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La catequesis en el contexto de la nueva Evangelización y en el marco del Año de la Fe Una aproximación a la luz de la Encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco. Debemos tener presente que: Al inicio del tercer milenio somos invitados a caminar en la presencia de Dios,
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La catequesis en el contexto de la nueva Evangelización y en el marco del Año de la FeUna aproximación a la luz de la Encíclica Lumen Fidei del Papa Francisco
Debemos tener presente que: • Al inicio del tercer milenio somos invitados a caminar en la presencia de Dios, • Ante el desafío de la nueva evangelización debemos confesar a Cristo muerto y resucitado • En medio del mundo, edificar la Iglesia, como casa y escuela de oración y comunión. Esto lo hacemos • Con ocasión del día del catequista (vinculado a la memoria de San Pío X (21 de agosto) • Durante el año de la fe, convocado por Benedicto XVI y continuado por el papa Francisco.
Además, queremos: • Alabar al Señor por la vocación recibida y el ministerio catequístico encomendado por la Iglesia Hacemos memoria de algunos hechos recientes: • El Concilio Vaticano II: convocado e inaugurado por Juan XXIII, continuado y clausurado por Pablo VI
El Congreso Catequístico Nacional (CCN) realizado en Morón en mayo de 2012 • El Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización, realizado en octubre de 2012. • El traslado de la Catequesis al Pontificio Consejo para la promoción de la nueva evangelización realizado por Benedicto XVI al inicio de este año.
La elección de Francisco y su participación en la Jornada Mundial de la Juventud.
El anuncio de la canonización de Juan XXIII y Juan Pablo II. • Juan Pablo: • Catechesi Tradendae (1979) • Catecismo de la Iglesia Católica (1992) • Directorio General de Catequesis (1997). • La primera del papa Francisco: Luz de la fe (LF): un regalo providencial.
La LF está dividida en • cuatro capítulos • una introducción • una conclusión • Se suma a las encíclicas Benedicto XVI sobre la caridad y la esperanza.
Mirada panorámica Introducción • las sospechas en contra de la fe • si la fe ya no sirve • si la fe es un impedimento • si la fe frena el pensamiento • si es un factor de oscuridad • la respuesta viene a lo largo de toda la encíclica. • "Quien cree ve", escribe el papa, porque la luz de la fe viene de Dios y es capaz de iluminar toda la existencia del hombre; la fe es un don de Dios que debe ser alimentado y fortalecido.
Capítulo I: “Hemos creído en el amor” (1 Jn 4,16) • Abraham • Moisés e Israel • Un continuo pasaje de la “tentación de la incredulidad” y la adoración de los ídolos, “obras de las manos del hombre”, a la confesión “de los beneficios de Dios y al cumplimiento progresivo de sus promesas. Se llega así a la historia de Jesús, compendio de la salvación. • Con Jesús podemos decir definitivamente que “hemos conocido y creído al amor que Dios tiene por nosotros”, porque Él es “la manifestación plena de la fiabilidad de Dios”. También en cuanto resucitado Cristo es "testigo fiable", es decir "digno de fe”, a través del cual Dios actúa realmente en la historia y determina el destino final.
La fe • "escucha" de la Palabra de Dios, "llamada" a salir del aislamiento del propio yo, para abrirse a una nueva vida y "promesa" del futuro, que hace posible la continuidad de nuestro camino en el tiempo, uniéndose así fuertemente a la esperanza. • "la participación en su modo de ver": no sólo mira a Jesús, sino que también ve desde el punto de vista de Jesús, con sus ojos. • Como en la vida diaria, confiamos en "la gente que sabe las cosas mejor que nosotros" - el arquitecto, el farmacéutico, el abogado - también en la fe necesitamos a alguien que sea fiable y experto en "las cosas de Dios" y Jesús es "aquel que nos explica a Dios." • Por esta razón, • creemos a Jesús cuando aceptamos su Palabra, • y creemos en Jesús cuando lo acogemos en nuestras vidas y nos confiamos a él.
Además, • "la existencia creyente se convierte en existencia eclesial", porque la fe se confiesa dentro del cuerpo de la Iglesia • nace de la escucha y está destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio.
¿Cómo se llega a esta síntesis entre el oír y el ver? Lo hace posible la persona concreta de Jesús, que se puede ver y oír. Con su encarnación, con su venida entre nosotros, Jesús nos ha tocado y, a través de los sacramentos, también hoy nos toca; de este modo, transformando nuestro corazón, nos ha permitido y nos sigue permitiendo reconocerlo y confesarlo como Hijo de Dios.
