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Derechos de la población lesbiana, gay, bisexual, transexual, transgénero, travesti e intersexual. “Taller sobre diversidad sexual”. Miguel Guzmán 10 de Julio de 2012. Derechos de la población LGBTTTI.
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Derechos de la población lesbiana, gay, bisexual,transexual, transgénero, travesti e intersexual. “Taller sobre diversidad sexual” Miguel Guzmán 10 de Julio de 2012
Derechos de la población LGBTTTI México ha suscrito una gran cantidad de tratados internacionales sobre derechos humanos y ha apoyado resoluciones y principios que deben ser considerados para el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas a favor de la población LGBTTTI. El reconocimiento social de la población LGBTTTI como personas plenas de derechos, se ha visto trastocado por las constantes violaciones de derechos humanos que han sufrido por su orientación o preferencia sexual y su identidad o expresión de género, colocando a este grupo social como discriminado frente al cumplimiento de las obligaciones que tiene el Estado de respetar, proteger, garantizar y promover sus derechos humanos.
Derechos de la población LGBTTTI México ha suscrito una gran cantidad de tratados internacionales sobre derechos humanos y ha apoyado resoluciones y principios que deben ser considerados para el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas a favor de la población LGBTTTI. El reconocimiento social de la población LGBTTTI como personas plenas de derechos, se ha visto trastocado por las constantes violaciones de derechos humanos que han sufrido por su orientación o preferencia sexual y su identidad o expresión de género, colocando a este grupo social como discriminado frente al cumplimiento de las obligaciones que tiene el Estado de respetar, proteger, garantizar y promover sus derechos humanos.
HOMOFOBIA Y MISOGINIA Puto,lilo, maricón, choto, mujercito, hidrocanóico, cachagranizo, machorra, tortillera… Son algunos de los términos con los que tradicionalmente se nombra a los hombres y mujeres homosexuales en diversas partes de México, incluido, por supuesto, el Distrito Federal. La mayoría de estos términos han sido empleados tradicionalmente por las personas en los más diversos ámbitos: familia, escuela, iglesias, clubes, partidos, instituciones, etc., y forman parte de la concepción que se tiene en la sociedad respecto a la que es ser homosexual, lesbiana, bisexual, travesti, transexual, o transgénero.
HOMOFOBIA Y MISOGINIA Resulta relevante descubrir que la mayoría de los términos se refieran a la homosexualidad masculina, ello no es raro si se considera que en las sociedades patriarcales, como la mexicana, el valor de la mujer es realmente nulo, ello tiene una implicación muy importante en la construcción de ideas y formas de discriminación hacia los homosexuales, pues implican que un hombre al que le gustan los hombres, necesariamente quiere o aspira a “ser mujer”, pues en un contexto en donde la relación sexual se reduce sólo a la penetración, se supone que a las mujeres les corresponde el papel de penetradas (pasivas) y al hombre el de penetrador (activos).
HOMOFOBIA Y MISOGINIA En ese orden de ideas, el papel asignado culturalmente a la mujer, es decir, el rol de género femenino, se identifica como un rol pasivo que no aporta nada a la relación sexual, si acaso, la de servir como simple depósito para la semilla masculina que habrá de dar como fruto, faltaba más, a un nuevo varón, y en un mal caso, a otra mujer. Así pues, el desprecio a la mujer y su minusvalía en una sociedad machista y falocéntrica, genera un desprecio a los varones cuyo deseo sexoafectivo está orientado a otro hombre, pues “se reducen” a la categoría de mujer y por tanto, renuncian al poder que la sociedad les ha conferido por su ser hombres.
HOMOFOBIA Y MISOGINIA En consecuencia, los varones homosexuales nacen, crecen, se desarrollan y mueren en un ambiente social que, de entrada, ya tiene una idea acerca del ser… puto (o lesbiana), misma que va asimilando constantemente porque no hay en el contexto sociohistórico una concepción distinta de cómo ser lo que sabe que es. Es decir, la sociedad no tiene modelos “positivos” del ser homosexual sólo aquellos modelos “negativos” que están profundamente construidos, aceptados y tolerados en esa misma sociedad a la que pertenece.
HOMOFOBIA Y MISOGINIA La existencia de estos modelos “negativos”, se refuerza constantemente cuando el hombre homosexual “reproduce” en la experiencia cotidiana la idea que su cultura le ha inculcado sobre lo que tiene que ser, así, cuando en su colonia, barrio, escuela, trabajo, partido, o en cualquier espacio de convivencia social, un homosexual se “feminiza” entonces, se convierte en la prueba fehaciente de que la sociedad tiene razón en imaginar al homosexual como mujer, y el círculo se cierra. Cuántos, incluso no han llegado a preguntar a una pareja de hombres homosexuales “¿Y quién es el hombre y quién es la mujer?” o, un poco más elaborada “¿Quién es el pasivo y quién es el activo?”
HOMOFOBIA Y MISOGINIA Así pues, el desprecio que se manifiesta hacia las mujeres es el mismo que se muestra a hombres homosexuales, travestías, transexuales, y transgéneros, y causa de la invisibilidad consuetudinaria de las lesbianas. La respuesta a este círculo vicioso no consiste en empezar a ver a dos hombres homosexuales sólo como hombres, es decir, despojarlos de “lo femenino” (pues implicaría un reforzamiento de la misoginia) sino, justamente, en empezar por destruir los estereotipos que encasillan en el concepto “hombre” a un macho de la especie homo sapiens y en el concepto “mujer” a una hembra de esta misma especie. Por ende, comprender que el género es una construcción social, que ha ido cambiando históricamente y que ha definido desde el patriarcado estereotipos y tratos diferenciados de acuerdo a lo que “debe ser y hacer” una mujer y lo que “debe ser y hacer” un hombre, se reproduce y traduce en desigualdad y discriminación, por lo cual es necesario destruir esta visión de género o redefinirla desde la equidad.
HOMOFOBIA Y MISOGINIA Lo anterior no es del todo imposible si, como afirmaba Carlos Marx, el individuo es resultado de sus relaciones sociales, sin embargo puede transformar sus relaciones sociales a partir de su praxis cotidiana, lograrlo daría opción, incluso, a revisar el conjunto de relaciones sociales que constituyen nuestra sociedad y alcanzar un mayor nivel de respeto entre personas y sociedades.