230 likes | 1.55k Views
Trabajo con alumnos. El trabajo con alumnos puede ser apasionante, dado que existe un intercambio de experiencias y retroalimentaci
E N D
1. Aspectos Preventivos en el Autocuidado del Docente Seminario
Prevención y Manejo de Acoso Escolar
2. Trabajo con alumnos 1. Trabajo con alumnos
El trabajo con alumnos puede ser apasionante, dado que existe un intercambio de experiencias, se propician discusiones enriquecedoras y se retroalimenta la información que cada uno posee. Pero todo esto resulta de una buena interaccion y de motivación por parte del alumnado y del docente.
Cada alumno tiene especiales características, por lo que el manejo de grupos resulta una completa tarea para el docente, quien ha de ser el responsable de la conducción del aprendizaje, el cual no se lograr sin una integración grupal.1. Trabajo con alumnos
El trabajo con alumnos puede ser apasionante, dado que existe un intercambio de experiencias, se propician discusiones enriquecedoras y se retroalimenta la información que cada uno posee. Pero todo esto resulta de una buena interaccion y de motivación por parte del alumnado y del docente.
Cada alumno tiene especiales características, por lo que el manejo de grupos resulta una completa tarea para el docente, quien ha de ser el responsable de la conducción del aprendizaje, el cual no se lograr sin una integración grupal.
3. Complejidad en la Docencia 3 Un problema frecuente y que se ha convertido en una situación estresante para los profesores es el bullying entre alumnos, actividad cada vez más prevalente y destructiva
Un problema frecuente y que se ha convertido en una situación estresante para los profesores es el bullying entre alumnos, actividad cada vez más prevalente y destructiva
4. Lugar y tipo de agresión Muy Común
Sala de clases:
Agresiones verbales.
Recreo:
Agresiones físicas.
La totalidad de las amenazas (sin armas) y el 62,5% de las agresiones ocurren en la sala de clases. (Ministerio Educación, 2005)
Docente como testigo-espectador 4 •Lugar del maltrato y tipo de agresión (Olweus, Dan 1993):
•Sala de clases: Agresiones verbales.
•Recreo: Agresiones físicas.
En Chile la sala de clases suele ser el escenario más frecuente de agresiones verbales, acoso, golpes y amenazas y por tanto resulta imperativo que los docentes tomen medidas al respecto. La totalidad de las amenazas (excepto con armas) y el 62,5% de las agresiones ocurren en la sala de clases lo cual convierte a los docentes en espectadores privilegiados de conductas de violencia y acoso.
El docente no es el único que debe preocuparse de esta situación, también los directivos, los estudiantes, los padres y los apoderados, en fin toda la comunidad educativa. Sin embargo, al docente le corresponde un rol preferencial en prevenir y atender el bullying en la sala de clases.
Se trata del primer "Estudio nacional de violencia en el ámbito escolar" que a partir de ahora se realizara cada dos años y que en 2005 fue contestado por 3.670 profesores y 14.761 estudiantes de 7° básico a 4° medio en establecimientos educacionales municipales, parti
cSe debe considerar que la mayoría de los estudiantes que son maltratados por uno de sus compañeros de curso declaran que, la totalidad de las amenazas (excepto con armas) se realiza al interior de la sala clases. Entonces, la sala es el escenario privilegiado para la agresión verbal, acoso sexual, acciones contra los objetos de propiedad de los estudiantes, exclusión social, golpes y amenazas.[1]
Es así como Roland & Galloway [2] , establecieron que el 40,3% de las acciones relacionadas con el bullying son cometidas por compañeros del mismo curso, el 19,7% por miembros de otros cursos y un 29,1% por ambos grupos. En Chile, el 62,5% de las agresiones ocurren en la sala de clases [3]. Entonces, se hace evidente que el bullying crea un clima de temor y falta de respeto en las escuelas, lo que impacta en el aprendizaje de los estudiantes. [4]
ulares subvencionados y privados de Chile. •Lugar del maltrato y tipo de agresión (Olweus, Dan 1993):
•Sala de clases: Agresiones verbales.
•Recreo: Agresiones físicas.
En Chile la sala de clases suele ser el escenario más frecuente de agresiones verbales, acoso, golpes y amenazas y por tanto resulta imperativo que los docentes tomen medidas al respecto. La totalidad de las amenazas (excepto con armas) y el 62,5% de las agresiones ocurren en la sala de clases lo cual convierte a los docentes en espectadores privilegiados de conductas de violencia y acoso.
El docente no es el único que debe preocuparse de esta situación, también los directivos, los estudiantes, los padres y los apoderados, en fin toda la comunidad educativa. Sin embargo, al docente le corresponde un rol preferencial en prevenir y atender el bullying en la sala de clases.
Se trata del primer "Estudio nacional de violencia en el ámbito escolar" que a partir de ahora se realizara cada dos años y que en 2005 fue contestado por 3.670 profesores y 14.761 estudiantes de 7° básico a 4° medio en establecimientos educacionales municipales, parti
cSe debe considerar que la mayoría de los estudiantes que son maltratados por uno de sus compañeros de curso declaran que, la totalidad de las amenazas (excepto con armas) se realiza al interior de la sala clases. Entonces, la sala es el escenario privilegiado para la agresión verbal, acoso sexual, acciones contra los objetos de propiedad de los estudiantes, exclusión social, golpes y amenazas.[1]
Es así como Roland & Galloway [2] , establecieron que el 40,3% de las acciones relacionadas con el bullying son cometidas por compañeros del mismo curso, el 19,7% por miembros de otros cursos y un 29,1% por ambos grupos. En Chile, el 62,5% de las agresiones ocurren en la sala de clases [3]. Entonces, se hace evidente que el bullying crea un clima de temor y falta de respeto en las escuelas, lo que impacta en el aprendizaje de los estudiantes. [4]
ulares subvencionados y privados de Chile.
5. Responsabilidad Docente sobre el Bullying 5 Los profesores deben constituirse como agentes para prevenir, atender y erradicar el bullying en las salas de clases puesto que este fenómeno crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes. Los profesores deben constituirse como agentes para prevenir, atender y erradicar el bullying en las salas de clases puesto que este fenómeno crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
6. Bullying en el proceso de Enseñanza - Aprendizaje 6 Crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Afecta muy negativamente no solo al proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también al profesorado
es vivido frecuentemente con enorme disgusto y ansiedad por los profesores, quienes en casos extremos llegan a sufrir la total destrucción de su identidad profesional.
Provocan un importante descontento en el profesorado, que llega a sentir miedo o angustia previo a entrar en determinadas aulas.
Ante conductas disruptivas, el profesor, una vez agotadas sus “estrategias pedagógicas”, trata de controlar la situación y el orden de la clase poniendo “partes” o “apercibimientos” graves y/o leves a esos alumnos conflictivos ante la Jefatura de Estudios, y cuya acumulación puede originar la apertura de “expedientes disciplinarios” al alumno/a en cuestión.
Un gran porcentaje de profesores señalan los “problemas psíquicos” como su mayor problema.
Victima: Les hace creer que gozan de impunidad ante hechos inmorales y destruye sus posibilidades de integración social. Existe relación con conductas delictuales en la vida adulta.
Victimas: afecta gravemente el desarrollo de su personalidad. Daño físico, psicológico y moral. Disminución de autoestima, sentimientos de miedo, vergüenza y debilidad. Baja el rendimiento académico.Crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Afecta muy negativamente no solo al proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también al profesorado
es vivido frecuentemente con enorme disgusto y ansiedad por los profesores, quienes en casos extremos llegan a sufrir la total destrucción de su identidad profesional.
Provocan un importante descontento en el profesorado, que llega a sentir miedo o angustia previo a entrar en determinadas aulas.
Ante conductas disruptivas, el profesor, una vez agotadas sus “estrategias pedagógicas”, trata de controlar la situación y el orden de la clase poniendo “partes” o “apercibimientos” graves y/o leves a esos alumnos conflictivos ante la Jefatura de Estudios, y cuya acumulación puede originar la apertura de “expedientes disciplinarios” al alumno/a en cuestión.
Un gran porcentaje de profesores señalan los “problemas psíquicos” como su mayor problema.
Victima: Les hace creer que gozan de impunidad ante hechos inmorales y destruye sus posibilidades de integración social. Existe relación con conductas delictuales en la vida adulta.
Victimas: afecta gravemente el desarrollo de su personalidad. Daño físico, psicológico y moral. Disminución de autoestima, sentimientos de miedo, vergüenza y debilidad. Baja el rendimiento académico.
7. 7 Crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Afecta muy negativamente no solo al proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también al profesorado
es vivido frecuentemente con enorme disgusto y ansiedad por los profesores, quienes en casos extremos llegan a sufrir la total destrucción de su identidad profesional.
Provocan un importante descontento en el profesorado, que llega a sentir miedo o angustia previo a entrar en determinadas aulas.
Ante conductas disruptivas, el profesor, una vez agotadas sus “estrategias pedagógicas”, trata de controlar la situación y el orden de la clase poniendo “partes” o “apercibimientos” graves y/o leves a esos alumnos conflictivos ante la Jefatura de Estudios, y cuya acumulación puede originar la apertura de “expedientes disciplinarios” al alumno/a en cuestión.
Un gran porcentaje de profesores señalan los “problemas psíquicos” como su mayor problema.
La evolución de estas situaciones lejos de mejorar parece ir en sentido contrario, y empeora respecto a cursos anteriores. Al menos eso piensa un elevado porcentaje de docentes, quienes reconocen la gravedad de esas situaciones de violencia que se vienen produciendo. No obstante existe también un porcentaje menor de profesores que no aprecian la misma gravedad. Aun así, algunas cuestiones son capaces de homogeneizar a los docentes y polarizarles en una misma dirección. Existe un importante acuerdo con la idea de que se ha producido un gran deterioro del sistema educativo, también en que los niveles de exigencia hacia los alumnos han disminuido drásticamente, y que la crisis de la ESO es una realidad incuestionable. Otras dos cuestiones que también generan un importante acuerdo entre los docentes es que hay una pérdida total de autoridad por parte del profesor, y que en la situación actual, tal y como se desarrollan las clases, se necesita un gran autocontrol y se produce mucho desgaste.
Que hay una pérdida total de autoridad por parte del profesor, lo piensa un 60.4 % de profesores, y un 32 % está también “un poco de acuerdo” con ello. El principio de autoridad está fallando en las escuelas y en las familias. En las escuelas porque no dejan hacer uso de él; y en las familias porque hay miedo a ejercerlo. Se hace necesario que los docentes puedan hacer valer su autoridad en la clase ante sus alumnos. Pero esa autoridad o auctoritas que se les supone, para hacerla valer, ha de ser reconocida por la Administración. Y no sólo por la Administración, sino también por la Sociedad. Sólo así dejará de haber profesores blanco permanente de las burlas “sangrientas” que les hacen sus alumnos. Un 27.2 % de profesores reconocen claramente que estos hechos se dan (quizás ellos lo han sufrido) y otro 41.7 % de profesores está “un poco de acuerdo” en que esas situaciones existen en los Institutos. Sin llegar a tales extremos de las “burlas sangrientas”, para un 37.1 % de profesores, entrar en determinadas clases les supone un sufrimiento intolerable, y un 41.1 % está “un poco de acuerdo” en que entrar en determinadas “aulas” se está convirtiendo en un problema…porque en ellas hay alumnos ineducados y asilvestrados, a los que sus padres no han querido o no han podido civilizar, y éstos no sólo no obedecen a sus profesores, sino que se enfrentan a ellos con la más refinada crueldad.
Todo esto, sin duda, requiere en el profesor un gran autocontrol y le produce mucho desgaste, según un 84.5 % de profesores. Sólo un 2.1 % de profesores no está de acuerdo con ésto. Además, queda afectada la propia salud del docente. Según un informe de CCOO sobre “La salud laboral del docente”, (Villanueva, 2000), de los 600.000 profesores que hay en la enseñanza pública, un 25 % toma la baja oficial o circunstancial cada año, y aunque sólo un 3 % de ellas se identifica con problemas de estrés, la mayoría de las otras dolencias son originadas por ésto mismo. Y según otro estudio “Prevención de riesgos laborales en los trabajadores de la Enseñanza” de FETE-UGT, (Pérez y otros, 2002), casi el 90 % de las bajas profesionales de la enseñanza, se ha producido por la conflictividad escolar a la que los profesores deben hacer frente, que si bien es “moderada”, hay que decir también que es constante. Según nuestro estudio, un 4.7 % de profesores de Secundaria de la Comunidad Autónoma de Madrid, tuvieron una baja por enfermedad de 15 días o más; y otro 18.1 %, tuvieron una baja por enfermedad de entre tres y cinco días.