Nos aproximarnos a la fe como audición y visión con dos imágenes de la vida de San Agustín, una de ellas tomada por el papa (LF 33):
Capítulo II: “Si no creen, no comprenderán” (Is. 07, 09): • Habla sobre la estrecha relación entre fe y verdad. • “Sin la verdad, la fe no salva… permanece una hermosa fábula… o se reduce a un bello sentimiento”. • La fe nos ayuda por tanto a alcanzar en profundidad los fundamentos de la realidad.
Capítulo III: “Transmito lo que he recibido” (1 Co 15,3) “Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz. La palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer” (Nº 37).
El Papa recuerda: • Después de la confesión de la fe: • Los Sacramentos, • La oración del Padre Nuestro • y el Decálogo (entendido como "un conjunto de indicaciones concretas" para entrar en diálogo con Dios, "dejándose abrazar por su misericordia", "camino de la gratitud" hacia la plenitud de la comunión con Dios). • Que la fe es “una”, • Sea por la unidad del Dios conocido y confesado… • Sea porque se dirige al único Señor… • Sea porque es compartida por toda la Iglesia…
Dado que la fe es una sola, debe ser confesada en toda su pureza e integridad. … es importante vigilar para que se transmita todo el depósito de la fe (cf. 1 Tm 6,20), para que se insista oportunamente en todos los aspectos de la confesión de fe. En efecto, puesto que la unidad de la fe es la unidad de la Iglesia, quitar algo a la fe es quitar algo a la verdad de la comunión.
Capítulo IV: “Dios prepara una ciudad para ellos” (Hb 11,16) La Fe: • Se presenta como una edificación, como la preparación de un lugar en el que el hombre pueda convivir con los demás. • Ilumina también las relaciones humanas, porque nace del amor y sigue la dinámica del amor de Dios. • No aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo. • Nos enseña que cada hombre es una bendición para mí, que la luz del rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano. • Nos hace respetar más la naturaleza, … morada que nos ha confiado para cultivarla y salvaguardarla. • No solo sirve para construir la ciudad eterna, sino que ayuda para edificar nuestra sociedad. Desde este punto de vista, la fe es un bien común.
Conclusión • María: ícono perfecto de la fe: Bienaventurada la que ha creído (Lc 1,45). • Contempla a María, aquella que ha escuchado la Palabra y la ha conservado en su corazón, la que ha seguido a Jesús y se ha dejado transformar.
Retomamos algunos “ideales” e intentamos revisar nuestro ministerio catequístico. • Francisco: “Quien se ha abierto al amor de Dios, ha escuchado su voz y ha recibido su luz, no puede retener este don para sí. La fe, puesto que es escucha y visión, se transmite también como palabra y luz. La palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer” (Nº 37).
Benedicto: “no se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y con ello una orientación decisiva”.
Francisco: “El encuentro con Cristo, el dejarse aferrar y guiar por su amor, amplía el horizonte de la existencia, le da una esperanza sólida que no defrauda. La fe no es un refugio para gente pusilánime, sino que ensancha la vida. Hace descubrir una gran llamada, la vocación al amor, y asegura que este amor es digno de fe, que vale la pena ponerse en sus manos, porque está fundado en la fidelidad de Dios, más fuerte que todas nuestras debilidades”. (Nº 53)
El catequista: • Es un testigo del Resucitado, fruto del encuentro personal con él (III CCN: Prop. 17 y 20): • “ha escuchado su voz y ha recibido su luz”. • Pero “no puede retener este don para sí” sino que “la palabra recibida se convierte en respuesta, confesión y, de este modo, resuena para los otros, invitándolos a creer”.
Entonces, • el catequista anuncia la persona de Cristo • y enseña su “programa de vida”, • es decir comunica la buena noticia (kerigma) y profundiza en el contenido de la misma (catequesis). De hecho, como enseña el papa Juan Pablo II “la peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del Evangelio que ha suscitado la conversión, persigue el doble objetivo de hacer madurar la fe inicial y de educar al verdadero discípulo por medio de un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo” (CT 19). <DGC: catequesis cristocéntrica-trinitaria>
El Sínodo de los obispos del 2012 afirma que: • “Tiene que haber continuidad entre el primer anuncio y la catequesis que nos instruye en el depósito de la fe”. … (Prop. 9).
