamente injusto. Trata de mostrar que el trabajo es convertido en mercancia, y el trabajador en objeto del capital. • Dinámico. El sistema capitalista es en sí destructivo por dos motivos: 1. por la concentración creciente de capital, 2. por la proletarización creciente. La presentación del marxismo como teoría científica plantea diversos problemas teóricos y prácticos. Entre ellas, la teoría económica de Marx ha omitido la influencia que las decisiones morales de los hombres pueden ejercer sobre las estructuras económicas.
La revolución y la sociedad comunista Según el materialismo histórico, el sentido de la vida viene determinado por el progreso técnico y la industrialización. La lucha de clases es el verdadero motor de la historia, necesaria para transformar la sociedad. El objetivo principal de la revolución habrá de ser la supresión del régimen de propiedad privada por medio de la colectivización. Marx define al poder político como la violencia organizada de una clase para la opresión de otra. En la sociedad comunista ya no habrá escisión entre el individuo y la especie, ni entre la necesidad y su satisfacción, sino una situación de abundancia en la que el hombre cultivará su personalidad. En última instancia, la doctrina de Marx supone la negación de la filosofía y la conversión de ésta en mera ideología.
Schopenhauer. ÍNDICE • Vida y Obras. • El mundo como representación. • El mundo como voluntad. • Vías de liberación: arte y negación de la voluntad. Vida y Obras Nace en Dantzig (Polonia) en 1788, viajó por toda Europa, en especial por Francia e Inglaterra. De carácter colérico, orgulloso, e inestable. Su tesis: “La cuádruple raíz del principio de razón suficiente”. Su principal obra: “el mundo como voluntad y representación”. El éxito como filósofo le viene por su obra: “Parego y Paralipomena”. Muere hacia 1860.
El mundo como representación Para Schopenhauer los objetos de nuestra mente son únicamente fenómenos. La ciencia estudia las relaciones entre fenómenos que tiene lugar en nuestra mente y que vienen determinadas por el principio de razón suficiente, que puede adoptar cuatro modos, que se corresponde con cuatro tipos de objetos: • Representaciones empíricas, reguladas por el principio de razón suficiente del devenir. • Conceptos Abstractos, se ligan formando juicios y razonamientos. Reguladas por el principio de razón suficiente del conocer. • Intuiciones a priori de la sensibilidad, regulados por el principio de razón suficiente del ser. • Principio de razón suficiente del actuar. Relación de las voliciones con el actuar del sujeto. El primer postulado de su sistema: “El mundo es mi representación”. Hay dos tipos de representaciones: inmediatas, que son las que componen el mundo y se dan en el entendimiento, y mediatas, las que elabora la razón a partir de las inmediatas. La razón tiene sólo una finalidad práctica. Los conceptos que ella elabora no sirven para conservar y para transmitir conocimientos. Todo objeto presupone un sujeto, por ello se exigen mutuamente, y son inseparables.
El mundo como Voluntad La razón sólo tiene una finalidad práctica, y su actuación no proporciona nuevos conocimientos. Según Schopenhauer, existe una intuición inmediata por la cual la persona experimenta ser sujeto de deseos, de aspiraciones y anhelos, es decir, voluntad que se exterioriza en los actos personales. Esta percepción inmediata e interna de la propia realidad, constituye la clave del desenmascaramiento de todo el mundo fenoménico. Las fuerzas y energías que se observan en la Naturaleza pertenecen a una objetivación de la voluntad. La verdadera realidad de todo lo corporal es sólo voluntad. Esta voluntad es única, pues la individualidad y la multiplicidad pertenecen al ámbito del fenómeno. El carácter de la voluntad consiste en ser voluntad de vivir. La voluntad de vivir es sólo voluntad, entendiendo por ello un querer irracional, ciego y perpetuo. Nada puede colmar su deseo porque ella es puro desear. Pero esta insatisfacción es puro dolor. La vida del hombre oscila entre el deseo y el hastío, nunca encuentra satisfacción plena para sus anhelos. A este drama de la vida humana hay que sumarle el egoísmo de toda voluntad individual. La vida es perpetuo dolor y perpetua lucha de egoísmos. El pesimismo de su obra es radical. En contra de la optimista visión de Leibniz, declara abiertamente que este mundo es el peor de los posibles.
