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Género: teatro del Siglo de Oro, el per íodo llamado el Barroco. El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina (Gabriel Téllez), c.1630, España.
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Género: teatro del Siglo de Oro, el período llamado el Barroco El burlador de Sevilla y convidado de piedra de Tirso de Molina (Gabriel Téllez), c.1630, España
Acto primero: en la corte del rey de Nápoles, en Italia. En el siglo XVII (17), Italia está bajo el dominio de España. * *
Acto primero: el sevillanodon Juan engaña y goza a la duquesa Isabela, residente en el palacio del rey de Nápoles.
Don Pedro, embajador de España en Nápoles y tío de don Juan, trata de proteger a su sobrino mintiendo al rey de Nápoles: le dice que el responsable es el duque Octavio, enamorado de la duquesa. El crédulo rey de Nápoles da a entender a la duquesa que el remedio podrá ser el casarla con el duque, a quien ella quiere.
Don Juan, habiendo jurado a su tío que iría a otra ciudad italiana, emprende camino a España con su lacayo (criado) Catalinón. Los dos naufragan en la playa deTarragona, en la costa este de España. Tratando de rescatar a Catalinón, don Juan por poco se ahoga. * *
El náufrago don Juan cautiva y seduce a la pescadora (a su vez burladora de hombres) Tisbea. Don Juan promete casarse con ella. Después de la nueva burla, don Juan se escapa con Catalinón en las dos yeguas que les proveyó Tisbea. Ella siente que se abrasa, pero, recobrándose, jura que irá a Sevilla a pedir venganza al rey de Castilla.
Sevilla, Andalucía, donde el rey de Castilla tiene sus cortes.
Acto segundo: en Sevilla, don Diego Tenorio, padre de don Juan y favorito del rey Alfonso XI de Castilla, se entera por carta de su hermano don Pedro, que don Juan ha burlado a la duquesa Isabela, en el palacio del rey de Nápoles: una ofensa doble. Al saber esta noticia, el rey de Castilla manda que don Juan se case con doña Isabela y que sea exiliado de Sevilla después, al pueblo de Lebrija, al sur. Aunque le corresponde castigar a don Juan, el rey le hará conde de Lebrija.
. . . Y el marqués de la Mota quiere a doña Ana. El rey de Castilla alguna vez ha querido casar a don Juan con doña Ana, la bellísima hija de su favorito don Gonzalo de Ulloa. Pero ahora ya no puede. Tiene que casar a don Juan con la burlada duquesa Isabela para restaurarle el honor perdido.El duque Octavio llega a Sevilla escapándose de la ira del rey de Nápoles, y el rey de Castilla casará ahora al duque Octavio con doña Ana. …y el duque Octavio quiere a la duquesa Isabela. Sin embargo… del rey depende quién se casa con quién. Sus metas: premiar a don Gonzalo por su buen trabajo en Lisboa; remediar la burla de don Juan a la duquesa; y calmar la supuesta ira del duque Octavio en contra de don Juan. Cuando se le impide realizar un plan, el rey se ingenia otro plan. Pero doña Ana quiere a su primo, el marqués de la Mota…
En Sevilla, fingiendo ser el marqués de la Mota, su amigo, don Juan se disfraza, engaña y goza a la enamorada de Mota, doña Ana de Ulloa. ¿Su disfraz? Pues…la capa roja que Mota mismo le presta.
Queriendo salvarle el honor a su hija doña Ana, don Gonzalo se pelea a muerte con don Juan. Don Juan mata a don Gonzalo.
Don Juan se escapa de Sevilla encaminándose a Lebrija adonde le ha exiliado el rey de Castilla, aun antes de la muerte de don Gonzalo. Pero en el camino, da con la boda de la villana Aminta y su novio, el labrador Batricio, en Dos Hermanas. Batricio en seguida siente unos celos terribles. El noble don Juan se coloca en la mesa en el lugar del novio.
Acto tercero: don Juan engaña y goza a la novia de Batricio, Aminta, en su misma noche de bodas. Tal como lo hizo antes con Tisbea, jura casarse con ella. Pero antes de dar el sí, Aminta le exige algo que ninguna otra mujer le ha exigido : que don Juan jure a Dios que él no le miente.