Francisco recuerda que • la fe es ‘una’ y, dado que la fe es una sola, debe ser confesada en toda su pureza e integridad.
En este sentido, es conveniente recordar que • “Gracias a la catequesis, el kerygma evangélico… se profundiza poco a poco, … explicado mediante un discurso que va dirigido también a la razón, orientado hacia la práctica cristiana en la Iglesia y en el mundo… (CT 25).
Al recordar estas enseñanzas del beato Juan Pablo II, hay que subrayar algunas características de la catequesis: • Debe ser una enseñanza sistemática, no improvisada, siguiendo un programa que le permita llegar a un fin preciso; • Unaenseñanza elemental que no pretenda abordar todas las cuestiones disputadas ni transformarse en investigación teológica o en exégesis científica; • Una enseñanza, no obstante, bastante completa, que no se detenga en el primer anuncio del misterio cristiano, cual lo tenemos en el kerigma; • Una iniciación cristiana integral, abierta a todas las esferas de la vida cristiana” (CT 22).
Por su misma naturaleza, la fe se da siempre dentro de la comunión de la Iglesia. • El CCN recuerda que el Misterio de la Trinidad es el fundamento de la comunidad… (Prop. 23). • Además, asume la comunidad de la iglesia naciente como paradigma de toda comunidad. En consecuencia, la comunidad es el origen, lugar y meta de la catequesis (DGC 254 y Prop. 26) • Por eso estamos llamados a renovarnos en la espiritualidad de comunión (NMI 43, DA 371 y Prop. 40).
Igualmente, se recuerda que la Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción, por la fuerza del amor (DA 159 y Prop. 33) y que “…la fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión”… (DA 156 y Prop. 35). • Por esto el CCN propone conformar una auténtica “comunidad de catequistas” en cada parroquia evitando el individualismo y favoreciendo el trabajo en equipo. (Prop. 7). • De ahí que se percibe que una comunidad orante, fraterna y misionera es el lugar de una catequesis nueva. Se está, entonces, ante una certeza: una de las metas de la catequesis es la construcción de la comunidad.
En relación con la vida comunitaria: • Importancia de la parroquia: “sigue siendo la principal presencia de la Iglesia en los barrios, el lugar y el instrumento de la vida cristiana, que es capaz de ofrecer oportunidades para el diálogo entre los hombres, para escuchar y anunciar la Palabra de Dios, para la catequesis orgánica, para la formación en la caridad, de la oración, la adoración y alegres celebraciones eucarísticas. … (Prop. 26). • Importancia de la familia: “a los padres corresponde, según una sentencia de san Agustín, no sólo engendrar a los hijos, sino también llevarlos a Dios, para que sean regenerados como hijos de Dios por el bautismo y reciban el don de la fe. Junto a la vida, les dan así la orientación fundamental de la existencia y la seguridad de un futuro de bien…”.
Ciertamente, “la familia es un valor apreciado por nuestro pueblo. No obstante, el CCN constata la crisis de la institución familiar e invita a promover la CAFA en todo el país (Prop. 4). • En relación a este tema, el Sínodo afirma que: “la Iglesia entera debe dedicarse a apoyar a las familias en la catequesis de niños y jóvenes. En muchos casos, los abuelos tendrán un papel muy importante. La Iglesia, con atención materna y espíritu evangélico debe buscar las respuestas adecuadas para <las diversas> situaciones, como aspecto importante de la nueva evangelización”. (Prop. 48). • No se trata aquí el tema de la catequesis en la escuela.
En el contexto de la nueva evangelización: • Se debería abordar el tema de la catequesis de iniciación cristiana. • Lo ha tratado el CCN. Aún se espera el trabajo síntesis del mismo. • La Comisión Episcopal de Catequesis ha publicado el documento LORCIC que aún debemos estudiar… Permanece como una deuda… • Para recordar: • Celso Morga (enviado de la Santa Sede al CCN III) afirmó que “hay razones para plantearse seriamente una actividad catequética permanente, continua, en la vida de los fieles, que podríamos denominar “Educación permanente de la fe” o “Catequesis permanente” (ICP), a condición que no se relativice el carácter prioritario, fundante, estructurante y específico de la catequesis en cuanto iniciación básica”.
El CCN: • propone recuperar el catecumenado • constata la existencia de la tendencia a una catequesis escolarizada sin tiempos litúrgicos ni centrada en la Eucaristía dominical… • propone un itinerario catequístico acompañado por los tiempos litúrgicos. (Prop. 21.37).
