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Consigue más el que quiere que el que puede.

Consigue más el que quiere que el que puede. La respuesta de Ansiedad nos ha ayudado a sobrevivir, porque nos ha permitido prepararnos para luchar o atacar ante las amenazas. Respiramos con mayor intensidad y frecuencia. Aumenta la frecuencia cardíaca. Se movilizan las energías para

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Consigue más el que quiere que el que puede.

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Presentation Transcript


  1. Consigue más el que quiere que el que puede.

  2. La respuesta de Ansiedad nos ha ayudado a sobrevivir, porque nos ha permitido prepararnos para luchar o atacar ante las amenazas. Respiramos con mayor intensidad y frecuencia. Aumenta la frecuencia cardíaca. Se movilizan las energías para atacar, huir o paralizar al organismo.

  3. Ansiedad: Percepción de una amenaza Esta respuesta de miedo o ansiedad nos prepara fisiológicamente para sobrevivir, o través del ataque o a través de la huida, como puede ser correr.

  4. Ansiedad • Hoy en día existen pocas amenazas reales y muchas creadas por nosotros. • Pero nuestro cuerpo sigue respondiendo de la misma manera ante el miedo, aunque el miedo sea irracional (un ratón, la idea de perder, que no me llegue una llamada que estoy esperando…). Nos bloqueamos y activamos ante situaciones poco amenazantes para nuestra integridad, el mecanismo fisiológico del estrés. Pero hoy en día NO NOS AYUDA. • La ansiedad nos bloquea y provoca un estado en el que los errores aumentan e impide que hagamos nuestro trabajo con los resultados que merecemos.

  5. ¿Y qué hacemos con la amenaza? • Tenemos que parar la ansiedad, no dejar que ésta alcance su máxima expresión, pues nos paraliza, nos agarrota e impide que hagamos aquello que mejor sabemos hacer: nuestro fútbol. • Debemos parar y controlar los pensamientos y las ideas que nos dicen que EXISTE UNA AMENAZA CUANDO REALMENTE NO LA HAY.

  6. Hay que detener el proceso lo antes posible Pensamiento • Auto-instrucciones • Parada de pensamiento Emociones Comportamientos • Risa • Relajación • Modificación del comportamiento

  7. ¿Y qué hacemos con la amenaza? • La amenaza puede ser real, pero no atañe a nuestra integridad física. • No necesitamos que se active nuestro sistema nervioso para dar una respuesta de lucha o huida: no hay ni oso, ni dinosaurio, ni león. • ¿De qué me sirve la ansiedad? • Más que ayudarnos a alejarnos y combatir la amenaza, nos precipita a ella.

  8. Indefensión aprendida: sentirse de manos atadas La Historia del Elefante

  9. La Indefensión Aprendida y la Historia del Elefante Cuando yo era pequeño me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de ellos eran los animales. Me llamaba especialmente la atención el elefante, que, como más tarde, supe era también el animal preferido de otros niños. Durante la función, la enorme bestia hacía gala de un tamaño, un peso y una fuerza descomunales...Pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba sus patas. Sin embargo, la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la madera era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza, podría liberarse con facilidad de la estaca y huir. El misterio sigue pareciéndome evidente. ¿Qué lo sujeta entonces? ¿Por qué no huye? Cuando era niño, yo todavía confiaba en la sabiduría de los mayores. Pregunté entonces por el misterio del elefante... Alguno de ellos me explicó que el elefante no huía porque estaba amaestrado. Hice entonces la pregunta obvia: "Si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?". No recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.

  10. Con el tiempo me olvidé del misterio del elefante y la estaca...Hace algunos años descubrí que, por suerte para mí, alguien había sido lo suficientemente sabio como para encontrar la respuesta: "El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño". Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca. Estoy seguro de que en aquel momento el elefantito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse. Y, a pesar de sus esfuerzos, no lo consiguió, porque aquella estaca era demasiado dura para él. Imaginé que se dormía agotado y al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día y al otro... Hasta que, un día, un día terrible para su historia, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino. Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo no escapa, porque, pobre, cree que no puede. Tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió al intentarlo y no conseguirlo. Y lo peor es que jamás se ha vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo. Todos somos un poco como el elefante del circo: vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad y que nos limitan en nuestros objetivos. Vivimos pensando que "no podemos" hacer muchas cosas, simplemente porque una vez lo intentamos y no lo conseguimos. Hicimos entonces lo mismo que el elefante, y grabamos en nuestra memoria este mensaje: “No puedo y nunca podré”. Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca más volvimos a intentar liberarnos de la estaca. Cuando a veces sentimos los grilletes y hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca y pensamos: "No puedo y nunca podré". Esto es lo que nos pasa, vivimos condicionados por el recuerdo del pasado y nos limita el futuro. Tu única manera de saber si puedes, es intentarlo de nuevo, intentarlo una y otra vez, intentarlo hasta conseguir tu objetivo. Tienes talento, tienes cabeza, tienes fuerza, tienes corazón…¡¡¡pues ARRANCA LA ESTACA!!! JORGE BUCAY (adaptado ramirezcaracuel)

  11. Indefensión aprendida: sentirse de manos atadas • El elefante dejó de intentarlo porque creía que era imposible alcanzar sus objetivos. • Este es el fenómeno de la indefensión aprendida. • Tenemos el control sobre nuestra VIDA, podemos volver a intentarlo todas las veces que deseemos. En gran parte, sigue dependiendo de nosotros.

