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ADULTERIO ESPIRITUAL (OSEAS). Lección 1 para el 6 de abril de 2013. MARCO HISTÓRICO. A la muerte de Salomón, el reino de Israel fue dividido en dos partes:. El reino de Judá (al sur), compuesto por las tribus de Judá y Benjamín. Fue dirigido siempre por un rey de la casa de David.
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ADULTERIO ESPIRITUAL (OSEAS) Lección 1 para el 6 de abril de 2013
MARCO HISTÓRICO A la muerte de Salomón, el reino de Israel fue dividido en dos partes: El reino de Judá (al sur), compuesto por las tribus de Judá y Benjamín. Fue dirigido siempre por un rey de la casa de David. El reino de Israel (al norte), compuesto por las diez tribus restantes. Su primer rey fue Jeroboam. Nunca hubo una casa real estable. Durante el reinado de Jeroboam II (793-753 a.C.), Israel vivió un tiempo de prosperidad similar a los tiempos del rey Salomón (2Re. 14:25) Esta prosperidad material no hizo más que acrecentar la decadencia espiritual. A causa de sus pecados, 30 años después de la muerte de Jeroboam II, Israel fue destruida por Asiria el año 722 a.C. El ministerio profético de Oseas comenzó durante el reinado de Joroboam II y estaba encaminado a hacer comprender a Israel su condición espiritual para que abandonasen los ídolos y se volviesen al Dios verdadero. Si obedecían el mensaje profético, serían librados de la devastación del rey de Asiria.
VIVIR PARA DAR EJEMPLO Los profetas no se limitaron a recibir mensajes de Dios y transmitirlos. En ocasiones, Dios les pidió que fuesen “ejemplos vivos”, que transmitiesen el mensaje profético con acciones de su propia vida.
VIVIR PARA DAR EJEMPLO • Jezreel (Dios sembrará o esparcirá), hijo de Oseas y Gomer. • “Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo. Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel” (Oseas 1:3-4) • Lo-ruhama (No compadecida). Hija del adulterio de Gomer. • “Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo” (Oseas 1:6) • Lo-ammi (No pueblo mío). Hijo del adulterio de Gomer. • “Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios” (Oseas 1:8-9) Los mismos nombres de Oseas (Dios salva) y sus hijos, eran en sí mismos un mensaje para el pueblo:
ADULTERIO ESPIRITUAL “Porque su madre se prostituyó; la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes, que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mi bebida” (Oseas 2:5) Al igual que Gomer abandonó a Oseas y se fue con sus amantes, Israel había abandonado al Dios verdadero y se había prostituido, adorando a Baal y a Astarté. A este “adulterio espiritual”, Israel añadió el pecado de considerar que las bendiciones que recibía de Dios le eran proporcionadas por sus amantes, los dioses falsos. “Y ella no reconoció que yo le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata y el oro que ofrecían a Baal” (Oseas 2:8) ¿Corremos hoy el riesgo de considerar que las bendiciones que Dios nos da son en realidad el fruto de nuestros esfuerzos, suerte o inteligencia? ¿Usamos los dones que Dios nos da exclusivamente para nuestro beneficio, o los invertimos en la obra de Dios?
ADULTERIO ESPIRITUAL “Por tanto, yo volveré y tomaré mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana y mi lino que había dado para cubrir su desnudez… Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales, y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová” (Oseas 2:9, 13) Aunque Gomer no lo sabía, o no lo quería reconocer, Oseas la seguía sustentando y proporcionándole todo lo que necesitaba, hasta que recibió la orden de Dios de dejar de sustentarla. Al no reconocer a Dios, fue quitado de Israel el sustento y las ricas cosechas. Con esto, Dios esperaba que Israel recapacitase y se volviese a Él.
EL EVANGELIO EN OSEAS (EL RESCATE) Abandonada por sus amantes, Gomer fue subastada como esclava. Oseas pagó una fuerte suma para rescatarla y hacerla doblemente suya (esposa y sierva). Pero nunca usó sus derechos de amo, sino que la atrajo “con cuerdas de amor” (Oseas 11:4) “Y le dije: Tú serás mía durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo mismo haré yo contigo. Porque muchos días estarán los hijos de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a Jehová y a su bondad en el fin de los días” (Oseas 3:3-5)
EL EVANGELIO EN OSEAS (EL RESCATE) ¿Acaso no hizo Dios eso mismo con nosotros? Siendo nuestro Creador, nuestro verdadero esposo, pagó un elevado precio (la vida de su propio Hijo) para liberarnos de la esclavitud del pecado, darnos libertad y hacernos doblemente suyos. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (1ª de Corintios 6:20)
LLAMADO AL ARREPENTIMIENTO “Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón” (Oseas 2:14) Dios contrajo “oficialmente” matrimonio con Israel en el monte Sinaí. El viaje por el desierto fue su luna de miel. Allí, Dios se dio a conocer a su pueblo. Tanto en tiempo de Oseas como en nuestros días, Dios propone a Israel una nueva luna de miel. Un momento especial para volver a conocer a Dios. “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3)
“Muchos que llevan el nombre de cristianos sirven a otros dioses además del Señor. Nuestro Creador demanda nuestra dedicación suprema, nuestra primera lealtad. Cualquier cosa que tienda a disminuir nuestro amor por Dios o que interfiera con el servicio que le debemos, se convierte en un ídolo. Los ídolos de algunos son sus tierras, sus casas, sus mercaderías. Las actividades comerciales se emprenden con celo y energía, mientras que se deja en segundo plano el servicio de Dios. Se descuida el culto familiar, se olvida la oración secreta. Muchos argumentan que su trato con sus prójimos es justo, y creen que al proceder así han cumplido todo su deber. Pero no es suficiente guardar los últimos seis mandamientos del Decálogo. Tenemos que amar al Señor nuestro Dios con todo el corazón. Nada inferior a la obediencia a cada precepto -nada que sea menos que el amor supremo a Dios y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos- puede satisfacer las demandas de la ley divina” E.G.W. (Comentario Bíblico Adventista, notas sobre 1ª de Samuel 7:3, “Formas modernas de idolatría”)