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MATARON AL HOMBRE, PERO NO AL POETA FEDERICO GARCÍA LORCA.
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MATARON AL HOMBRE, PERO NO AL POETA FEDERICO GARCÍA LORCA
Dictadura Primo de Rivera (1923-1930)- Apoyo: Rey Alfonso XIII, la IglesiaCatólica, el ejército y lasfuerzas, conservadoras- Inspiración: el fascismo de Mussolini- Enemigos: socialistas y comunistas
Elecciones de 1931- Dos bandos: Republicano y Fascista- Ganador: bandorepublicanomedidas de reforma, máslibertad
Francisco Franco: dictador en Españadesde 1936 hasta sumuerte en 1975(Apoyo de la AlemaniaNazi)
Federico Garcíanació en Fuente Vaqueros cerca de Granada en 1898.Poeta y dramaturgo. Apoyo al bandorepublicanoy fue homosexual. Por ambos motivos, fueasesinado en sutierra natal, Granada.
Estudió en Madrid en la Residencia de Estudiante en 1919. Conoció a muchosotrosjóvenesintelectuales, comoDalí y Buñuel.Federico empezó a publicarlibros de poemas en 1921.En 1929 viajó a Nueva York, y de eseviajeescribióPoeta en Nueva York.
SU OBRA: Poemas y obras de teatro. En suobraencontramosdenuncia social contra la marginalidadquesufrieron los gitanos, lasmujeres y los negros. Similitudesentre los afroamericanos y los gitanos en España: Oda al rey de Harlem y Romancerogitano)
Oh ciudad de los gitanos!En las esquinas banderas.La luna y la calabazacon las guindas en conserva.¡Oh ciudad de los gitanos!¿Quién te vio y no te recuerda?Ciudad de dolor y almizcle,con las torres de canela. • Cuando llegaba la noche,noche que noche nochera,los gitanos en sus fraguasforjaban soles y flechas.Un caballo malherido,llamaba a todas las puertas.Gallos de vidrio cantabanpor Jerez de la Frontera.El viento, vuelve desnudola esquina de la sorpresa,en la noche platinochenoche, que noche nochera. • […] Romancerogitano
JUAN. He de cuidar el ganado. Tú sabes que esto es cosa del dueño. • YERMA. Lo sé muy bien. No lo repitas. • JUAN. Cada hombre tiene su vida. • YERMA. Y cada mujer la suya. No te pido yo que te quedes. Aquí tengo todo lo que necesito. Tus hermanas me guardan bien. Pan tierno y requesón y cordero asado como yo aquí, y pasto lleno de rocío tus ganados en el monte. Creo que puedes vivir en paz. • JUAN. Para vivir en paz se necesita estar tranquilo. • YERMA. ¿Y tú no estás? • JUAN. No estoy. • YERMA. Desvía la intención. • JUAN. ¿Es que no conoces mi modo de ser? Las ovejas en el redil y las mujeres en su casa. Tú sales demasiado. ¿No me has oído decir esto siempre? • YERMA. Justo. Las mujeres dentro de sus casas. Cuando las casas no son tumbas. Cuando las sillas se rompen y las sábanas de hilo se gastan con el uso. Pero aquí, no. Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, mas reluciente, como si estuviera recién traída de la ciudad. • JUAN. Tú misma reconoces que llevo razón al quejarme. ¡Que tengo motivos para estar alerta! • YERMA. Alerta ¿de qué? En nada te ofendo. Vivo sumisa a ti, y lo que sufro lo guardo pegado a mis carnes. Y cada día que pase será peor. Vamos a callarnos. Yo sabré llevar mi cruz como mejor pueda, pero no me preguntes nada. Si pudiera de pronto volverme vieja y tuviera la boca como una flor machacada, te podría sonreír y conllevar la vida contigo. Ahora, ahora, déjame con mis clavos. • JUAN. Hablas de una manera que yo no te entiendo. No te privo de nada. Mando a los pueblos vecinos por las cosas que te gustan. Yo tengo mis defectos, pero quiero tener paz y sosiego contigo. Quiero dormir fuera y pensar que tú duermes también. • YERMA. Pero yo no duermo, yo no puedo dormir. Yerma
Por el East River y el Bronxlos muchachos cantaban enseñando sus cinturas,con la rueda, el aceite, el cuero y el martillo.Noventa mil mineros sacaban la plata de las rocasy los niños dibujaban escaleras y perspectivas. • Pero ninguno se dormía,ninguno quería ser el río,ninguno amaba las hojas grandes,ninguno la lengua azul de la playa. • Por el East River y el Queensboroughlos muchachos luchaban con la industria,y los judíos vendían al fauno del ríola rosa de la circuncisióny el cielo desembocaba por los puentes y los tejadosmanadas de bisontes empujadas por el viento. • Pero ninguno se detenía,ninguno quería ser nube,ninguno buscaba los helechosni la rueda amarilla del tamboril. • […] Oda a Walt Whitman
Amigos La Gen. 27. Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Dámaso Alonso, Rafael Alberti, Emilio Prados, Luis Cernuda, …
Muerte Cuando yo muera enterradme con una guitarra bajo la arena. Mayo 1936
EL CRIMEN FUE EN GRANADA: A FEDERICO GARCÍA LORCA • 1. El crimen • Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! Muerto cayó Federico —sangre en la frente y plomo en las entrañas— ... Que fue en Granada el crimen sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada. • 2. El poeta y la muerte • Se le vio caminar solo con Ella, sin miedo a su guadaña. —Ya el sol en torre y torre, los martillos en yunque— yunque y yunque de las fraguas. Hablaba Federico, requebrando a la muerte. Ella escuchaba. «Porque ayer en mi verso, compañera, sonaba el golpe de tus secas palmas, y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata, te cantaré la carne que no tienes, los ojos que te faltan, tus cabellos que el viento sacudía, los rojos labios donde te besaban... Hoy como ayer, gitana, muerte mía, qué bien contigo a solas, por estos aires de Granada, ¡mi Granada!» • 3. • Se le vio caminar... Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra, un túmulo al poeta, sobre una fuente donde llore el agua, y eternamente diga: el crimen fue en Granada, ¡en su Granada! Poema de Antonio Machado