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La ciencia ficción • El origen de la ciencia-ficción se remota a los primeros años de la década de 1920, la cual en un comienzo surgió como un subgénero literario pero que con el paso del tiempo se ha ido ampliando a diferentes formatos. A lo largo del tiempo la ciencia-ficción cinematográfica ha logrado consolidarse y ha tenido numerosos logros por lo cual se le considera como el formato más popular dentro del género. • Dentro de la ciencia-ficción existen dos grandes subgéneros: • Ciencia Ficción dura: Es la más científica y dentro de ella no existe tanto afán por la imaginación o la fantasía. • Ciencia Ficción blanda: A diferencia de la anterior, ésta incluye algunas suposiciones que carecen de base científica o real.
“Yo Robot “Crónicas Marcianas” “Guerra de los mundos” “Viaje al centro de la Tierra”
Marcela Paz Ester Huneeus Salas, más conocida como Marcela Paz (1902-1985) fue una escritora chilena principalmente de literatura infantil. Comenzó a escribir desde pequeña en las hojas de sus cuadernos y más tarde, convertida en una adolescente se aventuró a enviar sus artículos a revistas, editoriales y periódicos bajo distintos pseudónimos tales como Paula de la Sierra, Retse, Nikitanipone y otros. En 1947 Ester se presentó a un concurso organizado por la editorial Rapa Nui con la historia “Papelucho” la cual fue publicada y premiada en dicho año por la misma editorial. Desde entonces y hasta nuestros días Papelucho se ha convertido en un clásico personaje de la literatura infantil nacional, sin embargo sus aventuras han sido traducidas al francés, al griego y al japonés.
En el año 1968 el congreso de International Board of Books for Young People le concedió el diploma al mérito, otorgado por primera vez a un autor procedente de Latinoamérica, distinción cuyo significado se reflejó al ser Marcela Paz incluida en la lista de honor “Hans Christian Andersen” En reconocimiento de sus obras las cuales fueron reconocidas como prosas frescas y naturales fue galardonada en 1982 con el Premio Nacional de Literatura y más tarde en 1983 fue premiada por el Ministerio de Educación por la serie de televisión “Perico” en el concurso Andrés Bello.
Papelucho y el Marciano Un día el joven Papelucho se interesó por los marcianos y decide atrapar uno, para poder capturar a uno se le ocurre la brillante idea de poner una carnada. Luego de algunos días, un marciano llamado Det se estrella en su nave y aterriza en la Tierra. Luego de esto se encuentra con su futuro amigo Papelucho, y sin pensarlo, se logra introducir en el interior del cuerpo de su confidente para poder subsistir en este mundo tan desconocido. Papelucho logra entablar una relación de amistad y afecto con su nuevo amigo a pesar que Det fascinado por lo que estaba explorando en la Tierra, molestaba bastante a Papelucho, pero este piensa que Det debía volver a su planeta de origen ya que lo echarían de menos. Luego de que Papelucho construye una nave, vuela junto a Det hacia Marte pero deciden regresar ya que allí había una temible criatura que podía atacarlos.
Al volver a su casa, Papelucho no acepta ser el medio de transporte de Det y el pequeño marcianito, resuelto a quedarse en la Tierra se mete dentro de Choclo (el perro de la familia). Det le cuenta a Papelucho que en la Tierra puede ocupar sus poderes mágicos y Papelucho decide cambiar el mundo a través de Det, pero este con cada magia va perdiendo poder, por lo cual cuando ya no le quedaban fuerzas comienza a morir, y en vista Choclo comienza a desintegrase, lo cual mantiene muy preocupado a Papelucho. Al percatarse Papelucho de esta situación intenta ayudar a Det y este le dice lo que tiene que hace para recuperarse, Papelucho le obedece al pie de la letra y Det renace nuevamente con más energías y vitalidad. Días después Det es enviado a su planeta nuevamente de donde espía, ríe y disfruta cada momento que vive Papelucho, su amigo del alma.
