50 likes | 170 Views
CRÓNICA DEL DÍA 11 DE NOVIEMBRE Después del reconfortante descanso del domingo iniciamos la séptima jornada de nuestro Curso de Formación. Una cálida mañana primaveral acogió nuestro despertar y, alegres, comenzamos la actividad motivacional del día: un abrazo fraternal inesperado.
E N D
CRÓNICA DEL DÍA 11 DE NOVIEMBRE Después del reconfortante descanso del domingo iniciamos la séptima jornada de nuestro Curso de Formación. Una cálida mañana primaveral acogió nuestro despertar y, alegres, comenzamos la actividad motivacional del día: un abrazo fraternal inesperado. Durante la mañana reflexionamos sobre el significado de ser discípulos de Jesús. Para ello nos servimos del libro “El evangelio de Marcos”, de Carlos Bravo. En grupo leímos un capítulo del mismo y compartimos impresiones e inquietudes. Para muchos, una nueva visión de Jesús trajo consigo preguntas y retos. A todos la humanidad nos maravilló e impulsó a vivir nuestra vocación humana al estilo de Jesús.
Por la tarde profundizamos en Jesús contemplando la escena de Getsemaní. Nos servimos entonces del relato del evangelista Marcos y la interpretación del mismo del libro “Un tal Jesús”. La jornada terminó con la eucaristía. Una vez más compartimos y celebramos todo lo que vamos experimentando en este curso. Y en esta ocasión resaltamos el sacramento de la reconciliación, realizado por parejas y culminado con la imposición de las manos y el abrazo del perdón.
Este día fue el elegido para encontrarnos en una fiesta común –llamada aquí “fogón”-. Después de la cena disfrutamos con las distintas actuaciones de todos los países. Cumbias, pericón, chacarreras, tamunangué, sevillanas, chirigotas, rancheras y ritmos africanos alegraron una noche inolvidable llena de alegría y buen humor.
CRÓNICA DEL DÍA 12 DE NOVIEMBRE Una suave brisa mecía los árboles, bajo un luminoso cielo azul, cuando empezamos el trabajo del día 12. Lo primero de la jornada fue la celebración de la eucaristía. Ella fue el colofón del día anterior; en la misma compartimos la resonancia que había tenido en nosotros la reflexión sobre Jesús de Nazaret. La eucaristía fue también el marco para comprender un nuevo sentido de la Reconciliación y la Comunión, acontecimientos que hay que vivir y ofrecer cada uno a lo largo de la vida.
La tarde se dedicó a hacer síntesis de todo lo que habíamos visto hasta durante estos ocho días. Primero reflexionamos durante un largo tiempo, luego compartimos en parejas y finalmente plasmamos los descubrimientos personales de forma creativas en un folio. Ya en la segunda sesión de la tarde descubrimos en grupo las posibilidades y los temores que se despertaban en nosotros al pensar en la vuelta a nuestra realidad local. Y con ello finalizamos el trabajo de este día.