Vías de liberación: arte y negación de la voluntad Para escapar a la amargura sólo cabe la posibilidad de rechazar la voluntad de vivir, ya que ella es fuente de todo mal. El primer camino de salvación que se le presenta al hombre es el arte, en el que el sujeto se convierte en puro espectador que se relaciona con el objeto en un acto de conocimiento que excluye todo interés. En la contemplación estética se capta lo que hay de común y permanente. Este objeto de contemplación es lo que llama Idea eterna. Por ello, el arte tiene como misión la expresión de estas ideas. El arte sólo es un rechazo momentáneo de la voluntad por ello es insuficiente.
Kierkegaard. ÍNDICE • Vida y Obras. • Reacción antihegeliana: la existencia frente a la idea. • La verdad como subjetividad o interiorización. • Los tres estadios de la existencia. • Angustia y desesperación. • Fe y Absurdo Vida y Obras Nace en Copenhague 1813. Comenzó los estudios de Teología, pues su padre deseaba que fuese pastor. Pero lo que verdaderamente le atrae es la Filosofía y la literatura. Por ello abandonó la Teología para dedicarse a ésta. Juzgó erróneo el intento por parte de Hegel de compatibilizar filosofía y religión cristiana. Más tarde, al reconciliarse con su padre, prosigue con los estudios de Teología. Entre sus obras más importantes citamos: “O lo uno o lo otro”, “Temor y temblor y la Repetición”, “El Concepto de la Angustia”, “Migajas filosóficas”. Se convertirá en un luchador de la verdad cristiana, y criticará la mundanización de la cristiandad oficial y predicará la verdadera fe cristiana
Reacción antihegeliana: la existencia frente a la idea El fondo de toda la filosofía de Kierkegaard es espiritual. La fe, según este, no es sólo objeto de conocimiento, sino esencialmente necesaria para la vida. Cree que el verdadero planteamiento filosófico es el problema interior del propio yo. No niega la verdad de las ciencias naturales y de las matemáticas aunque las sitúa en un segundo plano. Uno de sus puntos de partida es: “de que le sirve el hombre conocer todo el mundo si desconoce su alma”. Lo verdaderamente principal es el conocimiento de la propia condición y destino. Una vez llena de sentido la existencia, todo lo demás viene por añadidura. Lo único verdaderamente real es la existencia, la cual no puede aprenderse a través de los conceptos abstractos de la razón. Según éste, el ser no puede ser dominado ni identificado con el pensamiento. En último lugar contrapone: pensamiento de ser, finito de infinito, idealismo de cristianismo. El ser pensado, abstracto y conceptual, no es lo mismo que el ser real.
La verdad como subjetividad o interiorización Lo que el hombre necesita, según éste, es que el hombre encuentre la verdad de su existencia, o lo que es lo mismo, hacer su existencia verdadera. Concibe la verdad desde la verdad religiosa. La verdad es definida por su carácter subjetivo, la verdad de mí mismo, y no por su carácter objetivo. Pero la existencia no es objeto de contemplación sino de realización. La auténtica existencia es, pues, existencia auténtica: ser yo mismo en todos mis actos. Afirmó que lo único real es el individuo, y no lo abstracto y lo general. Ser real, ser individuo, es actuar como tal, es decir, con plena conciencia y por decisión personal. Pero donde la existencia deviene más auténtica y la realidad del hombre más acabada es en la relación de éste con Dios. Es en ella donde el hombre se encuentra máximamente individualizado. El hombre alcanza su plena subjetividad en su relación con la infinita subjetividad de Dios. Existir es existir ante Dios. Bajo la mirada divina el hombre se encuentra en soledad, en soledad con Dios. El hombre alcanza su verdad no al con templar, sino al saberse contemplado.