. Efectos del estrés: Consecuencias psicológicas y de comportamiento
Generales
- Preocupación excesiva
- Incapacidad para tomar decisiones
- Sensación de confusión
- Incapacidad para concentrarse
- Dificultad para mantener la atención
- Sentimientos de falta de control
- Sensación de desorientación
- Frecuentes olvidos
- Bloqueos mentales
- Hipersensibilidad a las críticas
- Mal humor
- Trastornos del sueño
- Ansiedad, miedos y fobias
- Sensación de estar enfermo y utilización excesiva de servicios de salud
- Cambios generales en la forma de vida
- Disfunciones en las relaciones personales y sexuales
- Adicción a drogas y alcohol
- Depresión y otros trastornos afectivos
- Alteración de las conductas de alimentación
Laborales
- Ausentismo
- Bajo rendimiento cuantitativo y cualitativo
- Incremento del número de accidentes
- Conflictos interpersonales
- Comportamientos inseguros
Algunas de las formas con que la gente intenta afrontar el estrés pueden ser causas de enfermedades. A menudo se identifica con el estrés un incremento en el consumo de cafeína, alcohol, cigarrillos y otras sustancias como los tranquilizantes. El hábito de fumar parece hallarse asociado a la tensión y a la ansiedad. Según varios estudios existe una relación entre el estrés laboral y el tabaquismo, en especial una correlación negativa entre la decisión de dejar de fumar y diversos agentes estresantes. El consumo excesivo de alcohol se considera frecuentemente como una manifestación de los problemas psicosociales que se plantean en el trabajo. (Calera, 2009)
Crea un clima de temor y desconfianza que impacta directamente el aprendizaje de los estudiantes.
Afecta muy negativamente no solo al proceso de enseñanza-aprendizaje, sino también al profesorado
es vivido frecuentemente con enorme disgusto y ansiedad por los profesores, quienes en casos extremos llegan a sufrir la total destrucción de su identidad profesional.
Provocan un importante descontento en el profesorado, que llega a sentir miedo o angustia previo a entrar en determinadas aulas.
Ante conductas disruptivas, el profesor, una vez agotadas sus “estrategias pedagógicas”, trata de controlar la situación y el orden de la clase poniendo “partes” o “apercibimientos” graves y/o leves a esos alumnos conflictivos ante la Jefatura de Estudios, y cuya acumulación puede originar la apertura de “expedientes disciplinarios” al alumno/a en cuestión.
Un gran porcentaje de profesores señalan los “problemas psíquicos” como su mayor problema.
La evolución de estas situaciones lejos de mejorar parece ir en sentido contrario, y empeora respecto a cursos anteriores. Al menos eso piensa un elevado porcentaje de docentes, quienes reconocen la gravedad de esas situaciones de violencia que se vienen produciendo. No obstante existe también un porcentaje menor de profesores que no aprecian la misma gravedad. Aun así, algunas cuestiones son capaces de homogeneizar a los docentes y polarizarles en una misma dirección. Existe un importante acuerdo con la idea de que se ha producido un gran deterioro del sistema educativo, también en que los niveles de exigencia hacia los alumnos han disminuido drásticamente, y que la crisis de la ESO es una realidad incuestionable. Otras dos cuestiones que también generan un importante acuerdo entre los docentes es que hay una pérdida total de autoridad por parte del profesor, y que en la situación actual, tal y como se desarrollan las clases, se necesita un gran autocontrol y se produce mucho desgaste.
Que hay una pérdida total de autoridad por parte del profesor, lo piensa un 60.4 % de profesores, y un 32 % está también “un poco de acuerdo” con ello. El principio de autoridad está fallando en las escuelas y en las familias. En las escuelas porque no dejan hacer uso de él; y en las familias porque hay miedo a ejercerlo. Se hace necesario que los docentes puedan hacer valer su autoridad en la clase ante sus alumnos. Pero esa autoridad o auctoritas que se les supone, para hacerla valer, ha de ser reconocida por la Administración. Y no sólo por la Administración, sino también por la Sociedad. Sólo así dejará de haber profesores blanco permanente de las burlas “sangrientas” que les hacen sus alumnos. Un 27.2 % de profesores reconocen claramente que estos hechos se dan (quizás ellos lo han sufrido) y otro 41.7 % de profesores está “un poco de acuerdo” en que esas situaciones existen en los Institutos. Sin llegar a tales extremos de las “burlas sangrientas”, para un 37.1 % de profesores, entrar en determinadas clases les supone un sufrimiento intolerable, y un 41.1 % está “un poco de acuerdo” en que entrar en determinadas “aulas” se está convirtiendo en un problema…porque en ellas hay alumnos ineducados y asilvestrados, a los que sus padres no han querido o no han podido civilizar, y éstos no sólo no obedecen a sus profesores, sino que se enfrentan a ellos con la más refinada crueldad.
Todo esto, sin duda, requiere en el profesor un gran autocontrol y le produce mucho desgaste, según un 84.5 % de profesores. Sólo un 2.1 % de profesores no está de acuerdo con ésto. Además, queda afectada la propia salud del docente. Según un informe de CCOO sobre “La salud laboral del docente”, (Villanueva, 2000), de los 600.000 profesores que hay en la enseñanza pública, un 25 % toma la baja oficial o circunstancial cada año, y aunque sólo un 3 % de ellas se identifica con problemas de estrés, la mayoría de las otras dolencias son originadas por ésto mismo. Y según otro estudio “Prevención de riesgos laborales en los trabajadores de la Enseñanza” de FETE-UGT, (Pérez y otros, 2002), casi el 90 % de las bajas profesionales de la enseñanza, se ha producido por la conflictividad escolar a la que los profesores deben hacer frente, que si bien es “moderada”, hay que decir también que es constante. Según nuestro estudio, un 4.7 % de profesores de Secundaria de la Comunidad Autónoma de Madrid, tuvieron una baja por enfermedad de 15 días o más; y otro 18.1 %, tuvieron una baja por enfermedad de entre tres y cinco días.
. Efectos del estrés: Consecuencias psicológicas y de comportamiento
Generales
- Preocupación excesiva
- Incapacidad para tomar decisiones
- Sensación de confusión
- Incapacidad para concentrarse
- Dificultad para mantener la atención
- Sentimientos de falta de control
- Sensación de desorientación
- Frecuentes olvidos
- Bloqueos mentales
- Hipersensibilidad a las críticas
- Mal humor
- Trastornos del sueño
- Ansiedad, miedos y fobias
- Sensación de estar enfermo y utilización excesiva de servicios de salud
- Cambios generales en la forma de vida
- Disfunciones en las relaciones personales y sexuales
- Adicción a drogas y alcohol
- Depresión y otros trastornos afectivos
- Alteración de las conductas de alimentación
Laborales
- Ausentismo
- Bajo rendimiento cuantitativo y cualitativo
- Incremento del número de accidentes
- Conflictos interpersonales
- Comportamientos inseguros
Algunas de las formas con que la gente intenta afrontar el estrés pueden ser causas de enfermedades. A menudo se identifica con el estrés un incremento en el consumo de cafeína, alcohol, cigarrillos y otras sustancias como los tranquilizantes. El hábito de fumar parece hallarse asociado a la tensión y a la ansiedad. Según varios estudios existe una relación entre el estrés laboral y el tabaquismo, en especial una correlación negativa entre la decisión de dejar de fumar y diversos agentes estresantes. El consumo excesivo de alcohol se considera frecuentemente como una manifestación de los problemas psicosociales que se plantean en el trabajo. (Calera, 2009)
8. Dificultades en el Docente Un gran porcentaje de profesores señalan los “problemas psíquicos” como su mayor problema.
8 Los bajos niveles de convivencia en las aulas vienen dados por diferentes cuestiones o sucesos que los profesores reconocen haber vivido o conocido, y que se relacionan con ataques a la propiedad, con humillaciones, con insultos, con alumnos que les “levantan la voz”, con situaciones que hacen salir al profesor llorando de clase, con robos, con el deseo de abandonar la enseñanza y con las agresiones físicas por parte de algún alumno o familiares de éste.
Todas las situaciones de indisciplina y su evolución tienen como protagonistas a los alumnos, a los profesores y a las familias, destacando especialmente las familias desde la óptica de los profesores como las más negativas, seguidas por los alumnos. Y aunque en bastante menor medida, los profesores considerados como grupo, bien por desinterés bien porque no ejercen su función, también se asignan una cuota de responsabilidad en la evolución de esas situaciones. Pero no tanto porque se sientan responsables de ese deterioro de la disciplina, de la que piensan no tener en sus manos el remedio para resolverlo, sino que quizás se centre exclusivamente en lo relativo a las suciedad en que quedan muchas aulas desde primera hora de la mañana, y en la constatación de humillaciones y problemas de sus compañeros de profesión, por parte de determinados alumnos, ante los que con demasiada frecuencia suelen ignorar simulando “no enterarse”, algo que a su vez, puede relacionarse con el respaldo recibido por los profesores desde la Jefatura de Estudios (un 23.6 % de docentes afirman no sentirse respaldados por los Órganos Unipersonales de sus centros), pues el respaldo que la Jefatura de Estudios proporciona o no a los profesores en sus conflictos interpersonales frente a alumnos y padres de éstos, resulta determinante para el manejo de la ansiedad del propio docente.
Creo que es precisamente aquí dónde radica el problema. Se están aplicando en Secundaria criterios que sólo son válidos para los primeros años de la Primaria, como la promoción de curso en función de la edad o el que compartan la misma aula alumnos con capacidades e intereses muy diferentes, y ello hace que el profesor tenga enormes problemas para motivar a sus alumnos. Un 43 % de profesores de Secundaria, están de acuerdo o absolutamente de acuerdo en que a veces, al no ser capaces de motivar a sus alumnos, o el no saber como hacerlo, le produce sentimientos de culpa. Otro 35 %, están también, “un poco de acuerdo” con esa idea.
Pero los docentes tienen difícil arreglar por sí mismos la situación, porque la autoridad académica está cada vez más devaluada. Se ha destruido la autoridad del profesorado, que llega a sentirse inseguro y hasta pierde el control de su clase. Los alumnos gozan de una elevada permisividad en su casa, y los profesores tienen “atadas las manos” a la hora de imponer sanciones. Ha de hacerlo la “Comisión de Convivencia”, el “Consejo Escolar” o el Director del Centro. Pero el profesor, individualmente, carece de competencia real para imponer siquiera mínimas sanciones más allá de la puerta del aula.
Los bajos niveles de convivencia en las aulas vienen dados por diferentes cuestiones o sucesos que los profesores reconocen haber vivido o conocido, y que se relacionan con ataques a la propiedad, con humillaciones, con insultos, con alumnos que les “levantan la voz”, con situaciones que hacen salir al profesor llorando de clase, con robos, con el deseo de abandonar la enseñanza y con las agresiones físicas por parte de algún alumno o familiares de éste.
Todas las situaciones de indisciplina y su evolución tienen como protagonistas a los alumnos, a los profesores y a las familias, destacando especialmente las familias desde la óptica de los profesores como las más negativas, seguidas por los alumnos. Y aunque en bastante menor medida, los profesores considerados como grupo, bien por desinterés bien porque no ejercen su función, también se asignan una cuota de responsabilidad en la evolución de esas situaciones. Pero no tanto porque se sientan responsables de ese deterioro de la disciplina, de la que piensan no tener en sus manos el remedio para resolverlo, sino que quizás se centre exclusivamente en lo relativo a las suciedad en que quedan muchas aulas desde primera hora de la mañana, y en la constatación de humillaciones y problemas de sus compañeros de profesión, por parte de determinados alumnos, ante los que con demasiada frecuencia suelen ignorar simulando “no enterarse”, algo que a su vez, puede relacionarse con el respaldo recibido por los profesores desde la Jefatura de Estudios (un 23.6 % de docentes afirman no sentirse respaldados por los Órganos Unipersonales de sus centros), pues el respaldo que la Jefatura de Estudios proporciona o no a los profesores en sus conflictos interpersonales frente a alumnos y padres de éstos, resulta determinante para el manejo de la ansiedad del propio docente.
Creo que es precisamente aquí dónde radica el problema. Se están aplicando en Secundaria criterios que sólo son válidos para los primeros años de la Primaria, como la promoción de curso en función de la edad o el que compartan la misma aula alumnos con capacidades e intereses muy diferentes, y ello hace que el profesor tenga enormes problemas para motivar a sus alumnos. Un 43 % de profesores de Secundaria, están de acuerdo o absolutamente de acuerdo en que a veces, al no ser capaces de motivar a sus alumnos, o el no saber como hacerlo, le produce sentimientos de culpa. Otro 35 %, están también, “un poco de acuerdo” con esa idea.
