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¿QUÉ NOS DEBEMOS LOS UNOS A LOS OTROS?. LOS DILEMAS DE LA LEALTAD MICHAEL SANDEL. El perdón y las injusticias históricas. 1. Los horrores cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania. 2. La Esclavización de las “mujeres de consuelo”. Japón. 3. La generación robada. Australia.
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¿QUÉ NOS DEBEMOS LOS UNOS A LOS OTROS? LOS DILEMAS DE LA LEALTAD MICHAEL SANDEL
El perdón y las injusticias históricas 1. Los horrores cometidos durante la Segunda Guerra Mundial. Alemania. 2. La Esclavización de las “mujeres de consuelo”. Japón. 3. La generación robada. Australia. 4. La herencia de la esclavitud. Estados Unidos.
Ofrecer disculpas públicamente Las principales justificaciones del ofrecimiento público son: honrar el recuerdo de quienes sufrieron injusticias a manos (o en el nombre) de la comunidad, reconocer los efectos persistentes de la injusticia en las victimas y sus descendientes, y expiar el mal que hicieron los que infligían las injusticias o no las impidieron. Pueden servir para restañar las heridas del pasado y crear los cimientos de la reconciliación moral y política. Pueden aliviar los efectos de la injusticia en las victimas o en sus descendientes. Desde otra perspectiva, pueden inflamar viejas animadversiones, consolidar enemistades históricas, generar resentimiento o enraizar el victimismo. La justificación de una petición de perdón depende de las circunstancias.
¿Es posible pedir perdón por lo que hicieron generaciones pasadas? “Yo nunca he tenido un esclavo. Nunca he oprimido a nadie. No sé porque tendría que pagar por alguien que los tuvo varias generaciones antes de que yo naciese”. En la petición de perdón, es el pensamiento lo que cuenta, en concreto el de la responsabilidad. Todos podemos deplorar una injusticia. Pero solo alguien que de alguna forma haya participado en la injusticia pide perdón por ella. Los críticos de las peticiones de perdón perciben correctamente lo que está en juego moralmente. Y niegan que la generación actual pueda ser moralmente responsable de los pecados de sus antepasados.
La visión del individualismo moral Es una formulación de lo que significa ser libre. Ser libre es solo estar sujeto a las obligaciones que voluntariamente hago mías; lo que les deba a los otros, se lo debo solo en virtud de algún acto de consentimiento; haber optado por algo, una promesa o un acuerdo tácito o explícito. Supone libertad e independencia, en cuanto agente moral, de lo que cada uno es en sí mismo, su carencia de lazos morales previos, su capacidad de escoger sus propios fines. A falta de algún tipo de promesa, el individualista moral no encuentra sentido alguno en que se tenga la menor obligación de pagar por los pecados de los antecesores.
¿Quién gesta las ideas? John Locke, Immanuel Kant, John Rawls
¿Libertad o Justicia? Tanto para Kant( voluntad autónoma) como para Rawls (acuerdo hipotético tras el velo de ignorancia) el agente moral debe ser independiente de sus fines y apegos particulares. La idea de que cada uno es independiente en sí mismo y en sí mismo elige libremente apoya otra: los principios de la justicia que definen nuestros derechos no deben fundamentarse en ninguna concepción moral o religiosa particular; por el contrario, se debe intentar que sean neutrales entre las diferentes visiones de cuál puede ser la vida buena.
¿El Estado puede ser un agente moral neutral? El ser que elige libremente por lo que en sí mismo es y el Estado están estrechamente relacionados: cada uno de nosotros es un ser en sí mismo libre e independiente por ello entonces necesitamos un marco legal que sea neutral en lo que se refiere a los fines, que deje a los ciudadanos en libertad de escoger sus valores por sí solos. El atractivo de un marco neutral radica en que renuncia a establecer una forma preferida de vida o de concepción de que se tenga por un bien. Lo que es debido precede a qué se tenga por un bien. Los principios que especifican nuestros deberes y derechos no deben apoyarse en ninguna concepción de la vida buena.
Justicia La Justicia para Aristóteles era razonar a partir del telos, o naturaleza, del bien en cuestión. Para concebir un orden político justo había de razonar a partir de la naturaleza de la vida buena. Autores como Rawls y Kant rechazan la teleología de Aristóteles porque consideran que impide que escojamos nuestro bien. Si la justicia para Aristóteles es la concordancia entre lo que se asigna a las personas y los fines apropiados a su naturaleza, para Rawls la justicia está relacionada con la elección = Agente Moral = Capacidad de escoger.
Versiones del Liberalismo Los liberales igualitarios sostienen que los individuos pueden perseguir sus propios fines sólo si el Estado garantiza las circunstancias materiales que permitan una elección verdaderamente libre. Los libertarios conservadores propenden por un Estado neutral con libertades civiles y un régimen estricto de derechos de la propiedad privada. El Estado de bienestar sostienen, no permite a los individuos escoger sus propios fines, sino que fuerza a algunos por el bien de otros.
Conclusión No creo que la libertad de elegir-ni siquiera la libertad de elegir en condiciones equitativas-sea un fundamento adecuado para una sociedad justa. Más aún, el intento de dar con principios neutrales de la justicia me parece desencaminado. No siempre es posible definir nuestros derechos y deberes sin abordar cuestiones morales sustantivas; y cuando es posible no es deseable. Las teorías de la justicia que aspiran a la neutralidad, sean igualitarias o libertarias pro libre mercado, tienen un gran atractivo. Ofrecen la esperanza de que la política y la justicia se libren de quedar empantanadas en las controversias morales y religiosas que abundan en las sociedades pluralistas.