  12. Indefensión aprendida: sentirse de manos atadas • No hay que rendirse NUNCA. • Es cierto que en ocasiones, en nuestro trabajo, en el fútbol y en los juegos de equipo, no todo depende de nosotros. • Pero… el miedo paraliza, la duda paraliza, te impide jugar, atreverte, entregarte. Lo último que debemos hacer es dejar de intentarlo.

  13. Profecía autocumplida: nos predisponemos a que nos pase lo que tememos. • Tanto nos decimos a nosotros mismos que va a pasar lo peor que esperamos, que todo lo que hacemos va encaminado a que ocurra. • Nos predisponemos. • Ocurre lo mismo que con las autoinstrucciones, lo que nos decimos a nosotros mismos.

  14. Profecía autocumplida: nos predisponemos a que nos pase lo que tememos. • Ya sea por: • Miedo • Ansiedad • Fracasos anteriores • Indefensión aprendida • Otras causas • Nos abandonamos a la profecía autocumplida.

  15. Profecía autocumplida: nos predisponemos a que nos pase lo que tememos. • Anticipo diciéndome: ”va a salir mal, que pasará hoy, a ver si estamos otra vez igual…” y al final, me sale mal. • Mi pensamiento se dirige al error, a estar pendiente de lo negativo, por lo que mi filtro de atención está en los errores y aumenta la probabilidad de que ocurran. • Mi emoción es la de tristeza, miedo, nervios, frustración. • Mi conducta: errores en mi trabajo, no me concentro igual, no me veo capaz de acabar el informe, de hacer una presentación, de salir a vender... • ¿Al final qué consigo? • NADA POSITIVO, HUNIDRME MÁS

  16. Romper el círculo vicioso No es malo pararse a pensar en los problemas. Es el primer paso para eliminarlos. Indefensión aprendida Profecía autocumplida Ansiedad

  17. Romper el círculo vicioso está en nuestras manos Indefensión aprendida Profecía autocumplida Ansiedad

  18. Tenemos más control sobre nuestra vida de lo que realmente imaginamos. • Nuestra vida es única, sólo tenemos la posibilidad de vivirla una vez. No hay lugar para la repetición, cada vez que dejamos de disfrutar algo o vivimos de forma gris, desperdiciamos ese momento. Y ese momento, no vuelve. • A veces no hay una segunda parte, a veces es AHORA O NUNCA. VIVE TU MOMENTO y el de los que te rodean.

  19. Tenemos más control sobre nuestra vida de lo que realmente imaginamos. • Procura llevar la mochila vacía. Canaliza cada piedra en tu camino y no dejes que el momento anterior estropee tu el siguiente. • Acostúmbrate a escribir tus preocupaciones y lo que tienes pendiente. Dale un orden, anota el nivel de controlabilidad que tienes sobre esa preocupación. Si depende de ti darle solución, anota los pasos a seguir y HAZLO. • Si lo que te preocupa no es algo a lo que puedas darle solución, aplica las técnicas que aprendimos para que deje de dar vueltas en tu mente.

  20. Tenemos más control sobre nuestra vida de lo que realmente imaginamos. • Existen técnicas para ello: • Para el pensamiento. Deshecha cualquier preocupación que no esté bajo tu control. • Habla en IDIOMA RACIONAL. Deshecha cualquier pensamiento tóxico. • Utiliza las autoinstrucciones. Tú eres el que te guías, tú estableces los pasos, el camino y el objetivo. • Utiliza pensamientos que suman. Eres libre para elegir . • Es incompatible tener un pensamiento positivo y uno negativo a la vez. O restas o sumas. TÚ ELIGES.

  21. Tenemos más control sobre nuestra vida de lo que realmente imaginamos. • En cuanto a las emociones… • ESTAMOS VIVOS, SIÉNTELO TÚ TAMBIÉN. • Elige la emoción con la que quieres vivir este día, o una reunión de trabajo o disfrutar de tu familia. • Piensa cómo se comportan y piensan las personas que sienten esa emoción que has elegido. • Imagínate como un actor o actriz e imita ese estado emocional que deseas vivir. • Al imitarlo, métete en el papel, vívelo, disfrútalo. • Verás que pronto formara parte de tu repertorio de comportamientos. • Responsabilízate de tus emociones y trabaja para sentirte bien.

  22. Consigue más el que quiere que el que puede.

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