Pero los docentes tienen difícil arreglar por sí mismos la situación, porque la autoridad académica está cada vez más devaluada. Se ha destruido la autoridad del profesorado, que llega a sentirse inseguro y hasta pierde el control de su clase. Los alumnos gozan de una elevada permisividad en su casa, y los profesores tienen “atadas las manos” a la hora de imponer sanciones. Ha de hacerlo la “Comisión de Convivencia”, el “Consejo Escolar” o el Director del Centro. Pero el profesor, individualmente, carece de competencia real para imponer siquiera mínimas sanciones más allá de la puerta del aula.
9. Dificultades en el Docente Muchos docentes se sienten indefensos y desautorizados porque, cuando se produce el conflicto e intervienen, la Dirección Educativa suele darle la razón a los padres, que tienden a justificar y a amparar los comportamientos de los hijos. Bullying: un miedo de muerte
Henar L. Senovilla
Radiografía de la violencia entre niños y jóvenes en
las aulas españolas.Bullying: un miedo de muerte
Henar L. Senovilla
Radiografía de la violencia entre niños y jóvenes en
las aulas españolas.
10. A que docentes afecta más? 10 Pero todos estos problemas de los que hemos venido hablando no afectan a todos los profesores por igual. La personalidad de cada profesor es determinante en el control del estrés por parte del docente, ante las situaciones de indisciplina, pero a parte de ello, las profesoras resultan “más perjudicadas que sus compañeros varones”. Estos resultados son similares a los obtenidos en un estudio sobre la violencia escolar en Nuremberg-Alemania (Funk, 1997), en donde se concluye que las profesoras sufren más a menudo violencia psíquica y verbal que los profesores varones.
La edad y la experiencia docente o antigüedad, también influye. Son los profesores más jóvenes y con menos experiencia docente, quienes suelen sufrir con mayor frecuencia los problemas descritos, resultados en la linea de los encontrados por Terry (1998) quien encontró que tener poca experiencia y ser del género femenino son factores de riesgo para recibir maltrato de los alumnos. Sin embargo no está del todo claro; la menor frecuencia de “problemas” que indican los profesores de más edad y con más experiencia docente puede deberse en parte a que éstos suelen impartir clase en los Institutos de las consideradas “mejores zonas” o Áreas Territoriales, es decir, de Madrid Norte y Madrid Oeste, ya que con su antigüedad acumulan “puntos” suficientes para conseguir esos traslados. Además, suelen elegir las “mejores clases” al pedir primero en las “ruedas” que se efectúan para elegir curso, puesto que por antigüedad tienen “derecho” a ello.
Cuanto más grande es el centro escolar más riesgo de bullying se padece, porque hay menos control físico.
Pero todos estos problemas de los que hemos venido hablando no afectan a todos los profesores por igual. La personalidad de cada profesor es determinante en el control del estrés por parte del docente, ante las situaciones de indisciplina, pero a parte de ello, las profesoras resultan “más perjudicadas que sus compañeros varones”. Estos resultados son similares a los obtenidos en un estudio sobre la violencia escolar en Nuremberg-Alemania (Funk, 1997), en donde se concluye que las profesoras sufren más a menudo violencia psíquica y verbal que los profesores varones.
La edad y la experiencia docente o antigüedad, también influye. Son los profesores más jóvenes y con menos experiencia docente, quienes suelen sufrir con mayor frecuencia los problemas descritos, resultados en la linea de los encontrados por Terry (1998) quien encontró que tener poca experiencia y ser del género femenino son factores de riesgo para recibir maltrato de los alumnos. Sin embargo no está del todo claro; la menor frecuencia de “problemas” que indican los profesores de más edad y con más experiencia docente puede deberse en parte a que éstos suelen impartir clase en los Institutos de las consideradas “mejores zonas” o Áreas Territoriales, es decir, de Madrid Norte y Madrid Oeste, ya que con su antigüedad acumulan “puntos” suficientes para conseguir esos traslados. Además, suelen elegir las “mejores clases” al pedir primero en las “ruedas” que se efectúan para elegir curso, puesto que por antigüedad tienen “derecho” a ello.
Cuanto más grande es el centro escolar más riesgo de bullying se padece, porque hay menos control físico.
11. 11
12. Problemas a los que se enfrenta el Docente 12
13. Factores favorecedores de Sintomatología 1. Estrés en la disfonía
En los dos módulos anteriores hemos visto muchos factores favorecedores para que un docente adquiera disfonía funcional. Recordemos que los factores favorecedores contribuyen a aumentar el sobreesfuerzo vocal, y son la resultante de características propias de cada persona o relacionada con su forma de vida. Lógicamente, teniendo en cuenta la tarea del docente podemos deducir la importancia del estrés como factor favorecedor de disfonía funcional.
La tensión nerviosa generada por la propia tarea y la multiplicidad de funciones que se han de desarrollar al mismo tiempo, también influye en la utilización de la voz. La tarea docente exige un gran rendimiento físico y psíquico. Cualquier situación que merme dicha capacidad, conllevará un mayor esfuerzo vocal para compensarla. Es especialmente resbale el llamado estrés del principiante, que se produce en los primeros años de docencia y también cuando hay que abordar una asignatura nueva, un cambio de nivel, etc. La falta de seguridad que sufre quien se inicia en una tarea, incrementa su tensión nerviosa, y ello afecta a su voz. También se produce el fenómeno inverso. Siendo la voz una herramienta de trabajo imprescindible para el profesorado, cuando la misma deja de responder adecuadamente se produce una impotencia muy grande que puede originar situaciones de estrés y depresión. (Belandia, 2004; Calera, 2006)1. Estrés en la disfonía
En los dos módulos anteriores hemos visto muchos factores favorecedores para que un docente adquiera disfonía funcional. Recordemos que los factores favorecedores contribuyen a aumentar el sobreesfuerzo vocal, y son la resultante de características propias de cada persona o relacionada con su forma de vida. Lógicamente, teniendo en cuenta la tarea del docente podemos deducir la importancia del estrés como factor favorecedor de disfonía funcional.
La tensión nerviosa generada por la propia tarea y la multiplicidad de funciones que se han de desarrollar al mismo tiempo, también influye en la utilización de la voz. La tarea docente exige un gran rendimiento físico y psíquico. Cualquier situación que merme dicha capacidad, conllevará un mayor esfuerzo vocal para compensarla. Es especialmente resbale el llamado estrés del principiante, que se produce en los primeros años de docencia y también cuando hay que abordar una asignatura nueva, un cambio de nivel, etc. La falta de seguridad que sufre quien se inicia en una tarea, incrementa su tensión nerviosa, y ello afecta a su voz. También se produce el fenómeno inverso. Siendo la voz una herramienta de trabajo imprescindible para el profesorado, cuando la misma deja de responder adecuadamente se produce una impotencia muy grande que puede originar situaciones de estrés y depresión. (Belandia, 2004; Calera, 2006)
14. Necesidad de autocuidado en la docencia Doble jornada laboral de la mujer
Interrelación
constante con otras personas:
Creciente índice de crecimiento de actitudes conflictivas
Necesidad de atender a la diversidad
Rutina y tensión en el trabajo
Aislamiento
Baja valoración social
3. El estrés en la docencia
Debemos primero tener en cuenta que el estrés laboral interacciona con otros fuera del trabajo. Así, la mayoría de mujeres trabajadoras tienen que soportar una doble presencia de trabajo (laboral y doméstico), sufren discriminaciones laborales y salariales, acoso psicológico y sexual, y les resulta más difícil promocionarse profesionalmente.
Por otro lado, los modelos de estrés que han demostrado explicar la salud de los trabajadores y las trabajadoras se fundamentan en la falta de democracia y de justicia en el trabajo. De esta manera, la administración educativa y los empresarios tienen tendencia a considerar los problemas de estrés como algo individual más que como un problema organizativo. Sin embargo, el conocimiento científico y la ley de prevención de riesgos laborales reconocen que los factores psicosociales relacionados con la organización del trabajo pueden afectar la salud de las personas, por lo que deben ser objeto de evaluación y control con el fin de prevenir sus posibles efectos negativos para la salud.
El estrés, la ansiedad y la depresión ocupan los primeros puestos en la lista enfermedades que causan baja laboral entre los docentes. Tradicionalmente la escuela se ocupaba del desarrollo de los conocimientos de los alumnos, sin embargo, y debido fundamentalmente a los cambios sociales, laborales y culturales de los últimos años, ha asumido el compromiso de la educación, de la formación y del futuro de la sociedad. La administración educativa, la familia y la sociedad no sólo delegan estas funciones sobre el profesorado sino que en ocasiones responsabilizan al colectivo del fracaso escolar, educativo y social existentes, como si los demás factores no tuvieran relevancia.
La educación, a diferencia de otras disciplinas, se caracteriza por la interrelación constante con otras personas; al profesor se le exige ser padre, amigo, orientador,... si a esto se le suma el creciente índice de crecimiento de actitudes conflictivas que se dan en la sociedad y que se reflejan en las aulas, la necesidad de atender a la diversidad, la rutina y la tensión en el trabajo, el aislamiento y la baja valoración social que perciben, el resultado se traduce en los factores psicológicos anteriormente citados que pueden manifestarse en trastornos de diversa índole. (Calera, 2009) 3. El estrés en la docencia
Debemos primero tener en cuenta que el estrés laboral interacciona con otros fuera del trabajo. Así, la mayoría de mujeres trabajadoras tienen que soportar una doble presencia de trabajo (laboral y doméstico), sufren discriminaciones laborales y salariales, acoso psicológico y sexual, y les resulta más difícil promocionarse profesionalmente.
Por otro lado, los modelos de estrés que han demostrado explicar la salud de los trabajadores y las trabajadoras se fundamentan en la falta de democracia y de justicia en el trabajo. De esta manera, la administración educativa y los empresarios tienen tendencia a considerar los problemas de estrés como algo individual más que como un problema organizativo. Sin embargo, el conocimiento científico y la ley de prevención de riesgos laborales reconocen que los factores psicosociales relacionados con la organización del trabajo pueden afectar la salud de las personas, por lo que deben ser objeto de evaluación y control con el fin de prevenir sus posibles efectos negativos para la salud.
El estrés, la ansiedad y la depresión ocupan los primeros puestos en la lista enfermedades que causan baja laboral entre los docentes. Tradicionalmente la escuela se ocupaba del desarrollo de los conocimientos de los alumnos, sin embargo, y debido fundamentalmente a los cambios sociales, laborales y culturales de los últimos años, ha asumido el compromiso de la educación, de la formación y del futuro de la sociedad. La administración educativa, la familia y la sociedad no sólo delegan estas funciones sobre el profesorado sino que en ocasiones responsabilizan al colectivo del fracaso escolar, educativo y social existentes, como si los demás factores no tuvieran relevancia.
La educación, a diferencia de otras disciplinas, se caracteriza por la interrelación constante con otras personas; al profesor se le exige ser padre, amigo, orientador,... si a esto se le suma el creciente índice de crecimiento de actitudes conflictivas que se dan en la sociedad y que se reflejan en las aulas, la necesidad de atender a la diversidad, la rutina y la tensión en el trabajo, el aislamiento y la baja valoración social que perciben, el resultado se traduce en los factores psicológicos anteriormente citados que pueden manifestarse en trastornos de diversa índole. (Calera, 2009)
15. Dificultades en el Docente 15 toda la comunidad educativa.
Sin embargo, al docente le corresponde un rol preferencial en prevenir y atender el bullying en la sala de clases.
toda la comunidad educativa.
Sin embargo, al docente le corresponde un rol preferencial en prevenir y atender el bullying en la sala de clases.
16. El rol del docente en prevenir y enfrentar el bullying Existen muchos programas de prevención de actos de molestias o intimidaciones en funcionamiento en las escuelas. En general, incorporan las siguientes características: 16 ¿Qué funciona en la prevención de los actos de
molestia o intimidación?
