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PENA CAPITAL. Pros y contras. Pena capital: Pros y contras. A continuación enumeramos los principales argumentos a favor y en contra del uso de la pena capital hoy, y presentamos una breve evaluación de cada uno.
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PENA CAPITAL Pros y contras
Pena capital: Pros y contras A continuación enumeramos los principales argumentos a favor y en contra del uso de la pena capital hoy, y presentamos una breve evaluación de cada uno. Primero consideraremos los argumentos bíblicos y morales, y luego los argumentos basados en la utilidad social.
Argumentos bíblicos y morales a favor de la pena de muerte 1. La Biblia aprueba la pena capital. Evaluación Jehová prohibió que Caín, el primer asesino, fuera ejecutado (Gn. 4:15). Sin embargo, cuando la tierra se llenó de maldad y violencia, él castigó a sus habitantes con muerte masiva mediante el diluvio (Gn. 6:5, 11-13). Para los sobrevivientes y toda la humanidad que descendería de ellos instituyó la pena capital por el homicidio (Gn. 9:6).
Siglos después, en la ley para Israel, extendió la pena a una variedad de delitos (Éxodo 20-23; Levítico 17-26; Deuteronomio 12-26). El Nuevo Testamento dice poco sobre el tema, pero el apóstol Pablo afirma la autoridad aun del gobierno pagano e imperialista de Roma de castigar con la espada al que hace lo malo (Ro. 13:4). Lo que es más, declaró ante el gobernador Festo su disposición a sufrir la pena capital él mismo si, como se le acusaba, había hecho algún agravio o cosa alguna digna de muerte (Hch. 25:11). En fin, desde Génesis 9 en adelante la Biblia apoya y, con frecuencia, exige la pena capital por ciertos delitos.
Argumentos bíblicos y morales a favor de la pena de muerte 2. La pena capital es un castigo justo por ciertos delitos. Evaluación Es el argumento más importante a favor de la pena de muerte. Si esta pena no es justa, se debe abolir, no importa qué beneficios pudiera traer a la sociedad. Si es justa, se debe aplicar, a menos que haya factores de mucho peso en su contra.
La razón principal por la cual la Biblia apoya la pena capital es que es el único castigo equitativo por ciertos delitos. Por cierto, no todo aquello que era ofensa capital en la antigua teocracia de Israel se consideraría merecedor de la misma pena en nuestra sociedad pluralista. Sin embargo, todavía impresiona la justicia simétrica de pasajes como Génesis 9:6 (“El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada”) y Éxodo 21:23 (“Si hubiere muerte, entonces pagarás vida por vida”). Para el asesinato no hay otro castigo que satisfaga las demandas de la justicia: “No tomaréis precio por la vida del homicida, porque está condenado a muerte; indefectiblemente morirá” (Nm. 35:31).
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 1. El mandamiento “No matarás” prohíbe la pena capital. Evaluación El argumento se basa en una interpretación equivocada del mandamiento. La prohibición “no matarás” (Éx. 20:13) es parte de la introducción de la Ley de Moisés. Esta misma Ley, desde el capítulo siguiente, exige la pena capital por una variedad de delitos (ver Éx. 21:12-17, 23, 29). El verbo hebreo traducido “matarás” en Éxodo 20:13 es ratsaj; significa más exactamente “cometerás homicidio”. De manera que el contexto y el verbo hebreo demuestran que lo que el mandamiento prohíbe no es la pena capital, sino el homicidio.
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 2. La regla de amor enseñada por Jesús excluye la pena capital. Cuando matamos al delincuente no lo amamos, es decir, no buscamos su mayor bien. Evaluación Aplicado de manera general, este argumento podría significar no imponerle al delincuente castigo alguno, pues Jesús nos exhortó no solo a amar hasta a nuestros enemigos (Mt. 5:44), sino a perdonar hasta setenta veces siete (Mt. 18:21-22). Sin embargo, no dirigió estas enseñanzas al Estado, sino a personas ofendidas.
A los individuos nos toca perdonar y amar a los que nos hacen mal. Sin embargo, la responsabilidad del gobierno hacia los malhechores no es la de perdonarlos, sino de castigarlos (1 P. 2:14). El principio directriz del Estado no debe ser la misericordia para ciertos criminales, sino la justicia para todos los ciudadanos. El gobierno que no castiga a los criminales agravia a sus demás ciudadanos y así puede provocarlos a linchamientos y represalias violentas.
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 3. Sólo Dios tiene el derecho de quitar la vida. Evaluación Estrictamente hablando, nadie tiene derecho alguno, salvo Dios. Sin embargo, él nos ha otorgado ciertos derechos y nos ha delegado ciertas responsabilidades. Una de estas es la de “derramar la sangre” de los homicidas (Gn. 9:7).
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 4. La vida humana es sagrada. Por lo tanto, no debemos quitársela a nadie. Evaluación Es precisamente por el carácter sagrado de la vida humana que Génesis 9:6 exige la pena capital para el homicida: “...porque a imagen de Dios es hecho el hombre”. Según la Biblia, lo que es inviolable es la sangre inocente. Quien la derrama debe morir (Dt. 19:10-13).