Los tres estadios de la existencia Lo más conocido de este filósofo es la doctrina de los tres estadios, los cuales representan los tres modos de vida del hombre hacia su ascensión hacia la existencia verdadera. • Estadio Estético. El sujeto sólo está atento a lo superficial y a lo externo. Sólo busca goce y placer. Es la vida en la que la imaginación se hacer rectora de la existencia. Esta vida de libertad ilimitada nunca consigue saciar plenamente. Todo goce es momentáneo y parcial, y el hombre lleva en su interior una aspiración hacia lo infinito. • Estadio Ético. Es el modo de vida del hombre caracterizado por regirse por unas normas morales. Este tipo de hombre sacrifica el propio placer para afirmar la vigencia de lo universal. Sin embargo, está condenado a la perpetua insatisfacción, pues es incapaz de realizar en perfección dicho imperativo. • Estadio Religioso. El rechazo al pecado, según este filósofo, conduce a la desesperación, pues, una y otra vez se experimentan el fracaso moral. Sólo nos podemos salvar a través del acto de fe, en el cual se afirman conjuntamente nuestro pecado y la causa eficaz de nuestra redención. El anhelo de infinitud que el hombre encierra se satisface, únicamente, en relación con una Personalidad Infinita. No es la idea, sino la libertad del individuo, la que salva el abismo entre los diversos estadios.
Angustia y desesperación “Angustia” es uno de los términos más usado por el filósofo. Es una condición interior del propio sujeto que precede al paso de un estadio a otro. La transición de una etapa a otra no la realiza el individuo impulsado por el empuje de la angustia, sino que es un salto que le lleva a comprometer su libertad. La angustia es atracción y repulsión a la vez, y por tanto un estadio interior, que por sí mismo no explica ningún movimiento del hombre de un estado a otro. La única vía de salida a tal situación es la fe. Este salto no elimina la conciencia de pecado, pero hace que podamos vivirla con un seren o pesar, y no con un amargo resentimiento. Quien no da este salto cae inevitablemente en la desesperación. Ésta es la verdadera enfermedad mortal. La desesperación en su modo más estricto es la rebeldía del hombre contra lo eterno, la pretensión de ser él sin referencia a Dios. Los conceptos de angustia y de desesperación aparecen en estrecha conexión con la idea de pecado, y en cierta manera, se identifican con él.
Fe y Absurdo A través de la fe, el hombre pierde todo apoyo en lo temporal, y se abandona en las manos de lo eterno. No es la razón el camino hacia Dios, sino la conciencia de pecado lo que nos sitúa ante él. La fe no es el término de un proceso intelectual. No niega el contenido objetivo de los dogmas, pero minimiza su valor a favor del carácter existencial de la fe. Su enfrentamiento radical al racionalismo hegeliano, le ha llevado a eliminar toda racionalidad en el ámbito de la fe. Por otra parte, su crítica a la Iglesia luterana hizo que su postura se acercase, en muchos puntos, al catolicismo. Subrayó, además, el valor del sacrificio, del sufrimiento, y de la abnegación.
Nietzsche. ÍNDICE • Vida y Obras. • La vida contra la razón. • El espíritu de la tragedia: lo apolineo y lo dionisíaco. • Transmutación de todos los valores. • Creación de valores y “muerte” de Dios. • La voluntad de poder • El eterno retorno • El superhombre • El nihilismo de lo humano sin límite
Vida y Obras Nace en 1844 en Röcken (Alemania). Su padre era pastor luterano. Creció en un ambiente femenino de gran religiosidad. Comienza los estudios de filología clásica. Es nombrado profesor de filosofía en una universidad. Muestra a Schopenhauer y a Wagner como ejemplos de una nueva vitalidad cultural. Cae preso de un colapso mental del que ya no se recuperará. Vive el resto de sus días bajo el cuidado de su madre, y después de su hermana. Obras más importantes: • Así habló Zaratustra. • más allá del bien y del mal. • el anticristo • Ecce homo. • Etc.
