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Un acercamiento sociológico al uso de cannabis en Euskadi. Consumos y percepciones sociales. Objetivos. Ofrecer algunos datos básicos sobre el consumo de cannabis y sobre la percepción social relativa a esta sustancia en Euskadi.
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Un acercamiento sociológico al uso de cannabis en Euskadi Consumos y percepciones sociales
Objetivos • Ofrecer algunos datos básicos sobre el consumo de cannabis y sobre la percepción social relativa a esta sustancia en Euskadi. • Más concretamente, contextualizar el debate sobre los usos, la seguridad jurídica y las políticas relativas al cannabis a partir de una serie de datos demoscópicos sobre la relación que la sociedad vasca ha mantenido con esta sustancia a lo largo de los últimos 20 años.
Fuentes utilizadas • Los datos corresponden, en su integridad, a la serie de encuestas Euskadi y Drogas (EyD), que se viene realizando desde 1992 por parte de la actual Dirección de Drogodependencias del Gobierno Vasco. • La serie Euskadi y Drogas constituye una encuesta epidemiológica pionera en nuestro entorno en el ámbito de las drogodependencias, y una de las que cubre un periodo temporal más amplio –cerca de 20 años –, lo que permite conocer en detalle la evolución en los niveles y en los patrones de consumo de cannabis, así como la evolución del riesgo atribuido al consumo de esta sustancia, y de la opinión relativa a las diferentes medidas que cabe articular en relación a su estatus legal y en relación a su grado de normalización social.
Limitaciones de EyD Pese a sus ventajas, Euskadi y Drogas presenta algunas limitaciones para valorar adecuadamente el fenómeno social del cannabis: • Auto-declaración del consumo; • Cambios en la formulación de las preguntas; • No se trata de una encuesta monográfica sobre cannabis; • Enfoque transversal, no longitudinal; • Contiene indicadores sobre consumo y sobre actitudes sociales, pero no sobre las consecuencias de los consumos; • Con todo, constituye una herramienta imprescindible para contextualizar cualquier discusión sobre esta sustancia.
Niveles de consumo • Incrementos muy importantes en los años 90 y primera mitad de esta década, y caídas a partir de 2006.
Evolución del consumo • Pese a las importantes caídas de los últimos años, los niveles de consumo siguen siendo históricamente altos, sobre todo en lo que se refiere al consumo experimental. • Además, también pese a las caídas, Euskadi sigue estando a la cabeza del consumo de cannabis en el contexto europeo. • Los descensos en el consumo de cannabis coinciden con el descenso en el consumo de otras drogas ilegales, como las anfetaminas o la cocaína, y con el descenso de ciertas prácticas de riesgo relacionadas con el consumo recreativo de alcohol en fin de semana.
Pautas de consumo • Caen de manera clara las tasas de consumo diario, muy especialmente entre las personas jóvenes.
Pautas de consumo • Caen también los índices de continuidad. Es decir, el porcentaje de quienes han consumido en alguna ocasión, pero ya no lo hacen, crece.
Pautas de consumo • Y cae también el consumo de larga duración (consumo actual diez años después del primer consumo)
Edad de inicio • No se han modificado, de acuerdo a EyD, las edades de inicio en el consumo de cannabis
Edad de inicio • La cuestión de la edad de inicio es muy importante pues se relaciona con diversas conductas de riesgo.
Cannabis y policonsumo • El consumo de cannabis se relaciona con otros consumos de drogas: cuanto más consumo de cannabis, más probabilidad de consumo de otras ilegales.
Cannabis y policonsumo • Efectivamente, el consumo de cannabis se relaciona con otros consumos de drogas, pero también lo hacen determinados consumos de alcohol. • EyD no permite hablar del cannabis como una droga de acceso a otras drogas ilegales (teoría de la escalada) • El 72% de los consumidores diarios de cannabis no ha consumido en el último año otras ilegales; • Entre los consumidores actuales de otras drogas ilegales, el 27% son consumidores diarios de cannabis, pero el 44% son consumidores excesivos de alcohol.
Cambios generacionales • Sin duda, las tasas de consumo (en este caso actual) de los jóvenes son muy superiores a las de las personas más mayores.
Cambios generacionales • Pero son precisamente los consumos de las cohortes más jóvenes las que más se están reduciendo (y, explican, de hecho la caída de las tasas globales de consumo), produciéndose una cierta convergencia.