Existen muchos programas de prevención de actos de molestias o intimidaciones en funcionamiento en las escuelas. Si bien varían en tamaño y alcance, los programas más prometedores incorporan las siguientes características:
• Un foco en crear un ámbito abarcativo de toda la escuela o una atmósfera que desaliente los actos de molestia o intimidación;
• Encuestas a los estudiantes para evaluar la naturaleza y el alcance del comportamiento de molestar o intimidar y de las actitudes hacia dicho comportamiento;
• Capacitación para preparar al personal para reconocer y responder a los actos de molestar o intimidar;
• El desarrollo de reglas coherentes contra los actos de molestia o intimidación
• La revisión y ampliación del código disciplinario de la escuela con relación a los actos de molestia o intimidación;
• Actividades de aula para debatir temas relacionados con los actos de molestar o intimidar;
• La integración de temas de prevención de actos de molestia o intimidación en forma transversal al curriculum;
• Trabajo individual y/o grupal con niños que han sido molestados o intimidados;
• Trabajo individual con niños que han molestado o intimidado a sus pares;
• Involucrar a los padres en actividades de prevención y/o intervención sobre actos de molestia o intimidación; y
• El uso de grupos de docentes o de personal escolar para ampliar los conocimientos del personal y la motivación relacionada con los actos de molestia o intimidación.
contribuir significativamente para prevenir, atender, y en lo posible erradicar el bullying de la sala de clases:
1. Favorecer la creación de un clima escolar favorable y respetuoso al interior de la sala de clases.
2. Desarrollar en los estudiantes competencias y aprendizajes sociales que se vinculen con valores de convivencia escolar armoniosa y de responsabilidad consigo mismo y los otros y otras.
3. Implementar programas e iniciativas anti- bullying en la sala de clases.
I. FAVORECER LA CREACIÓN DE UN CLIMA ESCOLAR FAVORABLE Y RESPETUOSO AL INTERIOR DE LA SALA DE CLASES
El clima escolar, como es sabido, es la percepción que tienen los sujetos acerca de las relaciones interpersonales que establecen en el contexto escolar y el contexto o marco en el cual estas interacciones se dan [6]. Es decir, refiere a las sensaciones de quienes participan de las actividades escolares, así como a las normas y creencias que operan en el sistema escolar [7]. Según Howard, Howell & Brainard (1987)[8] un clima adecuado debe satisfacer las necesidades humanas básicas: fisiológicas, de seguridad, de aceptación y compañerismo, de logro y reconocimiento y de maximizar el propio potencial.
Se ha establecido que en aquellas escuelas donde se alcanzan los objetivos educacionales propuestos, que presentan un clima positivo y seguro, una comunidad cohesionada y con espíritu de equipo existe satisfacción profesional, participación de los estudiantes y padres, el tipo de relación que se establece entre profesor y estudiante favorece la buena comunicación y ante conductas desviadas no se responde con coerción sino que se tratan terapéuticamente [9].
Pareciera cierto que, al aumentar el número de conflictos y de agresiones en la salas de clases y en los establecimientos, se produce un deterioro del clima escolar, lo que a su vez impacta negativamente tanto sobre los estudiantes -en su desarrollo moral y social y en su aprendizaje- como en el profesorado [10] . Kassen y colaboradores (2004) encontraron, luego de realizar un estudio longitudinal, que el clima escolar está significativamente relacionado con el fenómeno de bullying que se produce en la sala de clases. Específicamente, entre menos caos y desorden y más atención en los aprendizajes académicos, hay significativamente menos actos de intimidación. De igual manera Yoneyama (2006)[11] señala que como los intimidadores tienden a ser menos colaborativos, a tener mal comportamiento y a desarrollar conductas desadaptativas, que son sancionadas por las autoridades, se generan estados emocionales que impactan en la sala de clases. Un clima escolar positivo "… permite al estudiante sentirse acompañado, seguro, querido, tranquilo... y posibilita su desarrollo personal. Los climas sociales negativos… producen estrés, irritación, desgano, depresión, falta de interés y una sensación de estar agotado física y mentalmente." (Aron y Milicic, 1999) [12].
Por consiguiente, con el fin de atender el bullying en la sala de clases le corresponde al docente crear condiciones y fomentar un adecuado clima escolar. Se torna evidente que las acciones de intimidación impactan negativamente sobre el clima escolar y que, a su vez, el clima escolar que se genera favorece la emergencia de acciones de intimidación, constituyéndose en un círculo pernicioso de violencia.
Cabe hacer notar que la actitud del docente y su modo de ser y actuar en la sala de clases es uno de los factores importantes en la creación de una convivencia escolar armoniosa y respetuosa, constituyendo una condicionante gravitante para prevenir el bullying. Por el contrario, la presencia de un profesor autoritario puede constituirse en un modelo para el estudiante, el que reproduce su acción intimidando a sus pares (Rigby, 1996). Un docente extremadamente normativo o que tiene dificultades para mantener el orden en la sala, genera desagrado en los estudiantes, lo que induce a conductas agresivas que favorecen el bullying. De igual forma, los docentes pueden deliberada o inconcientemente inducir al bullying cuando manifiestan una actitud negativa hacia un estudiante, lo que se transforma en una excusa para que sus pares lo maltraten (Olweus, 1999) [13]. Lo mismo ocurre con el uso del sarcasmo y formas sutiles de ridiculización que puede utilizar un profesor (Rigby, 1996)[14].
II. DESARROLLAR EN LOS ESTUDIANTES COMPETENCIAS Y APRENDIZAJES SOCIALES QUE SE VINCULAN CON VALORES DE CONVIVENCIA ESCOLAR ARMONIOSA Y DE RESPONSABILIDAD CONSIGO MISMO Y LOS OTROS.
El bullying es un fenómeno que ha sido y está siendo estudiado de manera muy intensa y desde miradas múltiples en casi la mayoría de los países. En los inicios se tendió a considerar el bullying como un fenómeno individual y aislado que involucraba solamente a dos personas: intimidador e intimidado. Sin embargo, posteriormente el bullying ha sido concebido como un comportamiento colectivo en su naturaleza, basado en relaciones sociales de grupo. El bullying deja de ser entonces un fenómeno de carácter diádico para convertirse en un fenómeno grupal [15].
Por lo tanto, es aconsejable que los docentes se aboquen a desarrollar en los y las estudiantes, desde edades tempranas, una serie de competencias sociales y ciudadanas que les permitan establecer interacciones grupales sanas y responsables que los dispongan a prevenir el bullying en la escuela y al interior de las salas de clases.
Las competencias que se vinculan con comportamientos capaces de prevenir y atender el bullying son, a nuestro parecer, las que siguen a continuación:
1. Competencias referidas a la construcción de sentido y proyectos de vida personales y colectivos Es nuestro convencimiento que, en la medida que los estudiantes aprenden a darle sentido a su existencia, elaborando proyectos de vida personales y colectivos, que respondan a sus intereses cambiantes según sus diferentes edades de desarrollo, estarán más capacitados para enfrentar situaciones violentas y agresivas como el bullying.
En efecto, en el proceso de aprender a formular planes futuros, precisar objetivos, construir escenarios posibles y elaborar métodos que les permitan verificar si sus aspiraciones y proyectos fueron alcanzados, los estudiantes necesariamente se preguntarán en qué medida el bullying es un factor que perturba la elaboración y realización de sus proyectos personales y colectivos. Por sobre todo, tomarán conciencia de que un plan de vida personal y colectivo requiere tener una actitud optimista y esperanzadora frente a la vida, pero asimismo una base de realidad y factibilidad. Así también, el plan se construye en el respeto, confianza y valoración frente a los demás, en la disposición a trabajar con otros y otras, en estar dispuestos a fijar limites y regular sus comportamientos, tener una actitud abierta, flexible y acogedora frente a la diversidad de proyectos de otros y otras, que en mucho de los casos tienen caracteres distintos a los propios.
2. Competencias relacionadas con la autorregulación social y emocional
La autorregulación social y el autocontrol emocional son competencias a las que los docentes le dedican mucho tiempo y esfuerzo, ya que se vinculan con una serie de conductas como es el consumo de alcohol y drogas, con la sexualidad y la afectividad, con la violencia, la delincuencia etc. El bullying, por excelencia, es un comportamiento afectado por la carencia de autorregulación social y autocontrol emocional. El rol que juega la emocionalidad en la agresión ha sido bien identificado en la literatura desde hace varios años [16]. Efectivamente predice comportamientos vinculados con el bullying. Así, las victimas de bullying por lo general reaccionan agresivamente después de perder el control emocional [17].
La autorregulación social y el autocontrol emocional influyen en aspectos como la empatía, el control de impulsos, la resolución de problemas, el control de la ira, el reconocimiento de similitudes y de diferencias entre las personas, los procesos de comunicación y relaciones interpersonales, los pensamientos funcionales/disfuncionales, o procesos de confrontación de situaciones estresantes, todos los cuales se relacionan estrechamente con el fenómeno de bullying.
La autorregulación social y el autocontrol emocional se desarrollan a medida que las personas crecen y participan en situaciones educativas y de interacción social. Cabe hacer notar, que la autorregulación es un proceso sumamente complejo y largo con matices diversos, que no se adquiere de una vez para siempre sino que pasa por distintas etapas y que se alcanza mediante una práctica repetida, a través de múltiples experiencias que se suceden en diferentes contextos, de ahí que los docentes debieran comenzar a desarrollar estas competencias desde edades muy tempranas.
En este sentido, los docentes desde sus prácticas educativas a nivel de la sala de clases, debieran dedicar tiempo a que los y las estudiantes conozcan sus sentimientos y sepan las causas que los motivan, es decir, tener conciencia de sí mismos, de las capacidades, los valores y las metas que cada uno posee, conciencia de los propios estados internos, recursos e intuiciones, comprender que la autorregulación de la conducta en ocasiones puede ocasionarle a la persona conflictos, como por ejemplo, cuando está socialmente presionada a incurrir en conductas que violan sus estándares morales; desarrollar una actitud abierta frente a los problemas que exigen tomar posición, de suerte de poder aceptar, por ejemplo, que algo anda mal y tomar conciencia del impacto que una decisión no adecuada puede tener sobre uno y los demás.
3. Competencias referidas a la alteridad y a la ética de la responsabilidad
La ética de la responsabilidad hace referencia, por un lado, a la autonomía moral que las personas tienen para tomar libremente sus decisiones asumiendo las consecuencias de éstas y, por el otro lado, a la responsabilidad con el Otro/ Otra (alteridad) conducente a un comportamiento heteronómico y de solidaridad. La responsabilidad con el Otro/Otra se vincula a un espectro que va desde percibir al Otro/Otra como un legítimo Otro/Otra, de identificar el estado interno de otra persona, comprender sus sentimientos y pensamientos, sentir con los Otros/Otras, leer sus señales no verbales, escuchar con receptividad y acogida, armonizarse con una persona, tener un comportamiento de hospitalidad y desarrollar un sentimiento de profunda empatía.
Se podría afirmar que el fenómeno del bullying en las escuelas y por sobre todo en la sala de clases es un indicador claro e irrefutable de una carencia del desarrollo moral autonómico y heterónimo por parte de los alumnos y de una falta de responsabilidad ética con el otro/otra. Es importante, en consecuencia, que el docente desarrolle actividades tendientes a que los estudiantes aprendan a empalizar, a hacerse responsables y a estar atentos de los otros/otras.
4. Competencias vinculadas con el respeto, la aceptación y la promoción de la diversidad social y cultural.
Es de suponer con mucha convicción que existe una relación estrecha entre el bullying y la intolerancia, la discriminación y la incapacidad de reconocer la diversidad social y cultural. Por consiguiente, se hace necesario que el docente se dedique con mucha insistencia y perseverancia a desarrollar entre los y las estudiantes, la tolerancia, la no discriminación, la solidaridad, la responsabilidad, la acogida y reconocimiento del Otro/Otra como un legitimo Otra/Otro, el reforzamiento de la identidad propia en el reconocimiento y el respeto de otras identidades, la igualdad de todos los seres humanos, el respeto a la multiplicidad de manifestaciones religiosas y espirituales, de orientaciones sexuales, de género, de capacidades, etc.
Cabe hacer notar, que la diversidad cultural y social es una responsabilidad ética con el Otro//Otra igual a mí pero distinto. Las competencias relacionadas con la diversidad apuntan directamente a formar ciudadanos capaces de contribuir a la creación de una escuela incluyente y participativa en donde todos y todas, sin distingo de ninguna naturaleza, tienen mucho que aportar. En contraposición a esto, el bullying es por excelencia un comportamiento claramente excluyente.
