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La lírica renacentista. Recordemos que en la lírica del Renacimiento se dan dos tendencias paralelas: Tendencia Tendencia conservadora innovadora “arte menor” “arte mayor” Garcilaso La “lira”. Si de mi baja lira tanto pudiese el son, que en un momento
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La lírica renacentista Recordemos que en la lírica del Renacimiento se dan dos tendencias paralelas: Tendencia Tendencia conservadora innovadora “arte menor” “arte mayor” Garcilaso La “lira”
Si de mi baja lira tanto pudiese el son, que en un momento aplacase la ira del animoso viento, y la furia del mar y el movimiento (Garcilaso, oda “A la Flor de Gnido) Métrica de la lira: 7a 11B 7a 7b 11B
Representa la forma poética culta más importante de todo el Renacimiento. Está formado por dos cuartetos y dos tercetos con las rimas siguientes: ABBA ABBA CDC DCD El soneto
Las nuevas formas conviven con estrofas y versos más tradicionales: • el romance: la estrofa más representativa de la poesía popular en castellano • los Cancioneros (recordemos el Cancionero musical de Palacio y el Cancionero General) • la égloga: composición poética de tema bucólico estructurada en torno al diálogo entre varios pastores • la oda: es un canto de exaltación • la epístola: carta en verso • la canción: para la expresión de los sentimientos
Poetas de la época de Carlos I Juan Boscán (1492-1542). Conocía a fondo la lírica provenzal. Se interesó por la cultura grecolatina e italiana (tradujo la obra de Castiglione, El cortesano). 1526. Se encuentra en Granada con el embajador de Venecia, Andrea Navagero, quien le convence a introducir los metros italianos en la lírica castellana. Parecía un estilo más adecuado a la lírica culta (frente al cancionero).
Juan Boscán, Soneto VI ¿No basta el mal a siempre fatigarme, sin que también el bien me dé tormento? Yo'stava ya conmigo en buen asiento, para cuanto dolor quisiesen darme. Podía el no'sperar harto ayudarme, y, por vieja costumbre, 'l pensamiento hallava en el penar contentamiento, o cosa que bastava a contentarme. Aún me'storva el Amor tan baxo'stado, dándome de plazer alguna vista, con la cual se rebuelve mi cuidado, y el mal con quien yo'stava concertado con el venir del bien se me'nemista, y buelve andar mi reino levantado.
Garcilaso de la Vega (1501-1536) Prototipo del poeta soldado. Nombrado guardia del ejército participó en numerosas campañas al lado de Carlos V. Residió en Nápoles, en donde pudo conocer directamente su vida mundana y su ambiente cultural. Casado con Elena de Zúñiga, se enamoró de la portuguesa Isabel Freire, musa de la mayoría de sus poemas (pese a que no fuera un amor correspondido). El 19 de septiembre de 1536 es gravemente herido en una batalla. Muere en Niza el 11 de octubre.
Ninguna de las obras de Garcilaso fue publicada durante su vida. Habrá que esperar a 1543 para que sus obras aparezcan en Barcelona junto con las de Boscán. Imitatio e intertextualidad. Redescubrimiento de la belleza plástica de la poesía latina y la integración de versos de Virgilio y Ovidio, pero también de versos italianos producen una poesía muy erudita y límpida a la vez. Temas de su poesía: el amor, la amistad y la Naturaleza. Aparecen los tópicos del beatus ille ('dichoso aquel'), del locus amoenus ('lugar ameno') y del carpe diem.
Obra de Garcilaso: • 5 canciones • 38 sonetos • 2 elegías • 1 epístola • 3 églogas • otras obras menores
Las églogas Égloga II. Es la primera que se compuso. Compleja y muy larga (1885 versos), conserva la estructura del diálogo y ha sido definida como una verdadera antología de motivos medievales y de temas propios del Renacimiento. Égloga I. Estiliza y condensa en los lamentos de los pastores que la protagonizan (Salicio por la infidelidad de Galatea y Nemoroso por la muerte de Elisa) todas las invenciones de la nueva escritura. Es el poema más conocido de Garcilaso [pág. 179 del libro].
Égloga III. Compuesta en 1536 es la obra maestra del poeta. Pone en escena a cuatro ninfas que, a las orillas del Tajo, representan tres tragedias amorosas mitológicas y el idilio destruido de Nemoroso y Elisa. Termina con el canto de dos pastores, Tirreno y Alcino, que escenifican poéticamente dos paisajes y dos tipos de escritura amorosa.