Cambios generacionales • El principal cambio se observa al analizar el perfil de los consumidores: el peso de los adultos es cada vez mayor.
Diferencias de género • El consumo de las mujeres ha crecido más que el de los hombres, pero el proceso de convergencia se ha detenido.
Diferencias de género • El consumo de cannabis (en este caso diario) sigue siendo muy mayoritariamente masculino.
Brechas socioeconómicas • Cuanto mayor es el estatus socioeconómico, mayor es la probabilidad de haber realizado un uso experimental de cannabis.
Brechas socioeconómicas • Pero, cuanto mayor es el estatus socioeconómico, menor implicación en consumos intensos o continuados.
Brechas socioeconómicas • Lo mismo ocurre cuando se analizan las diferencias en relación al nivel educativo (al margen del efecto edad).
Percepción del riesgo • El 68% de la población considera que el consumo de cannabis en Euskadi es muy o bastante grave, sin que se hayan producido en los últimos años grandes cambios al respecto.
Percepción del riesgo • Con todo, el cannabis está entre los consumos a los que se atribuye una menor peligrosidad, por detrás de determinados consumos de alcohol y tabaco.
Percepción del riesgo • No se puede olvidar en cualquier caso que, en términos evolutivos, se ha roto la tendencia a la reducción en la percepción del riesgo en relación al cannabis.
Valoración de las políticas • Leve, aunque constante, reducción en el porcentaje de personas favorables a la reducción del cannabis, mientras crece el número de opositores: una sociedad dividida casi a partes iguales.
Valoración de las políticas • No se han producido grandes cambios en relación a otras posibles políticas o medidas relacionadas con el cannabis: el apoyo al uso terapéutico es mayoritario, mientras que el 55% de la población apoyaría el cultivo para el autoconsumo.
La normalización del cannabis • Se habla a menudo de la normalización del uso del cannabis, pero no es fácil determinar mediante qué indicadores puede medirse esa normalización. • Utilizando los indicadores que contiene la encuesta Euskadi y Drogas, se ha considerado que tienen una relación normalizada con el cannabis las personas que cumplen al menos tres de las siguientes cuatro condiciones: • Consumo al menos experimental; • Postura favorable a la legalización; • Atribución de poca o ninguna peligrosidad al consumo; • Facilidad para la obtención de cannabis.
La normalización del cannabis • Utilizando esos indicadores, se observa que el 37% de la población, en 2010, mantiene una relación normalizada con el cannabis y que, tras crecer entre 2004 ha ido desde entonces descendiendo.
La normalización del cannabis • Más importantes son, en cualquier caso, las diferencias sociodemográficas que se dan en relación a la normalización del cannabis.
¿Qué sabemos? • Descenso en las tasas de consumos, coincidente con una evolución similar en otros consumos; • Pautas de consumo menos intensas o continuadas; • Estabilidad en la edad de inicio; • Caídas en las tasas de consumo juvenil y convergencia intergeneracional, con un peso mayor de los jóvenes adultos; • Se detiene el proceso de convergencia hombres mujeres; • Diferencias socioeconómicas importantes a la hora de implicarse en consumos más intensos o continuados;
¿Qué sabemos? • Crece la gravedad y peligrosidad atribuida al consumo, aunque se mantiene por detrás de otras drogas ilegales. • Desciende el apoyo a la legalización, con una sociedad dividida a partes iguales al respecto. • Se mantiene el apoyo a las otras medidas, mucho más amplio en el caso del uso terapéutico. • Un 37% de la población mantiene una relación normalizadacon el cannabis, con una ligera caída respecto al pasado. • La normalización es mayor entre los hombres, los jóvenes y las clases más favorecidas.
¿Qué no sabemos? • Desconocemos el impacto económico del consumo de cannabis, tanto en lo que se refiere al dinero que mueve el consumo como al gasto social en prevención, tratamiento y control de la oferta. • Desconocemos las pautas de entrada y salida en el consumo de cannabis, con qué elementos o fases se relacionan los cambios en los niveles y patrones de consumo. • Desconocemos las razones y expectativas que llevan a los consumos y, sobre todo, las consecuencias de los mismos en términos, por ejemplo, de salud y de inclusión social.