5. Competencias relacionadas con el capital social y emocional
Estas competencias intentan que los estudiantes, desde edades tempranas, aprendan a desarrollar redes sociales como son los lazos de parentesco, las redes comunitarias informales, las organizaciones sociales, los grupos infantiles y juveniles, etc. El mantenimiento de estos vínculos de confianza permite obtener beneficios en forma de flujos de solidaridad y capacidad de defensa de intereses y derechos. Los estudiantes aprenden a crear grupos afectivos de amigos cercanos que comparten los mismos gustos, estilos de vida y valores. Se trata, en definitiva, de desarrollar en los estudiantes conocimientos, actitudes y valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, fundadas en enlaces de afinidad y compañerismo y en sentimientos de respeto mutuo y solidaridad, de reciprocidad y cooperación. El factor central de las competencias de cooperación radica en la capacidad de ponerse en el lugar del otro y ver el mundo a través de los ojos del otro. La habilidad de cooperar con otros mediante la confianza es algo que se aprende o se enriquece. Llegar a ser una persona confiable requiere habituarse a las normas morales de la propia comunidad.
Creemos no equivocarnos al señalar que un ambiente en el que el fenómeno del bullying esta presente distorsiona y dificulta el desarrollo del capital social, de la cooperación en la confianza mutua y el compañerismo.
III. IMPLEMENTAR PROGRAMAS E INICIATIVAS ANTI-BULLYING EN LA SALA DE CLASES En este apartado deseamos entregarle a los docentes algunas estrategias tendientes a atender el bullying en la sala de clases. En primer lugar, queremos señalar que existe una amplia literatura al respecto y modelos de intervención que se han desarrollado tanto en Chile como en muchos otros países [18]. No obstante, debemos reconocer que en nuestro país recién nos estamos asomando a comprender qué es el bullying y no existe como en otros países una politica educacional clara al respecto.
El análisis de una variedad de estrategias nos permiten entregarle a los docentes algunas advertencias, recomendaciones y acciones que pueden ser útiles al momento de atender y prevenir el bullying en las salas de clases: Advertencias
No hay milagros: Ninguna estrategia ni actividad por sí sola puede lograr milagros respecto a reducir el bullying entre estudiantes.
Contexto y variables individuales y colectivas: Más que buscar la 'estrategia perfecta', la idea es seleccionar la estrategia más adecuada según el contexto y las variables individuales de las personas involucradas. Por esta razón, antes de decidir la estrategia a utilizar, es imprescindible tomar en cuenta ciertos aspectos, tales como: evaluar detenidamente cada caso; tomar en consideración las características individuales de los involucrados; considerar la dinámica del curso; conocer bien el contexto de la escuela. Este último aspecto es muy relevante ya que el bullying está estrechamente ligado a la cultura escolar. En este sentido es un fenómeno más social que individual.
Responsabilizar versus culpabilizar: Se recomienda que las estrategias que el docente elabore o seleccione no deben tener un enfoque de 'culpabiliza' ni 'castigar' al niño y/o joven por una acción determinada. En vez de esto, se potencia la responsabilidad individual y colectiva para resolver conflictos de forma constructiva y autónoma.
No basta una estrategia aislada: Una estrategia por sí sola no produce ningún cambio sustantivo, razón por la cual, se recomienda incorporar varias y diversificadas.
Ser proactivo: No sólo es urgente desarrollar estrategias reactivas de atención a la problemática del bullying, es decir, aquellas que actúan cuando el problema aparece, sino que también es necesario implementar estrategias pro-activas, las cuales apuntan a la prevención del problema.
Recomendaciones
Converse con sus estudiantes sobre el bullying: Pregúnteles, por ejemplo, si saben qué es el bullying; si pueden relatar casos de bullying en la escuela; si creen que es un problema serio; cómo piensan que se siente un estudiante intimidado; qué se les ocurre para detener el bullying en la escuela, etc. Para que los/as estudiantes intervengan hay necesidad de crear un clima que facilite la expresión libre de sentimientos y emociones. De esta manera, se genera un proceso de toma de conciencia respecto a la existencia del bullying a nivel de escuela y de la sala de clases.
Formulación de una política clara: Si se desea enfrentar la problemática del bullying a nivel de la sala de clase, resulta indispensable la creación y redacción de una política clara que contemple la postura de la institución educativa frente a ella. El docente debe exigir esta política clara.
Planificar: Es siempre aconsejable que las estrategias y las actividades que el docente seleccione o elabore se integren a una planificación a nivel del curriculum, de suerte que no se vea como una acción aislada. Es decir, que incluya a los contenidos curriculares que está enseñando y combinarlas en un plan de acción global que involucre a toda la comunidad educativa.
Ser creativo: Si el docente tiene claro los objetivos que se persiguen, entonces puede sin dificultades elaborar estrategias y actividades propias, originales y creativas que aborden el tema de bullying.
La participación de los padres es fundamental: La integración de los padres es considerada en la mayoría de las intervenciones. Ésta se define como fundamental. De igual forma, la participación activa de los estudiantes es estimada como sumamente relevante en casi todas las modalidades.
Acciones que se sugieren (hay muchas otras)
Una jornada de debate en la sala de clases sobre el bullying.
Construir un código de conducta a nivel de la sala de clases que contemple la no tolerancia frente a acciones de intimidación; estableciendo normas claras contra las agresiones, la intimidación y el matonaje.
Crear un teléfono de contacto, al cual pueden recurrir estudiantes, padres, profesores y administrativos.
Comunicarse con un adulto cuando el o la estudiante detecta un caso de intimidación.
Establecer un compromiso colectivo y mostrar que la intimidación es un problema cuya solución es tarea de todos y todas. El trabajo cooperativo respecto a prevenir y atender el bullying permite una mayor integración entre los estudiantes y facilita la confianza posibilitando un clima favorable en el aula. Esta estrategia sugiere que no es recomendable, al menos en un comienzo, colocar en un mismo grupo a un intimidador junto a una posible víctima o a una víctima real de intimidación. Tampoco es aconsejable que varios intimidadores trabajen juntos [19].
Círculo de amigos (círculos de apoyo), tiene como finalidad construir relaciones interpersonales en torno a un estudiante que se haya identificado como 'vulnerable', bien porque presente problemas emocionales, académicos, comportamentales o porque se lo considere una víctima de intimidación. El propósito de esta estrategia es mejorar el nivel de aceptación e inclusión de un determinado estudiante, ayudarlo a establecer amistades tanto dentro como fuera del círculo, además, promover en los estudiantes la toma de conciencia respecto de los sentimientos y comportamientos tanto propios como ajenos [20].
Escribiendo una carta, esta actividad tiene como finalidad que los estudiantes aprendan a ponerse en el lugar del otro y puedan reflexionar en torno a las consecuencias que tienen ciertas acciones sobre los sentimientos de los demás. Se le pide a los estudiantes que escriban una carta a un intimidador imaginario. La idea es que traten de explicarle porque debería cambiar su actitud y le sugieran estrategias de cambio. Se trabaja en grupos pequeños con la finalidad de que identifiquen las razones y sugerencias compartidas. La actividad termina realizando un plenario con la participación de todo el curso.
Juego de roles, se puede utilizar el teatro para que los estudiantes conozcan lo que es la intimidación y puedan explorar los sentimientos y emociones asociados a las acciones de este tipo, desde el lado de la víctima, del intimidador y de los testigos. La idea es que se representen las distintas perspectivas: el lugar de la víctima, del intimidador y de los testigos .
Expresión artística, el docente invita a los estudiantes a expresar lo que piensan y sienten sobre la intimidación a través de pinturas, collages, fotografías, poemas, música, cuentos, etc. Esta vía de expresión, junto con desarrollar la creatividad, desarrolla la auto-percepción valórica.
¿Qué funciona en la prevención de los actos de
molestia o intimidación?
Existen muchos programas de prevención de actos de molestias o intimidaciones en funcionamiento en las escuelas. Si bien varían en tamaño y alcance, los programas más prometedores incorporan las siguientes características:
• Un foco en crear un ámbito abarcativo de toda la escuela o una atmósfera que desaliente los actos de molestia o intimidación;
• Encuestas a los estudiantes para evaluar la naturaleza y el alcance del comportamiento de molestar o intimidar y de las actitudes hacia dicho comportamiento;
• Capacitación para preparar al personal para reconocer y responder a los actos de molestar o intimidar;
• El desarrollo de reglas coherentes contra los actos de molestia o intimidación
• La revisión y ampliación del código disciplinario de la escuela con relación a los actos de molestia o intimidación;
• Actividades de aula para debatir temas relacionados con los actos de molestar o intimidar;
• La integración de temas de prevención de actos de molestia o intimidación en forma transversal al curriculum;
• Trabajo individual y/o grupal con niños que han sido molestados o intimidados;
• Trabajo individual con niños que han molestado o intimidado a sus pares;
• Involucrar a los padres en actividades de prevención y/o intervención sobre actos de molestia o intimidación; y
• El uso de grupos de docentes o de personal escolar para ampliar los conocimientos del personal y la motivación relacionada con los actos de molestia o intimidación.
contribuir significativamente para prevenir, atender, y en lo posible erradicar el bullying de la sala de clases:
1. Favorecer la creación de un clima escolar favorable y respetuoso al interior de la sala de clases.
2. Desarrollar en los estudiantes competencias y aprendizajes sociales que se vinculen con valores de convivencia escolar armoniosa y de responsabilidad consigo mismo y los otros y otras.
3. Implementar programas e iniciativas anti- bullying en la sala de clases.
I. FAVORECER LA CREACIÓN DE UN CLIMA ESCOLAR FAVORABLE Y RESPETUOSO AL INTERIOR DE LA SALA DE CLASES
El clima escolar, como es sabido, es la percepción que tienen los sujetos acerca de las relaciones interpersonales que establecen en el contexto escolar y el contexto o marco en el cual estas interacciones se dan [6]. Es decir, refiere a las sensaciones de quienes participan de las actividades escolares, así como a las normas y creencias que operan en el sistema escolar [7]. Según Howard, Howell & Brainard (1987)[8] un clima adecuado debe satisfacer las necesidades humanas básicas: fisiológicas, de seguridad, de aceptación y compañerismo, de logro y reconocimiento y de maximizar el propio potencial.
Se ha establecido que en aquellas escuelas donde se alcanzan los objetivos educacionales propuestos, que presentan un clima positivo y seguro, una comunidad cohesionada y con espíritu de equipo existe satisfacción profesional, participación de los estudiantes y padres, el tipo de relación que se establece entre profesor y estudiante favorece la buena comunicación y ante conductas desviadas no se responde con coerción sino que se tratan terapéuticamente [9].
Pareciera cierto que, al aumentar el número de conflictos y de agresiones en la salas de clases y en los establecimientos, se produce un deterioro del clima escolar, lo que a su vez impacta negativamente tanto sobre los estudiantes -en su desarrollo moral y social y en su aprendizaje- como en el profesorado [10] . Kassen y colaboradores (2004) encontraron, luego de realizar un estudio longitudinal, que el clima escolar está significativamente relacionado con el fenómeno de bullying que se produce en la sala de clases. Específicamente, entre menos caos y desorden y más atención en los aprendizajes académicos, hay significativamente menos actos de intimidación. De igual manera Yoneyama (2006)[11] señala que como los intimidadores tienden a ser menos colaborativos, a tener mal comportamiento y a desarrollar conductas desadaptativas, que son sancionadas por las autoridades, se generan estados emocionales que impactan en la sala de clases. Un clima escolar positivo "… permite al estudiante sentirse acompañado, seguro, querido, tranquilo... y posibilita su desarrollo personal. Los climas sociales negativos… producen estrés, irritación, desgano, depresión, falta de interés y una sensación de estar agotado física y mentalmente." (Aron y Milicic, 1999) [12].
Por consiguiente, con el fin de atender el bullying en la sala de clases le corresponde al docente crear condiciones y fomentar un adecuado clima escolar. Se torna evidente que las acciones de intimidación impactan negativamente sobre el clima escolar y que, a su vez, el clima escolar que se genera favorece la emergencia de acciones de intimidación, constituyéndose en un círculo pernicioso de violencia.
Cabe hacer notar que la actitud del docente y su modo de ser y actuar en la sala de clases es uno de los factores importantes en la creación de una convivencia escolar armoniosa y respetuosa, constituyendo una condicionante gravitante para prevenir el bullying. Por el contrario, la presencia de un profesor autoritario puede constituirse en un modelo para el estudiante, el que reproduce su acción intimidando a sus pares (Rigby, 1996). Un docente extremadamente normativo o que tiene dificultades para mantener el orden en la sala, genera desagrado en los estudiantes, lo que induce a conductas agresivas que favorecen el bullying. De igual forma, los docentes pueden deliberada o inconcientemente inducir al bullying cuando manifiestan una actitud negativa hacia un estudiante, lo que se transforma en una excusa para que sus pares lo maltraten (Olweus, 1999) [13]. Lo mismo ocurre con el uso del sarcasmo y formas sutiles de ridiculización que puede utilizar un profesor (Rigby, 1996)[14].
