E N D
Había una vez en el fondo del mar, en un lugar muy lejano, un banco de peces muy, muy grande. Siempre iban juntos a todas partes y se movían de una forma tan sincronizada que no se tocaban nunca, aunque fueran a toda velocidad. Su principal afición era moverse todos juntos, haciendo una nube del mismo color, porque todos ellos eran iguales y de color gris oscuro.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
Un día ocurrió algo extraordinario. A lo lejos divisaron una figura que se acercaba hacia ellos y cuanto más cerca estaba, más extraña parecía, parecía que brillaba, pero no había luz.
-Hola. Creo que me he perdido. ¿Querríais ayudarme a encontrar a mis amigos? -Claro- dijeron todos al tiempo. -¡Qué raros sois! ¿Por qué habláis todos al tiempo?
-Tú sí que eres extraño. ¿Quién te ha puesto tantos colores?- dijeron todos -Yo soy así. Siempre he tenido el mismo aspecto. -Nosotros no hemos visto nunca esos colores.
-¿Queréis aprender los nombres de los colores? -Sí, sí, sí, porfa - dijeron todos -Es muy fácil, mira...
-Éste es el rojo. -Rojo, rojo, rojo,
-Vale, vale. La próxima vez me dice el color uno nada más. A ver, tú ¿Cómo te llamas? -Yo soy uno más. -¿Quééé...? ¿Qué no tenéis un nombre cada uno?
-Tú te llamarás Alex, tú Miguel, tú Selene, tú Luismi, tú Nazaret, tú Henar, tú Mitchel, tú Denitsa, tú Javier, tú Jonatan, tú Pablo, tú Ana, tú Lucía, tú Alina, tú Kiara, tú Sara, tú Sandra, tú Rubén, tú Coral, tú Elisabeth... ...Y a medida que decía los nombres el pececito perdido, los peces grises se iban volviendo de todos los colores.