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ANÁLISIS DE EJEMPLOS LITERATURA CONTEMPORÁNEA. ARTE POÉTICA Que el verso sea como una llave Que abra mil puertas. Una hoja cae; algo pasa volando; Cuanto miren los ojos creado sea, Y el alma del oyente quede temblando.
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ANÁLISIS DE EJEMPLOS LITERATURA CONTEMPORÁNEA
ARTE POÉTICA Que el verso sea como una llaveQue abra mil puertas.Una hoja cae; algo pasa volando;Cuanto miren los ojos creado sea,Y el alma del oyente quede temblando. Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;El adjetivo, cuando no da vida, mata. Estamos en el ciclo de los nervios.El músculo cuelga,Como recuerdo, en los museos;Mas no por eso tenemos menos fuerza:El vigor verdaderoReside en la cabeza. Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!Hacedla florecer en el poema ;Sólo para nosotrosViven todas las cosas bajo el Sol. El Poeta es un pequeño Dios. De El espejo de Agua, 1916
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarías con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán…
Los motivos míticos se vinculan, en Hispanoamérica, al realismo mágico. El mundo representado por el realismo mágico incorpora los mitos y creencias arraigadas en la conciencia hispanoamericana y emprende una búsqueda literaria de nuestra identidad, a través de motivos como la fundación del mundo – Cien Años de Soledad - y la búsqueda del origen – Los Pasos Perdidos- entre otros
Julio Cortázar: Cortísimo metraje Automovilista en vacaciones recorre las montañas del centro de Francia, se aburre lejos de la ciudad y de la vida nocturna. Muchacha le hace le gesto usual del auto stop, tímidamente pregunta si dirección Beaune o Tournus. En la carretera unas palabras, hermoso perfil moreno que pocas veces pleno rostro, lacónicamente a las preguntas del que ahora, mirando los muslos desnudos contra el asiento rojo. Al término de un viraje el auto sale de la carretera y se pierde en lo más espeso. De reojo sintiendo cómo cruza las manos sobre la minifalda mientras el terror poco a poco. Bajo los árboles una profunda gruta vegetal donde se podrá, salta del auto, la otra portezuela y brutalmente por los hombros. La muchacha lo mira como si no, se deja bajar del auto sabiendo que en la soledad del bosque. Cuando la mano por la cintura para arrastrarla entre los árboles, pistola del bolso y a la sien. Después billetera, verifica bien llena, de paso roba le auto que abandonará algunos kilómetros más lejos sin dejar la menos impresión digital porque en este oficio no hay que descuidarse. Julio Cortázar – Cuentos Brevísimos Latinoamericanos
Creo que, primero, estuve preso; si, así debió empezar aquello, si es que empezó de algún modo. Nada importante, por supuesto: acusación de asalto a una joyería, pero a una joyería que jamás había visto y cuya existencia y situación ignoraba e ignoro aún; y tenia según parece, cómplices, a los que tampoco había visto jamás y cuyos nombres y apodos conocía tanto como ellos conocían los míos; la única que sabía algo era la policía. Muchos días de cárcel, durmiendo en el suelo de cemento, sin una frazada; a consecuencia de ello, pulmonía; finalmente, tos, una tos que brotaba de alguna parte del pulmón herido. Cuando fui dado de alta y puesto en libertad, salvado de la muerte y de la justicia, la ropa, arrugada y manchada de pintura, colgaba de mí como de un clavo. ¿Qué hacer? En verdad, no era mucho lo que podía hacer; a lo sumo, morir; pero no es tan fácil morir. No podía pensar en trabajar -me habría caído de la escalera- y menos podía pensar en robar -el pulmón herido me impedía respirar profundamente. Tampoco era fácil vivir.En ese estado y con esas expectativas, salí a la calle. -Está en libertad. Sol y viento, mar y cielo. “ (Manuel Rojas Hijo de Ladrón)
La situación existencial del narrador protagonista es el desamparo. Está solo, enfermo y carece de recursos. Puede caracterizarse como un marginado social. Es víctima de una injusticia contra la que no se rebela; la asume con una suerte de fatalidad. Su vida parece estar gobernada por circunstancias que escapan a su control y que no comprende plenamente. La única nota de esperanza está dada por la expresión: “Sol y viento, mar y cielo”, con que culmina este fragmento. A pesar de todo está en libertad; el cielo y el mar se abren, amplios, ante él. En el texto se conjugan los motivos sociales y existenciales
“Les legarás las muertes inútiles, los nombres muertos, los nombres de cuantos cayeron muertos para que el nombre de ti viviera; los nombres de los hombres despojados para que el nombre de ti poseyera (...). Legarás este país (...) la conciencia adormecida por los discursos falsos de hombres mediocres; legarás una clase descastada, un poder sin grandeza; una ambición enana (...) Les legarás sus líderes ladrones, sus sindicatos sometidos, sus nuevos latifundios, sus inversiones americanas, sus acaparadores y su gran prensa (...) sus diputados serviles, sus conmemoraciones, sus pulgas y sus tortillas agusanadas, sus indios iletrados, sus hombres gordos armados de aqualung y acciones, sus hombres flacos armados de uñas; tengan su México: tengan su herencia.” (Carlos Fuentes – La muerte de Artemio Cruz)
El fragmento contiene una fuerte crítica social. El narrador, en segunda persona, como conciencia lúcida del personaje, antiguo líder de la revolución mexicana, le enrostra o más bien, este se enrostra a sí mismo, desdoblándose en un tú, la degradación moral de los ex revolucionarios que han profitado de su triunfo, traicionando los ideales y generado una sociedad injusta y corrupta.