La vida contra la razón Nietzsche era enemigo de toda razón esquematizante, es decir, de aquella razón absoluta que pretendiera absorber y dominar toda la realidad. Por ello, contrapone vida y razón: la razón no puede hacerse cargo de la vida porque éste es precisamente lo opuesto a aquella. • La vida: irracional, curso ciego, sin sentido, horror, y dolor. La religión y otras ciencias que han intentado impregnar de sentido a la vida dándoles un valor objetivo, según el filósofo, sólo la han enmascarado, la han revestido de una falsa apariencia, privándola de su auténtica energía y vitalidad.
El espíritu de la tragedia: lo apolíneo y lo dionisíaco Nietzsche descubre en el arte griego, especialmente en el espíritu de la tragedia, una forma para enfrentarse con la vida en su auténtica condición. La clave de dicho espíritu se encuentra en la conciliación de lo apolíneo y lo dionísiaco, que cree ver plasmados en la versificación y diálogo, lo apolíneo, y en la música y danza coral, lo dionisíaco. • Dionisíaco. Comprende lo impulsivo y pasional, la emersión desnuda y desenfrenada de la vida, el libre brotar de lo vital. • Apolíneo. Comprende la forma y la vida, el revestimiento bello. Mediante la conexión entre ambas, lo apolíneo y lo dionisíaco, lo terrible de la vida era transformado en algo estéticamente sublime.
Transmutación de todos los valores La afirmación de la vida exige reaccionar contra la razón, pero también contra toda moral. Por ello, toda moral debe ser destruida. Contra aquella moral que postula sujeción y el sometimiento de lo vital, “moral de esclavos”. Estos tipos de moral, según el filósofo, han intentado poner freno a la fuerza de los poderosos, en vez de asumir la vida en su auténtica faz, han negado la vida, la han dulcificado estableciendo unos valores, y han creado la ficción de un más allá. Propone la “moral de los señores”, moral de los fuertes y de los poderosos. Una moral que exalta la individualidad, la personalidad prominente, la nobleza, la arrogancia. Dicha moral no se reduce a la aceptación de la simple fuerza fáctica, de todo aquello que se pueda hacer, y biológica. El carácter afirmador de la vida de la auténtica moral no estriba en la desnuda fuerza física, en la capacidad de dominio fáctico, sino en lo que sus valores expresan: la vida en su pletórica y más alta condición.
Creación de valores y “muerte” de Dios La personalidad que define la moral de señores no es pura espontaneidad biológica libre de todo freno, sino tarea y empeño: creación de valores. Desde su soledad excelsa, puede crear valores, dictaminar el sentido y finalidad del mundo de sí mismo. Es una voluntad creadora. La negación de Dios, es condición necesaria para afirmar la vida creadora. Por ello declara: “Dios ha muerto”. El cristianismo, según el filósofo, es odio a la vida, es la máxima expresión de esa moral de esclavos. El filósofo afirma: “yo soy por entero cuerpo, y nada más”. La vida es lo único real y es como es: no hay bondad o maldad en ella. Hay que derrumbar todos los valores construidos sobre el cristianismo pero sin caer en el puro nihilismo.
La voluntad de poder El filósofo concibe la vida como voluntad. No como voluntad de vivir sino como voluntad de poder. El bien, el mal, el placer, el dolor, se determina en función del poder: es bueno todo aquello que aumenta el sentimiento de poder. La superioridad del hombre se manifiesta en el asumir y querer decididamente la amargura y crueldad ineludibles de la vida, afirmar la vida tal como es, sin pretender dulcificarla con una ideal de esperanza de mejora. Este querer livera al hombre de toda esclavitud puyes cdonvierte la realidad de todo ser en voluntar propia. El eterno retorno El mundo es sólo retorno de lo mismo, destino necesario y repetitivo, sin transformación ni novedad. El eterno retorno pretende hacer del mundo un universo cerrado, sin sentido, vertido sobre sí mismo, autosuficiente, carente de toda referencia.