Análisis Literario Nombre de la obra: Papelucho y el Marciano Autor: Marcela Paz Género al que pertenece: Narrativo, Ciencia-Ficción Año de publicación: 1968 Tipo de Narrador: Omniciente Personajes: Papelucho: Tiene ocho años, una tremenda imaginación y una gran capacidad de observar la realidad. Es optimista, alegre, activo e inteligente. Tiene un gran afán por conseguir siempre lo que se propone. Det: Es un marciano que aterriza desde Marte en la tierra ya que se siente aburrido y le atrae la idea de conocer otros planetas. Se convierte en amigo de Papelucho a pesar de que pareciera poseer un carácter frío y dominante porque finalmente se muestra cariñoso y leal a Papelucho.
Ji: Es la hermana pequeña de Papelucho y quiere mucho a su hermano. Se parece físicamente mucho a Pepelucho y se siente protegida por él. Domi: Es la empleada de la casa de Papelucho. Lo quiere demasiado y lo comprende muy a fondo. Es solidaria con él y con toda la familia, siempre está dispuesta a alegrar, cuidar y proteger a Papelucho y a su hermana pequeña Choclo: Es el perro quiltro de Papelucho, es su compañero fiel y entusiasta. Durante el transcurso de la historia Choclo contiene en su vientre al marciano Det ya que este se introduce en él para evitar volver a su planeta.
Viaje a Neptuno Un día, durante el crepúsculo mientras contemplaba la puesta de sol frente a mi ventana divisé un destello de luz color turquesa afuera de mi habitación. Me quedé paralizada. Minutos después apareció algo parecido a una cápsula, con la diferencia que poseía grandes orificios y algunos bultos sobresalientes, de ella comencé a observar como aparecía una extraña criatura color verdoso. Estaba segura de que nunca había visto algo así, era algo totalmente extraño y sorprendente a la vez. Aquella criatura que yacía en la misteriosa cápsula tenía la cabeza tremenda, las orejas de murciélago y unos ojos saltones que eran del porte de una pelota de tenis, lo peor de todo era que comenzó a desplazarse ágil y rápidamente por el jardín dando volteretas y haciendo extraños movimientos hasta que se detuvo frente a la casa. Fue entonces cuando decidí ir a buscar a mis padres, bajé las escaleras hasta llegar a su habitación pero estaba vacía, corrí desesperadamente por la cocina y el resto de la casa hasta que por fin comprendí que no había nadie. Me encontraba sola con una especie de animal extraño rondando por mi jardín que estaba decidido a entrar a mi casa. Cuando logró entrar intenté alejarme lo más que pude de ella y corrí a mi cuarto. De pronto sentí que la criatura se acercaba a mi habitación y me apresuré a esconderme en el armario y cerré los ojos deseando que todo se acabara pronto. Sentí que las puertas del ropero se abrían y algo me tomaba desde el cuello y me movía como si fuera un juguete hasta que me soltó y me sentó sobre mi cama.
Me pareció una situación extraña e improbable, llegando incluso a creer en varios momentos que estaba soñando y que pronto despertaría de aquel extraño sueño y no recordaría nada, pero no fue así. Era la vida real y me encontraba sentada frente a frente con una criatura extraña que al parecer no pretendía hacerme daño. Esta se presentó ante mí en un lenguaje extraño pero que curiosamente podía comprender, su nombre era muy extraño asique la bauticé como Esmeralda ya que el color era similar al de su piel. Mientras estaba en mi habitación comprendí que su estilo de vida era muy diferente al de los seres humanos, ella estaba acostumbrada a un clima extremadamente frío y a rara vez poder contemplar el sol mientras que en donde yo vivo usualmente el sol se puede ver todos los días y siempre hace mucho calor. Me pareció que Esmeralda podría estar hambrienta y pensé en darle algo de comer pero cuando le ofrecí una seven-up y galletas se mostró algo reacia y confundida. Tuve que explicarle que aquí en la Tierra dichos alimentos eran totalmente normales y ella me explicó que en Neptuno la gente comía sólo una vez cada siete días ya que su organismo no estaba diseñado para alimentarse varias veces al día. Estuvimos hablando durante un largo rato acerca de lo civilizado que era Neptuno, su planeta, en comparación a la Tierra. Me comentaba que allá la gente no se divide en países y continentes sino que vivían todos unidos como hermanos y no poseían sistemas políticos ya que cuando se debían tomar decisiones importantes la gente lo decidía en conjunto. Tampoco se vivía en una sociedad estamental o dividida en clases sociales ya que todos eran iguales en Neptuno y ningún individuo era superior a otro por el hecho de poseer más dinero.