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 5. La pena de muerte cae desproporcionalmente sobre los pobres. Como no podemos administrarla equitativamente, no debemos aplicarla. Evaluación La legislación mosaica recalca que la administración de la justicia debe ser equitativa para con todos, sin distingo alguno (Éx. 23:2-3, 6, 9; Lv. 19:15; Dt. 16:19-20). Es una tragedia, entonces, que el sistema penal resulte discriminatorio. Sin embargo, la solución no es eliminar la pena capital (en tal caso, tendríamos que eliminar todo castigo), sino trabajar para que su peso caiga por igual sobre ricos y pobres que la merezcan.
Argumentos bíblicos y morales en contra de la pena de muerte 6. Al aplicar la pena de muerte corremos el riesgo de matar a personas inocentes. Evaluación Es un argumento de mucho peso. Sea por error en la evaluación de la evidencia, o por corrupción y abuso del poder, a lo largo de la historia personas inocentes han sido ejecutadas. Donde este peligro sea significativo, no se debe aplicar la pena máxima (Éx. 23:7).
Sin embargo, esta no es una solución permanente. Más bien, se debe reformar el sistema para eliminar la corrupción y reducir a un mínimo la posibilidad de error. Según la Ley de Moisés, la pena de muerte no se debía aplicar por evidencias circunstanciales, sino solo por la declaración de un mínimo de dos testigos oculares (Nm. 35:30; Dt. 17:6). Para evitar falsos testigos maliciosos, se legislaba para ellos el castigo que le hubiera correspondido al acusado (Dt. 19:16-21) y se exigía que los testigos tiraran las primeras piedras para ejecutar al condenado (Dt. 17:7). La Ley Mosaica también prohibía la corrupción judicial (Éx. 23:8; Dt. 16:19). Sin embargo, hubo casos de “asesinatos judiciales” en el pueblo israelita tanto en el Antiguo Testamento (1 Rey. 21:1-16) como en el Nuevo (Stg. 5:6).
El error fatal en unos pocos casos, aunque trágico y deplorable, no es suficiente razón para no intentar hacer justicia en los demás casos a través de la última pena. Así, la Ley de Moisés, aunque reconocía el peligro, de todas formas exigía la pena capital. Pablo sabía que Jesús, Esteban y Jacobo habían sido ejecutados injustamente (Hch. 7:57-60; 12:1-2), pero sostenía que el gobierno tenía el derecho de castigar con la espada (Ro. 13:4). De manera semejante, reconocemos que el trágico error fatal en unos pocos casos no es suficiente razón para suprimir los medios de transporte moderno o la construcción de edificios altos Hay que tomar en cuenta, además, que al no aplicar la pena de muerte, también corremos el riesgo de ser responsables en alguna medida de la muerte de personas inocentes. El asesino puede volver a cometer el mismo delito, sea adentro o afuera de la prisión.
Argumentos de utilidad social a favor de la pena de muerte 1. La pena capital inspira suficiente temor en el pueblo para frenar la delincuencia. Evaluación La evidencia estadística es inconclusa. Algunos estudios indican que la tasa de criminalidad ha bajado cuando se ha aplicado la pena de muerte, y que ha aumentado cuando dicha pena ha sido abolida o ha caído en desuso. Otros estudios han hallado lo contrario: que en los países que han suprimido la pena capital no se acusa ningún aumento de los delitos castigados con ella, y que en los países que mantienen la pena capital no hay indicios de una mengua en dichos delitos.
En realidad, son tantos los factores que inciden en la tasa de criminalidad y la pena capital se aplica con tan poca frecuencia hoy día, que no es posible evaluar científicamente el efecto disuasivo de ella. Según la evidencia testimonial, el temor de la pena máxima ha detenido a algunos asaltantes de matar a sus víctimas, y otros sí los han matado en parte porque no había pena capital. La Biblia espera que dicho castigo frene ciertas clases de delitos en Israel (Dt. 13:10-11; 17:12-13; 19:19-20; Dt. 21:21), pero es posible que su efecto disuasivo sea menor en las sociedades despersonalizadas de hoy.
Argumentos de utilidad social a favor de la pena de muerte 2. La pena de muerte protege a la sociedad, al eliminar de su seno criminales peligrosos. Evaluación En este sentido, la pena máxima protege no solo a la sociedad en general, sino especialmente, y en mayor grado, a los reclusos que están encerrados con los criminales peligrosos en la prisión. Muchos reclusos no son violentos, y no merecen la amenaza constante de compañeros asesinos.
Argumentos de utilidad social en contra de la pena de muerte 1. Se pierde toda oportunidad de reformar al delincuente si se le mata. Evaluación Es un argumento importante. Por otro lado, frente a la muerte, algunos asesinos se han arrepentido para prepararse a encontrar a Dios. La última pena puede motivar al homicida a una reforma que lleve fruto no solo en esta vida, sino también en la de ultratumba.
Argumentos de utilidad social en contra de la pena de muerte 2. La pena de muerte puede ser contraproducente para la administración de justicia, pues, cuando esa pena es aplicable, algunos jueces y jurados prefieren declarar inocentes a los acusados por compasión o por temor a posibles venganzas. Evaluación Ha de haber algo de verdad en este argumento, aunque ayudaría saber si ha habido una investigación científica al respecto. En un proceso jurídico debe haber más opciones que solo declarar inocente al acusado o sentenciarlo a la muerte. Por otra parte, el temor a las venganzas es un problema que influye no solo en los casos capitales.
Conclusiones La justicia exige la pena de muerte por ciertos delitos, pero dicho castigo se debe aplicar sólo cuando la evidencia es absolutamente contundente, y siempre dentro del marco de un sistema judicial limpio y equitativo.