II. DESARROLLAR EN LOS ESTUDIANTES COMPETENCIAS Y APRENDIZAJES SOCIALES QUE SE VINCULAN CON VALORES DE CONVIVENCIA ESCOLAR ARMONIOSA Y DE RESPONSABILIDAD CONSIGO MISMO Y LOS OTROS.
El bullying es un fenómeno que ha sido y está siendo estudiado de manera muy intensa y desde miradas múltiples en casi la mayoría de los países. En los inicios se tendió a considerar el bullying como un fenómeno individual y aislado que involucraba solamente a dos personas: intimidador e intimidado. Sin embargo, posteriormente el bullying ha sido concebido como un comportamiento colectivo en su naturaleza, basado en relaciones sociales de grupo. El bullying deja de ser entonces un fenómeno de carácter diádico para convertirse en un fenómeno grupal [15].
Por lo tanto, es aconsejable que los docentes se aboquen a desarrollar en los y las estudiantes, desde edades tempranas, una serie de competencias sociales y ciudadanas que les permitan establecer interacciones grupales sanas y responsables que los dispongan a prevenir el bullying en la escuela y al interior de las salas de clases.
Las competencias que se vinculan con comportamientos capaces de prevenir y atender el bullying son, a nuestro parecer, las que siguen a continuación:
1. Competencias referidas a la construcción de sentido y proyectos de vida personales y colectivos Es nuestro convencimiento que, en la medida que los estudiantes aprenden a darle sentido a su existencia, elaborando proyectos de vida personales y colectivos, que respondan a sus intereses cambiantes según sus diferentes edades de desarrollo, estarán más capacitados para enfrentar situaciones violentas y agresivas como el bullying.
En efecto, en el proceso de aprender a formular planes futuros, precisar objetivos, construir escenarios posibles y elaborar métodos que les permitan verificar si sus aspiraciones y proyectos fueron alcanzados, los estudiantes necesariamente se preguntarán en qué medida el bullying es un factor que perturba la elaboración y realización de sus proyectos personales y colectivos. Por sobre todo, tomarán conciencia de que un plan de vida personal y colectivo requiere tener una actitud optimista y esperanzadora frente a la vida, pero asimismo una base de realidad y factibilidad. Así también, el plan se construye en el respeto, confianza y valoración frente a los demás, en la disposición a trabajar con otros y otras, en estar dispuestos a fijar limites y regular sus comportamientos, tener una actitud abierta, flexible y acogedora frente a la diversidad de proyectos de otros y otras, que en mucho de los casos tienen caracteres distintos a los propios.
2. Competencias relacionadas con la autorregulación social y emocional
La autorregulación social y el autocontrol emocional son competencias a las que los docentes le dedican mucho tiempo y esfuerzo, ya que se vinculan con una serie de conductas como es el consumo de alcohol y drogas, con la sexualidad y la afectividad, con la violencia, la delincuencia etc. El bullying, por excelencia, es un comportamiento afectado por la carencia de autorregulación social y autocontrol emocional. El rol que juega la emocionalidad en la agresión ha sido bien identificado en la literatura desde hace varios años [16]. Efectivamente predice comportamientos vinculados con el bullying. Así, las victimas de bullying por lo general reaccionan agresivamente después de perder el control emocional [17].
La autorregulación social y el autocontrol emocional influyen en aspectos como la empatía, el control de impulsos, la resolución de problemas, el control de la ira, el reconocimiento de similitudes y de diferencias entre las personas, los procesos de comunicación y relaciones interpersonales, los pensamientos funcionales/disfuncionales, o procesos de confrontación de situaciones estresantes, todos los cuales se relacionan estrechamente con el fenómeno de bullying.
La autorregulación social y el autocontrol emocional se desarrollan a medida que las personas crecen y participan en situaciones educativas y de interacción social. Cabe hacer notar, que la autorregulación es un proceso sumamente complejo y largo con matices diversos, que no se adquiere de una vez para siempre sino que pasa por distintas etapas y que se alcanza mediante una práctica repetida, a través de múltiples experiencias que se suceden en diferentes contextos, de ahí que los docentes debieran comenzar a desarrollar estas competencias desde edades muy tempranas.
En este sentido, los docentes desde sus prácticas educativas a nivel de la sala de clases, debieran dedicar tiempo a que los y las estudiantes conozcan sus sentimientos y sepan las causas que los motivan, es decir, tener conciencia de sí mismos, de las capacidades, los valores y las metas que cada uno posee, conciencia de los propios estados internos, recursos e intuiciones, comprender que la autorregulación de la conducta en ocasiones puede ocasionarle a la persona conflictos, como por ejemplo, cuando está socialmente presionada a incurrir en conductas que violan sus estándares morales; desarrollar una actitud abierta frente a los problemas que exigen tomar posición, de suerte de poder aceptar, por ejemplo, que algo anda mal y tomar conciencia del impacto que una decisión no adecuada puede tener sobre uno y los demás.
3. Competencias referidas a la alteridad y a la ética de la responsabilidad
La ética de la responsabilidad hace referencia, por un lado, a la autonomía moral que las personas tienen para tomar libremente sus decisiones asumiendo las consecuencias de éstas y, por el otro lado, a la responsabilidad con el Otro/ Otra (alteridad) conducente a un comportamiento heteronómico y de solidaridad. La responsabilidad con el Otro/Otra se vincula a un espectro que va desde percibir al Otro/Otra como un legítimo Otro/Otra, de identificar el estado interno de otra persona, comprender sus sentimientos y pensamientos, sentir con los Otros/Otras, leer sus señales no verbales, escuchar con receptividad y acogida, armonizarse con una persona, tener un comportamiento de hospitalidad y desarrollar un sentimiento de profunda empatía.
Se podría afirmar que el fenómeno del bullying en las escuelas y por sobre todo en la sala de clases es un indicador claro e irrefutable de una carencia del desarrollo moral autonómico y heterónimo por parte de los alumnos y de una falta de responsabilidad ética con el otro/otra. Es importante, en consecuencia, que el docente desarrolle actividades tendientes a que los estudiantes aprendan a empalizar, a hacerse responsables y a estar atentos de los otros/otras.
4. Competencias vinculadas con el respeto, la aceptación y la promoción de la diversidad social y cultural.
Es de suponer con mucha convicción que existe una relación estrecha entre el bullying y la intolerancia, la discriminación y la incapacidad de reconocer la diversidad social y cultural. Por consiguiente, se hace necesario que el docente se dedique con mucha insistencia y perseverancia a desarrollar entre los y las estudiantes, la tolerancia, la no discriminación, la solidaridad, la responsabilidad, la acogida y reconocimiento del Otro/Otra como un legitimo Otra/Otro, el reforzamiento de la identidad propia en el reconocimiento y el respeto de otras identidades, la igualdad de todos los seres humanos, el respeto a la multiplicidad de manifestaciones religiosas y espirituales, de orientaciones sexuales, de género, de capacidades, etc.
Cabe hacer notar, que la diversidad cultural y social es una responsabilidad ética con el Otro//Otra igual a mí pero distinto. Las competencias relacionadas con la diversidad apuntan directamente a formar ciudadanos capaces de contribuir a la creación de una escuela incluyente y participativa en donde todos y todas, sin distingo de ninguna naturaleza, tienen mucho que aportar. En contraposición a esto, el bullying es por excelencia un comportamiento claramente excluyente.
5. Competencias relacionadas con el capital social y emocional
Estas competencias intentan que los estudiantes, desde edades tempranas, aprendan a desarrollar redes sociales como son los lazos de parentesco, las redes comunitarias informales, las organizaciones sociales, los grupos infantiles y juveniles, etc. El mantenimiento de estos vínculos de confianza permite obtener beneficios en forma de flujos de solidaridad y capacidad de defensa de intereses y derechos. Los estudiantes aprenden a crear grupos afectivos de amigos cercanos que comparten los mismos gustos, estilos de vida y valores. Se trata, en definitiva, de desarrollar en los estudiantes conocimientos, actitudes y valores como la confianza interpersonal, la asociatividad, fundadas en enlaces de afinidad y compañerismo y en sentimientos de respeto mutuo y solidaridad, de reciprocidad y cooperación. El factor central de las competencias de cooperación radica en la capacidad de ponerse en el lugar del otro y ver el mundo a través de los ojos del otro. La habilidad de cooperar con otros mediante la confianza es algo que se aprende o se enriquece. Llegar a ser una persona confiable requiere habituarse a las normas morales de la propia comunidad.
Creemos no equivocarnos al señalar que un ambiente en el que el fenómeno del bullying esta presente distorsiona y dificulta el desarrollo del capital social, de la cooperación en la confianza mutua y el compañerismo.
III. IMPLEMENTAR PROGRAMAS E INICIATIVAS ANTI-BULLYING EN LA SALA DE CLASES En este apartado deseamos entregarle a los docentes algunas estrategias tendientes a atender el bullying en la sala de clases. En primer lugar, queremos señalar que existe una amplia literatura al respecto y modelos de intervención que se han desarrollado tanto en Chile como en muchos otros países [18]. No obstante, debemos reconocer que en nuestro país recién nos estamos asomando a comprender qué es el bullying y no existe como en otros países una politica educacional clara al respecto.
El análisis de una variedad de estrategias nos permiten entregarle a los docentes algunas advertencias, recomendaciones y acciones que pueden ser útiles al momento de atender y prevenir el bullying en las salas de clases: Advertencias
No hay milagros: Ninguna estrategia ni actividad por sí sola puede lograr milagros respecto a reducir el bullying entre estudiantes.
Contexto y variables individuales y colectivas: Más que buscar la 'estrategia perfecta', la idea es seleccionar la estrategia más adecuada según el contexto y las variables individuales de las personas involucradas. Por esta razón, antes de decidir la estrategia a utilizar, es imprescindible tomar en cuenta ciertos aspectos, tales como: evaluar detenidamente cada caso; tomar en consideración las características individuales de los involucrados; considerar la dinámica del curso; conocer bien el contexto de la escuela. Este último aspecto es muy relevante ya que el bullying está estrechamente ligado a la cultura escolar. En este sentido es un fenómeno más social que individual.
Responsabilizar versus culpabilizar: Se recomienda que las estrategias que el docente elabore o seleccione no deben tener un enfoque de 'culpabiliza' ni 'castigar' al niño y/o joven por una acción determinada. En vez de esto, se potencia la responsabilidad individual y colectiva para resolver conflictos de forma constructiva y autónoma.
No basta una estrategia aislada: Una estrategia por sí sola no produce ningún cambio sustantivo, razón por la cual, se recomienda incorporar varias y diversificadas.
Ser proactivo: No sólo es urgente desarrollar estrategias reactivas de atención a la problemática del bullying, es decir, aquellas que actúan cuando el problema aparece, sino que también es necesario implementar estrategias pro-activas, las cuales apuntan a la prevención del problema.
Recomendaciones
Converse con sus estudiantes sobre el bullying: Pregúnteles, por ejemplo, si saben qué es el bullying; si pueden relatar casos de bullying en la escuela; si creen que es un problema serio; cómo piensan que se siente un estudiante intimidado; qué se les ocurre para detener el bullying en la escuela, etc. Para que los/as estudiantes intervengan hay necesidad de crear un clima que facilite la expresión libre de sentimientos y emociones. De esta manera, se genera un proceso de toma de conciencia respecto a la existencia del bullying a nivel de escuela y de la sala de clases.
Formulación de una política clara: Si se desea enfrentar la problemática del bullying a nivel de la sala de clase, resulta indispensable la creación y redacción de una política clara que contemple la postura de la institución educativa frente a ella. El docente debe exigir esta política clara.
Planificar: Es siempre aconsejable que las estrategias y las actividades que el docente seleccione o elabore se integren a una planificación a nivel del curriculum, de suerte que no se vea como una acción aislada. Es decir, que incluya a los contenidos curriculares que está enseñando y combinarlas en un plan de acción global que involucre a toda la comunidad educativa.
Ser creativo: Si el docente tiene claro los objetivos que se persiguen, entonces puede sin dificultades elaborar estrategias y actividades propias, originales y creativas que aborden el tema de bullying.
La participación de los padres es fundamental: La integración de los padres es considerada en la mayoría de las intervenciones. Ésta se define como fundamental. De igual forma, la participación activa de los estudiantes es estimada como sumamente relevante en casi todas las modalidades.
Acciones que se sugieren (hay muchas otras)
Una jornada de debate en la sala de clases sobre el bullying.
Construir un código de conducta a nivel de la sala de clases que contemple la no tolerancia frente a acciones de intimidación; estableciendo normas claras contra las agresiones, la intimidación y el matonaje.