El superhombre SUPERHOMBRE • Destrucción de la moral de esclavos. • Destrucción del Cristianismo. • Muerte de Dios. El superhombre es la manifestación perfecta, la encarnación de la voluntad de poder, el modo de existencia humana plenamente vital, auténticamente afirmadora de la vida. La disolución de todo criterio racionalizador, de todo lo universalizante y homogeneizante, dará libre cauce al surgimiento de superindividuos, de individualidades excepcionales y sublimes.
El nihilismo de lo humano sin límite Nietzsche quiso saciar su sed de infinito en lo finito, y ensanchó lo finito hasta desintegrarlo. El nihilismo supone la concepción de la vida como un absoluto, como una realidad cuyo único sentido es ella misma, su autoafirmación. Sus obras están plagadas de contradicciones, de falta de concreción y definición. Es posible que su obra sólo pueda entenderse desde la misma personalidad del autor, desde la vivencia de su enfermedad psíquica. Ciertamente su doctrina fue una expresión existencial.
Marx. ÍNDICE • La teoría de las alineaciones. • El materialismo histórico y dialéctico. • El sistema económico. • La revolución y la sociedad comunista. Nace en Tréveris (Alemania) 1818. Comenzó los estudios de derecho, y tuvo influjo de las ideas de la izquierda hegeliana. La religión y las aspiraciones revolucionarias en consonancia con los socialismos utópicos son los temas principales de Marx. Entre las principales influencias en Marx encontramos: la dialéctica hegeliana, el materialismo antiguo y moderno, los socialismos de principios del XIX, y la nueva ciencia económica.
La teoría de las alienaciones La alienación es una situación en la que se encuentra el hombre, que cree que la religión tiene un sentido objetivo en sí misma, y no advierte su significado real, que es ser instrumento de dominio de una clase sobre otra. La religión y el derecho, para Marx, no es más que una explotación económica ejercida a través de estas configuraciones teóricas. Hay que destruir la religión para que salga a la luz su verdadero trasfondo. La lucha contra la religión es la lucha contra una sociedad que ha creado la religión como instrumento de dominio. La religión adormece la capacidad de rebeldía, y es expresión de la miseria real. Sostiene que “los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo de diversas maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo”. La filosofía puede alcanzar la realidad teóricamente desvinculada de la praxis humana, de las relaciones sociales. Por ello, la filosofía ha de ser superada por la praxis. La alienación social se pone de manifiesto en las distintas clase sociales del capitalismo. El antagonismo de clases no es algo accidental sino constitutivo. Cualquier empeño de encontrar algo común entre ellas es una ilusión o estrategia de la clase dominante para aplacar la capacidad revolucionaria de los sometidos. Por ello, es necesario la lucha de clases.
El materialismo histórico y dialéctico El materialismo dialéctico de Marx establece prioridad de la realidad socio-material sobre los contenidos de conciencia. El plano real y absoluto de la vida humana es el plano económico, el de las necesidades materiales y modos de producción. El hombre es esencialmente una realidad material, un cuerpo, y la conciencia es un fenómeno material. Es un ser de necesidades materiales y una unidad de fuerzas productoras, de dominio y transformación de la Naturaleza. El materialismo histórico de Marx es un supuesto: la producción es la fuerza determinante de la historia. La formula tomando de partida la distinción entre base económica y superestructura. No son las ideas las que mueven el mundo, como creía la izquierda hegeliana, porque todos los elementos ideológicos dependen de hechos registrados en el ámbito económico. Cada época encierra en sí misma el motor de su propia negación, dando así paso a la siguiente, que sustituye y anula la anterior. Marx postura de este modo un historicismo radical, que recibe cierta inspiración del evolucionismo darwinista.