¿Debemos algo a la comunidad? ¿ Cómo es posible que se reconozca el peso moral de la comunidad sin coartar la libertad humana? Si entendemos que cada uno es en sí mismo libre e independiente y no está sujeto a ataduras morales que no haya escogido, no podremos dar sentido a una variedad de obligaciones morales y políticas que por lo común reconocemos y apreciamos. Obligaciones como la solidaridad, la lealtad, la memoria histórica, exigencias morales que surgen de las comunidades y tradiciones que moldean nuestra identidad.
Relatos Todos nos acercamos a nuestras propias circunstancias siendo portadores de una identidad social particular. Soy el hijo o la hija de alguien, el primo o el tío; soy ciudadano de esta ciudad o de tal otra, estoy adscrito a tal o cual gremio o profesión; pertenezco a este clan, a esta tribu, a esta nación. Por tanto, bueno para mí tendrá que ser lo que lo sea para quien desempeñe esos papeles. Como tal, heredo del pasado, de mi familia, de mi ciudad, de mi tribu, de mi nación, una variedad de deudas, de herencias, expectativas justificadas y obligaciones. Constituyen lo que le ha sido dado a mi vida, mi punto de partida moral. Esto es lo que, en parte, le da a mi propia vida su particularidad moral. Alasdair MacIntyre.
Una Narración La deliberación moral consiste más en interpretar la historia de mi vida que en ejercer mi voluntad. El aspecto narrativo o teleológico (Aristóteles) de la reflexión moral está ligado a la adscripción y al ser parte de algo. La concepción narrativa choca con el individualismo moderno. Ofrece un claro contraste con la concepción voluntarista; esta entiende que en sí misma, una persona es un ser sin ataduras que elige libremente. ¿Nos ata algún lazo moral que no hemos escogido y del que no cabe pensar que derive de un contrato social?
¿Existen obligaciones más allá del consentimiento? Deberes morales: universales; no requieren consentimiento. Ej. Tratar a las personas con respeto. Obligaciones voluntarias: particulares, requieren consentimiento. Se basan en una acuerdo. Obligaciones de la solidaridad o la adscripción: Son particulares, no universales. Comprenden responsabilidades morales que tenemos, no ante seres racionales en cuanto tales, sino ante quienes compartimos cierta historia. Su peso moral deriva de los aspectos de la reflexión moral que responden a la situación de que se reconozca que la historia de mi vida se entrelaza con la vida de otros. Ejemplos: Las obligaciones Familiares La resistencia francesa. El rescate de los judíos etíopes
Regresar al Patriotismo “Parece que el sentimiento de humanidad se evapora y debilita en cuanto se extiende al mundo entero, y que no nos afectarían las calamidades de Tartaria o Japón como las de un pueblo de Europa. Hay que acotar y comprimir en cierta manera el interés y la conmiseración para que sean activos”. “… es bueno que la humanidad concentrada en los conciudadanos tome en ellos nuevas fuerzas gracias al habito de verse y al interés común que les une”. “…Pero¿ cómo van a amarla, si la patria no es para ellos más de lo que es para los extranjeros y si ella sólo les reconoce lo que no pueden negar a nadie?
Inmigración ¿Qué justificación puede tener que las naciones impidan a los extranjeros incorporarse a ellas? “ Solo si es sentimiento patriótico tiene algún fundamento moral, solo si la cohesión comunitaria conduce a obligaciones y significados compartidos, solo si hay miembros y hay extraños tendrán alguna razón las autoridades del Estado para ocuparse en especial del bienestar de su propio pueblo[…] y del éxito de su propia cultura y su propia política.” (Walzer).
La trascendencia de la Responsabilidad Colectiva La facultad de sentir orgullo y vergüenza por los actos de los parientes y de los conciudadanos guarda relación con la facultad de sentir una responsabilidad colectiva. Ambas requieren que se vea que lo que uno mismo es tiene una situación, que está sometido a las exigencias de lazos morales que no ha escogido, que forma parte de las narraciones que moldean nuestra identidad en cuanto agentes morales. No podrá sentirse realmente orgulloso de su país y de su pasado si no está dispuesto a reconocer responsabilidad alguna en proyectar su historia hasta el presente y descargar el fardo moral que pueda arrastrar consigo.
Exploremos la Lealtad Mientras no violemos los derechos de nadie, podremos cumplir con el deber general de ayudar a los demás ayudando a quienes tenemos más a mano, los parientes o los conciudadanos. (Versión Liberal). Las obligaciones de la solidaridad son criticables solo si nos conducen a violar un derecho natural. Pero si la concepción narrativa de la persona es correcta, las obligaciones de las solidaridad pueden ser más exigentes de lo que se desprende de la liberal, tanto que hasta rivalicen con los derechos naturales. Dilemas Morales: Los hermanos Bulger.
Correspondencia entre Justicia y Vida Buena Si deliberar sobre lo que es un bien para mi implica reflexionar sobre lo que es un bien para las comunidades a las que mi identidad está ligada, la aspiración a la neutralidad quizá sea un error. Quizá no sea posible, ni siquiera deseable, deliberar sobre la justicia sin deliberar sobre la vida buena. No se puede debatir sobre muchos de los problemas de justicia y de derechos por los que más ardientemente se discute sin abordar cuestiones morales y religiosas sujetas a polémica. Para decidir cómo se definen los derechos y los deberes de los ciudadanos, no siempre es posible dejar aparte las maneras contrapuestas de concebir la vida buena. Una política vaciada de compromiso moral sustantivo conduce a una vida civil empobrecida .
El proyecto postmoderno mina cualquier tipo de identidad común y de conducta estándar: produce una sociedad en la cual los pronombres del plural <nosotros> y <ellos> (e incluso los mixtos <nosotros> y <yo>) no tienen una referencia fija; apunta a la plena perfección de la libertad individual.