Horas más tarde le pregunté a Esmeralda que como pretendía volver a su planeta pero ella me respondió que se quedaría aquí en la Tierra porque tenía intenciones de conocer el planeta y para ello se introduciría en mi cuerpo y desde aquel momento debía consultarle antes de tomar cualquier decisión. No tuve tiempo de negarle mi ayuda o hacerle preguntas ya que en un instante se volvió del tamaño de una goma de borrar y entró por mi boca y navegó en mi cuerpo hasta llegar al estómago. Pasaron los días y no me acostumbraba a vivir con una criatura extraña dentro de mi cuerpo ya que me costaba mucho descansar porque en el día debía ir a la escuela y ayudar a mi mamá a cuidar a mi hermana y por la noche Esmeralda quería conocer el planeta, situación que me obligaba a mantenerme despierta como 20 horas al día. Tampoco me resultaba fácil expresarme porque cuando teníamos distintas opiniones con mi marciana ésta se encargaba de confundirme y finalmente siempre terminaba diciendo o haciendo lo que ella quería. Frente a este problema decidí contarle la verdad a Lola, mi mejor amiga, ella era comprensiva, leal, supersticiosa, excéntrica pero muy confiable además que la conocía desde que entramos a kínder y a ella le encantaba creer en cosas imposibles y siempre inventaba seres extraños. Le pedí que nos reuniéramos en el parque a las 4:00 y ella asintió encantada por el sólo hecho de que le mencioné que lo que tenía que contarle estaba relacionado con seres extraterrestres que provenían de otros planetas. Llegué al parque cinco minutos antes y Lola estaba esperándome allí sentada sobre el pasto, parecía como si llevara horas esperándome, y lo peor de todo es que era cierto; Lola había llegado hace dos horas y traía consigo un montón de revistas y artículos sobre marcianos y seres extraterrestres.
Cuando le conté la verdad ella quedo totalmente maravillada, y me aconsejó que intentara arrancar a Esmeralda de mi cuerpo ya que me estaba haciendo daño y terminaría completamente trastornada, pero ni ella ni yo teníamos idea de cómo íbamos a lograr desposeer al marciano. Por primera vez en varios días Esmeralda estuvo de acuerdo con mi decisión ya que ella sentía cierta ansia por volver a su planeta con su familia, además, en la Tierra no podía acostumbrarse a la alta temperatura y la comida no le satisfacía lo suficiente por lo que debía comer más seguido a pesar de que le causara molestias al estómago. Luego de varios días, gracias a la ayuda de Lola y su mascota logramos que Esmeralda saliera de mi cuerpo, pero el problema ahora era cómo íbamos a hacer que volviera a Neptuno, era un gran desafío ya que la cápsula de la cual Esmeralda calló la habían encontrado mis padres y la habían vendido a un observatorio. Pasaron dos semanas y habíamos logrado construir algo parecido a una nave espacial, con la diferencia que era mucho más pequeña y veloz de lo normal, con capacidad para no más de 5 personas. Aquella nave era perfecta, permitiría a Esmeralda volver a su planeta y conservarla por si algún día deseaba volver a la Tierra a visitarnos. El día de la despedida de Esmeralda había llegado: Lola y yo estábamos tristes ya que sabíamos que nunca más podríamos volver a verla ya que su planeta, Neptuno, se encontraba demasiado lejos de la Tierra y era prácticamente imposible ir a visitarla o que ella volviera pero por otro lado nos sentíamos satisfechas por lo que habíamos logrado construir y alegres porque Esmeralda volvería a ver a su familia y regresaría a un planeta más civilizado y volvería a vivir con un clima adecuado para ella.