El sistema económico La economía política constituye la verdadera anatomía de la sociedad. El pensamiento económico de Marx suele realizarse desde una doble perspectiva: estática, y dinámica. • Estática. La economía capitalista se presenta como un sistema intrínsecamente injusto. Trata de mostrar que el trabajo es convertido en mercancia, y el trabajador en objeto del capital. • Dinámico. El sistema capitalista es en sí destructivo por dos motivos: 1. por la concentración creciente de capital, 2. por la proletarización creciente. La presentación del marxismo como teoría científica plantea diversos problemas teóricos y prácticos. Entre ellas, la teoría económica de Marx ha omitido la influencia que las decisiones morales de los hombres pueden ejercer sobre las estructuras económicas.
La revolución y la sociedad comunista Según el materialismo histórico, el sentido de la vida viene determinado por el progreso técnico y la industrialización. La lucha de clases es el verdadero motor de la historia, necesaria para transformar la sociedad. El objetivo principal de la revolución habrá de ser la supresión del régimen de propiedad privada por medio de la colectivización. Marx define al poder político como la violencia organizada de una clase para la opresión de otra. En la sociedad comunista ya no habrá escisión entre el individuo y la especie, ni entre la necesidad y su satisfacción, sino una situación de abundancia en la que el hombre cultivará su personalidad. En última instancia, la doctrina de Marx supone la negación de la filosofía y la conversión de ésta en mera ideología.
Schopenhauer. ÍNDICE • Vida y Obras. • El mundo como representación. • El mundo como voluntad. • Vías de liberación: arte y negación de la voluntad. Vida y Obras Nace en Dantzig (Polonia) en 1788, viajó por toda Europa, en especial por Francia e Inglaterra. De carácter colérico, orgulloso, e inestable. Su tesis: “La cuádruple raíz del principio de razón suficiente”. Su principal obra: “el mundo como voluntad y representación”. El éxito como filósofo le viene por su obra: “Parego y Paralipomena”. Muere hacia 1860.
El mundo como representación Para Schopenhauer los objetos de nuestra mente son únicamente fenómenos. La ciencia estudia las relaciones entre fenómenos que tiene lugar en nuestra mente y que vienen determinadas por el principio de razón suficiente, que puede adoptar cuatro modos, que se corresponde con cuatro tipos de objetos: • Representaciones empíricas, reguladas por el principio de razón suficiente del devenir. • Conceptos Abstractos, se ligan formando juicios y razonamientos. Reguladas por el principio de razón suficiente del conocer. • Intuiciones a priori de la sensibilidad, regulados por el principio de razón suficiente del ser. • Principio de razón suficiente del actuar. Relación de las voliciones con el actuar del sujeto. El primer postulado de su sistema: “El mundo es mi representación”. Hay dos tipos de representaciones: inmediatas, que son las que componen el mundo y se dan en el entendimiento, y mediatas, las que elabora la razón a partir de las inmediatas. La razón tiene sólo una finalidad práctica. Los conceptos que ella elabora no sirven para conservar y para transmitir conocimientos. Todo objeto presupone un sujeto, por ello se exigen mutuamente, y son inseparables.
El mundo como Voluntad La razón sólo tiene una finalidad práctica, y su actuación no proporciona nuevos conocimientos. Según Schopenhauer, existe una intuición inmediata por la cual la persona experimenta ser sujeto de deseos, de aspiraciones y anhelos, es decir, voluntad que se exterioriza en los actos personales. Esta percepción inmediata e interna de la propia realidad, constituye la clave del desenmascaramiento de todo el mundo fenoménico. Las fuerzas y energías que se observan en la Naturaleza pertenecen a una objetivación de la voluntad. La verdadera realidad de todo lo corporal es sólo voluntad. Esta voluntad es única, pues la individualidad y la multiplicidad pertenecen al ámbito del fenómeno. El carácter de la voluntad consiste en ser voluntad de vivir. La voluntad de vivir es sólo voluntad, entendiendo por ello un querer irracional, ciego y perpetuo. Nada puede colmar su deseo porque ella es puro desear. Pero esta insatisfacción es puro dolor. La vida del hombre oscila entre el deseo y el hastío, nunca encuentra satisfacción plena para sus anhelos. A este drama de la vida humana hay que sumarle el egoísmo de toda voluntad individual. La vida es perpetuo dolor y perpetua lucha de egoísmos. El pesimismo de su obra es radical. En contra de la optimista visión de Leibniz, declara abiertamente que este mundo es el peor de los posibles.
