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Universidad Nacional Autónoma de México. Coyuntura para el aprovechamiento de oportunidades de investigación y desarrollo en facultades y escuelas. El caso particular de las ingenierÃas. Primer congreso sobre la investigación en facultades y escuelas Ciudad Universitaria, D.F., marzo de 2005
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Universidad Nacional Autónoma de México Coyuntura para el aprovechamiento de oportunidades de investigación y desarrollo en facultades y escuelas. El caso particular de las ingenierías. Primer congreso sobre la investigación en facultades y escuelas Ciudad Universitaria, D.F., marzo de 2005 José Gonzalo Guerrero Zepeda
Introducción El énfasis de lo expuesto está en lo relativo a la investigación científica y las ingenierías sin que, por ello, se dejen de contemplar conceptos de carácter mas general para toda área del conocimiento. Se consideran, así elementos externos e internos a la actividad académica y que representan tanto amenazas como oportunidades, que han de ser consideradas, analizadas y, en su caso, plenamente aprovechadas dada la infraestructura física y humana con que cuentan las universidades, en especial las de carácter público.
Recordando algunos conceptos: • Ciencia: conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales (RAEL) Comentario: cuando se hace referencia a la ciencia “pura” (o básica) se asume la no persecución, en principio, de aplicaciones prácticas. • Tecnología: conjunto de teorías y técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico (RAEL) Comentario: en el terreno de la práctica, es esencialmente lo opuesto a la improvisación. • Investigación: actividades intelectuales y experimentales de modo sistemático con el propósito de aumentar los conocimientos sobre una determinada materia (RAEL) Comentario: en grandes trazos calificable como pura (o básica) y aplicada. RAEL: Real Academia Española de la Lengua
Supuestos básicos (¿hechos?) • Los elementos cruciales para la producción de riqueza ya no son los recursos naturales del suelo y el subsuelo sino la materia gris y las inversionesno materiales en funciones tales como la investigación y el desarrollo, el adiestramiento y la organización. • Los países industrializados se mueven rápidamente hacia una economía más intensiva en conocimiento. • El rápido cambio tecnológico exige un nivel más fuerte, especializado y eficiente de investigación en las universidades. • La aplicación de la tecnología desarrollada en las instituciones de educación superior demanda mayores esfuerzos para transferirla y comercializarla eficazmente. • La tecnología se globaliza a través del comercio específicamente internacional, de las inversiones extranjeras de las fusiones y adquisiciones, de la subcontratación del licenciamiento, de las joint-ventures, de la cooperación de I+D y de acuerdos interfirmas.
Resulta difícil hacer una inferencia sobre la combinación “ideal” del número de científicos e ingenieros en un país. • Las universidades grandes casi siempre estatales, no son ya monopolios en lo relativo a educación instructiva, pero son las mejor dotadas en el campo de la investigación, especialmente la científica. • La sociedad requiere de especialistas (en todo sentido) para satisfacer las exigencias, de una economía crecientemente competitiva. • La mala docencia incide, entre otras cosas, en la investigación y por ello hay una tendencia a aislar esta última y “protegerla” en las instituciones y programas de posgrado. • Existe un grado no despreciable de conservadurismo universitario por inercias, estructuras anquilosadas de normas y expectativas no explícitas.
Dos tipos genéricos de investigación entonces: • Investigación básica o “pura”. Donde el conocimiento de la verdad, casi en abstracto, es la esencia. Se da lugar a la “serendipitia” o descubrimiento fortuito que ha proporcionado numerosos ejemplos de utilidad. Sin embargo, esta noción no gusta a un sector industrial que en países como el nuestro poco aporta en términos de financiamiento. A las instituciones académicas les cuesta trabajo medir la pertinencia directa de este tipo de investigación aunque se intuye que ha de ser realizada y asignarle recursos. En los países desarrollados no ocurre lo mismo y hay una suerte de fe ciega en la investigación en lo general.
Investigación aplicada. En todo caso, lo más susceptible de ser patrocinada, incluso por programas gubernamentales. Es esta la que es más propicia abordar en el ámbito de facultades y escuelas por las características del personal académico que en ella se encuentra, especialmente el personal de carrera.
¿Se debe hacer investigación en escuelas y facultades? Esta pregunta a priori parece ser siempre respondida de modo afirmativo pero tiene tras de sí un sustento que parece sólido: • Como en los países desarrollados, las universidades -en el caso la nuestra- juegan y han de jugar un papel preponderante en lo relativo a la agregación de valor, hoy como nunca asociado al conocimiento que se asume no exclusivo de los centros directamente consagrados a la investigación (más nos vale que así sea). • El numero de posgraduados en facultades y escuelas, sobre todo doctorados, ha venido creciendo y en su formación necesariamente se adquiere el hábito, fundado en herramientas, de investigar.
3. La empresa mexicana promedio no cuenta ni tiene la posibilidad de contar con un andamiaje interno que le permita hacer investigación y/o desarrollo tecnológico. Las universidades pueden serlo. 4. Existen programas gubernamentales (sectoriales y estatales) que permiten la vinculación empresa-universidad. Incluyen estímulos fiscales a empresas que inviertan en el tema.
Conclusiones, reflexiones y propuestas • Se debe hacer investigación en escuelas y facultades. En el caso de las ingenierías tendiendo a la de naturaleza aplicada y orientada al apoyo del desarrollo tecnológico. • El mundo profesional necesita cada vez mas individuos familiarizados con los procedimientos científicos, aunque no necesariamente estén envueltos en investigación científica o tecnológica. Desde estudios tempranos de la educación e indispensablemente desde la licenciatura, los educandos tienen que “respirar” esa actividad y nada mejor que ver a sus profesores hacerla. • La investigación orientada al desarrollo tecnológico es más susceptible de financiamiento y es la que mayoritariamente debe promoverse. Sin descuidar lo que pueda hacerse en términos de investigación “pura” en facultades y escuelas.
Ciertamente, deben hacerse proyectos de naturaleza práctica para sector público y privado aunque pudiera no implicar rigurosamente investigación. Las restricciones que han de hacer saludable esta práctica son: • Siempre alumnos asociados al proyecto. • No promoción de competencia desleal hacia el sector productivo que ofrezca servicios similares (recordar que por su carácter la UNAM puede ser contratada sin licitación de por medio). • Cuidadoso costeo de esta actividad dada la frecuente insuficiencia de la cultura de costos en la UNAM. 5. Los proyectos o actividades que conllevan investigación “pura” han de nutrirse con recursos provenientes del presupuesto universitario, pero también de parte de lo que aporten los proyectos patrocinados.
6. Sin duda, la UNAM ha de orientar, en facultades y escuelas su participación a proyectos de innovación que no hagan otras instancias con base en el saber y que hacer de sus recursos humanos. Son por cierto, los proyectos los que mejor pueden ser cobrados. 7. Los proyectos contratados con base en este último concepto pueden tener aristas de subcontratación para aspectos operativos, pero nunca rebasar el 49% del monto total del proyecto. 8. Ha de ajustarse y acotarse el Reglamente de Ingresos Extraordinarios de la UNAM para minimizar abusos e inequidades en la distribución de recursos. Lo anterior incluye la transparencia en el uso de los recursos. 9. Es imperativo participar en los fondos CONACYT (sectoriales y mixtos) ya que hay enormes posibilidades de apoyo. 10. El personal académico debe desarrollar capacidades y habilidades personales de promoción y “negocio”. La experiencia de tener órganos excesivamente concentradores, coordinadores y promotores no ha sido satisfactoria.