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.Pero no pensé cumplir mi promesa. Hasta que ahora pronto comencé a llenarme de sueños, a darle vuelo a las ilusiones. Y de este modo se me fue formando un mundo alrededor de la esperanza que era aquel señor llamado Pedro Páramo, el marido de mi madre. Por eso vine a Comala.
En este fragmento se evidencia el motivo de “la búsqueda del origen” simbolizado por la búsqueda del padre, que representa el arraigo, las raíces, Saber de dónde se viene es empezar a saber quién se es. La identidad constituye una problemática transversal a la literatura latinoamericana. Por nuestra condición mestiza, esta identidad se ha buscado a menudo en las etnias indígenas originales.
1) Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades".2) "(…) ya existía un precedente tremendo. Una tía de Ursula, casada con un Tío de José Arcadio Buendía, tuvo un hijo que pasó toda la vida con unos pantalones englobados y flojos, y que murió después de haber vivido cuarenta y dos años en el puro estado de la virginidad, porque nació y creció con una cola cartilaginosa en forma de tirabuzón y con una escobilla de pelos en la punta".
Estos dos fragmentos, seleccionados de distintas instancias del relato en Cien Años de Soledad, ilustran el mundo representado por las novelas adscritas al realismo mágico.1) En la primera cita se relata como “fabuloso” un hecho fundado en la realidad fáctica: la atracción que ejercen los imanes sobre los objetos de metal. Sin embargo, el carácter hiperbólico – exagerado- con que se presenta este hecho y la declaración explícita del narrado de que se trata de “fierros mágicos” le confiere un carácter maravilloso. Es un rasgo propio del realismo mágico que lo cotidiano adquiera dimensiones fabulosas y lo fantástico se presente como cotidiano. 2) En el segundo segmento, se expresa el temor de José Arcadio y Úrsula de tener un hijo con cola de cerdo, deformidad que materializa en la obra, el mito popular de que los hijos de parientes nacen deformes y que, de hecho, se cumple varias generaciones más tarde en el último descendiente de la estirpe de los Buendía. Los mitos y creencias populares tienen el mismo estatus de realidad que lo que usualmente consideramos real.
Otro rasgo característico de la narrativa del siglo XX es la interiorización del contenido narrativo, esto es, el mundo representado está conformado básicamente por el contenido de la conciencia del personaje. El mundo exterior se percibe desde su conciencia, en la medida en que los eventos que allí ocurren son procesados por esta.