Cuando llegó el momento de decir adiós Esmeralda nos propuso que la acompañáramos hasta Neptuno para que pudiéramos comprender las diferencias entre su planeta y la Tierra, también nos invitó a conocer a su extravagante familia. Cuando todo el equipaje estaba listo fuimos al jardín de mi casa, en dónde se encontraba la nave espacial con la cual viajaríamos. Nos subimos a ella y Esmeralda estaba esperándonos allí dentro, lista para emprender un largo viaje por el universo. Esmeralda estaba muy concentrada mientras viajábamos conduciendo la nave e intentaba conducir siempre de manera lineal para evitar que nos estrelláramos contra algún elemento extraño. Y yo, me sentía muy afortunada por el hecho de viajar en una nave espacial tan excéntrica como lo era ésta, aproveché de observar detenidamente todo lo que alcanzaba a ver. Noté como los meteoritos giraban en torno a si mismos, como se podía percibir la luz de las estrellas que se encontraban a millones de kilómetros de distancia y lo que me pareció más impresionante fue alejarnos de la Tierra, seguramente porque sentí que me alejaba de mi hogar, de mi familia y de mis amigos. El viaje me pareció eterno, y en realidad lo era. De la Tierra a Neptuno hay millones de kilómetros de distancia. Cuando llegamos me sentí extraña, sentía que al caminar por la arena, que era de color azul, mis pies se hundían y que si no seguía caminando rápidamente el suelo me absorbería por completo, en cambio a Lola todo le parecía fantástico o impresionante, al parecer ella no le temía a nada y mientras más peligroso era algo, más le atraía.
Fuimos a conocer a los padres de Esmeralda. Eran idénticos a ella por el color de la piel, y las orejas de murciélago pero la diferencia era que los ojos de Esmeralda eran de un tono color fucsia y los de sus padres eran una mezcla de color turquesa y lavanda. Después de una larga semana de haber conocido el planeta nos despedimos de todos y Esmeralda nos acompaño a la nave y prometimos que dentro de un año en la misma fecha ella regresaría a la Tierra para seguir conociéndola y nuevamente nos traería a Neptuno para explorar todos aquellos lugares que no habíamos tenido oportunidad de conocer. El viaje de regreso se pasó muy rápido, aprovechamos de comer unos choc-man que Lola había traído y cuando por fin llegamos a la Tierra estuvimos reflexionando durante horas sobre lo hermosa que había sido la experiencia de convivir con alguien proveniente de otro planeta, alguien que poseía una cultura completamente diferente a la nuestra y sobre lo complicado que sería acostumbrarnos a estar sin Esmeralda. Pasaron seis meses y a pesar de que Lola y yo seguíamos viviendo una vida normal, siempre recordábamos a Esmeralda y ansiábamos desde lo más profundo de nuestro corazón volver a reencontrarnos con ella y no perder nunca la amistad que habíamos logrado consolidar en el tiempo que estuvimos con ella. Pero en el fondo, habían dos cosas que no podíamos dejar de recordar: La primera, volveríamos a ver a Esmeralda muy pronto y podríamos compartir experiencias nuevas e ir juntas a explorar el universo. Y la segunda, que jamás podríamos vivir Esmeralda y nosotras en un mismo planeta ya que sería imposible para nosotras trasladarnos a su planeta y tampoco era posible que ella se mudara a la Tierra a vivir.