Crear un teléfono de contacto, al cual pueden recurrir estudiantes, padres, profesores y administrativos.
Comunicarse con un adulto cuando el o la estudiante detecta un caso de intimidación.
Establecer un compromiso colectivo y mostrar que la intimidación es un problema cuya solución es tarea de todos y todas. El trabajo cooperativo respecto a prevenir y atender el bullying permite una mayor integración entre los estudiantes y facilita la confianza posibilitando un clima favorable en el aula. Esta estrategia sugiere que no es recomendable, al menos en un comienzo, colocar en un mismo grupo a un intimidador junto a una posible víctima o a una víctima real de intimidación. Tampoco es aconsejable que varios intimidadores trabajen juntos [19].
Círculo de amigos (círculos de apoyo), tiene como finalidad construir relaciones interpersonales en torno a un estudiante que se haya identificado como 'vulnerable', bien porque presente problemas emocionales, académicos, comportamentales o porque se lo considere una víctima de intimidación. El propósito de esta estrategia es mejorar el nivel de aceptación e inclusión de un determinado estudiante, ayudarlo a establecer amistades tanto dentro como fuera del círculo, además, promover en los estudiantes la toma de conciencia respecto de los sentimientos y comportamientos tanto propios como ajenos [20].
Escribiendo una carta, esta actividad tiene como finalidad que los estudiantes aprendan a ponerse en el lugar del otro y puedan reflexionar en torno a las consecuencias que tienen ciertas acciones sobre los sentimientos de los demás. Se le pide a los estudiantes que escriban una carta a un intimidador imaginario. La idea es que traten de explicarle porque debería cambiar su actitud y le sugieran estrategias de cambio. Se trabaja en grupos pequeños con la finalidad de que identifiquen las razones y sugerencias compartidas. La actividad termina realizando un plenario con la participación de todo el curso.
Juego de roles, se puede utilizar el teatro para que los estudiantes conozcan lo que es la intimidación y puedan explorar los sentimientos y emociones asociados a las acciones de este tipo, desde el lado de la víctima, del intimidador y de los testigos. La idea es que se representen las distintas perspectivas: el lugar de la víctima, del intimidador y de los testigos .
Expresión artística, el docente invita a los estudiantes a expresar lo que piensan y sienten sobre la intimidación a través de pinturas, collages, fotografías, poemas, música, cuentos, etc. Esta vía de expresión, junto con desarrollar la creatividad, desarrolla la auto-percepción valórica.
17. Acciones (%) que se realizan para prevenir los conflictos de Bullying 17
18. Otras acciones (%) que sugieren para afrontar el bullying. 18
19. Competencias a reforzar para prevenir y enfrentar Bullying 19 COMPETENCIAS A REFORZAR PARA PREVENIR Y ENFRENTAR EL BULLYING
PROFESORES:
- No caer en actitudes normativas extremas ni mostrar dificultades para mantener el orden en la sala.
- No manifestar una actitud negativa hacia un estudiante. Evitar el sarcasmo y formas sutiles de ridiculización.
ALUMNOS:
Sociales:
- Reflexionar en torno a proyectos de vida personales y colectivos.
- Formular planes futuros, precisar objetivos, construir escenarios posibles y elaborar métodos que permitan verificar si sus aspiraciones y proyectos fueron alcanzados.
- Resaltar la necesidad de una actitud optimista y esperanzadora frente a la vida en base a la realidad y las factibilidades.
- Destacar la imperiosa necesidad de construir un plan de vida basado en el respeto, en la confianza y en la valoración del otro. Así mismo, en la disposición de trabajar con otros, en la fijación de límites y la regulación de sus comportamientos.
- Promover y educar una actitud abierta, flexible y acogedora frente a la diversidad de proyectos de otros.De autorregulación social y emocional:
- Incentivar conductas de autorregulación social y autocontrol emocional por medio de ejercicios y experiencias educativas y de interacción social que eduquen respecto de la empatía, el control de impulsos, la resolución de problemas, el control de la ira, el reconocimiento de similitudes y de diferencias entre las personas, los procesos de comunicación, relaciones interpersonales, pensamientos funcionales/disfuncionales o procesos de confrontación de situaciones estresantes.
-Impulsar la conciencia de sí mismos. Dedicar tiempo a la expresión de sentimientos y a la búsqueda de las causas que los motivan.
-Éticas:- Desarrollar actividades tendientes a que los estudiantes aprendan a empalizar, a hacerse responsables y a estar atentos de los otros/otras.De tolerancia:- Promover valores de tolerancia, no discriminación, solidaridad y reconocimiento del otro como un otro legítimo, incentivando el respeto a la multiplicad de manifestaciones religiosas, espirituales, de orientaciones sexuales, de género y de capacidades.- Fomentar actividades con participación inclusiva.Emocionales:- Promover vínculos afectivos, de confianza y cooperación por medio del reforzamiento y desarrollo de diversas redes sociales, sean de parentesco, comunitarias, sociales, grupales como una forma de experimentar conductas de asociatividad, compañerismo, solidaridad, incentivando con esto la capacidad de ponerse en el lugar del otro.COMPETENCIAS A REFORZAR PARA PREVENIR Y ENFRENTAR EL BULLYING
PROFESORES:
- No caer en actitudes normativas extremas ni mostrar dificultades para mantener el orden en la sala.
- No manifestar una actitud negativa hacia un estudiante. Evitar el sarcasmo y formas sutiles de ridiculización.
ALUMNOS:
Sociales:
- Reflexionar en torno a proyectos de vida personales y colectivos.
- Formular planes futuros, precisar objetivos, construir escenarios posibles y elaborar métodos que permitan verificar si sus aspiraciones y proyectos fueron alcanzados.
- Resaltar la necesidad de una actitud optimista y esperanzadora frente a la vida en base a la realidad y las factibilidades.
- Destacar la imperiosa necesidad de construir un plan de vida basado en el respeto, en la confianza y en la valoración del otro. Así mismo, en la disposición de trabajar con otros, en la fijación de límites y la regulación de sus comportamientos.
- Promover y educar una actitud abierta, flexible y acogedora frente a la diversidad de proyectos de otros.
20. Que hacer para fomentar el autocuidado? No hay recetas mágicas.
Algunas iniciativas para mejorar el contenido y organización del trabajo.
Consejos para afrontar problemas
Grupos de Reflexión
Técnicas de Relajación:
Técnicas de Bostezo
Shultz
Jacobson
8. ¿Qué se puede hacer?
Como los otros riesgos laborales, el estrés necesita ser controlado en su origen. El control del estrés laboral debe comenzar con el reconocimiento de que deben producirse cambios en el diseño de los puestos de trabajo y en la organización del trabajo relacionado con esos puestos. Muchos trabajadores y trabajadoras son reacios a hablar del estrés o a admitir los problemas a los que se enfrentan. Además, algunos responsables de educación han tratado de reducir los efectos del estrés por medio de campañas de “estilos de vida”, promoviendo la comida y vida sana. Estas campañas pueden ayudar a la población docente a reducir los efectos causados por el estrés, pero no atacan las causas.
La acción de los representantes de los trabajadores no puede limitarse a buscar soluciones una vez se ha producido el daño, sino a prevenir la enfermedad y a promover la salud. Los trabajadores y las trabajadoras deben saber que el estrés laboral es un problema causado por la organización del trabajo. Para ello, hay que darles la información necesaria acerca del riesgo y las causas del estrés laboral, así como algunas referencias de cómo puede ser reducido. No hay recetas mágicas. Algunas iniciativas para mejorar el contenido y organización del trabajo: (Calera, 2009)
• La cantidad de trabajo ha de ser suficiente:
Una excesiva presión en el trabajo incrementa el estrés. Se deben pactar normas y ritmos realistas de acuerdo con el tiempo y los recursos disponibles. Debe existir variación entre las actividades más y menos creativas de forma que se distribuyan más o menos equitativamente. Reducir el número de alumnos por aula cuando en ésta exista una situación de conflicto al mismo tiempo que en ella deben actuar grupos de trabajo cohesionados e incluso creado ad hoc.
Reestructuración de la actividad docente e incorporación de nuevos profesionales que puedan dar respuesta a las deficiencias sociales, laborales y culturales del alumnado, actuando en todo el espacio educativo: centro, barrio y familia.
• Se debe potenciar la participación de los trabajadores de la enseñanza:
Es fundamental descentralizar los procesos de decisión. Esto permite una mayor cohesión entre responsabilidad e influencia. Se debe aumentar, en lo posible, el control de cada trabajador ó trabajadora de la enseñanza sobre su puesto de trabajo de forma que pueda ejecutarlo como mejor se ajuste a sus preferencias.
Además el propio profesorado es quien mejor conoce los problemas de desmotivación, demandas y falta de disciplina del alumnado, por tanto las soluciones “técnicas” tomadas por expertos están a menudo lejos de la realidad de la docencia; se debería dar participación plena y activa del profesorado en la toma de soluciones.
• Apoyo social y de la colectividad:
Estudios de psicología social demuestran que el apoyo entre compañeros y con los miembros de los equipos directivos es un factor fundamental para la salud. Un buen clima social informal junto con algunas reuniones más formales puede ser aconsejable para crear un ambiente de confianza mutua. La planificación del trabajo debe permitir una cierta flexibilidad que posibilite ayudas, sustituciones o descansos comunes. Es fundamental, por ejemplo, el apoyo y la aceptación a los nuevos docentes o la creación de programas de asistencia ante situaciones de conflicto o violencia. Es imprescindible que desaparezca la actitud de “que cada uno se solvente los problemas que pueda tener en su aula”. Cada uno de los docentes, hombre o mujer, debería sentirse ‘arropado’ por el resto del equipo y la dirección del centro.
• Mejorar el reconocimiento social de la profesión:
Hoy en día en la sociedad de la información parece que por el hecho de tenerla todos saben de todo, y se menosprecia el conocimiento que no tenga aplicación y utilidad inmediata. Si no se valoran los conocimientos difícilmente se podrán valorar a los profesores. La valoración social de la profesión daría como resultado que la familia y la escuela se identificaran en la promoción y defensa de los mismos valores y el efecto de este reconocimiento haría que el resto de los problemas quedaran minimizados. Ha de abandonarse esa permanente desautorización del profesor, tanto por parte de la familia como de la propia administración. La docente es posible que sea la única actividad profesional de la que todo el mundo sabe más y de la que todo el mundo está capacitado para negar las decisiones de sus profesionales.
• Menos burocracia:
En grandes organizaciones como lo son las Delegaciones Provinciales y a multitud de centros privados y Universidades, las vías de comunicación suelen ser largas y dificultosas, la responsabilidad está jerarquizada y resulta a menudo confusa. Todo ello es causa de estrés, por lo que resulta importante simplificar los procesos administrativos, clarificar las rutinas laborales y la distribución de responsabilidad, asegurando, al mismo tiempo, una información suficiente, clara, concisa, y a tiempo suficiente para adaptarnos a los cambios frecuentes.
• Mayores derechos de intervención para las personas que trabajan en la docencia:
El trabajador ó la trabajadora, además de poder influir sobre las decisiones estructurales, y de organización colectiva del trabajo, debe tener reconocido el derecho a interrumpir el trabajo cuando lo considere peligroso para su integridad, así como el derecho a asesoramiento por técnicos de su confianza ante eventuales riesgos.
• Supervisión del trabajo:
Situaciones autoritarias, de control excesivo y dirección entrometida, son factores importantes de estrés. Por ello, la dirección, sin entrometerse constantemente, debe ser capaz, de apoyar y orientar aquellas situaciones en que exista desacuerdo o duda.
• Metas de trabajo:
Es importante que el trabajo tenga metas claras y realistas. Estas metas deberían programarse en conjunto y discutirse regularmente, intentando llegar a un acuerdo sobre cuál es el modo correcto de conseguirlas y qué recursos son necesarios.
• Resultado laboral visible:
Es importante que los resultados del trabajo de cada uno aparezcan claros para que los docentes encuentren sentido a su ocupación. Si se programan metas colectivas en el trabajo se facilita el apoyo mutuo. La valoración compartida de los balances periódicos sobre los resultados y los métodos de trabajo puede dar buenos frutos.
• Estabilidad en el empleo:
Fomentar la seguridad en el empleo y evitar los traslados forzosos.8. ¿Qué se puede hacer?