La pescadora Tisbea se encamina a las cortes de Sevilla con la duquesa Isabela. Allí piensa quejarse ante el rey por los engaños de don Juan. Isabela y Tisbea: —¡Mal haya la mujer que en hombres fía!”
El temerario don Juan vuelve a Sevilla. Estando muy cerca de una iglesia, Catalinón le informa a su amo que todo se viene abajo por el “antiguo hábito” de don Juan de burlar a todo el mundo. Catalinón, su padre y otros le han recordado mucho que hay castigo en la muerte. Don Juan le da a su lacayo una bofetada que le rompe un diente. La actitud de don Juan es —¿Tan largo me lo fiáis? Los dos tropiezan con el sepulcro de don Gonzalo. Don Juan se burla de la Estatua, invitándole a comer. La Estatua acepta la cita, acude a la cena, y a su vez la Estatua invitará a don Juan a cenar con él en su sepulcro.
El rey de Sevilla fue quien mandó construir el lujoso sepulcro del difunto don Gonzalo. Él ha echado la culpa de la muerte de don Gonzalo, al marqués de la Mota. Doña Ana ha quedado burlada y sin padre, y el rey decide casar al duque Octavio con otra noble mujer. Doña Ana se encierra para servir a la reina, y el marqués de la Mota perderá la cabezamañana. Doña Isabela se acerca a Sevilla para casarse con don Juan, y su Octavio ya se casará con otra.
Invitado don Gonzalo a la primera cena en el aposento de don Juan, el muerto le aprieta la mano. Don Juan se siente abrasado por las llamas del infierno. Sin embargo, le da la palabra a don Gonzalo, e irá a cenar con el muerto en su sepulcro. Allí don Gonzalo le dice otra vez, —Dame esa mano, no temas. Don Juan se la da diciendo, —¿Eso dices, yo temor? El enviado de Dios le estrecha la mano, abrasándole, y el sepulcro se hunde entre llamas infernales, con todo y don Gonzalo—y el ahora condenado de Dios, don Juan . Don Juan: —¡Que me quemo! ¡Que me abraso! ¡Muerto soy! Don Gonzalo: —Quien tal hace, que tal pague.
Al relatar Catalinón ante el rey de Castilla y todos los allí reunidos cómo ha muerto don Juan a manos del difunto don Gonzalo, el rey casa a doña Isabela con su duque Octavio, al marqués de la Mota con su doña Ana, y a Batricio con su esposa Aminta. Después de que la justicia divina se lleva al Desordenador, todo queda en orden.
El fin de El burlador de Sevilla y convidado de piedra Obra de teatro de Tirso de Molina (Gabriel Téllez) 1630: período Barroco
Veinticinco años después del nacimiento de la creación de la pluma de Cervantes, sale a luz la versión impresa más antigua que conocemos, del engañador donjuanesco en la popularísima obra de Tirso de Molina El burlador de Sevilla y convidado de piedra. Don Juan, el eterno retorno Con excepción de don Quijote de la Mancha (1605), se ha dicho que no existe ningún personaje literario de origen español tan universal como don Juan (1630).
Don Juan une en su personaje, quizás por primera vez en la literatura, dos temas muy diferentes: b) el tema del burlador, del hombre que enamora a todas las mujeres y que después las abandona y olvida. a) el del joven de costumbres licenciosas que habla sin respeto de la muerte, y
La pasión, la sangre del duelo, la inquietante imagen del más allá y los infiernos a los que viaja don Juan tras burlarse de todos, éstos son elementos que atrajeron a numerosos escritores desde la creación del primer don Juan.
La figura de don Juan ha sido recreada por escritores, músicos y cineastas tales como Molière, Corneille, Pushkin, Mérimee, Dumas, Byron, Baudelaire, Machado, Apollinaire, Tennesee Williams y Bernard Shaw . . . El más popular de estas recreaciones en los países hispánicos es la pieza “Don Juan Tenorio” de José Zorrilla (1844). Esta obra se representa cada año en los países de habla española durante la celebración de Día de los Fieles Difuntos, el 2 de noviembre.
Así que la historia de don Juan ha sido vuelta a contar repetidas veces a través de los siglos. Siglo XVII (17)