Disposiciones –aún vigentes- de Mons. Maulión • Garantiza el re-ordenamiento de los sacramentos • Afirma que la Eucaristía dominical es parte integrante de la catequesis. “El sentido del domingo debe ser recuperado para la Nueva Evangelización, según la enseñanza Beato Juan Pablo II” … con la Misa dominical como el centro de la vida católica. ... El año litúrgico con sus fiestas debe ser seguido por un verdadero programa de evangelización…”. (Prop. 34).
Orientaciones pastorales de la CEA para el trienio 2012 – 2014: • “La acción evangelizadora, la iniciación a la vida de la fe y la perseverancia en ella están acompañadas por una acción educativa que debe desarrollar la Iglesia y que se concreta en la catequesis, sea de iniciación o permanente. Por tal motivo debemos seguir siendo creativos para que la catequesis se adecue a los desafíos propios del tiempo que vivimos y a los requerimientos de la nueva evangelización. (23).
Destacamos en este aspecto el lugar preminente que debe tener, en esta tarea la Palabra de Dios ofrecida como alimento y sustento para todos los “discípulos de Jesús.” • “En particular las parroquias han de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana y la inserción comunitaria en la Iglesia. Para ello es necesario actualizar o renovar la modalidad catequística desarrollada de acuerdo a los nuevos desafíos. La vivencia eclesial de la fe necesita de una comunidad viva que sea fuente de comunión misionera”. (24)
Para confirmar esta prioridad que la Iglesia en Argentina quiere dar a la iniciación cristiana, la CEA ha resuelto también la realización de un Catecismo Argentino en plena conformidad con el Catecismo de la Iglesia Católica, que sirva de referencia para la transmisión de los contenidos de la fe en nuestra Catequesis. (26).
Sínodo de los obispos afirma que: • “la catequesis adecuada es fundamental para la Nueva Evangelización. El Sínodo llama la atención sobre el servicio indispensable que los catequistas ofrecen a las comunidades eclesiales y expresa su profunda gratitud por su dedicación. Todos los catequistas, que a su vez son evangelizadores, tienen que estar bien preparados. Todo esfuerzo debe hacerse dentro de las posibilidades de la situación local para proveer a la formación de los catequistas con carácter eclesial fuerte, y que sea a su vez espiritual, doctrinal, bíblica y pedagógica. El testimonio personal de la fe en sí es una poderosa forma de catequesis. El “Catecismo de la Iglesia Católica” y su Compendio son, ante todo, un recurso para la enseñanza de la fe y el apoyo a los adultos de la Iglesia en su misión evangelizadora y la catequesis. (Prop. 29).
Conclusiones • Actitudes señaladas en las Orientaciones • Alegría • Entusiasmo • Cercanía • Francisco en su primera homilía ha indicado tres palabras que son un programa de vida: • Caminar • Confesar • edificar.
Podría ser, entonces: • Caminar con alegría • Confesar con entusiasmo <y constancia> • Edificar mediante la cercanía: • de Dios hacia nosotros – de nosotros hacia Él, • entre nosotros…
Con la celebración del día del catequista queremos • Agradecer el don divino de la vocación de los catequistas y pedir al Señor su renovada bendición para que todos los catequistas • Puedan vivir con alegría y entusiasmo este ministerio, • Puedan crecer en esta doble cercanía: al Señor (buscado y encontrado en la oración y en la práctica asidua de los sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía) y la cercanía a sus catequizandos y a sus familias en un marco comunitario y con una gran apertura misionera.
Junto al ya conocido “caminar, confesar y edificar” … consignas de Francisco a los jóvenes en Río de Janeiro: son un programa de vida discipular y misionera • no sólo para ellos • sino para todos. En consecuencia: • “Vayan”, “sin miedo”, “a servir”!!! • Vayan … es hora de caminar … en la presencia de Dios… • Sin miedo, es decir con confianza en el Señor. • Edifiquemos… • A servir: al Señor y a nuestro prójimo…
Como testigos lo anunciamos: con palabras y obras: nuestra confesión de fe se hace alabanza… canto agradecido por el don recibido y ocasión para renovar nuestro compromiso con la tarea catequística.
Feliz día del catequista para todos!!! Gracias!!! Abundantes bendiciones del Señor para cada uno y para las comunidades!!! Que la María y José, los catequistas de Jesús, los cuiden!!!