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PERFiL E Identidad DEL PROFESOR DE RELIGIÓN

PERFiL E Identidad DEL PROFESOR DE RELIGIÓN. Expositor : MONS. CARLOS PELLEGRIN BARRERA Obispo de Chillán, Presidente Área Educación de la CECh. INTRODUCCIÓN.

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PERFiL E Identidad DEL PROFESOR DE RELIGIÓN

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Presentation Transcript


  1. PERFiL E Identidad DEL PROFESOR DE RELIGIÓN Expositor: MONS. CARLOS PELLEGRIN BARRERA Obispo de Chillán, Presidente Área Educación de la CECh

  2. INTRODUCCIÓN La enseñanza de la religión en los planes y programas de estudio, aporta una dimensión formativa esencial a los niños y jóvenes, y permite la dimensión espiritual que es parte integral a la trascendencia que posee todo ser humano.

  3. La posibilidad de impartir religión en los colegios se ha constituido para nuestra Iglesia en un potencial evangelizador de incalculable valor. De lo anterior se concluye la gran importancia que tiene para la Iglesia la formación de buenos profesores de religión.

  4. La Conferencia Episcopal de Chile siempre ha reconocido, y admirable la esforzada entrega de los profesores de religión, que muchas veces de una forma anónima y silenciosa dedican toda su vida a entregar la Buena Nueva de Jesucristo en la escuela.

  5. Frente a la situación que nos presenta el mundo actual, es imperativo que los profesores de religión sean bien formados en torno a métodos modernos y técnicas de enseñanza pedagógica, impregnada de la experiencia de tantos años y de la novedad que mejora su desempeño.

  6. El pilar fundamental del profesor de religión debe ser su profunda fe, y vivencia personal del Evangelio de Jesucristo, y de las enseñanzas de la Iglesia. Una rica y equilibrada personalidad humana con un proyecto de vida centrado en Cristo, hará posible y creíble el testimonio del profesor de religión.

  7. Como discípulo y misionero de Jesucristo, el profesor de religión está llamado a ser un testigo del Señor entre sus alumnos y en la escuela.

  8. I. El perfil del profesor de Religión Es importante comenzar subrayando la importancia que tiene la escuela católica, que encuentra su identidad y fundamento en Jesucristo. Los criterios y principios de la Buena Nueva de Jesucristo se convierten para el profesor de religión, en las normas educativas, motivaciones interiores y al mismo tiempo en metas finales de su tarea.

  9. Su misión fundamental será proponer a la persona de Jesucristo, como la alternativa que eleva y ennoblece a la persona humana, dándole auténtico valor a su existencia y constituyéndose en el perfecto ejemplo de vida como la mejor noticia para la humanidad.

  10. Los procesos educativos son siempre dinámicos, como dinámica se presenta la realidad sociocultural en que se enmarca. Este dinamismo exige actualizar, reordenar, preocuparse de adecuar a las nuevas circunstancias la educación de la fe en la clase de religión.

  11. El profesor de religión, a ejemplo de Jesús, está llamado a ser profeta, será un hombre que camina en contra corriente, si es necesario, dando testimonio con valentía de los principios que profesa. Su adhesión al Maestro Jesús, y el seguimiento de sus enseñanzas, implica control de las propias inclinaciones naturales y mucha libertad para no aceptar lo que el ambiente considera normalmente válido, pero que va en contra de la Palabra de Cristo.

  12. La enseñanza de la religión no puede ser una mera transmisión de información, comunicación de valores, como si fuera un código de moral que se traspasa y que se recibe por parte de una cultura recipiente. En el mundo de hoy, la libertad imprime en las personas el deseo de elegir qué quieren obedecer.

  13. El profesor de religión no puede paralizarse, más bien descubrir en los signos de los tiempos una llamada del Espíritu Santo a dar una respuesta basada en el Evangelio, a esa búsqueda de sentido de tantos niños y jóvenes.

  14. La globalización, parte de nuestra existencia presente, podría facilitar la posibilidad de una conversión personal y profunda, especialmente entre los jóvenes y los niños. Son ellos los que experimentan un mundo caótico, efímero y contingente, y que frente al peligro de la desintegración personal buscan una respuesta válida; respuesta que podemos entregar en la clase de religión.

  15. II. Obstáculos que enfrenta el profesor de religión El profesor de religión se enfrente a una realidad que no siempre favorece el alcance de sus objetivos: • Existe una falta de valoración por parte de alumnos, aún por parte de directivos de los colegios, a la asignatura. • Existe poca colaboración por parte de los padres de familia, especialmente en los colegios no confesionales. • Muchas familias se ven afectadas por una crisis en su vida más íntima, la que es causa de indisciplina y problemas en la escuela.

  16. • Existe abuso o utilización mañosa de la “optatividad” por parte de algunos sostenedores de colegios no confesionales. • En varios establecimientos el profesor de religión debe impartir su clase a los alumnos que han optado por ella, en presencia de quienes no lo han hecho, lo que dificulta el control de la clase y la entrega de sus contenidos.

  17. El ambiente cultural distractor hace difícil obtener la atención de los alumnos tantas veces distraídos por los medios de comunicación. • Existe escasez de material didáctico y de recursos metodológicos atractivos y motivantes, en la mayoría de nuestros colegios, aún los de la Iglesia.

  18. • La falta de buenas opciones para formar a un profesor de religión, va en desmedro del ejercicio de la profesión, de su estabilidad laboral y de su autoestima. • La escasa retribución económica, que es común a todo el profesorado, se acentúa en los casos del docente de religión.

  19. III. Identidad del profesor de religión Poniendo toda su confianza en la fuerza del Espíritu Santo, el profesor de religión está llamado a un empeño permanente por lograr una personalidad rica y equilibrada, abundante en cualidades humanas básicas.

  20. El camino al que están llamados, es el camino de la santidad, esa debe ser su meta y objetivo personal. Para ello cuentan con la gracia de Dios. Su propio proyecto de vida es fundamental para una coherencia entre el ser y el que hacer; tal proyecto debe tener a Cristo como el centro.

  21. Un requisito fundamental del profesor de religión es que debe ser una persona de Iglesia. La fidelidad y adhesión irrestricta a los pastores, y a las enseñanzas del magisterio, le dará la seguridad de que está en comunión con la Iglesia, enseñando lo que la Iglesia enseña.

  22. En su esfuerzo por llevar a los niños y jóvenes a un encuentro real con el Evangelio, el profesor de religión no puede restar importancia a un esfuerzo por conocer la cultura real de ellos. Es necesario que esté familiarizado con las costumbres, los criterios de vida, las angustias y necesidades, las esperanzas de sus alumnos, familias y del ambiente en que viven.

  23. La alegría será una característica fundamental, contagiosa, espontánea, y compartida con los niños y con los jóvenes. Ver a su profesor feliz, será siempre una invitación a buscar la felicidad plena por los caminos que propone el mismo docente.

  24. Conclusión Dijo Jesús a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha” (Mt. 9: 35-38).

  25. En los liceos, colegios y escuelas, son muchos los niños y jóvenes que esperan la proclamación del mensaje de Jesucristo. Son los profesores de religión las personas invitadas a trabajar en la viña del Señor.

  26. El Señor, a través de su Iglesia, los envía a transformar la escuela, con la fuerza del Evangelio, “a predicar no así mismos, a sus ideas personales, sino un Evangelio del que ni ellos ni ellas son dueños y propietarios absolutos para disponer de él a su gusto, sino ministros para transmitirlos con suma fidelidad” (Evangeli Nuntiandi Nº 15).

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