Vías de liberación: arte y negación de la voluntad Para escapar a la amargura sólo cabe la posibilidad de rechazar la voluntad de vivir, ya que ella es fuente de todo mal. El primer camino de salvación que se le presenta al hombre es el arte, en el que el sujeto se convierte en puro espectador que se relaciona con el objeto en un acto de conocimiento que excluye todo interés. En la contemplación estética se capta lo que hay de común y permanente. Este objeto de contemplación es lo que llama Idea eterna. Por ello, el arte tiene como misión la expresión de estas ideas. El arte sólo es un rechazo momentáneo de la voluntad por ello es insuficiente.
Kierkegaard. ÍNDICE • Vida y Obras. • Reacción antihegeliana: la existencia frente a la idea. • La verdad como subjetividad o interiorización. • Los tres estadios de la existencia. • Angustia y desesperación. • Fe y Absurdo Vida y Obras Nace en Copenhague 1813. Comenzó los estudios de Teología, pues su padre deseaba que fuese pastor. Pero lo que verdaderamente le atrae es la Filosofía y la literatura. Por ello abandonó la Teología para dedicarse a ésta. Juzgó erróneo el intento por parte de Hegel de compatibilizar filosofía y religión cristiana. Más tarde, al reconciliarse con su padre, prosigue con los estudios de Teología. Entre sus obras más importantes citamos: “O lo uno o lo otro”, “Temor y temblor y la Repetición”, “El Concepto de la Angustia”, “Migajas filosóficas”. Se convertirá en un luchador de la verdad cristiana, y criticará la mundanización de la cristiandad oficial y predicará la verdadera fe cristiana
Reacción antihegeliana: la existencia frente a la idea El fondo de toda la filosofía de Kierkegaard es espiritual. La fe, según este, no es sólo objeto de conocimiento, sino esencialmente necesaria para la vida. Cree que el verdadero planteamiento filosófico es el problema interior del propio yo. No niega la verdad de las ciencias naturales y de las matemáticas aunque las sitúa en un segundo plano. Uno de sus puntos de partida es: “de que le sirve el hombre conocer todo el mundo si desconoce su alma”. Lo verdaderamente principal es el conocimiento de la propia condición y destino. Una vez llena de sentido la existencia, todo lo demás viene por añadidura. Lo único verdaderamente real es la existencia, la cual no puede aprenderse a través de los conceptos abstractos de la razón. Según éste, el ser no puede ser dominado ni identificado con el pensamiento. En último lugar contrapone: pensamiento de ser, finito de infinito, idealismo de cristianismo. El ser pensado, abstracto y conceptual, no es lo mismo que el ser real.
La verdad como subjetividad o interiorización Lo que el hombre necesita, según éste, es que el hombre encuentre la verdad de su existencia, o lo que es lo mismo, hacer su existencia verdadera. Concibe la verdad desde la verdad religiosa. La verdad es definida por su carácter subjetivo, la verdad de mí mismo, y no por su carácter objetivo. Pero la existencia no es objeto de contemplación sino de realización. La auténtica existencia es, pues, existencia auténtica: ser yo mismo en todos mis actos. Afirmó que lo único real es el individuo, y no lo abstracto y lo general. Ser real, ser individuo, es actuar como tal, es decir, con plena conciencia y por decisión personal. Pero donde la existencia deviene más auténtica y la realidad del hombre más acabada es en la relación de éste con Dios. Es en ella donde el hombre se encuentra máximamente individualizado. El hombre alcanza su plena subjetividad en su relación con la infinita subjetividad de Dios. Existir es existir ante Dios. Bajo la mirada divina el hombre se encuentra en soledad, en soledad con Dios. El hombre alcanza su verdad no al con templar, sino al saberse contemplado.