El hecho de lanzarse bajo las ruedas de un vehículo requiere una especie de inconsciencia. Cerraré los ojos y trataré de no pensar durante un segundo.Dos manos que me parecen brutales me atraen vigorosamente hacia atrás. Una tromba de viento y de estrépito se escurre delante de mí. Tambaleo y me apoyo contra el pecho del imprudente que ha creído salvarme.Aturdida, levanto la cabeza. Entreveo la cara roja y marchita de un extraño. Luego me aparto violentamente, porque reconozco a mi marido. Hace años que lo miraba sin verlo. ¡Qué viejo lo encuentro de pronto! ¿Es posible que sea yo la compañera de este hombre maduro? Recuerdo, sin embargo que éramos de la misma edad cuando nos casamos.Me asalta la visión de mi cuerpo desnudo y extendido sobre una mesa en la Morgue. Carnes mustias y pegadas a un estrecho esqueleto, un vientre sumido entre las caderas…El suicidio de una mujer casi vieja, ¡qué cosa repugnante e inútil! ¿Mi vida no es acaso ya el comienzo de la muerte? Morir para rehuir; ¿qué nuevas decepciones?, ¿qué nuevos dolores? Hace algunos años hubiera sido, tal vez, razonable destruir, en un solo impulso de rebeldía, todas las fuerzas en mí acumuladas, para no verlas consumirse, inactivas. Pero un destino implacable me ha robado hasta el derecho de buscar la muerte; me ha ido acorralando lentamente, insensiblemente, a una vejez sin fervores, sin recuerdos---; sin pasado.…
Daniel me toma del brazo y echa a andar con la mayor naturalidad. Parece no haber dado ninguna importancia al incidente. Recuerdo la noche de nuestra boda…A su vez, él finge, ahora, una absoluta ignorancia de mi dolor. Tal vez sea mejor, pienso, y lo sigo.Lo sigo para llevar a cabo una infinidad de pequeños menesteres; para cumplir con una infinidad de frivolidades amenas; para llorar por costumbre y sonreír por deber. Lo sigo para vivir correctamente, para morir correctamente algún día.Alrededor de nosotros, la niebla presta a las cosas un carácter de inmovilidad definitiva.(María Luisa Bombal – La última niebla)
El fragmento que se reproduce corresponde al momento final de la novela. La focalización es interna. El relato sigue la evolución del pensamiento de la narradora protagonista. Existe una proximidad temporal entre el discurso interior y lo que ocurre en el mundo exterior, que se manifiesta en los verbos en presente. A partir de la experiencia inmediata que está viviendo la mujer , se desencadena la reflexión interior sobre su situación existencial: la percepción de su marido como un ser ajeno, la incomunicación; un vida sin propósito ni sentido, al punto que incluso el suicidio parece inútil ; la acomodación resignada a una convención social vacía, hecha de actos rutinarios e intrascendentes. El contenido narrativo, entonces, es interior, íntimo y subjetivo.
1) No quiero hablar. Tengo la boca llena de centavos viejos, de ese sabor. Pero abro los ojos un poco y entre las pestañas distingo a las dos mujeres, al médico que huele a cosas asépticas; de sus manos sudorosas que ahora palpan debajo de la camisa mi pecho, asciende un pasmo de alcohol ventilado. Trato de retirar esa mano. 2) Quisieras recordar otras cosas, pero sobre todo quisieras olvidar el estado en que te encuentras. Te disculparás. No te encuentras. Te encontrarás. Te traerán desmayado a tu casa; te desplomarás en tu oficina: vendrá el doctor y dirá que habrá que esperar algunas horas para dar el diagnóstico. 3) El vio pasar el domo naranja y las columnas blancas, gordas, del Palacio de Bellas Artes, pero miró hacia arriba, donde los cables se unían, separaban, corrían – no ellos, él con la cabeza recostada sobre la lana gris del asiento (…) y esa corte de vendedores de billetes y limpiabotas y mujeres enrebozadas y niños con el labio superior embarrado de moco lo rodearon hasta que pasó las puertas giratorias. “La Hojarasca” de Gabriel García Márquez
Los tres segmentos se refieren a los momentos cercanos a la muerte del protagonista. La presencia de tres narradores permite relatar la historia desde distintas perspectivas. El primero está a cargo de un narrador en primera persona, intradiegético y se mueve principalmente en el plano sensorial; sabores, olores, imágenes y sensaciones táctiles que este experimenta en su lecho de muerte. En la selección 2, el narrador está en segunda persona y se dirige al protagonista en tono admonitorio. Vale la pena destacar que aquí los hechos se disponen en un orden inverso al tiempo cronológico. En el último párrafo, se presenta un narrador en tercera persona, extradiegético, que relata la llegada del personaje a su oficina, la mañana del día en que cae enfermo. Se presenta un mundo cotidiano. A diferencia de los fragmentos anteriores, la focalización es externa; este narrador relata principalmente lo que ve y no accede a la interioridad del personaje.
