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LA CULPA. Lección 5 para el 29 de enero de 2011. Según la Real Academia de la Lengua, la culpa es una “acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”. ADÁN Y EVA: EL ORIGEN. Origen : El sentimiento de culpa se originó con el primer pecado.
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LA CULPA Lección 5 para el 29 de enero de 2011
Según la Real Academia de la Lengua, la culpa es una “acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado”.
ADÁN Y EVA: EL ORIGEN • Origen: El sentimiento de culpa se originó con el primer pecado. • Consecuencias: Vergüenza, miedo y tristeza. El hombre se esconde de Dios. La culpa produce en nosotros reacciones físicas y psíquicas negativas. • Reacción: • Intento de eludir la culpa, echándosela a otros. • Intento de justificar la conducta errónea.
“Los ojos de Adán y Eva fueron realmente abiertos, pero ¿para qué? Para ver su propia vergüenza y ruina, para comprender que el ropaje de luz celestial que los había protegido ya no los rodeaba como una salvaguardia. Sus ojos se abrieron para ver que su desnudez era el fruto de la transgresión. Cuando oyeron a Dios en el jardín se ocultaron de él, porque anticipaban aquello que antes de su caída no habían conocido: la condenación de Dios” (E.G.W., “Conflicto y valor”, 14 de enero) Después del primer pecado, el sentimiento de culpa ha sido algo habitual en nosotros, ya que todos hemos pecado. En ocasiones, podemos llegar a sentir culpa incluso por circunstancias de las cuales no somos culpables. La forma en que reaccionemos frente al sentimiento de culpa determina en gran medida nuestra salud aquí y por la eternidad.
LOS HERMANOS DE JOSÉ: LA CULPA MANTENIDA EN EL TIEMPO El sentimiento de culpa nos hace lamentar lo que hicimos, mostrar temor por las consecuencias y echarnos a nosotros mismos la culpa. Cuando recordamos las razones que causan nuestro sentimiento de culpa, sentimos también angustia, frustración e ira. Necesitamos el arrepentimiento y el perdón. Los hermanos de José sintieron la culpa del gran pecado que cometieron al vender a su hermano. Este sentimiento de culpa los acompañó gran parte de su vida. Así lo vemos reflejado en estas situaciones:
¿Cómo librarnos del sentimiento de culpa? “Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado… ¡Alegraos, vosotros los justos; regocijaos en el Señor! ¡cantad todos vosotros, los rectos de corazón!” Salmo 32: 3-5, 11 NVI
JUDAS: REACCIÓN ADVERSA • Cuando pecamos, el Espíritu Santo usa el sentimiento de culpa para conducirnos al arrepentimiento y así aceptar el perdón otorgado por Jesús en la cruz. • El continuo rechazo del llamado divino al arrepentimiento, nos lleva a dos reacciones adversas y altamente dañinas: • Desesperación, que puede llevar incluso al suicidio –como en el caso de Judas. • Cauterización de la conciencia, que nos aleja completamente de Dios.
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, cp. 76, pg. 669-670) “Pero Judas no estaba completamente empedernido. Aun después de haberse comprometido dos veces a traicionar al Salvador, tuvo oportunidad de arrepentirse. En ocasión de la cena de Pascua, Jesús demostró su divinidad revelando el propósito del traidor. Incluyó tiernamente a Judas en el servicio hecho a los discípulos. Pero no fue oída su última súplica de amor. Entonces el caso de Judas fue decidido, y los pies que Jesús había lavado salieron para consumar la traición… Cuando el juicio se acercaba al final, Judas no pudo ya soportar la tortura de su conciencia culpable. De repente, una voz ronca cruzó la sala, haciendo estremecer de terror todos los corazones: ¡Es inocente; perdónale, oh, Caifás!...
E.G.W. (El Deseado de todas las gentes, cp. 76, pg. 669-670) …Judas se echó entonces a los pies de Jesús, reconociéndole como Hijo de Dios, y suplicándole que se librase. El Salvador no reprochó a su traidor. Sabía que Judas no se arrepentía; su confesión fue arrancada a su alma culpable por un terrible sentimiento de condenación en espera del juicio, pero no sentía un profundo y desgarrador pesar por haber entregado al inmaculado Hijo de Dios y negado al Santo de Israel… Sintió que no podía vivir para ver a Cristo crucificado y, desesperado, salió y se ahorcó”
PEDRO: DE LA CULPA AL ARREPENTIMIENTO • No fue pequeño el pecado de Pedro: Mentira, cobardía, perjurio… • No pudiendo resistir la mirada amante de Jesús, salió fuera y lloró amargamente. Pedro se aferró a las promesas del perdón divino y, tras la resurrección de Jesús, éste le aseguró personalmente el perdón y restauró su posición entre los doce. A partir de ese momento, Pedro fue un pilar clave en la formación de la Iglesia de Cristo.
El Padre envió a su Hijo. • El Hijo murió en la cruz por nuestros pecados. • El Espíritu Santo nos llama al arrepentimiento y nos conduce a los pies de la cruz. Toda la Deidad está de nuestra parte y nos proporciona el único remedio válido para librarnos del sentimiento de culpa: el perdón y el olvido de nuestros pecados.
“Cuanto está lejos el oriente del occidente,Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones” (Salmo 103: 12) “Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías, 1: 18) “El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas, 7: 19)