Los tres estadios de la existencia Lo más conocido de este filósofo es la doctrina de los tres estadios, los cuales representan los tres modos de vida del hombre hacia su ascensión hacia la existencia verdadera. • Estadio Estético. El sujeto sólo está atento a lo superficial y a lo externo. Sólo busca goce y placer. Es la vida en la que la imaginación se hacer rectora de la existencia. Esta vida de libertad ilimitada nunca consigue saciar plenamente. Todo goce es momentáneo y parcial, y el hombre lleva en su interior una aspiración hacia lo infinito. • Estadio Ético. Es el modo de vida del hombre caracterizado por regirse por unas normas morales. Este tipo de hombre sacrifica el propio placer para afirmar la vigencia de lo universal. Sin embargo, está condenado a la perpetua insatisfacción, pues es incapaz de realizar en perfección dicho imperativo. • Estadio Religioso. El rechazo al pecado, según este filósofo, conduce a la desesperación, pues, una y otra vez se experimentan el fracaso moral. Sólo nos podemos salvar a través del acto de fe, en el cual se afirman conjuntamente nuestro pecado y la causa eficaz de nuestra redención. El anhelo de infinitud que el hombre encierra se satisface, únicamente, en relación con una Personalidad Infinita. No es la idea, sino la libertad del individuo, la que salva el abismo entre los diversos estadios.
Angustia y desesperación “Angustia” es uno de los términos más usado por el filósofo. Es una condición interior del propio sujeto que precede al paso de un estadio a otro. La transición de una etapa a otra no la realiza el individuo impulsado por el empuje de la angustia, sino que es un salto que le lleva a comprometer su libertad. La angustia es atracción y repulsión a la vez, y por tanto un estadio interior, que por sí mismo no explica ningún movimiento del hombre de un estado a otro. La única vía de salida a tal situación es la fe. Este salto no elimina la conciencia de pecado, pero hace que podamos vivirla con un seren o pesar, y no con un amargo resentimiento. Quien no da este salto cae inevitablemente en la desesperación. Ésta es la verdadera enfermedad mortal. La desesperación en su modo más estricto es la rebeldía del hombre contra lo eterno, la pretensión de ser él sin referencia a Dios. Los conceptos de angustia y de desesperación aparecen en estrecha conexión con la idea de pecado, y en cierta manera, se identifican con él.
Fe y Absurdo A través de la fe, el hombre pierde todo apoyo en lo temporal, y se abandona en las manos de lo eterno. No es la razón el camino hacia Dios, sino la conciencia de pecado lo que nos sitúa ante él. La fe no es el término de un proceso intelectual. No niega el contenido objetivo de los dogmas, pero minimiza su valor a favor del carácter existencial de la fe. Su enfrentamiento radical al racionalismo hegeliano, le ha llevado a eliminar toda racionalidad en el ámbito de la fe. Por otra parte, su crítica a la Iglesia luterana hizo que su postura se acercase, en muchos puntos, al catolicismo. Subrayó, además, el valor del sacrificio, del sufrimiento, y de la abnegación.
Husserl. ÍNDICE • Vida y Obras. • Reacción antihegeliana: la existencia frente a la idea. • La verdad como subjetividad o interiorización. • Los tres estadios de la existencia. • Angustia y desesperación. • Fe y Absurdo Vida y Obras Nace en Copenhague 1813. Comenzó los estudios de Teología, pues su padre deseaba que fuese pastor. Pero lo que verdaderamente le atrae es la Filosofía y la literatura. Por ello abandonó la Teología para dedicarse a ésta. Juzgó erróneo el intento por parte de Hegel de compatibilizar filosofía y religión cristiana. Más tarde, al reconciliarse con su padre, prosigue con los estudios de Teología. Entre sus obras más importantes citamos: “O lo uno o lo otro”, “Temor y temblor y la Repetición”, “El Concepto de la Angustia”, “Migajas filosóficas”. Se convertirá en un luchador de la verdad cristiana, y criticará la mundanización de la cristiandad oficial y predicará la verdadera fe cristiana