Tengo que encargarme de ese anuncio después del funeral. ¿Escribí Ballsbridge en el sobre que usé para disimular cuando ella me descubrió escribiéndole a Marta? Espero que no esté tirado en la oficina de cartas sin reclamo. Estaría mejor afeitado. Barba que ya sale gris. Esa es la primera señal cuando los pelos se vuelven grises y viene el malhumor. Hilos de plata entre el gris. Me pregunto cómo tiene el tino de declararse a una muchacha. Vamos, vivamos en el cementerio… Podría emocionarla al principio. Cortejar la muerte... (James Joyce – Ulises)
La selección corresponde al discurso interior de Bloom, mientras asiste a un funeral. En él se puede observar cómo se pasa de una idea a otra, a medida que los pensamientos se van presentando en la conciencia del personaje, como producto de asociaciones subjetivas por medio de las cuales se van derivando unos de otros
1) “Una noche, después de mucho beber y marearse con tufos de tabaco frío, dejados por sus amigos, Marcial tuvo la sensación extraña de que los relojes de la casa daban las cinco, luego las cuatro y media, luego las cuatro, luego las tres y media…Era como la percepción remota de otras posibilidades (…) Fue una impresión fugaz, que no dejó la menor huella en su espíritu, poco llevado, ahora, a la meditación. Y hubo un gran sarao, en el salón de música, el día en que alcanzó la minoría de edad. Estaba alegre, al pensar que su firma había dejado de tener un valor legal. 2) Hambre, sed, frío. Apenas Marcial redujo su percepción a la de esas realidades esenciales, renunció a la luz que ya le era accesoria. Retirado el bautismo, con su sal desagradable, no quiso ya el olfato, ni el oído, ni siquiera la vista. Era un ser totalmente sensible y táctil. El universo le entraba por todos los poros. Entonces, cerró los ojos que solo divisaban gigantes nebulosos y penetró en un cuerpo caliente, húmedo, lleno de tinieblas, que moría. El cuerpo, al sentirlo arrebozado con su propia sustancia, resbaló hacia la vida. (Alejo Carpentier – Viaje a la semilla)
Ambos fragmentos ponen en evidencia que en el mundo representado, en el que habita Marcial, el tiempo transcurre en un orden inverso. En el momento del relato que se reproduce en el primer párrafo, el protagonista se encamina desde la adultez a la adolescencia. En el segundo fragmento, regresa al vientre de su madre, en una involución que, al igual que la muerte, culmina con, el término de la vida, esto es, el dejar de existir, el ya no ser.
“Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clésimo y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sústalos exasperantes.” (Julio Cortázar – Rayuela)
El lenguaje - La narrativa contemporánea emplea todos los registros de habla: culta, familiar y marginal. - La innovación y creación lingüística, la disolución del lenguaje y la exploración de sus posibilidades lúdicas, son fenómenos frecuentes en las obras contemporáneas.
Moulin las palabras y las imágenes se funden formando un sólo elemento. que representa un molino, utiliza distintas tipografías para lograr el objetivo. Huidobro logra reunir estrechamente el plano formal y textual, en un ejercicio ya plenamente vanguardista.
A v eCantasuaveque tu canto encantasobre el campo inertesonesviertey ora-cionesllora.Desdela cruz santael triunfo del sol cantay bajo el palio azul del cielodeshoja tus cantares sobre el suelo.Une tus notas a las de la campanaQue ya se despereza ebria de mañanaEvangelizando la gran quietud aldeana.Es un amanecer en que una honda bondad brillaLa capilla está ante la paz de la montañaComo una limosnera está ante una capilla.Se esparce en el paisaje el aire de una extrañaSantidad, algo bíblico, algo de piel de ovejaAlgo como un rocío lleno de bendicionesCual si el campo rezara una idílica quejaLlena de sus caricias y de sus emociones.La capilla es como una viejita acurrucadaY al pie de la montaña parece un cuento de hada.Junto a ella como una bandada de mendigosSe agrupan y se acercan unos cuantos castaños Que se asoman curiosos por todos los postigosCon la malevolencia de los viejos huraños.Y en el cuadrito lleno de ambiente y de frescuraEn el paisaje agreste con castidad de linoPinta un brochazo negro la sotana del cura.Cuando ya la tarde alarga su sombra sobre el caminoParece que se metiera al fondo de la capillaY la luz de la gran lámpara con su brillo mortecinoPinta en la muralla blanca, como una raya amarilla.Las tablas viejas roncan, crujen, cuando entra el viento oliendo a rosasRezonga triste en un murmullo el ecosanto del rosarioLa oscuridad va amalgamando y confundiendo así las cosasY vuela un “Angelus” lloroso con lentitud del campanario. La capilla aldeanaDe Las pagodas ocultas