Como los otros riesgos laborales, el estrés necesita ser controlado en su origen. El control del estrés laboral debe comenzar con el reconocimiento de que deben producirse cambios en el diseño de los puestos de trabajo y en la organización del trabajo relacionado con esos puestos. Muchos trabajadores y trabajadoras son reacios a hablar del estrés o a admitir los problemas a los que se enfrentan. Además, algunos responsables de educación han tratado de reducir los efectos del estrés por medio de campañas de “estilos de vida”, promoviendo la comida y vida sana. Estas campañas pueden ayudar a la población docente a reducir los efectos causados por el estrés, pero no atacan las causas.
La acción de los representantes de los trabajadores no puede limitarse a buscar soluciones una vez se ha producido el daño, sino a prevenir la enfermedad y a promover la salud. Los trabajadores y las trabajadoras deben saber que el estrés laboral es un problema causado por la organización del trabajo. Para ello, hay que darles la información necesaria acerca del riesgo y las causas del estrés laboral, así como algunas referencias de cómo puede ser reducido. No hay recetas mágicas. Algunas iniciativas para mejorar el contenido y organización del trabajo: (Calera, 2009)
• La cantidad de trabajo ha de ser suficiente:
Una excesiva presión en el trabajo incrementa el estrés. Se deben pactar normas y ritmos realistas de acuerdo con el tiempo y los recursos disponibles. Debe existir variación entre las actividades más y menos creativas de forma que se distribuyan más o menos equitativamente. Reducir el número de alumnos por aula cuando en ésta exista una situación de conflicto al mismo tiempo que en ella deben actuar grupos de trabajo cohesionados e incluso creado ad hoc.
Reestructuración de la actividad docente e incorporación de nuevos profesionales que puedan dar respuesta a las deficiencias sociales, laborales y culturales del alumnado, actuando en todo el espacio educativo: centro, barrio y familia.
• Se debe potenciar la participación de los trabajadores de la enseñanza:
Es fundamental descentralizar los procesos de decisión. Esto permite una mayor cohesión entre responsabilidad e influencia. Se debe aumentar, en lo posible, el control de cada trabajador ó trabajadora de la enseñanza sobre su puesto de trabajo de forma que pueda ejecutarlo como mejor se ajuste a sus preferencias.
Además el propio profesorado es quien mejor conoce los problemas de desmotivación, demandas y falta de disciplina del alumnado, por tanto las soluciones “técnicas” tomadas por expertos están a menudo lejos de la realidad de la docencia; se debería dar participación plena y activa del profesorado en la toma de soluciones.
• Apoyo social y de la colectividad:
Estudios de psicología social demuestran que el apoyo entre compañeros y con los miembros de los equipos directivos es un factor fundamental para la salud. Un buen clima social informal junto con algunas reuniones más formales puede ser aconsejable para crear un ambiente de confianza mutua. La planificación del trabajo debe permitir una cierta flexibilidad que posibilite ayudas, sustituciones o descansos comunes. Es fundamental, por ejemplo, el apoyo y la aceptación a los nuevos docentes o la creación de programas de asistencia ante situaciones de conflicto o violencia. Es imprescindible que desaparezca la actitud de “que cada uno se solvente los problemas que pueda tener en su aula”. Cada uno de los docentes, hombre o mujer, debería sentirse ‘arropado’ por el resto del equipo y la dirección del centro.
• Mejorar el reconocimiento social de la profesión:
Hoy en día en la sociedad de la información parece que por el hecho de tenerla todos saben de todo, y se menosprecia el conocimiento que no tenga aplicación y utilidad inmediata. Si no se valoran los conocimientos difícilmente se podrán valorar a los profesores. La valoración social de la profesión daría como resultado que la familia y la escuela se identificaran en la promoción y defensa de los mismos valores y el efecto de este reconocimiento haría que el resto de los problemas quedaran minimizados. Ha de abandonarse esa permanente desautorización del profesor, tanto por parte de la familia como de la propia administración. La docente es posible que sea la única actividad profesional de la que todo el mundo sabe más y de la que todo el mundo está capacitado para negar las decisiones de sus profesionales.
• Menos burocracia:
En grandes organizaciones como lo son las Delegaciones Provinciales y a multitud de centros privados y Universidades, las vías de comunicación suelen ser largas y dificultosas, la responsabilidad está jerarquizada y resulta a menudo confusa. Todo ello es causa de estrés, por lo que resulta importante simplificar los procesos administrativos, clarificar las rutinas laborales y la distribución de responsabilidad, asegurando, al mismo tiempo, una información suficiente, clara, concisa, y a tiempo suficiente para adaptarnos a los cambios frecuentes.
• Mayores derechos de intervención para las personas que trabajan en la docencia:
El trabajador ó la trabajadora, además de poder influir sobre las decisiones estructurales, y de organización colectiva del trabajo, debe tener reconocido el derecho a interrumpir el trabajo cuando lo considere peligroso para su integridad, así como el derecho a asesoramiento por técnicos de su confianza ante eventuales riesgos.
• Supervisión del trabajo:
Situaciones autoritarias, de control excesivo y dirección entrometida, son factores importantes de estrés. Por ello, la dirección, sin entrometerse constantemente, debe ser capaz, de apoyar y orientar aquellas situaciones en que exista desacuerdo o duda.
• Metas de trabajo:
Es importante que el trabajo tenga metas claras y realistas. Estas metas deberían programarse en conjunto y discutirse regularmente, intentando llegar a un acuerdo sobre cuál es el modo correcto de conseguirlas y qué recursos son necesarios.
• Resultado laboral visible:
Es importante que los resultados del trabajo de cada uno aparezcan claros para que los docentes encuentren sentido a su ocupación. Si se programan metas colectivas en el trabajo se facilita el apoyo mutuo. La valoración compartida de los balances periódicos sobre los resultados y los métodos de trabajo puede dar buenos frutos.
• Estabilidad en el empleo:
Fomentar la seguridad en el empleo y evitar los traslados forzosos.
21. Experiencia ACHS-HTS Trabajos Preventivos en Docentes
Trabajos Interventivos en Docentes 21
22. Fin 22
23. Referencias Alves, A; Nuño, F. Problemas de la voz en el profesorado Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 26, pp. 33-42 [1996]
Ancona, L. (2004) A clinica fonoaudiologica e a psicología clínica. Sao Paulo: Ed. Plexos
Aron, A. M. y Milicic, N. (1999) Clima social escolar y desarrollo personal. Un programa de mejoramiento. Santiago: Editorial Andrés Bello. Volver
Aronson, A. (1990). Clinical voice disorders – an interdisciplinary approach. New York: Thieme.
Belandia, R. (2004) Los problemas de voz como enfermedad professional del profesorado. Ponencia presentada en la tercera jornada de coeducación: Dona i salud laboral, organitzades pel sindicat unitari i autonom de treballadors de l`ensenyament d`Asturias (SUATEA)
Bond L., Carlin J., Thomas L. et al. "Does bullying cause emotional problems? A prospective study of young teenagers" BMJ 2001; 323: 480-484.
Caldera, O. Pedagogía: como enseñar bien. Mailxmail.(Consultada el 19 de agosto 2009) .Disponible en http://imagenes.mailxmail.com/cursos/pdf/pedagogia-como-enseñar-bien-7874.pdf
Calera, A.; et al. "La salud laboral en el sector docente. Guía para la prevención de riesgos". ISTAS.(Consultada el 17 de agosto 2009) .Disponible en http://www.istas.net/web/abreenlace.asp?idenlace=1457
Concha, M.; Gazmuri, A.; Giaconi, J. Indicadores de años de vida ajustados por discapacidad. Boletín Científico Asociación Chilena de Seguridad; 2(3):31-39, jun. 2000. tab, graf.
Cortazar, Mª I.; Rojo, B. (2007) La voz en la docencia. Barcelona: Ed. Grao.
Creswpo, M.; Labrador, F. (1995) Caracterización de los aspectos cognitivos de la respuesta de estrés. Psicología Contemporánea, 2: 52-63.
Elhendi, W.; Pérez, S.; Matul, C. & Caballero, T. (2005). Puesta al día en las disfonías funcionales. Revista de Otorrinolaringología, 32 (1), 6-13.
Escalona, E. Programa para la preservación de la voz en docentes de educación básica. Salud de los Trabajadores, jun. 2006, vol.14, no.1, p.31-49.
Escalona, E. Prevalencia de síntomas de alteraciones de la voz y condiciones de trabajo en docentes de escuela primaria: Aragua-Venezuela. Salud de los Trabajadores, dic. 2006, vol.14, no.2, p.31-54. ISSN 1315-0138.
Escritorio del docente. (Página principal en Internet). Santiago de chile: EDUCARCHILE "Disfonía, una enfermedad silenciosa".. (Citado 17 de agosto 2009) Disponible en http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=123.456.789.000&ID=99247
Escritorio del docente. (Página principal en Internet). Santiago de chile: EDUCARCHILE "Bullying en la escuela". (Citado Junio 2010) Disponible en http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=123.456.789.000&ID=194860
Escritorio del docente. (Página principal en Internet). Santiago de chile: EDUCARCHILE "El rol del docente en prevenir y atender el bullying en la sala de clases". (Citado Junio 2010) Disponible en http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=123.456.789.000&ID=195165
Fekkles M., Pijpers F., Fredriks M. et al. Do Bullied Children Get Ill, or Do Ill Children Get Bullied? A prospective cohort study on the relationship between Bullying and Health-Related Symptoms. Pediatrics 2006; 117: 1568-1574
Galíndez, A.. Aprenda a hablar en publico. Mailxmail.(Consultada el 19 de agosto 2009) .Disponible en http://imagenes.mailxmail.com/cursos/pdf/aprenda-hablar-publico-5369.pdf
Horta, E.; Carbonell M.; Soto, M. Tratamiento de disfonía en profesoras: entrenamiento grupal reduce tiempo y costos Boletín Científico Asociación Chilena de Seguridad;1(1):10-12, mayo 1999. graf.
23
24. Referencias Koppmann, A.; Ornstein, C.; Brunetto, B. Enfermedad psicosomática y trastorno vocal. Revista otorrinolaringología cir cab-cue 1998; 58 (1): 37-43
Le Huche, F. Alleli, A. (1994) La voz terapéutica de los trastornos vocales. Barcelona: Ed.Masson.
Le Huche, F. Alleli, A. (1993) La voz, anatomía y fisiología de los órganos de la voz y del habla. Ed. Massón, Barcelona.
Morrison, M.; Ramaje, L. (1996) Tratamiento de los trastornos de la voz Barcelona: Masson
Olweus, D. (1993). Bullying at school: what we know and what we can do. NY: Blackwell.
Olweus, D. (1998) Conductas de acoso y amenaza entre escolares. Madrid: Ediciones Morata. Volver
Payné, R. (2002) Técnicas de relajación. Guía práctica. Barcelona: Ed. PaidoTribo
Petter, V.; Barros de Oliveira, P.; Fischer, P.. Relación entre disfonía referida y potenciales factores de riesgo en el trabajo de profesores de la enseñanza fundamental, Porto Alegre - RS. Salud de los Trabajadores, dic. 2006, vol.14, no.2, p.5-12. ISSN 1315-0138.
Pellegrini, A. D., Bartini, M., & Brooks, F. (1999). School bullies, victims, and aggressive victims. Factors relating to group affiliation and victimization in early adolescence. Journal of Educational Psychlogy, 91(2), 216-224.
Puyuelo, M.; Torres, S. (2002) Intervención del lenguaje Barcelona: Ed. Masson
Rivas, R.; Fiuza, M. (2002) La voz y las disfonías funcionales. Prevención y tratamiento. Madrid: Ed, Pirámide
Romero, E.; Martin, A. (2003) Guías clínicas en atención primaria: Disfonía Cadiz: Fisterra
Salas, L. Comparación de parámetros acústicos de voz en una muestra de profesoras disfonicas y un grupo sano. Boletín Científico Asociación Chilena de Seguridad, marzo 2005, año 7, numero15, pag. 55-59
Scott, S.; Deary, I.; Mackenzie K.; Wilson, J. Functional dysphonia: A role for psychologists? Psychology, Health & Medicine, 1465-3966, Volume 2, Issue 2, 1997, Pages 169 – 180
Souza, O.; Hanayama, E. (2005). Fatores psicológicos associados a disfonia funcional e a nódulos vocais em adultos. Revista CEFAC, 7 (3), 388-397.
Villamizar, L.; Comunicación;: curso de oratoria. (Consultada el 19 de agosto 2009) .Disponible en http://imagenes.mailxmail.com/cursos/pdf/comunicacion-oratoria-23137.pdf
Willinger, U; Völkl-Kernstock, S.; Aschauer, H.(2005) Marked depression and anxiety in patients with functional dysphonia Psychiatry Research, Volume 134, Issue 1, Pages 85-91
24