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EL DUELO. Lic. Lilia Ruiz Juárez Centro San Camilo para la Humanización y la Pastoral de la Salud. ¿QUÉ ES EL DUELO?.
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EL DUELO. Lic. Lilia Ruiz Juárez Centro San Camilo para la Humanización y la Pastoral de la Salud.
¿QUÉ ES EL DUELO? El duelo: el estado de pensamiento, sentimiento y actividad que se produce como consecuencia de la pérdida de una persona amada, sea por muerte, separación, divorcio o bien de una oportunidad, miembro o función corporal, etc.
ETAPAS DEL DUELO • IMPACTO: Las primeras horas o semanas. Hay embotamiento o liberación extrema. Se suceden los ritos. • REPLIEGUE: Varias semanas o meses y básicamente hay depresión. • RECUPERACIÓN: De entre 6 meses y un año. Vuelta a las funciones y relaciones cotidianas.
Consideraciones sobre el duelo • El duelo es una respuesta normal y natural; • Es una respuesta a cualquier tipo de pérdida, no sólo a la muerte de una persona. • El duelo es un proceso único e irrepetible, dinámico y cambiante y un evento variable de persona a persona y entre familias, culturas, sociedades; sin embargo, produce reacciones humanas comunes.
Se relaciona con problemas de salud. • El duelo es una experiencia global de la persona. • El duelo es un proceso y “un trabajo”, que debe realizar el “doliente”. • El duelo necesita siempre ayuda para soportar el sufrimiento. • El duelo es una experiencia ambivalente: posibilidad y riesgo.
La respuesta individual depende de varios factores importantes: • Características personales. • Las relaciones interpersonales. • Aspectos específicos de la situación.
Manifestaciones comunes que aparecen con el duelo • Sentimientos:tristeza, soledad, añoranza, ira, culpabilidad y autorreproche. • Sensaciones físicas: estómago vacío, tirantez en tórax o garganta, hipersensibilidad a los ruidos, sentido de despersonalización, sensación de ahogo, boca seca.
3. Cogniciones o pensamientos: Incredulidad, confusión, preocupación, presencia del fallecido, alucinaciones visuales y auditivas. 4. Comportamientos o conductas: Sueño con el fallecido, trastornos del apetito por defecto o por exceso, conductas no meditadas y dañinas para la persona (conducción temeraria), retirada social, suspiros, hiperactividad y tendencia a llorar, frecuentar los mismos lugares del fallecido.
Duración del duelo Duelo anticipado. Es el tiempo del shock inicial ante el diagnóstico y la negación de la muerte próxima, debido a la ansiedad y el miedo. Duelo agudo. Momentos intensos de verdadera catástrofe psicológica.
Duelo intermedio. Es un periodo de tormenta emocional y vivencias contradictorias, de búsqueda, presencias, culpas y autorreproches, en el que se reinician las actividades cotidianas, y comienza a percibirse, progresivamente, la realidad de la muerte; es también un tiempo de soledad y aislamiento, de pensamientos obsesivos...
Este proceso es tan penoso como decisivo, ya que significa renunciar definitivamente a toda esperanza de recuperar a la persona perdida. Los periodos de normalidad son cada vez mayores, aunque intercalado por momentos de intenso dolor y llanto. Dura entre uno y dos años.
Duelo tardío. Transcurridos entre dos y cuatro años, el doliente puede haber establecido un modo de vida, basado en nuevos patrones de pensamientos, sentimientos y conductas. Y aunque existen sentimientos, dejan a un lado su invalidez.
Duelo latente. No se recobra la mente pre-duelo, aunque con el paso del tiempo se torna más suave y menos doloroso, pero se dispara en cualquier momento ante estímulos del recuerdo.
Los rituales o ceremonias en torno a la muerte, sirven para: • Preservar a los supervivientes y ayudarlos a enfrentarse a la muerte. • Mostrar la realidad de la pérdida y la expresión del dolor de los familiares y amigos, de manera pública.
Hacer conocer la pérdida al grupo social y permitir la expresión de solidaridad y apoyo. • Despedirse del muerto. • Confirmar que el grupo sigue viviendo, celebrando el triunfo de la vida.
Objetivos de orientación en el duelo • Estimular para decir “adiós” al fallecido, y pugnar por lograr cierta tranquilidad ante la nueva situación. • Aceptar la realidad de la pérdida, que es el paso más difícil.
3. Dar expresión a los sentimientos, identificarlos y comprenderlos, para así aceptarlos y encontrar cauces apropiados de canalización e integración. • 4. Adaptarse a la nueva existencia sin el ser querido. • 5. Invertir la energía emotiva en nuevas relaciones.
Cuando la elaboración del duelo se complica • Muertes repentinas o inesperadas; circunstancias traumáticas de la muerte (suicidio, accidente, asesinato, asalto, etcétera).
2. Pérdidas múltiples; pérdidas inciertas (no aparece el cadáver). 3. Muerte de un niño, adolescente, (joven, en general). 4. Muerte tras una larga enfermedad terminal. 5. Dolientes en edades tempranas o tardías de la vida.
6. Doliente demasiado dependiente. 7. Historia previa de duelos difíciles; depresiones u otras enfermedades mentales. 8. Tener problemas económicos; escasos recursos personales, como trabajo, aficiones. 9. Poco apoyo socio-familiar real o sentido; alejamiento del sistema tradicional socio-religioso.
Duelo patológico Se caracteriza por la presencia de un agotamiento nervioso, síntomas hipocondriacos, identificación con el fallecido o dependencia de los fármacos o el alcohol. Requiere ayuda profesional y, casi siempre, se debe a alguna de estas causas:
El proceso de duelo nunca se ha dado. • Se detiene morbosamente en alguna etapa. • Progresa hasta alguna de ellas, y retrocede una y otra vez hacia alguna anterior. • Se detiene e intenta evitar una etapa.
Trastornos más comunes asociados a complicaciones en el proceso de duelo • Depresión grave. Trastornos psicosociales de integración. • Abuso de drogas o alcohol. • Ideas recurrentes de la propia muerte. • Duración anormal de los síntomas, ausencia de pena.
Cómo ayudar a amigos y familiares • Dedicar tiempo para estar con ellos. • Un brazo amable sobre el hombro. • Permitir que lloren sin decir que se sobrepongan. • Expresar cuando no se sepa qué decir. • Mencionar el nombre de la persona fallecida. • Dar ayuda práctica. • Respetar el proceso individual de la persona en duelo, dando tiempo a su recuperación.
Abordaje Terapéutico. • Facilitar que el doliente hable del fallecido y de las circunstancias. • Propiciar expresión emocional. • Explicarle que las reacciones son normales y pasarán. • Aunque de momento disminuya las actividades es importante reiniciarlas en un lapso de tres a seis semanas.
Abordaje terapéutico. • Recomendar acompañamiento de amigos y familia y facilitar ayuda en tareas domésticas. • Contemplación del cuerpo del fallecido en la etapa aguda. • Acompañar para decir adiós.
Conclusión. • La muerte de un ser querido es siempre una experiencia atroz. • A pesar de la carga de sufrimiento que origina, puede transformarse en positiva, en razón del potencial creativo y de crecimiento que conlleva. • De la muerte surge la esperanza y, con la esperanza, una nueva vida.