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CÁNTiCO DE ISAíAS (Is 42,10-16)

CÁNTiCO DE ISAíAS (Is 42,10-16).

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CÁNTiCO DE ISAíAS (Is 42,10-16)

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Presentation Transcript


  1. CÁNTiCO DE ISAíAS (Is 42,10-16)

  2.  Este canto es un vigoroso himno de alegría y de victoria. Los exegetas lo atribuyen al «segundo Isaías», un profeta que vivió en el siglo VI a.C., en el tiempo del regreso de los hebreos del exilio de Babilonia. El himno comienza con una invitación a «cantar al Señor un cántico nuevo» (cf. Is 42,10). + La «novedad» del cántico a que invita el profeta consiste en que se abre el horizonte de la libertad, como cambio radical en la historia de un pueblo que ha experimentado la opresión y la permanencia en tierra extranjera (cf. Sal 136).

  3. La invitación a elevar al Señor un «cántico nuevo» se dirige al mundo en su totalidad, que incluye la tierra, el mar, las islas, los desiertos y las ciudades (cf. Is 42,10-12). A todos los habitantes de la tierra se les invita a formar un inmenso coro para aclamar al Señor con júbilo y darle gloria.

  4.  Después de la solemne invitación al canto (cf. vv. 10-12), el profeta introduce en escena al Señor, representado como el Dios del Éxodo, que liberó a su pueblo de la esclavitud egipcia: «El Señor sale como un héroe, (...) como un guerrero» (v. 13). Siembra el terror entre sus adversarios, que oprimen a los demás y cometen injusticia. + Con el regreso de los hebreos de la deportación de Babilonia se va a realizar un nuevo éxodo y los fieles deben estar seguros de que la historia no está a merced del hado, del caos o de las potencias opresoras: la última palabra la tiene el Dios justo y fuerte.

  5.  Una vez que ha entrado en escena, el Señor habla y sus vehementes palabras (cf. Is 42,14-16) expresan juicio y salvación. +Comienza recordando que «desde antiguo guardó silencio», es decir, que no intervino. El silencio divino a menudo es motivo de perplejidad e incluso de escándalo para el justo, como lo atestigua la larga queja de Job (cf. Jb 3,1-26). +Sin embargo, no se trata de un silencio que implique ausencia, como si la historia hubiera quedado a merced de los perversos y el Señor permaneciera indiferente e impasible. +En realidad, ese silencio desemboca en una reacción semejante al dolor de una mujer que al dar a luz jadea, resuella y grita. Es el juicio divino sobre el mal, representado con imágenes de aridez, destrucción y desierto (cf. v. 15), que tiene como meta un desenlace vivo y fecundo.

  6.  Cada día el creyente debe saber descubrir los signos de la acción divina, incluso cuando se oculta tras el fluir, aparentemente monótono y sin meta, del tiempo. + Descubrir, con los ojos de la fe, esta presencia divina en el espacio y en el tiempo, pero también en nosotros mismos, es fuente de esperanza y confianza, incluso cuando nuestro corazón se halla turbado y sacudido, «como se estremecen los árboles del bosque por el viento» (Is 7,2). En efecto, el Señor entra en escena para regir y juzgar «al orbe con justicia, a los pueblos con fidelidad» (Sal 95,13).

  7. Cantad al Señor un cántico nuevo, llegue su alabanza hasta el confín de la tierra; muja el mar y lo que contiene, las costas y sus habitantes;

  8. alégrese el desierto con sus tiendas, los cercados que habita Cadar; exulten los habitantes de Petra, clamen desde la cumbre de las montañas; den gloria al Señor, anuncien su alabanza en las costas.

  9. El Señor sale como un héroe, excita su ardor como un guerrero, lanza el alarido, mostrándose valiente frente al enemigo.

  10. «Desde antiguo guardé silencio, me callaba, aguantaba; como parturienta, grito, jadeo y resuello.

  11. conduciré a los ciegos por el camino que no conocen, los guiaré por senderos que ignoran; ante ellos convertiré la tiniebla en luz, lo escabroso en llano». Agostaré montes y collados, secaré toda su hierba, convertiré los ríos en yermo, desecaré los estanques;

  12. También nosotros experimentamos nuestras pruebas, también conocemos lo que es el destierro y, con frecuencia, creemos que nuestras dificultades no terminarán; pensamos que el Señor desde antiguo guarda silencio y se calla. Debemos recordar que está cercano el fin de nuestras pruebas; el Señor salió como un héroe, excitó su ardor como un guerrero, mostrándose valiente frente al enemigo, cuando destruyó la muerte al salir del sepulcro.

  13. Con esta acción gloriosa, Dios no salvó ya a un pueblo de la esclavitud de Babilonia, sino que libró a la humanidad entera de toda esclavitud, cuando libró de la corrupción del sepulcro y de la esclavitud de la muerte a su Hijo Jesucristo, primogénito de una nueva humanidad.

  14. ORACIÓN Señor Jesús, tú que, como primogénito entre muchos hermanos, excitaste tu ardor como un guerrero, destruyendo el imperio de la muerte, condúcenos a nosotros, ciegos que no conocemos el camino, y guíanos por senderos de esperanza, convirtiendo nuestras tinieblas en luz, hasta que lleguemos a contemplar aquel día que ya no tendrá más noche. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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