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Lucas 8:22-25. 22 Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban. Lucas 8:22-25.
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Lucas 8:22-25 22 Aconteció un día, que entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.
Lucas 8:22-25 24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza. 25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
Calmando el Mar 1. La naturaleza de Jesús. Isaías 5:26-27 26 Alzará pendón a naciones lejanas, y silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que vendrá pronto y velozmente. 27 No habrá entre ellos cansado, ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la correa de sus sandalias.
Calmando el Mar 2. Jesús estaba calmado en medio de la tormenta. Lucas 8:23 23 Pero mientras navegaban, él se durmió. Y se desencadenó una tempestad de viento en el lago; y se anegaban y peligraban.
Calmando el Mar 2. Jesús estaba calmado en medio de la tormenta. Lucas 8:25 25 Y les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, y se decían unos a otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y a las aguas manda, y le obedecen?
Mateo 6:25 25 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Job 13:15 15 He aquí, aunque él me matare, en él esperaré; no obstante, defenderé delante de él mis caminos,
Calmando el Mar 3. Los pescadores vinieron al carpintero. Lucas 8:24 24 Y vinieron a él y le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! …
Calmando el Mar 4. Jesús controló los vientos y las olas. Lucas 8:24 24 … Despertando él, reprendió al viento y a las olas; y cesaron, y se hizo bonanza.
Salmo 89:9 9 Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; cuando se levantan sus ondas, tú las sosiegas.
Calmando el Mar 4. Jesús controló los vientos y las olas. Marcos 4:39 39 Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza.
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – Brama la mar, oh Maestro, y ruge la tempestad; La basta expansión de los cielos se llena de oscuridad; ¿Quieres que aquí perezcamos? ¿Puedes dormir así, Cuando el mar agitado nos abre profundo sepulcro aquí?
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – CORO: Los vientos, las ondas oirán tu voz: ¡Sea la paz! Calmo las iras del fiero mar, las luchas del alma las hago cesar, Y así la barquilla do va el Señor, Hundirse no puede en el mar traidor; Do quierse cumple tu voluntad: ¡Sea la paz! ¡Sea la paz! Mi voz resuena la inmensidad: ¡Sea la paz!
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – En mi aflicción, oh Maestro, te busco con ansiedad; De mi alma en el seno insondable se libra cruel tempestad. Pasa el pecado a torrentes sobre mi frágil ser, Y perezco, perezco, Maestro, ¡Oh, quiéreme socorrer!
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – CORO: Los vientos, las ondas oirán tu voz: ¡Sea la paz! Calmo las iras del fiero mar, las luchas del alma las hago cesar, Y así la barquilla do va el Señor, Hundirse no puede en el mar traidor; Do quierse cumple tu voluntad: ¡Sea la paz! ¡Sea la paz! Mi voz resuena la inmensidad: ¡Sea la paz!
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – Cesa el terror, oh Maestro, los vientos seamainan ya; Y sobre el cristal de las aguas el sol resplandecerá. Oh Redentor, sé conmigo, no me abandones más; Y feliz llegaré pronto al puerto, do tú me recibirás.
Maestro, Ruge la Tempestad #103 CC; #147 CE – CORO: Los vientos, las ondas oirán tu voz: ¡Sea la paz! Calmo las iras del fiero mar, las luchas del alma las hago cesar, Y así la barquilla do va el Señor, Hundirse no puede en el mar traidor; Do quierse cumple tu voluntad: ¡Sea la paz! ¡Sea la paz! Mi voz resuena la inmensidad: ¡Sea la paz!