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El duelo anticipatorio. Conferencia presentada por el Equipo de Asistencia Religiosa de Cruces Bilbao, 15 de enero de 2008. Esa mano, como la de Dios tocando la frente del primer Adán tras la fatiga de jugar a dioses. Esa mano, acariciando los últimos latidos cuando ni ella misma sabe
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El duelo anticipatorio Conferencia presentada por el Equipo de Asistencia Religiosa de Cruces Bilbao, 15 de enero de 2008
Esa mano, como la de Dios tocando la frente del primer Adán tras la fatiga de jugar a dioses. Esa mano, acariciando los últimos latidos cuando ni ella misma sabe si la escuchan. Esa mano sin prisa y sin olvido. Esa mano que puede ser tu mano, en un rostro que puede ser tu rostro.
PRE-DUELO De las actitudes del agente de pastoral cerca del enfermo terminal y sus familiares
En la etapa de PRE-DUELO tenemos tres sujetos: • El enfermo • La familia del enfermo • El agente de pastoral
Las diversas situaciones • El enfermo consciente de su estado. • El enfermo no consciente de su terminalidad. • El enfermo que acepta su situación desde la fe. • El enfermo que acepta su situación y no es creyente. • El enfermo que no acepta su situación.
El enfermo: • Está viviendo su propia y entrañable soledad en un punto en que nadie más la puede participar. • Es un ser necesitado y necesitante, muchas veces consciente de su situación terminal. • Y necesita, más que ninguna otra cosa, saberse aceptado como persona y saberse querido.
Está entrando en una zona sagrada, de misterio, y para ello tiene que descalzarse de toda su historia anterior: miedos, necesidades biofisiológicas, lecturas. Los demás no vemos ese desnudamiento que sí se debe dar para entrar al área de lo indecible. Nuestros enfermos se nos escapan ya de las palabras.
El enfermo, por lo general, oye y conoce cómo a veces le escatimamos la verdad. • Lo que más necesita es que se lo acepte en su mismidad; que no se le impongan los temas de conversación, que se le permita expresar sus angustias, sus dudas. • Y tiene derecho a que, a la hora de las decisiones graves sobre su salud, se tenga en cuenta su opinión.
La familia • En muchos casos, las dificultades de trabajo en la ayuda pastoral a los terminales, proviene de los familiares. • Sobre todo cuando, entre los más cercanos (hijos) no hay un acuerdo sobre lo que entienden por calidad de vida de sus enfermos.
Hay familiares que… • …No permiten irse al enfermo…. • …Machacan al enfermo con perspectivas mentirosas… • …Se niegan a ver la realidad por miedo a los cambios que la pérdida inminente va a acarrear en sus vidas. • …Comprenden la situación de su enfermo y quieren ayudar y ayudarse.
Porque… • Puede haber vacíos que llenar, • Perdones que concretar, • Abrazos que promover, • Lágrimas que acompañar, • Rebeldías que comprender, • Puentes que tender…
¿Por qué será? • ¿Miedo a la verdad que se nos impone? • ¿Miedo a descubrir que no lo quisimos tanto como pudimos quererlo?
Los familiares del enfermo necesitan el vocabulario de la esperanza. • Los acompañantes pastorales necesitan el vocabulario de la misericordia.
A tener en cuenta en el acompañamiento a familias • Evitar las frases hechas. • Acoger y provocar los desahogos. • Valorizar todos los signos de presencia y cercanía. • Mantener los contactos. • Cultivar los recuerdos.
CONDICIÓN BÁSICA • Solo podrá acompañar en todo el proceso del duelo el agente de pastoral sanitaria que haya encarado la pregunta por su propia muerte y tenga almacenada, con paz, la respuesta en su corazón.
¿Qué podemos hacer cuando un hermano se nos va? • ¿Ser testigos silenciosos? • ¿Racionalizar de manera que liquidemos nuestra relación con quien se está yendo? • Es muy curioso que quienes estamos cerca de otros hermanos en cantidad de situaciones de la vida, nos sintamos tan incómodos para estar cerca cuando estos hermanos están viviendo uno de los momentos más importante de su vida.
El hermano “AYUDADOR”: • No necesita haber hecho ningún curso especial; ni siquiera es necesaria esta charla. • Debe haber asumido personalmente una actitud positiva ante la muerte y haberse hecho las preguntas claves sobre su propia muerte.
Necesita ser una persona con conciencia de serlo íntegramente, no ´´por partes´´ • Una actitud de jugar limpio: no acompaña al enfermo por nada más que porque lo ama en su mismidad. • Un ser capaz de una sonrisa, de generar paz y esperanza. Descubridor de que, en su tacto, Dios ´´toca´´.
Debe olvidarse de pretender solucionar las inquietudes del enfermo, salvo que este se lo pida. • Y cuidar, obsesivamente, de no plantear al enfermo situaciones conflictivas que alteren su paz. • Deberá aceptar que, ante la muerte del otro, él es una persona sola y no puede más que poner su soledad al lado de la del enfermo. • Y descubrir que, como ahora lo necesitan de acompañante, un día ella o él necesitarán a quien los acompañe.
Quien lee la muerte como castigo de Dios jamás debiera acercarse a un enfermo terminal, porque estaría convirtiéndose en testigo de una ejecución. • Y todo cuidador necesitará saber cuándo y por cuánto tiempo necesita un ´´retiro´´ de paz y disfrute; sobre todo quienes acompañan con frecuencia, en algún momento pueden sentir una ansiedad que les afecte en su vida cotidiana.
Fundamental: escuchar • Siempre que haya oportunidad, sin prisas, sin interrupciones. • Solo las preguntas que permitan al enfermo o al familiar continuar con su propio desahogo. • Escuchar y ordenar lo que se va escuchando.
Ayudar a elegir y a tomar las decisiones • Ser símbolos de esperanza • Ayudar a descubrir nuevos motivos para vivir.
Y recordemos que… • … La fe no es analgésica • … pero genera sentido a la muerte y sus entornos… • … no vale intentar explicar el misterio pero vale iluminarlo… • … la persona y su vida no se hacen nada, se hacen “otras”… • … Dios siempre nos acompaña y nos bendice.